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Bienvenidos a Referentes de Inversión.
Hoy hablaremos de la normalización de los tipos de interés.
¿Cómo nos afecta? ¿Es buen momento para invertir?
Para ello nos acompañan Rosa Dulce,
Chief Investment Officer de Deutsche Bank España,
y Juan Ramón Rayo, doctor en economía, profesor y escritor.
Empezamos.
Bienvenidos.
Gracias por estar aquí en nuestro primer programa de Referentes de Inversión.
Vamos a hablar de tipos de interés.
Es un tema, yo creo, bastante candente,
que oímos todos los días en los periódicos.
Vamos a hablar de por qué han subido,
qué efectos han tenido sobre la economía y sobre los mercados,
y también, hombre, cada vez que cambia el mercado
aparecen oportunidades y retos,
pues también hablaremos de las oportunidades y los retos
que esto nos implica.
Unos tipos de interés que han subido muy rápido,
muy deprisa, por determinados motivos.
Si no, no hubiera ocurrido esto.
Los motivos vienen un poco del pasado.
Vienen porque veníamos una excepción de tipos muy bajos,
tan bajos que eran anormalmente bajos.
Sí que era extraordinario.
No es normal que una empresa, para financiarse,
en vez de pagar un tipo de interés, reciba un tipo de interés,
por lo cual tipos de interés bajos o negativos no tenían ningún sentido.
Luego vino la pandemia.
La pandemia también nos ha roto un poco los esquemas
porque estuvimos mucho tiempo encerrados.
Cuando nos dejaron salir, pues hubo un boom del consumo
y eso hace que haya mucha demanda de bienes
en un momento en que, si recordamos un poco qué pasaba entonces,
las fábricas habían estado cerradas
y, por tanto, había mucha demanda, poca oferta.
¿Qué pasa? Que los precios empezaron a subir.
Se habla mucho de que si los precios han subido
como consecuencia de la guerra en Ucrania, pero no es cierto.
Los tipos empezaron a subir mucho antes.
Empezaron a subir en verano del año anterior.
¿Por qué? Porque fue cuando se empezaron a quitar
todas estas restricciones que teníamos por el COVID.
¿Y qué pasa? Pues que teníamos esa demanda acumulada, esa ferva.
Tenemos una oferta muy restringida, los precios empiezan a subir
y, cuando llega la guerra a Ucrania, efectivamente,
eso sí que lo que provoca es una subida todavía mayor
porque se produce una subida de la energía, de los alimentos
y es cuando nos colocamos en una situación de inflación
en máximos de 40 años.
Claro, los bancos centrales han tenido que actuar mucho y muy deprisa.
En otros momentos del tiempo, probablemente,
no haya hecho falta subir tanto los tipos de interés.
Pero esta vez sí, porque veníamos de esa irracionalidad.
Mercados con tipos muy bajos, mucho ahorro acumulado,
unas tasas de paro muy bajas.
En países como Estados Unidos, la tasa de paro está en el 3,4.
Eso es pleno empleo.
En Europa, incluso, las tasas de paro también están en niveles muy bajos.
Prácticamente niveles de pleno empleo en muchos países.
Por tanto, al final, tenemos una situación de un mercado de trabajo fuerte,
un ahorro acumulado durante mucho tiempo,
gracias también a que habíamos estado encerrados durante mucho tiempo,
problemas de suministro, porque todos recordamos
lo que pasó con los contenedores que se quedaron varados
en el sudeste asiático.
Y, por tanto, toda esa situación, lo que ha generado
es esa subida de la inflación y una respuesta de los bancos centrales
extraordinaria, extraordinaria,
que, por ejemplo, la Reserva Federal Americana
ha subido los tipos hasta el 5%.
Y, por ejemplo, el Banco Central Europeo ha subido los tipos
y el tipo de la facilidad del depósito,
que antes estaba en el menos 0,5, ahora está en el 3,25.
Es una subida muy fuerte en muy poco tiempo.
Lo sorprendente es que, pese a todo, la actividad económica se mantiene.
La situación económica está siendo mejor de lo esperado.
Si nos remontamos hace seis meses,
hace seis meses hablábamos de que les iban a cortar el gas en Alemania,
que la energía estaba por las nubes,
que iba a haber una recesión enorme en Europa.
