logo

Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

Cuba es cada vez más pobre no por el embargo comercial de los Estados Unidos,
sino por su ruinoso sistema de planificación central socialista. Y desde el propio Partido
Comunista de China instan a los burócratas cubanos a que abandonen el desastroso socialismo
económico. Veámoslo.
¿Apagón histórico en Cuba y a quién creen que le echan la culpa las autoridades socialistas
del país? Pues sí, cómo no, al bloqueo comercial de los Estados Unidos contra la isla. Díaz-Canel
culpa a Estados Unidos del apagón general en Cuba. Aquí hay gente que no quiere que se
hable de bloqueo. Como si la tiranía castrista no hubiese estado hablando de otra cosa durante
décadas. Porque esto, echar balones fuera para culpar al enemigo exterior de todos los desastres
internos perpetrados por el socialismo, ha sido una táctica recurrente durante toda la historia
de la tiranía socialista para justificar el masivo empobrecimiento al que han condenado
a la sociedad cubana. Y aunque son muchos los que han comprado este discurso propagandístico,
el discurso de echarle fundamentalmente la culpa de todos los males de la economía cubana
al embargo comercial que no bloqueo comercial decretado por Estados Unidos contra Cuba, lo cierto
es que ese embargo comercial no impide que la economía cubana comercie con otras economías
del planeta. Es verdad que en la práctica el embargo puede dificultar que Cuba comercie
con otras economías aliadas de la estadounidense. Pero, desde luego, nada impide que Cuba comercie
con otras economías no alineadas con Estados Unidos tan importantes como puedan ser Rusia y,
sobre todo, China. De hecho, las relaciones comerciales entre Hispanoamérica y China se han
ido volviendo durante los últimos años cada vez más intensas. Las importaciones chinas
procedentes de Hispanoamérica, es decir, las exportaciones de Hispanoamérica a China,
se han prácticamente cuadruplicado desde el año 2008, momento en el que Hispanoamérica exportó a China
a unos 65.070.000 millones de dólares, frente a los cerca de 250.000 millones de dólares actuales,
y se han prácticamente duplicado desde los años 2017-2018, cuando Hispanoamérica exportaba a China
en torno a 120.000-150.000 millones de dólares anuales. ¿Y qué ha sucedido en ese mismo lapso de
tiempo con las exportaciones desde Cuba a China, pues que en lugar de multiplicarse, como ha ocurrido
en el resto de Hispanoamérica, se han desplomado? En los años 2007-2008, Cuba exportaba a China alrededor
de 1.000 millones de dólares anuales. En la actualidad, a finales de 2023, apenas alcanza los
360 millones de dólares anuales. Una tendencia a la baja que además ha sido continuada, porque en el
año 2018 todavía exportaba cerca de 500 millones de dólares anuales. Es decir, que el conjunto de
Hispanoamérica, entre 2008 y la actualidad, cuadruplica sus exportaciones a China, mientras
que Cuba la reduce a un tercio. O a su vez, entre 2018 y la actualidad, Hispanoamérica duplica sus
exportaciones a China, mientras que Cuba la reduce en un 25%. Y esto en sí mismo no es responsabilidad
del embargo comercial con los Estados Unidos. Esto es responsabilidad de la incapacidad de la
economía cubana para exportar bienes y servicios de alto valor añadido a China. De hecho, es que si
observamos la composición más reciente de las exportaciones de Cuba a China, la imagen es
verdaderamente deprimente. El 80% de las exportaciones de Cuba a China son esencialmente minerales y
metales. Zinc, metales preciosos o níquel. El 9% es azúcar en bruto. El 6,6% son crustáceos. Y luego hay
otras partidas muy pequeñitas, como el tabaco enrollado, como los licores o como las sales
inorgánicas. Eso es lo que Cuba es capaz de ofrecerle a China sin que existan restricciones, barreras
comerciales entre China y Cuba. Productos sin prácticamente ningún tipo de elaboración. Materias
primas apenas transformadas para que la transformación en otros productos, que es lo que verdaderamente le
aporta valor añadido, se efectúe, claro está, en suelo chino. Que, por cierto, aquí no escuchamos
ningún discurso del estilo de que China está expoliando la riqueza natural de Cuba, se está
quedando con sus recursos naturales a cambio de nada y que, por tanto, el crecimiento económico
chino se sustenta sobre el robo y sobre la expropiación de la riqueza natural de los
pueblos subdesarrollados como el cubano. De todo esto no se escucha nada entre todos aquellos que
suelen articular este discurso cuando la adquisición, cuando la importación de materias primas es realizada
por empresas estadounidenses o europeas. Por tanto, el empobrecimiento de Cuba tiene unas raíces mucho
más profundas que el embargo comercial de Estados Unidos contra la isla, que desde luego no la
beneficia económicamente, pero que tampoco explica las razones fundamentales por las que Cuba cada día
es más pobre. Y es que la causa fundamental de la creciente pobreza dentro de Cuba es esencialmente
una, el sistema de planificación económico centralizado dirigido por la tiranía socialista
de Cuba. De hecho, resulta muy llamativa la información que hace unos días reveló el Financial Times sobre
las conversaciones internas entre los burócratas chinos y los burócratas cubanos. Después de constatar
que han existido lazos históricos de amistad entre el gobierno socialista de Cuba y el gobierno
socialista de China, el Financial Times describe la frustración, la desesperación de los burócratas
chinos cuando les recomiendan a los burócratas cubanos que apliquen reformas económicas profundas
a su economía y estos se niegan a hacerlo. ¿Y de qué reformas económicas profundas estamos
hablando? Pues atención a estos relevantes párrafos de este reportaje del Financial Times.
En público, China apoya el derecho de Cuba a elegir su propio camino hacia el desarrollo
económico de acuerdo con sus propias condiciones nacionales. Pero en privado, los burócratas chinos
han instado durante mucho tiempo a los líderes cubanos a que abandonen su economía de planificación
central y vertical y se acerquen a algo próximo al modelo chino, según comentan economistas y
diplomáticos bien informados sobre la situación. Los burócratas chinos se han mostrado perplejos y
frustrados por la falta de predisposición de los líderes cubanos a implementar de manera decisiva
un programa reformista orientado hacia el mercado, a pesar de la más que evidente disfuncionalidad
del actual modelo económico de Cuba. Es decir, que en China tienen muy claro que la causa última
del desastre económico de Cuba no es el embargo de los Estados Unidos, es la planificación centralizada
y verticalizada del conjunto de la economía por parte del Partido Comunista Cubano. Es la inexistencia
práctica del mercado y de la propiedad privada dentro de la economía cubana. Y el consejo que les
han dado los burócratas chinos a los burócratas cubanos ha sido, esencialmente, abandonen el socialismo
económico. Porque el sistema político chino puede llamarse a sí mismo socialista, pero desde luego,
hoy por hoy, su economía no es una economía socialista. Es una economía con grandes dosis
de mercado y de capitalismo, por mucho que, claro, siga muy intervenida por el Estado. Y eso es lo que no
existe en Cuba. En Cuba no hay mercado, no hay propiedad privada, no hay capitalismo y, por tanto,
hay pobreza económica generalizada. Ese es el auténtico bloqueo que padece y maniata la capacidad
de desarrollo de la sociedad cubana. El bloqueo de la tiranía económica socialista.