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Al parecer la principal discrepancia en materia de fiscalidad que existe ahora mismo entre
el Partido Socialista y Unidas Podemos es la de si deben subirse los impuestos y más
en concreto el IRPF a las rentas superiores a 200.000 euros al año, que es la posición
de Unidas Podemos, o solo a las que ganan más de 300.000 euros al año, que es la posición
del Partido Socialista, pero en todo caso ambas formaciones políticas coinciden en que en
este momento de brutal crisis económica hay que subir los impuestos a las rentas altas.
En realidad se trata de una coincidencia que en el fondo tiene nulos efectos recaudatorios,
se trata por tanto de una coincidencia más de cara a la galería que de cara a implementar
políticas económicas eficaces. ¿Por qué razón? Bueno, en el año 2016, que son los
últimos datos desagregados, plenamente desagregados que tenemos disponibles, las rentas superiores
a 192.000 euros, es decir, aproximadamente el umbral que quiere establecer Unidas Podemos
para subir el IRPF, ingresaron 16.500 millones de euros, mientras que las rentas ingresaron
más de 360.000 euros al año, aproximadamente el umbral que plantea Unidas Podemos para
subir los impuestos, es verdad que es algo superior, ellos hablan de 300.000, pero los
datos desagregados que tenemos nos indican las cuantías a partir de 360.000, pues bien,
los contribuyentes ingresaron 9.400 millones de euros, 16.500 millones de euros a partir
de 192.000 euros de ingresos individuales al año, 9.500 millones de euros, todos aquellos
que ingresaron más de 360.000 euros. ¿Y cuántos impuestos pagaron estos colectivos?
Pues bien, los contribuyentes que ingresaron más de 192.000 millones de euros pagaron
6.700, algo más de 6.700 millones de euros en impuestos, y los contribuyentes que ingresaron
más de 360.000 euros al año pagaron más de 4.000 millones de euros en impuestos, de
hecho casi 4.050 millones de euros. ¿Esto qué significa? Pues que el tipo medio efectivo
sobre la base general de estos contribuyentes, porque las cifras que estábamos dando son
cifras de base general, no de base imponible del ahorro, si contabilizáramos otros impuestos
que pagan por sus rentas del capital, todavía serían cuantías más elevadas, el tipo medio
efectivo de su base general, el porcentaje de sus ingresos que pagaron vía impuestos
en el IRPF, fue del 41% si contabilizamos todas las rentas de más de 192.000 euros
al año, o del 43.1% si nos limitamos a analizar las rentas que ganaron más de 360.000 euros
al año. Por consiguiente, si este tipo medio efectivo subiera en 3 puntos porcentuales
del 41 al 44% o del 43.1 al 46.1%, que es una subida algo mayor que la que plantean tanto
PSOE como unidas Podemos, si, repito, se subiera el tipo medio efectivo en 3 puntos porcentuales,
la recaudación que afluiría a la hacienda pública presuponiendo que los agentes no
reaccionaran de ningún modo a la subida fiscal, es decir, que no redujeran el número de horas
trabajadas o que no desviaran parte de sus ingresos a otros vehículos fiscales que les
permitieran tributar de otras maneras, suponiendo que se subieran 3 puntos el tipo efectivo
y que no hubiese reacción de los contribuyentes, la recaudación que lograría hacienda sería
o de 483 millones de euros si se subieran los impuestos tal como quiere Podemos al conjunto
de contribuyentes que ingresen más de 192.000 euros o de 273 millones de euros si se subieran
los impuestos tal como quiere el PSOE, a los que ganan más de 360.000 millones de euros,
recuerdo que la propuesta específica de Podemos es 200.000 y la de PSOE 300.000, pero que
manejamos las otras cifras porque son los datos desagregados que tenemos, no tenemos datos
desagregados para a partir de 200.000 y para a partir específicamente de 300.000, por tanto
la subida impositiva que se está manejando en estos momentos proporcionaría una recaudación
entre 250.000 y 500.000.000 de euros a lo sumo, en realidad bastante menos porque sabemos