Ha pasado el tiempo y la realidad es que los datos
nos han sorprendido positivamente,
precisamente porque, bueno, también tenemos esos niveles
de desempleo tan bajos que los salarios suben.
Y luego, sobre todo, la gran diferencia, quizás,
con respecto a la crisis financiera, de la que muchas veces se compara,
es que tenemos una política fiscal súper expansiva.
Tenemos, a diferencia de lo que pasó entonces,
ahora mismo la política monetaria se está restringiendo,
están subiendo los tipos de interés,
pero la política fiscal está siendo muy expansiva.
Y eso hace que, si sumamos el dinero que ya se aportó
por los fondos del Next Generation como consecuencia de la pandemia
a todo el dinero que se está gastando para paliar sobre empresas y familias
la subida de los precios,
pues, al final, esa política fiscal tan expansiva
es lo que está provocando que se ponga un suelo al crecimiento.
En Estados Unidos la situación es un poco más compleja
porque tenemos una situación en la que realmente sí que está impactando mucho
ya la subida de tipos de interés, el sector inmobiliario está más tocado,
está habiendo problemas en algunos bancos regionales,
pero en Europa ahora mismo no esperamos que se vaya a producir en ningún momento
una recesión.
De hecho, lo que pensamos es que va a haber una desaceleración suave.
Y como siempre, y lo hablaremos a lo largo de todo nuestro programa,
siempre que hay un entorno económico complejo,
un entorno financiero complejo, hay oportunidades.
Hay retos, pero hay oportunidades.
Y hablaremos también de ello,
pero estas oportunidades en estos momentos van, sobre todo,
ligadas a los ahorradores más conservadores,
que durante mucho tiempo no encontraban dónde invertir.
Tenían que asumir cierto riesgo porque no había forma de invertir
sin tener esa rentabilidad en un entorno de tipo cero.
Para poder tener algo de rentabilidad tenías que tener riesgo.
Esto ahora mismo ha cambiado.
Han aparecido oportunidades en activos con un riesgo más bajo
que te ofrecen esa rentabilidad, esos cupones que hace años que no veíamos.
Por tanto, es un entorno complejo, pero que también tiene oportunidades
y que tendremos oportunidades ahora de ir un poco desgranando
cuáles son estas oportunidades.
Para ayudarnos a desgranar cómo es la situación económica actual,
qué va a pasar en los mercados financieros,
qué podemos esperar de los tipos de interés,
yo tengo el placer de tener hoy en nuestro espacio a Juan Ramón Rayo,
que nos va a ayudar un poco a ver qué podemos esperar de cara al futuro.
Así que, sin más, bienvenido, Juan Ramón.
Es un placer tenerte aquí.
Muchas gracias.
Muchas gracias por venir, Juan Ramón.
Aquí te dejo que nos cuentes un poco cómo ves tú esta situación.
Es un placer y muchas gracias por la invitación.
A mí me gustaría empezar hablando, empezar reflexionando
sobre la situación que teníamos antes
de la actual subida de tipos de interés.
Porque estamos hablando de una normalización de la política monetaria
después de que, efectivamente,
hubiéramos experimentado una década de tipos de interés ultrabajos.
Y, en cierta medida, podría parecer que ese clima,
ese contexto de tipos de interés ultrabajos
pues era un clima beneficioso, un ideal hacia el que regresar.
Pero hay que tener presente, hay que tener en cuenta
que realmente los bajos tipos de interés modifican,
distorsionan el comportamiento de los agentes
en ocasiones en direcciones bastante preocupantes y bastante peligrosas.
En concreto, modifican el comportamiento de familias, de empresas
y también de administraciones públicas.
¿Qué ocurre con las familias?
Pues que en un entorno de muy bajos tipos de interés,
de rentabilidad del ahorro prácticamente anulada, aniquilada,
las familias que tengan ahorros tienen que buscar inversiones
que comportan riesgo para mantener una cierta rentabilidad,
idealmente, como decíamos antes, conservadora.
Pero, claro, determinados productos financieros
no son productos financieros adecuados para el ahorrador conservador,
pero era el único remedio que tenía para conseguir una cierta rentabilidad.
Por ejemplo, el mercado bursátil.
Podía haber familias que, para rentabilizar su ahorro,
se refugieran en la bolsa aún sin estar dispuestas
a experimentar la volatilidad y el riesgo de pérdida final
que puede tener la inversión bursátil.
