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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

Pedro Sánchez ofrece 50.000 viviendas de la Sarep en régimen de alquiler social,
pero este anuncio presenta múltiples trampas.
Podría terminar sucediendo perfectamente que el número de nuevas
viviendas en régimen de alquiler social sacadas al mercado sea igual a cero.
¡Veámoslo!
En el vídeo de ayer ya explicamos por qué la promesa de Sánchez de
movilizar 50.000 viviendas de la Sarep para alquiler social era puro humo.
Básicamente, el stock de viviendas de la Sarep no se encuentra en los principales
núcleos urbanos, de modo que el incremento efectivo de la oferta que se
pueda producir en las zonas más tensionadas del país va a ser
prácticamente ninguno. Al contrario, el stock inmobiliario de la Sarep se
concentra en las zonas costeras del país, en el levante español, básicamente
porque son viviendas que, durante la burbuja inmobiliaria española, se
construyeron para constituirse en segundas residencias de playa. Y son,
además, ya lo explicamos ayer, las viviendas que la Sarep no ha podido
vender durante los últimos diez años porque son viviendas tan deterioradas o
tan mal ubicadas que prácticamente nadie las quiere. Por tanto, sólo esto ya
justificaba plenamente decir que el anuncio del presidente del gobierno era
una mera farsa propagandística. Prometer que va a sacar al mercado 50.000
viviendas de alquiler social cuando, en realidad, lo que va a sacar al mercado
son 50.000 unidades de activos tóxicos reconvertidos propagandísticamente en
falso alquiler social. Pero, en realidad, la farsa propagandística del presidente
del gobierno a cuenta de estas 50.000 viviendas de alquiler social todavía es
peor de lo que explicamos en el vídeo de ayer. Y es que hoy el diario El País, que
tiene una relación muy encamadamente estrecha con el Ejecutivo, nos desvela
algunos detalles adicionales de este plan que ponen de manifiesto todavía más
porque es una farsa absoluta. Según el diario El País, las 50.000 viviendas de
alquiler social que ha prometido sacar Sánchez al mercado se pueden dividir en
tres grandes categorías. El primer bloque son 21.000 viviendas que la Sareb
considera que potencialmente están listas para ser ocupadas. Digo que
potencialmente están listas para ser ocupadas porque, aunque como luego veremos
el diario El País, nos dice que son viviendas listas para ser vendidas, si
vamos a eldiario.es, otro periódico con buenas conexiones con el gobierno, lo que
nos dice sobre esas 21.000 viviendas es lo siguiente. No todas esas 21.000
viviendas están listas para entrar a vivir, apunta la Sareb, porque 11.900
están pendientes de adecuación. Es decir, que más de la mitad de esas 21.000
viviendas supuestamente listas para ser ocupadas ni siquiera son habitables a
pero bueno, quizá lo sean en el futuro. En todo caso, ese primer bloque de 21.000
viviendas potencialmente habitables, aunque a día de hoy más de la mitad no
lo son, ese primer bloque de 21.000 viviendas solo se ofrecerá en alquiler
social, atención, si las comunidades autónomas y los ayuntamientos, en cuyo
territorio se haya en esas viviendas, deciden adquirirlas a cuenta de su
presupuesto y ofrecérselas a su ciudadanía en régimen de alquiler
social. Atención a cómo lo explica el propio ideario el país. En la foto que
ha presentado el gobierno, las 50.000 viviendas se desglosarán en tres grandes
bloques. El más nutrido son 21.000 pisos que se destinan para transferirlos a las
comunidades autónomas y ayuntamientos. Se trata de inmuebles que potencialmente
pueden tener ese uso social, según indica el Ministerio de Asuntos
Económicos, del que depende el Fondo de Restructuración Ordenada Bancaria,
FROP, que a su vez es el instrumento a través del cual el Estado posee el 50,14
por ciento de la Sareb. Fuentes de esta última, de la Sareb, precisan que estas
21.000 unidades son las que, dentro del total de casi 47.000 casas con licencia
de primera ocupación que tiene el Banco Malo, se consideran que están listas para
vender. Se trata de pisos que están en comercialización, pero no se ofrecen en
exclusiva a las administraciones públicas, según las mismas fuentes. Por
tanto, su incorporación al parque de vivienda social dependería del interés
que despierten en comunidades y consistorios que hasta la fecha no han
mostrado mucho. Vamos, que la idea de Sánchez es que comunidades autónomas y
ayuntamientos le compren a la Sareb 21.000 pisos que ya están disponibles
para ser habitados. En esto incide adicionalmente el país en otro párrafo.
