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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

¿Deberíamos considerar de clase alta a un trabajador que apenas ingrese un salario neto
de 1.900 euros mensuales? Pues según algunos medios de comunicación españoles, sí deberíamos
hacerlo. Según algunos medios de comunicación españoles, ese trabajador ya es rico. Veámoslo.
En España, la renta per cápita, un indicador que en términos promedio nos indica cuáles
son los estándares de vida de un país, en España la renta per cápita lleva estancada
desde el año 2007. Es decir, lleva estancada desde hace más de 15 años. Y esto es algo
que sucede en nuestro país, pero que no sucede en otros países de nuestro entorno. Por ejemplo,
en Polonia, la renta per cápita durante los últimos 15 años se ha prácticamente duplicado
y, por tanto, los estándares de vida promedios de la población también han aumentado de
manera muy sustancial. Que los estándares de vida lleven estancados en términos promedio
15 años en nuestro país significa que muchísima gente se está acostumbrando a no prosperar
en la vida. Es más, si en términos promedios se han estancado y sigue habiendo personas que
dentro de España prosperan, eso significa que muchas otras personas dentro de España están
viviendo peor, están retrocediendo, porque si no la media no quedaría estable. Y, por tanto,
muchísimos españoles se están acostumbrando o a que sus estándares de vida no mejoren conforme
pasa el tiempo, o incluso a que empeoren. Y esto, repito, no es algo que debamos normalizar.
No es algo a lo que debamos acostumbrarnos. Esto es una rareza en términos internacionales
y en términos históricos. Al menos en términos históricos desde la aparición de la revolución
industrial. Lo normal es que los estándares de vida de un país desarrollado vayan aumentando
año tras año, hasta el punto de que, acumulativamente, al cabo de 15, 20, 25 o 30 años, las diferencias
en los estándares de vida entre generaciones son muy sustanciales. Pero esto, repito, no
ha sucedido en España. Y en lugar de plantearnos qué hemos hecho mal durante estos últimos 15
años para que los estándares de vida hayan estado estancados, en lugar de replantearnos
qué deberíamos hacer para que nuestra renta per cápita aumente sostenidamente año tras año,
cada vez son más los discursos que pretenden romantizar este estancamiento económico. Cada
vez son más los discursos que pretenden justificar un cierto conformismo con el estancamiento en
la pobreza. En lugar de aspirar a seguir desarrollando, cada vez son más los discursos
que justifican la situación general del país y que incluso la califican como positiva o muy
positiva y que sólo alcanzan a defender políticas redistributivas dentro de este statu quo para
mejorar un poquito el nivel de vida de aquellos que están peor. Vamos a elevar un poquito a los
pobres a costa de empeorar a todos los demás. No se plantean la posibilidad de mejorar la calidad
de vida de todos, porque para ello la renta per cápita tendría que aumentar sostenidamente,
sino que aceptan el estancamiento en términos de bienestar de nuestra renta per cápita y defienden
que el Estado aumente los impuestos al conjunto de la sociedad para redistribuir un poquito hacia los
más necesitados. Este discurso típicamente pobrista, es decir, esta apología de la pobreza,
esta apología del estancamiento económico, esta apología de la mediocridad económica, es un discurso
cada vez más preponderante en nuestra clase política y también en muchos medios de comunicación.
Sin ir demasiado lejos, este pasado sábado, la Sexta, una de las cadenas de televisión más vistas
en España nos obsequió con el siguiente análisis sobre qué supone ser de clase media en España y
qué supone ser de clase alta o qué supone ser rico en España. Atención al discurso diseminado desde este
plato de la Sexta. Dado que a Tresmedia no me permite reproducir el contenido que estoy comentando
y que fue emitido en el programa de la Sexta, la Sexta explica, vamos a resumir lo que se trató de
vender, de propagar a través de este programa para contextualizar el resto del comentario. En este
primer fragmento lo que se nos intentó vender es que aquellas familias españolas que ingresan menos
11.700 euros anuales son pobres y las que ingresan más de 43.700 euros anuales son ricas. Y ya si
ingresan más de 150.000 euros anuales, la Sexta las calificaba de súper ricas. Si ingresas más de 43.000
euros anuales eres rico. Eso con independencia de cuál sea tu situación patrimonial. Es decir,
puede haber gente que esté compartiendo piso en Madrid ingresando más de 43.000 euros anuales y,
según la definición que están dando en la Sexta de rico, debamos considerar a esa persona que comparte
piso como rica. En realidad, el error de esta clasificación es muy evidente. Esta clasificación
confunde más rico con rico y más pobre con pobre. Y no es lo mismo. Una persona que ingrese dos euros al