A su vez, los bajos tipos de interés también animaban a las familias
a poderse hipotecar para comprar viviendas,
segundas o terceras residencias hacia las que canalizar su ahorro.
Pero eso lo que provoca tanto en el mercado inmobiliario
como en el mercado bursátil es una inflación de activos.
Por tanto, los bajos tipos de interés
inflan artificialmente el precio de los activos
y ya sabemos que precios de activos inflados son problemas futuros
porque son el germen de burbujas y de colapsos del crédito más adelante.
¿Cómo modifican el comportamiento de las empresas?
Pues tipos de interés ultra bajos
incentivan a las empresas a que ejecuten inversiones de muy baja rentabilidad.
Precisamente porque el coste de oportunidad del capital es tan bajo,
se acepta casi cualquier tipo de inversión
con tal de que cubra ese mínimo o ese muy bajo coste de capital.
Pero entonces lo que tenemos son inversiones,
como digo, muy poco productivas, de muy bajo rendimiento,
generalmente incluso inversiones a muy largo plazo
que no dan ningún retorno inmediato
pero que quizá en el futuro lo terminen dando,
esperando, confiando en que, bueno,
pues como los tipos de interés son bajos
y el tipo de interés de alguna manera es el precio del tiempo,
pues si el tiempo es gratis,
lo que hacemos es diferir en el futuro todo lo posible
el momento de que llegue la rentabilidad.
Pero claro, eso puebla la economía
con empresas que en la literatura económica
calificamos como empresas zombies,
es decir, empresas que deberían estar reestructuradas
o quebradas incluso para obtener
una mejor organización de los recursos económicos
pero que se perpetúan en la economía gracias al crédito barato,
gracias al dinero gratis que se reparte por la economía.
Y por último, también modifica el comportamiento
de las administraciones públicas,
porque las administraciones públicas,
si se pueden endeudar a muy bajos tipos de interés,
incluso a tipos de interés negativos,
no tienen ningún incentivo en cuadrar las cuentas.
Lo que hacen es emitir deuda, emitir deuda y emitir deuda
con tal de, bueno, pues ya en el futuro la pagaremos
porque no hay ninguna presión de coste financiero
que ahora mismo nos esté acechando.
Y bueno, si las inversiones públicas que se acometen
tienen algún sentido de rentabilidad,
pues esa decisión de endeudarse puede ser razonable,
pero si simplemente entramos en una dinámica de endeudarnos
para financiar gasto corriente porque la deuda es barata,
lo que generamos es una pelota de deuda
muy problemática para el futuro.
Ese fue el contexto que teníamos en todo Occidente
entre el año 2013-2014 y hasta la pandemia.
Pero desde luego la pandemia cambió de manera muy apreciable
la situación por motivos que ya hemos escuchado
antes de mano de Rosa.
¿Cómo cambió la pandemia esta situación?
Pues básicamente aumentando de manera muy importante
el gasto agregado dentro de la economía,
en parte como consecuencia de una política fiscal
que como venía aprendida de la década anterior
de que, bueno, pues podíamos gastar sin límites
y endeudarnos sin límites y no pasaba nada,
pues se quiso reflotar la economía
con déficits públicos muy agresivos y esta vez sí pasó.
Esta vez sí ocurrió que se recalentó demasiado la economía,
que se acumularon niveles de deuda
que incluso los inversores no estaban dispuestos a absorber
a esos tan bajos tipos de interés
y por tanto lo que ha terminado sucediendo es inflación
que ha licuado de alguna manera el valor de la deuda pública
y reacción de los bancos centrales
tratando de frenar, de contener ese auge,
ese rebrote importante de la inflación
que pone además en riesgo o ponía en riesgo
la credibilidad de los propios bancos centrales
mostrando que ellos están ahí y que tienen las herramientas
para controlar la escalada de precios
y de ahí la subida de tipos de interés
para contrarrestar el exceso de gasto privado y sobre todo público
que se acumuló durante 2020 y 2021
y esa es la situación que tenemos esencialmente ahora mismo
y visto todo esto, Rosa, si te parece podemos intentar aterrizar
las conclusiones de lo que hemos expuesto a la situación actual
y ver qué retos y qué oportunidades ofrece el inversor.