Dice, según explican fuentes de la Sareb, la venta a una administración de estas
viviendas permitiría tanto la garantía del uso social de la vivienda como
avanzar en el objetivo de reducir la deuda de la compañía. Reducir esta deuda
al máximo antes de que acabe su mandato, teóricamente en 2027, es la manera de
amortiguar la factura final que el Banco Malo tenderá para los contribuyentes y
además el gobierno, que ha aumentado significativamente los fondos para
políticas de vivienda gracias a las ayudas europeas, ha destinado partidas en
los últimos presupuestos a esta finalidad. Pero, como sucede con la futura
ley de vivienda, gran parte de los planes anunciados por el Ejecutivo
dependen de lo que luego harán las autonomías, al tratarse de una
competencia transferida. Es decir, démonos cuenta de la cara dura de este señor,
del presidente del gobierno, de Pedro Sánchez. Dice en un mítin en Valencia,
voy a sacar 50.000 viviendas de la Sarep en alquiler social.
Escuchémoslo de nuevo por si se nos hubiese olvidado.
Bueno, pues yo hoy en Valencia, que junto con Madrid fueron los epicentros tanto de
los desmanes como de la corrupción del Partido Popular, quiero deciros que en la
semana en la que hemos aprobado la primera ley de la democracia de la
vivienda, vamos a ir más allá y que el próximo martes en el consejo de
ministros y de ministras vamos a aprobar la movilización de 50.000 viviendas de
la Sarep para el alquiler a precio asequible de nuestros ciudadanos y de
nuestras ciudadanas.
O sea, el tipo dice que él y que su gobierno van a aprobar la movilización
de 50.000 viviendas de la Sarep para alquiler social y resulta que 21.000 de
esas 50.000 viviendas que dice que va a movilizar solo se movilizarán, solo se
ofrecerán en alquiler social si los ayuntamientos y las comunidades
autónomas ponen dinero de sus contribuyentes, ponen dinero de su
presupuesto para comprar esas viviendas y ofrecerlas en alquiler social. Es como si
yo os dijera mañana os voy a pagar la cena a todos en el mejor restaurante de
Madrid siempre y cuando el dinero lo ponga él. Pues sería un engaño, una
farsa, una tomadura de pelo. Pues esto mismo es lo que ha hecho el presidente
El segundo bloque de viviendas de la Sarep que el gobierno pretende destinar
al alquiler social son 14.000 viviendas que, atención, ya están ocupadas, son
viviendas en las que ya está habitando una familia. Con lo cual, ¿qué quiere
hacer aquí el gobierno? Bueno, lo que quiere hacer aquí el gobierno es
rebajarles la cuota del alquiler. Considera que estas 14.000 familias son
familias vulnerables o potencialmente vulnerables y pretende renegociar los
términos de la ocupación, los términos de la habitabilidad de estas 14.000
viviendas. Así lo narra el diario El País. El segundo de los tres grandes
paquetes de viviendas que el gobierno quiere movilizar para el parque social
son 14.000 casas que ya están habitadas. De esas, 10.000 acogen a familias en las
que se han detectado rasgos de vulnerabilidad. Esto hace que entren en
el programa de acompañamiento social que la Sarep ha puesto en marcha en los
últimos meses. Es decir, que ni siquiera es una novedad, es un programa que ya
existe y simplemente el gobierno ahora se quiere anotar el tanto. Lo que ofrece
la posibilidad de regularizar la situación, pagar un alquiler más o menos
simbólico y acceder a un servicio de inserción laboral. Las otras 4.000 no
tienen ese perfil y pueden salir de ese programa, pero en su lugar podrían
entrar otras familias porque la cartera de Sarep cambia continuamente. Por
ejemplo, si se adjudica a la Sarep la titularidad de un inmueble como fruto de
un proceso de préstamo impagado y ese inmueble está ocupado. En cualquier
caso, son 14.000 familias que la entidad estima que acabarán entrando en su
programa social. Este programa de alquiler social lo gestionan terceras
compañías, el concurso lo ganó Servía Habitat, se anunció hace un año y
actualmente alcanza a unos 2.000 hogares. Es decir, que este segundo bloque de
viviendas que se destinarán al alquiler social en gran medida también es humo.