que los contribuyentes, especialmente los contribuyentes con ingresos altos, tienden a reaccionar
de manera bastante directa frente a las subidas de impuestos, es decir, tienen formas de evitar
de minimizar, de optimizar el pago de impuestos y esas formas son especialmente utilizadas
cuanto más les aprietas las tuercas. Por consiguiente, si suponemos una elasticidad
de la base imponible con respecto al tipo impositivo efectivo, es decir, cuánto cae la base imponible
de estos contribuyentes cuando incrementamos un 1% el tipo impositivo, si asumimos una elasticidad
del 0,5, que probablemente sea una elasticidad inferior a la real, la recaudación únicamente
aumentaría entre 125 millones de euros bajo la propuesta del Partido Socialista o 225
millones de euros bajo la propuesta de Podemos. Y no penséis que esta estimación de un incremento
de la recaudación entre 125 y 225 millones de euros como consecuencia del incremento
en el IRPF que plantean tanto unidas Podemos como el PSOE es una estimación alabaja,
es una estimación cicatera para intentar restar importancia a la propuesta que están
efectuando unidas Podemos y el Partido Socialista. No olvidemos que estos dos partidos, en el
acuerdo de presupuestos que finalmente fue tumbado en el año 2019, lo cual precipitó
las primeras elecciones generales, la primera convocatoria reciente de elecciones generales,
ya planteaban subir este impuesto a las rentas que ingresarán más de 130.000 euros, no
a las que ingresarán más de 200.000 o de 300.000 euros, sino a las que ingresarán
más de 130.000 euros. Y ya estas formaciones, en aquel entonces, incluyendo a muchos más
contribuyentes, estimaban que el efecto de esta subida impositiva sería de 328 millones
de euros, en un momento en el que la economía estaba mucho mejor y ya digo incluyendo a
muchos más contribuyentes. Por tanto, es perfectamente factible, incluso de acuerdo
con las propias estimaciones de los partidos implicados, que la recaudación adicional
por subir impuestos a las rentas superiores a 200.000 euros, sea del entorno de 220 millones
de euros y que, si en cambio se limita la subida a las rentas superiores a 300.000 euros,
sea de unos 120 o 125 millones de euros. Y estas cantidades son absolutas ni miedades
desde un punto de vista presupuestario. Por ejemplo, 220 millones de euros, la parte
alta de la estimación, que cabe esperar de esta subida tributaria, equivale al 0,04%
de todo el gasto público que se experimentará en el año 2021, o equivale también al 0,27%
del déficit público que se generará en el año 2021. No estoy hablando del 0,27% del
PIB frente a un déficit público esperado del 7,7%. No, estoy hablando de un 0,27%
del déficit total. En términos de PIB sería un 0,02% del PIB sobre un déficit del 7,7%
del PIB. O por si queremos expresarlo en otra métrica
todavía más sorprendente, el gobierno puede ahorrarse 220 millones de euros y, por tanto,
ahorrarse esta subida del IRPF, si en lugar de revalorizar, tal como pretende, las pensiones
y los salarios de pensionistas y de empleados públicos en un 0,9% en el año 2021, lo revaloriza
en un 0,82%. No es que tenga que congelarlos para evitar esta subida impositiva, es que
tan solo incrementándolos en un 0,82% en lugar de un 0,9% el gobierno se ahorra 220 millones
de euros y, por tanto, evita subir el IRPF a las rentas más altas, es decir, al personal
más cualificado dentro de la economía española. Por consiguiente, esta subida de impuestos
no tiene ninguna lógica económica porque subir impuestos en medio de una crisis es
absurdo en tanto en cuanto contrae todavía más la actividad, tan absurdo es que ni si
quiera el Partido Socialista se atreve del todo a subir los impuestos y tampoco tiene
una lógica fiscal porque la recaudación que va a proporcionar esta subida de impuestos
es verdaderamente minúscula, es verdaderamente enimia y puede lograrse este mismo resultado
ya no congelando pensiones y salarios públicos, que es lo que habría que hacer, tal como
explicamos en otro vídeo anterior que podéis encontrar en la sección de pestañas, sino