Pues sí, porque hasta ahora hemos hablado de lo que ha pasado hasta ahora
y vamos a ver un poco qué impacta sobre el futuro,
qué va a pasar en los mercados, qué va a pasar en la economía
y también hasta qué punto podemos aterrizar en los niveles de inversión.
Bueno, Juan Ramón, yo creo que ahora sí que es un momento
de hablar un poco de cómo era la situación económica,
qué pensamos que va a pasar sobre la inflación, los tipos de interés.
Si quieres, empiezate un poco contándonos un poco qué piensas
y si crees que va a haber una recesión en Europa,
si la va a haber en Estados Unidos, ¿qué crees que va a pasar?
Bueno, a ver, lo que casi nos invitarían a decir los manuales
es que después de una subida de tipos de interés tan fuerte
como la que hemos experimentado,
porque los bancos centrales actuaron al principio con una cierta lentitud,
pero después se pusieron las pilas rápidamente para combatir la inflación,
parecería que esta fuerte subida de tipos de interés
invitaría a pensar en una recesión
o al menos en una desaceleración bastante profunda.
En Estados Unidos parece que algo se empieza a intuir
de que podríamos ir en esa dirección.
En Europa es verdad que hemos comenzado este año,
no así la segunda mitad del año anterior,
que fue bastante débil, bastante mala,
pero hemos comenzado este año 2023 con muy buenos datos
de actividad, de ventas, de empleo,
y por tanto parece que de momento la recesión no está llegando a Europa.
Sin embargo, todas estas conclusiones creo que son provisionales y frágiles
porque si sucede cualquier posible susto
en cualquier posible parte de la economía,
con unos tipos de interés tan altos puede suceder de todo,
pues habrá que estar desde luego muy alerta de lo que pueda ocurrir.
En cualquier caso, lo que sí que es cierto es que los datos son mejores,
en lo que has dicho.
Al final, la primera parte del año,
lo que hemos pasado este primer año de año 2023
ha sido bastante positivo,
las cifras de desempleo siguen siendo muy favorables,
es verdad que la inflación se mantiene en niveles altos,
pero al menos en Estados Unidos sí que estamos viendo un poco como se curva,
sobre todo la inflación subyacente.
En Europa está costando,
pero incluso el último dato también parece que hay cierta estabilidad
o incluso puede haberse moderado un poquito.
Por tanto, yo creo que los bancos centrales
parece que sí que están consiguiendo frenar el crecimiento
sin llevarlo a una recesión y conseguir moderar esa inflación,
que en cualquier caso va a tardar tiempo en llegar a ese famoso numerito de 2%.
Claro, bajar del 10 al 7 puede ser más fácil que bajar del 4 al 2,
básicamente por el efecto base.
No es probable que se repitan meses tan malos como los que tuvimos
en marzo o en abril del año 2022,
pero claro, si tenemos un componente estructural de inflación
que no termina de remitir, pues sí nos podríamos quedar estancados,
salvo que la política monetaria termine de actuar en ese 3, 4,
que es una zona incómoda para los bancos centrales
y que justificaría tipos de interés al menos tan altos
como los que tenemos hasta este momento.
Y claro, ahí la situación es
cuánto tiempo aguantará la economía con estos tipos de interés.
Se han acostumbrado las empresas y las familias
a convivir con este clima de tipos de interés
y pueden desarrollar sus actividades de inversión y de ahorro
con absoluta normalidad en este contexto,
o en cambio, algunas empresas, algunas familias,
algunos bancos incluso,
por ejemplo, hemos visto el caso de Estados Unidos, de la banca regional,
realmente no están acostumbrándose a convivir
con este clima de tipos de interés,
pues están aguantando hasta que consiga la Reserva Federal
y el Banco Central Europeo ganarle la batalla a la inflación
y que empiecen a bajar los tipos de interés.
Yo creo que esa es la gran incógnita
de cara al futuro, al medio plazo de futuro.
A corto plazo parece que la cosa está estabilizada
a falta de que haya algún susto,
pero a medio plazo es la única duda o el único temor importante.
En cualquier caso, parece que la Reserva Federal americana
haya llegado al final, ha subido a dos tipos en mayo
y parece que ese sería el punto máximo.
Y es verdad que el Banco Central Europeo se espera que suba algo más,
pero el recorrido prácticamente ya está hecho,
el groso de la subida de tipos de interés ya está aquí
y lo más importante es que ya están descontadas.