Por un lado, y como ya he dicho, son viviendas que ya están ocupadas. Por
tanto, no supondrá un incremento de la oferta real de viviendas al mercado. No
habrá nuevas familias que podrán encontrar una vivienda que alquilar en
la que residir, porque esas 14.000 viviendas, insisto, ya tienen familia
habitando en ella. Y por otro lado, aunque podríamos considerar que el hecho de
rebajarles el alquiler a esas 14.000 familias, si es una forma de establecer
un alquiler social a través de esas 14.000 viviendas, no perdamos de vista lo
que está diciendo la noticia. Y es que ese alquiler social se establecerá a
partir de un programa que ya se aprobó hace un año, que no es nada nuevo que
haya anunciado el gobierno, que es algo que ya está en vigor y que la Sareb ya
está haciendo con cierta regularidad. Por tanto, aquí Sánchez se colgó una
medalla por absolutamente nada. ¿Voy a sacar 14.000 viviendas en alquiler social?
No, es que aunque no hagas nada, se terminarán convirtiendo en alquiler
social en función de los programas que ya tiene habilitados la Sareb. Bien,
tenemos un primer bloque de 21.000 viviendas que sólo se convertirán en
alquiler social si las comunidades autónomas y los ayuntamientos sueltan
su dinero, sueltan su presupuesto para comprárselas a la Sareb y ofrecérselas
a la ciudadanía en alquiler social. Ahí el gobierno central no pinta nada,
porque pagan las autonomías y los ayuntamientos. Tenemos otro segundo
bloque de 14.000 viviendas, que son viviendas que ya están ocupadas y que en
función de los programas ya vigentes de la Sareb se van a ir convirtiendo en
alquiler social. Por tanto, 35.000 de las 50.000 viviendas que ha anunciado Pedro
Sánchez son puro humo o son viviendas de alquiler social que no dependen del
Ejecutivo, sino de las autonomías y de los ayuntamientos, o son viviendas de
alquiler social que ya están en proceso de serlo y que ya están ocupadas y que
por tanto no van a aportar nada nuevo al mercado inmobiliario. Y las otras 15.000,
hasta llegar a las 50.000, ¿qué son? Pues todavía más humo en el presente y quizá ya
lo veremos una realidad en el futuro. ¿Por qué digo que este tercer bloque es
absolutamente humo en el presente? Porque el tercer bloque son viviendas que se
pretenden edificar en el futuro en suelo que posee la Sareb. Es decir, ni siquiera
son viviendas que existen hoy, sino viviendas que se proyecta, que se
construirán en el futuro y que se destinarán a alquiler social una vez
construidas. Pero es que también cuidado con esto. De estas 15.000 viviendas que se
estima que se pueden edificar en el suelo de la Sareb, 10.000 se pueden
edificar en suelo que ya es residencial. Pero es que las otras 5.000 se proyecta
que se edificarán en suelo de la Sareb que ni siquiera tiene la calificación
hoy de suelo residencial. Por tanto, es humo al cuadrado. Primero hay que
recalificar ese suelo a suelo residencial y luego desarrollar una promoción
inmobiliaria que construya las viviendas y las saque en régimen de alquiler social.
No sólo eso. Según nos indica el diario El País, justamente porque alguien tiene
que pagar el desarrollo, la inversión en esas nuevas promociones inmobiliarias,
el alquiler que se pagaría en este tercer bloque de viviendas no sería un alquiler social,
sino un alquiler algo por debajo del alquiler de mercado. ¡Que cuidado! Esta tercera propuesta
ni siquiera la estoy criticando. Estoy criticando la absoluta propaganda ideologizada que se montó
el presidente del Gobierno en el Mítin en Valencia. Porque en este tercer bloque ni
siquiera existen las viviendas y cuando existan no se alquilarán a alquiler social,
sino a un alquiler algo por debajo del alquiler de mercado. Así nos lo cuenta el diario El País.
