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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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Vamos con el capítulo económico, porque el dato del día, desde luego,
impresiona. Nos habíamos plantado alguna vez.
Llegaremos a los dos dígitos en la subida de los precios.
En el dato de IPC, pues sí, el dato adelantado del junio dice
que ya los hemos alcanzado y superado, Lorena.
Hoy lo sabemos, la inflación supera los dos dígitos
y se dispara hasta el 10,2 por ciento.
En junio es un 1,8 por ciento más que en mes anterior
y es el dato más alto ojo registrado desde abril
de 1985. ¿Y qué es lo que más sube?
Pues, por un lado, cuestiones básicas para las familias.
Por ejemplo, los carburantes que siguen en niveles de dos euros
el litro, la luz, los alimentos, sobre todo los frescos
y las bebidas no alcohólicas. Pero es que, además,
también sube algo que nos afecta de lleno ahora para las vacaciones.
Y son los precios de los hoteles, porque lo que pagamos
con una habitación hoy respecto al año pasado es mucho más.
Y también suben los precios de los restaurantes.
Así que un panorama complicado con un IPC del 10,2 por ciento.
En junio el más alto, en 37 años,
pues que los ciudadanos están notando y mucho peyo.
Sí, y es que no solo los alimentos han contribuido
a que ese IPC adelantado esté en el 10,2 por ciento,
también otros productos.
Por ejemplo, los carburantes, si ustedes cogen el coche
para venir al supermercado, habrán notado también
cómo han subido los precios de la gasolina y el 10,
pero no solo carburantes.
También, por ejemplo, ir a comer fuera.
Los restaurantes han contribuido a que suba el IPC.
O, por ejemplo, también simplemente los hoteles,
este de vacaciones.
Hay que decir que ya las distribuidoras de los supermercados
están notando cambios de actitud en los consumidores.
Es los que ellos llaman crisis de consumo.
Por ejemplo, ¿qué se nota?
Bueno, pues dicen que los clientes vienen más frecuentemente
a los supermercados a comprar productos, pero gastan menos.
O, por ejemplo, en vez de elegir primeras marcas,
lo que hacen es comprar marcas blancas para ahorrarse
así un poco de dinero.
Vamos a hablar con consumidores.
Buenos días, caballero.
Hola, buenos días.
Usted, veo que trae café.
Café, sí.
Café, que es una de las productos que dicen que más
ha subido respecto al año pasado.
¿Ha notado?
Evidentemente, sí, ha subido con un 20 por ciento.
Salvo ha notado.
¿Y qué productos han notado más que han subido?
Bueno, las cosas más necesarias y cosas tan las galletas,
muchas cosas que han subido, realmente un 20 por ciento,
aunque otras no ha sido así.
No, que además son productos.
Hablábamos de primera necesidad.
Bueno, eso.
Son alimentos.
Se podrían sustituir por pan o por cualquier otra cosa,
pero en cuanto haces algún exceso,
te suele mucho más caro.
Lo que hago es consumir menos y la gasolina,
me procuro usar el coche lo menos posible.
El coche ya lo uso para no ir prescindible, pero nada más.
Y una vez que viene, por ejemplo, a su supermercado,
caballero, ¿usted ha cambiado algún tipo de hábito, por ejemplo?
No, simplemente no digo que marcas blancas,
pero aquellas compro solo lo necesario.
Entonces, hoy, por ejemplo, que me hacía falta café,
podía haber comprado más cosas, pero he dicho, solo café.
Se fija también.
No hace mucho, valía 99 céntimos.
Y hoy lo he comprado por 1,49.
Eso es un 50%.
Estamos hablando de una subida.
De una subida muy importante.
Y, por ejemplo, si fija más en las ofertas,
elige supermercados donde hay productos.
Al no moverme con el coche para ir a los supermercados,
suelo cerca de mi trabajo.
Tengo este.
Y a mí me parece bien.
Lo único problema es que, bueno, tiene otros problemas,
y es que no tiene mucha variedad.
Y entonces tienes que coger.
Pero ya me ha acostumbrado.
Se ve que ya me ha acostumbrado.
Bueno, caballero, me imagino que ha notado también
su vida en otros productos, como hablábamos,
hoteles, restaurantes, al final.
No, sin duda.
Procuro igual.
Cuando me apetece ir a comer, no a cenar, pues voy,
pero procuro si a lo mejor iba a un mejor restaurante ahora,
bajo un poco de nivel.
Muchísimas gracias, caballero.
Bueno, pues es un ejemplo, claro, de cómo, al final,
las familias españolas están haciendo un real,
bueno, pues un esfuerzo muy grande para intentar
compensar esta subida de precios.
Y vemos en el supermercado, como ya, pues,
hay gente que compra menos, incluso,
ya elige esas marcas blancas que son más económicas.
Lógicamente, la gente se va adaptando a lo que hay,
al día a día, ¿no?
Juan Ramón Rayo, economista, muy buenos días.
¿Qué tal, buenos días?
A mí me llama la atención, ¿eh?
Lo de los dos dígitos de la inflación.
Supongo que a los que os digáis a esto, quizás no tanto.
Pero me parece que quizás lo llegáramos.
Es verdad que el gobierno decía,
en marzo ya hemos tocado techo con el 9,8,
no vamos a subir más.