A menos de que haya algún susto, lo normal es que viéramos
que la economía se estabiliza con esos tipos de interés
y, como bien dices, parece poco probable
que vayan a bajar los tipos en Europa, desde luego.
En Estados Unidos la situación económica también es peor,
con lo cual es probable que sí que haya alguna bajada de tipos,
aunque de momento este año no parece probable
a menos que haya algún susto.
Pero en principio, lo que se espera es que cada vez
se va retrasando más esa bajada de tipos
porque la economía sigue aguantando,
aunque de haber una recepción en Estados Unidos
es verdad que se espera que se alele.
Aquí hay mucho que ver también con política fiscal,
porque la política fiscal en Europa, lo comentábamos al principio,
es una política fiscal todavía bastante expansiva
que le pone un poco el suelo al crecimiento.
Lo previsible y lo que piensan la mayor parte de los gobiernos internacionales
es que la economía empieza a repuntar
en la medida que los Banco Centrales terminen de subir los tipos,
la política fiscal siga siendo, se mantenga con esos niveles de expansión
y poco a poco la economía repunta.
Sí, claro, ese es el escenario, de alguna manera,
podríamos decir, ideal para la evolución del crecimiento.
La cuestión quizá sea si la política fiscal en Europa
se mantiene con un tono tan expansivo,
si se da suficiente esta subida de tipos
para contrarrestar la inflación que genera esta política fiscal expansiva
con contracción del gasto privado
y si esa contracción del gasto privado,
que es empujada por la subida de tipos,
no puede tener un mayor efecto sobre el resto de la economía.
Si la economía, ya digo, como decíamos antes,
se acostumbrará a convivir con estos tipos de interés,
más altos, desde luego, que los de la última década,
con todas las empresas que quizá en la anterior década
se acostumbraron a vivir con tipos de interés bajos,
si serán capaces de reconvertirse y ajustarse a estos altos tipos de interés,
porque también ahora en Europa un factor que ha jugado muy a favor
de los buenos datos que estamos experimentando y recibiendo,
aparte, claro, de la política fiscal, como hemos dicho,
ha sido la bajada del precio de la energía
frente a los muy altos precios de la energía que tuvimos en el año 2022.
Eso ha generado un cierto respiro en la economía europea
y, claro, los efectos de ese shock energético positivo
con el tiempo se van a disipar
y ahí veremos cuando baje la marea, hasta qué punto estamos fuertes
o no lo estamos y hay motivos para ser cauto,
sin ser catastrofista, claro,
pero sí para ser cauto de lo que pueda ocurrir.
En cualquier caso, lo que parece claro es que las economías han resistido,
que la política fiscal está ayudando
y que el entorno no debería ser especialmente negativo,
a menos, como bien decíamos, que pase algo inesperado.
La situación parece que se entienda a estabilizar
en un crecimiento bajo, de momento bajo,
pero bueno, que no es recesión,
una inflación que poco a poco se va moderando,
que llegará al 2% probablemente en un par de años en Europa,
no mucho antes,
pero bueno, la expectativa de la actualización sí que se está corrigiendo
y unos tipos de interés que también tenemos que pensar
que es que realmente lo anormal era el 0%.
O sea, que estamos en una normalización de los tipos,
ahora tenemos unos tipos de interés que son restrictivos,
pero el día que bajen los tipos no van a bajar otra vez al cero,
bajarán a niveles neutrales.
Por tanto, tenemos que aprender a convivir
con este escenario de tipos positivos,
porque al final los tipos positivos es lo normal,
lo anormal era lo de antes.
Es lo normal y es lo que menos distorsiona la economía
como he intentado explicar antes.
Es decir, aunque haya que reajustarse
y algunos puedan tener que reajustarse
a este nuevo clima de tipos de interés más altos,
hay que hacerlos, el camino a seguir.
El camino que no había que seguir es el de aprovechar
el inflacionismo crediticio que permitía una situación
de tipos de interés al 0%.
Y luego, además, unos tipos de interés
llevando un poco el mundo de la inversión,
los tipos de interés más altos ofreciendo oportunidades.
Llevamos muchísimo tiempo unos tipos de interés tan bajos
que al final las rentabilidades que tú podías obtener
en determinados activos, que son como refugio,
no te merecían la pena.
Muchos ahorradores más conservadores han tenido que irse a invertir
con activos de más riesgo. ¿Por qué?