El tercer gran bloque, hasta sumar 50.000 viviendas, son unas 15.000 viviendas que
tienen que salir de nuevos desarrollos. Es decir, de edificar bloques para alquiler sobre
solares que son propiedad del Banco Malo. Se trata de un proyecto que se está ultimando y
las fuentes de la Sareb estiman que las primeras licitaciones podrían salir en verano. Las primeras.
Se trata de imitar lo que han hecho ya algunas administraciones, ceder el derecho de superficie
a particulares que construirían y cobrarían un alquiler por esos pisos durante un plazo por definir,
pero que no sería inferior a 50 años ni superior a 80, que es el tope legal. A cambio, la Sareb
puede determinar otras condiciones, como por ejemplo cuál es el precio máximo que se puede
cobrar por metro cuadrado. Se trataría, si se copia lo que hasta el momento se ha hecho,
de un alquiler más asequible que social. Es decir, que no es un alquiler social,
es un alquiler asequible. ¿Y por qué no sería un alquiler social? Porque, pone el país entre
paréntesis, raramente el alquiler social saldría rentable a desarrolladores privados. Aunque también
existe la posibilidad de hacer promociones públicas en esos suelos. Es decir, que si el suelo lo
compran ayuntamientos y comunidades autónomas y construyen viviendas públicas en ese suelo,
entonces sí, el alquiler sería alquiler social. Pero de nuevo le pasas el muerto a comunidades
autónomas y ayuntamientos. Y se quiere colgar la medalla el presidente del Gobierno.
Prosigue el diario El País. De nuevo, la cifra de 15.000 viviendas engloba situaciones dispares. El
Banco Malo contempla que unas 10.000 de esas casas se levantarían en suelos que ya están listos para
ello, pero no todas a la vez. Es decir, que prevé una incorporación escalonada de viviendas,
y las primeras tardarían años en ver la luz, puesto que todavía no están listas ni las
licitaciones. Las otras 5.000 viviendas están en solares que están identificados y se ven
potencialmente atractivos para este uso, pero no son suelo finalista, lo que significa que ahora
mismo no se puede edificar sobre él porque está pendiente de gestiones urbanísticas.
Vamos que lo he dicho, de ese tercer bloque de 15.000 viviendas, 10.000 se empezarán a
construir a lo largo de los próximos años y, cuando se termine, se ofrecerán en régimen de
alquiler asequible, no de alquiler social, salvo que las viviendas las construyan ayuntamientos
y comunidades autónomas con su dinero, no con el de Sánchez, sino con su dinero. Y las otras
5.000 que integran ese tercer bloque ya veremos si en algún momento futuro se construyen,
porque se tienen que construir en suelo que ni siquiera está calificado como suelo residencial.
Pues estas son las 50.000 viviendas de alquiler social que anunció Sánchez el pasado fin de semana.
21.000 si comunidades autónomas y ayuntamientos quieren y ponen el dinero, 14.000 que ya están
ocupadas y a las que previsiblemente se les rebajará el alquiler en función de
programas de la Sareb que ya existen y 15.000 que construiremos en el futuro si todo va bien
y ya veremos a qué alquiler las terminamos sacando a mercado, aunque desde luego no a alquiler social.
Es tal el engaño, es tal la manipulación, es tal la burla de los ciudadanos a los que se les dice
50.000 viviendas nuevas de alquiler social cuando no hay nada detrás de esa cifra que produciría
Sonrojo si no fuera porque esta es una estrategia perfectamente diseñada para cazar votos y cazar
votos para mantenerse en el poder y mantenerse en el poder para dirigir nuestras vidas y coartar
nuestras libertades. Parece un chiste, pero no lo es, porque con estas tretas, con estas maniobras
de distracción, con estas trampas, llevan décadas manipulándonos y enquistándose en el poder y,
por tanto, no solo viviendo a nuestra costa, sino poniendo nuestra vida y nuestra hacienda
a su servidumbre. No son timadores profesionales a pesar de ser políticos, son políticos porque
son timadores profesionales.