simplemente aumentando salarios y pensiones públicas algo menos de lo que plantea el
gobierno. Y si no tiene ninguna lógica económica ni una lógica fiscal, porque se promueve
esta subida del IRPF, simplemente por simbolismo, se trata de una batalla simbólica. Podemos
quiero ofrecerle a su electorado una conquista simbólica, les hemos subido los impuestos
a los más ricos, a los que más ganan. Y desde luego este planteamiento, desde una perspectiva
estrictamente socialdemócrata, que no liberal desde luego, podría tener cierta lógica si
subiendo los impuestos a los que más ganan, se mejoran las condiciones de vida de los
que menos ganan. Sería como digo una lógica socialdemócrata de intentar promover de manera
prioritaria las condiciones de vida de los más pobres antes que las condiciones de
vida de los más ricos, a pesar de que ellos supongan una vulneración de los derechos
y de las libertades de las personas que ingresan en mayor medida. Pero como ya hemos dicho,
esto no funciona así, porque la recaudación adicional que se logrará con esta subida
de impuestos es del todo despreciable y además se está planteando destinarla a financiar
gastos, subidas de pensiones y subidas de sueldos de empleados públicos, que desde
luego no son los colectivos más desfavorecidos de la sociedad. Por consiguiente, se trata
de una medida que no mejora en absoluto el nivel de vida de los más pobres, que tampoco
mejora significativamente el nivel de vida de las clases medias o medias altas, como
pueden ser los pensionistas y sobre todo los empleados públicos, porque lo único que
permite financiar es una subida de salarios o de pensiones que en lugar de ser del 0,82%
sea del 0,9%, es decir, no van a notar la diferencia, y por tanto ¿qué consigue simbólicamente
esta subida fiscal? Pues consigue simbolizar la lucha estatal contra la riqueza. Y no
la lucha estatal contra la riqueza para ayudar a los más pobres, no una lucha contra la
pobreza al coste de acabar con la riqueza, no no, una lucha finalista contra la riqueza.
El mensaje que podemos estar enviando es, no os desagradan los ricos, aunque luchando
contra los ricos no consigamos mejorar de ningún modo las condiciones de vida de los
más pobres, hay que acabar con los ricos, es indigno que haya tantos ricos que haya
gente que gane tanto mientras haya gente pobre, y por tanto les tenemos que subir
los impuestos a los que más ganan, aunque ello no se traduzca en una mejoría apreciable
de las condiciones de vida de los que menos ganan. No es una batalla, insisto, contra
la pobreza, es una batalla, es un odio contra la riqueza, y desde luego enviar este mensaje
ahora mismo en España la riqueza está perseguida, repito, no para mejorar las condiciones de
los más pobres, sino porque no queremos que haya ricos, no queremos que haya gente que
gane más de x cantidad de ingresos, más de x cantidad de renta, es un mensaje horrible
a enviar ahora mismo a la comunidad inversora o a la comunidad de trabajadores profesionales.
En medio de una crisis de este calibre tenemos que esforzarnos por atraer primero capital
de todo el mundo para reestructurar rápidamente la economía, y segundo tenemos que esforzarnos
por retener y atraer personal cualificado, y si el mensaje que les enviamos a los inversores
y al personal cualificado es, no os queremos en España, desde luego van a venir muchos
menos, y si vienen muchos menos nuestra economía no crecerá tanto como alternativamente podría
haber crecido, y no crecer tanto como alternativamente podríamos haber crecido, eso significa
más pobreza. Por tanto, el mensaje en contra de la riqueza de Podemos y de PSOE en última
instancia, y sin que lo sepan, sin que tal vez sea su intención, o si, es un mensaje
a favor de la pobreza, a favor de incrementar la pobreza, a favor de no reducir tanto la
pobreza como podríamos reducirla. Es un mensaje que nunca deberíamos asumir como propio,
pero desde luego es un mensaje que en la actual coyuntura no podemos permitirnos de ninguna
manera.
Orgánios
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