Porque no tenían otra alternativa.
Su alternativa era coger riesgo,
porque sin coger riesgo tenían tipos cero o negativos.
Incluso con una inflación tan baja,
los tipos reales de la realidad real era negativa.
Ahora, hombre, aparecen oportunidades que no existían antes.
Hemos visto colas para comprar letras del tesoro,
hemos visto el atractivo de los bonos públicos,
de los bonos corporativos de calidad.
Al final, los cupones vuelven.
Y esto es algo... La normalidad trae esto, ¿no?
Trae unos tipos de interés que son realmente ya más atractivos
para el universo que no quiere tener todo su dinero en activos de riesgo.
Es una relación entre rentabilidad y riesgo más normalizada, ¿no?
Lo que era claramente anormal es lo que teníamos antes,
donde, como has señalado, para obtener una cierta rentabilidad
te había que asumir mucho riesgo y, asumiendo menos riesgo,
tenías que pagar al que se quisiera endeudar.
Lo cual, en términos de asignación de capital productivo real,
también es muy disparatado,
porque entonces la empresa puede invertir a pérdida
y esa pérdida se la traslada al que la financia comprandole su deuda.
Por tanto, sí, efectivamente, es un nuevo contexto
que, si se normaliza, si se estabiliza y de alguna manera lo hará,
pues ofrece otro contexto inversor, otro clima inversor,
otro ecosistema inversor bastante distinto
al que hemos tenido en la última década y, probablemente, bastante mejor.
Y, de nuevo, es lo más normal, ¿no?
Al final, una cartera no puede tener ni todo riesgo ni todo refugio.
Generalmente, invertimos a largo plazo, por tanto, lo normal es que,
en una cartera, ya depende de cada uno de la capacidad de asumir pérdidas.
En una cartera a largo plazo, uno lo que hace es invertir una parte
más en refugio, pero también una parte ponerla a riesgo.
Un riesgo que, además, te tiene que pagar,
porque eso también es importante, claro.
Estamos en un mundo en el que ahora, para invertir en activos de renta variable,
te tiene que compensar el riesgo que asumes con respecto al activo,
el refugio que te está dando ya rentabilidad del 3,5 o del 3 o del 4%.
Claro, ese exceso de rentabilidad te lo tiene que pagar.
Y, claro, ahora sí que en un entorno en el que la economía se está frenando,
pues es muy importante las valoraciones
y también muy importante las petrolias de beneficios.
Se han publicado los beneficios del primer trimestre
y han sido, en general, buenos,
pero no dejan de ser beneficios que están reflejando ya ese escenario
de desaceleración.
Totalmente, así es.
Efectivamente, es un escenario que ya se empieza a reflejar
sobre los balanceos empresariales
y eso también influirá, obviamente, en las codizaciones,
cómo han influido los cambios en los tipos de interés.
Por eso es un contexto a analizar, a estudiar,
a estar en el que estar alerta para cuidarse de los peligros,
pero también aprovechar las oportunidades.
Bueno, pues yo creo que hemos frenado un poco el entorno económico
que esperamos, que puede hacer un inversor ahorrador o no ahorrador.
Al final, ¿qué alternativas de inversión tenemos
después de un mundo que era no hay alternativa?
Ahora hay muchas alternativas, ¿no?
En cualquier caso, te doy las gracias por estar aquí con nosotros
en este espacio, pero tenemos aquí público
que seguro que les ha surgido alguna pregunta
y que nosotros estaremos encantados, si sabemos, de contestarles.
Así que, cuando quieran, pueden hacer preguntas.
Gracias.
Hola, buenas tardes.
Hemos visto en muy poco tiempo una gran subida de tipos de interés.
Yo os quería preguntar cuál es la previsión a partir de ahora
si va a haber más subidas y, sobre todo, de qué va a depender.
Gracias.
Bueno, el futuro no está escrito y diría que ni siquiera
los bancos centrales saben si va a haber más subidas
de tipos de interés o no.
Lo que sí podemos saber o al menos intuir
es de qué va a depender que haya o deje de haber
nuevas subidas de tipos de interés.
Y va a depender de la evolución de la inflación.
Si la inflación se modera, se sigue moderando,
probablemente no haya nuevas subidas de tipos de interés.