¿Vamos a subir más de lo que estamos viendo hoy?
Bueno, yo creo que, incluso, quienes pronosticábamos
inflación a mediados del año pasado,
incluso aquellos que advertíamos de que podíamos ir a inflación
y de que sería un riesgo muy real,
por primera vez en los últimos 20 años,
creo que, incluso, esos estamos sorprendidos
de la magnitud de la inflación que estamos viviendo,
en parte porque una porción de esa inflación
no toda, pero si una porción es atribuible, claro,
a la invasión de Ucrania y a todo lo que ello ha supuesto,
y eso no era anticipable antes de febrero de este año.
Si va a venir más inflación o no,
dependerá mucho de las medidas que tomen
para contener esa inflación
los bancos centrales y los gobiernos.
Y, de momento, el gobierno de España
es verdad que tiene poco margen,
tampoco hay que pedirle que haga milagros,
porque su margen es reducido,
pero, dentro del poco margen que tiene,
las medidas que ha adoptado
muchas de ellas contribuyen a alimentar la inflación.
La inflación es un fenómeno
derivado del exceso de gasto
en relación con la capacidad para producir riqueta.
Y el gobierno lo que está haciendo
es insuflar más gasto dentro de la economía,
por ejemplo, con el cheque de los 200 euros.
O sea que, si gastamos más,
no ayudamos a que la inflación se contenga.
Claro, efectivamente.
Y uno puede decir, bueno,
pero es que las familias lo están pasando muy mal,
hace falta algún tipo de compensación.
Vale, de acuerdo, pero, entonces,
alguien tendrá que gastar menos.
Por ejemplo, que gaste menos el sector público,
que gaste menos el Estado.
Pero, claro, si el Estado no recorta otros gastos
y, si aumenta algunos, como el cheque de 200 euros,
pues, entonces, el gasto total crece
y eso empuja todavía más a la alta la inflación.
¿Y, entonces, cómo compensas, Juan Ramón,
a la gente que va muy justa
y que ahora ya no va muy justa,
ahora ya se aboga?
Sí, si yo, en sí mismo,
la medida de los 200 euros no la estoy criticando.
Estoy criticando cómo se financia.
Si tu das un cheque de 200 euros
para que la gente que, efectivamente,
tiene ingresos tan bajos
que ni siquiera bajándole los impuestos,
le proporcionas una ayuda,
pues puede tener sentido que,
dado que la inflación es un impuesto,
no lo olvidemos, es un impuesto sin legislación,
pues el gobierno devuelva a parte
de lo que está cobrando demás
con ese impuesto a los ciudadanos.
Pero, si no quiere seguir alimentando la inflación,
el gobierno tendría que recortar otros gastos
o, desde otra perspectiva ideológica,
subir otros impuestos
para financiar ese gasto.
Pero este gobierno tira de deuda
y, al tirar de deuda, alimenta la inflación.
Te lo decía porque es verdad que no
ese impuesto que dices tú bien llamado,
que es la inflación no castiga
desde luego a todos por igual,
hay gente que le hace pasar peor rato
y hay otra gente que la tiene ahogada.
En esta, Juan Ramón Rayo,
estamos en vísperas de tomar la decisión
de cumplir lo que marca la ley,
que es actualizar las pensiones.
Hay pensiones, como el caso de esta mujer,
que, si no se la actualizas, no pueden vivir.
Pero, si actualizamos todas,
el Estado va a vivir muy asfixiado.
¿Cuál es la salida de esta situación?
Claro, yo creo que, en la situación actual,
con el IPC tal como está disparado,
no es responsable ni asumible
revalorizar linealmente
todas las pensiones conforme el IPC.
Más que nada, porque los salarios
no se están revalorizando conforme el IPC
y no se están revalorizando
no solo porque, obviamente,
los empresarios puedan oponer resistencia a hacerlo,
sino porque el propio gobierno
ha pedido que haya un pacto de rentas.
Es decir, que los salarios
crezcan menos que el IPC.
¿Para qué? Para no entrar en una espiral
precios salarios y que la subida salarial
genere nuevas subidas de precios,
las subidas de precios nuevas subidas salariales, etc.
Pero, claro, si quienes están
pagando las pensiones, los cotizantes,
ven como sus ingresos aumentan
muy por debajo del IPC,
si es que aumentan,
los ingresos del sistema crecen
a un ritmo bajo,
al menos por el aumento
de los salarios de los cotizantes actuales.
Si hay nuevos trabajadores que empiezan a cotizar,
crecerán más, pero por los que cotizan
crecen menos.
Y en cambio, las pensiones, si crecen al 10%,
pues se te están disparando los gastos
en relación con los ingresos. No es responsable.
Tiene sentido que las pensiones más bajas
valoricen al IPC, o incluso
si quisiéramos mejorar en el margen
su situación algo por encima del IPC,
pero todas ellas no pueden revalorizarse
al IPC, como no todos los
salarios de muchísimo menos están revalorizando
al IPC, y son los salarios los que pagan las pensiones.
Bueno, vamos a ver qué pasa después del verano,
porque habrá que hablar en serio
de todas estas cosas. Juan Ramon Rayo, muchísimas gracias.
Muchas gracias, hasta otra.