Ahora, si la inflación vuelve a repuntar,
ya lo ha dicho la Reserva Federal, no nos vamos a quedar aquí
y los tipos de interés continuarán subiendo
hasta que dobleguemos a la inflación.
Por tanto, hay que hacer seguimiento de la evolución de los precios.
Gracias.
No sé si tenemos alguna pregunta más.
Hola, buenas tardes.
Hace meses hubo gran furor por invertir en letras del tesoro.
¿Recomendaríais que un inversor pusiera su dinero en un fondo
que apueste por la deuda pública?
Yo creo que también depende del perfil de cada inversor.
Es verdad que lo hemos dicho al principio.
Realmente, después de muchos años en que los bonos públicos
o los bonos corporativos de calidad han aumentado a 0 negativas,
empieza a haber rentabilidades positivas
en todo lo que tiene que ver con la deuda pública,
sea en letras, sea en bonos.
¿Hay que tener toda la carta en letras o en bonos?
Probablemente no.
Yo creo que cuando un inverte a largo plazo,
lo que tiene que hacer es tener siempre algo en activos de riesgo.
Pero depende mucho de cada perfil de inversión.
Gracias.
¿Pues hay alguna pregunta más?
Buenas tardes.
Dado el entorno económico actual complejo como nos habéis descrito,
¿creéis que es un buen momento para invertir?
A ver, nunca hay un momento absolutamente ideal para invertir
en el que no haya absolutamente ningún riesgo
y todos sean oportunidades.
Cualquier época pasada en la que podamos pensar
han sido épocas turbulentas.
Y la cuestión es que si uno invierte a largo plazo,
pues tiene que, de alguna manera,
tratar de omitir esa turbulencia que lo está rodeando
y ponerla a vista en el futuro.
Y si considera que el futuro será mucho mejor que el presente,
pues no tratar de jugar a la coyuntura,
salvo que sea un experto analizando la coyuntura macroeconómica,
e ir introduciendo progresivamente en su cartera de ahorro
una inversión adicional periódica,
porque así cogerás épocas en las que, a lo mejor,
los mercados están caros en relación con la situación real
de esos activos,
pero también cogerás otras en las que la situación de los activos
estará a buen precio y a largo plazo promediarás en tu beneficio.
Por tanto, insisto, salvo que seas muy bueno manejando la coyuntura,
y no suele haber mucha gente muy buena haciéndolo,
lo mejor es invertir periódicamente a largo plazo
y omitir en la medida de lo posible las fluctuaciones coyunturales.
Yo creo que por añadir, al final,
un invierte a largo plazo, como bien le ha dicho Juan Ramón,
y, sobre todo, dependiendo de su perfil,
lo que está claro es que hay que invertir con muchísima diversificación,
porque los ciclos económicos van y vienen,
las turbulencias también,
y, generalmente, lo que sí que sabemos es que un 1% a corto plazo
no es nada, un 1% en muchos años es mucho dinero.
Por tanto, hay que estar muy bien diversificado,
tener muy claro cuál es el río que estoy dispuesto a asumir,
y yo creo que con un invete a largo plazo
sí que debe meter parte de la inversión en activos de riesgo.
Gracias a ti.
Gracias a ti.
No sé si tenemos alguna pregunta más.
Bueno, pues buenas noticias, parece, que vamos a evitar una recesión,
pero que también va acompañada de unas medidas
de una política fiscal muy expansiva.
Me gustaría saber un poco qué futuro nos espera,
porque nos estamos endeudando, ¿no?
Pues sí, la verdad, nos estamos endeudando mucho
y esto, en algún momento, habrá que pagarlo.
Lo que pasa es que, de momento,
estas políticas fiscales están ayudando a evitar la recesión
y están ayudando, sobre todo, a que la economía
consiga mantenerse y le ponen un suelo al crecimiento.
Probablemente, en el futuro,
cuando vuelvan las reglas fiscales a Europa,
pues tendremos que empezar a ahorrar,
y es verdad que también la duda se está reduciendo gracias a la inflación.
No sé si hay alguna pregunta más.
Bueno, pues parece que no, así que muchas gracias por venir hoy
a nuestro espacio referentes de inversión.
Muchas gracias, Juan Ramón, por estar aquí con nosotros
hablando sobre economía, sobre tipos de interés.
Ha sido un verdadero placer.
El placer ha sido mío.
Y sin más, muchas gracias a todos.
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