mes es una persona más rica que una persona que ingrese un euro al mes. Pero creo que nadie diría
que una persona que ingresa dos euros al mes es rica. Pues la trampa que está haciendo este análisis
de la Sexta es exactamente esa. El 20% de la población española que más ingresa, si lo queremos decir así,
el 20% de la población española más rica ingresa más de 43.000 euros anuales. Pero eso no significa que
ingresar más de 43.000 euros anuales te haga rica. Eso solo significa que estás entre el 20% más rico
de España en términos de renta. O si lo quisiéramos decir de otra manera, eso solo significa que estás
entre el 20% menos pobre en términos de renta de España. De ahí a calificar como rico al 20% más rico
o al 20% menos pobre de España hay un trecho muy grande. Por verlo de otra manera, en Uganda también
habrá un grupo de ugandeses que sean el 20% más rico de la sociedad ugandesa. Pero eso no significa
que ese 20% más rico o menos pobre de la sociedad ugandesa sea necesariamente rico. Puede que estén al
borde de la inanición, pero como son el 20% más rico o menos pobre de Uganda, pues algunos ya los
calificarán como ricos. Desde luego no es la forma correcta de proceder. Pero sigamos con el vídeo de la
sexta, porque las trampas, las distorsiones o las medias verdades no terminan aquí. Como repito
nuevamente, a tres media no me permite reproducir este fragmento de vídeo emitido en la sexta, vamos a
resumir, que se narraba, que se nos vendía desde este segundo fragmento de vídeo. En este segundo
fragmento de vídeo, la sexta nos intentaba convencer de que, según la OCDE, las familias españolas que
ingresaran entre 11.500 euros y 30.400 euros eran familias de clase media. Y aquellas familias que
ingresaran más de 30.400 euros anuales ya eran familias de clase alta. Y a tenor de estos
sorprendentes datos, nos exhortaban a recapacitar y a replantearnos cuál era nuestra posición económica
dentro de la sociedad. Bueno, aquí ya no es que seas rico si ingresas más de 43.000 euros anuales. Es que
eres de clase alta si ingresas más de 30.000 euros anuales. Es decir, que una persona que puede estar
cobrando en términos netos entre 1.800 y 1.900 euros mensuales se la considera, según este análisis de
la OCDE, que supuestamente está recogiendo la sexta, se la considera de clase alta. Bueno, esto en realidad
es una media verdad. ¿Y por qué es una media verdad? Pues porque si vamos al informe de la OCDE,
donde se define a la clase media de esta manera, podemos leer lo siguiente. La clase social se
refiere a un grupo de personas que comparten un mismo estatus socioeconómico. ¿Cómo definir este
estatus socioeconómico compartido? Es algo que difiere según la tradición académica y según el uso
que queramos hacer del concepto. En consecuencia, los indicadores utilizados para definir y analizar
a la clase media varían de manera significativa dentro de y a través de las distintas disciplinas
académicas. Muchos análisis económicos utilizan el ingreso como el indicador clave para definir el
estatus que caracteriza a la clase media. En el resto de ciencias sociales, muchas medidas y definiciones se
basan en el nivel de empleo, aunque también se utilizan elementos relativos al capital económico,
al capital social o al capital cultural. Incluso se ha llegado a definir clase media según la
percepción subjetiva de la clase social a la que uno pertenece. En este informe definimos clase media
como aquella población que vive en hogares con ingresos entre el 75 y el 200% de la renta nacional
mediana. Es decir, que el propio informe de la OCDE nos está reconociendo que no existe una definición
única y compartida a lo largo y ancho de todas las ciencias sociales sobre qué es clase media. Y señala
que en este informe va a utilizar una definición de clase media exclusivamente basada en el ingreso
nacional mediano. Todo hogar que se halle entre el 75% y el 200% del ingreso nacional mediano es
considerado en este informe como clase media. Y de ahí salen las cifras que presenta la sexta. Hay que
decir que son cifras algo desfasadas porque si acudimos a las estadísticas del INE comprobaremos que
la renta nacional mediana por unidad de consumo en España fue en el año 2022 de 16.800 euros. Y
eso significa que los umbrales de renta son algo distintos a los que presenta la sexta. El rango
de ingresos que definen clase media no se ubicaría entre 11.500 y 30.400 euros anuales, sino más bien
entre 12.600 euros y 33.600 euros anuales. Pero en el fondo tampoco cambia demasiado la cosa. Sigue
sonando raro definir a alguien como clase alta en España por el hecho de que su unidad de consumo,
su hogar, ingrese anualmente más de 33.600 euros. Y suena raro porque es una definición meramente
estadística y relativa de que es clase media. Lo cual puede ser una definición funcional en
determinados ámbitos, pero que, como ya hemos dicho, es una definición incompleta y no compartida
por el resto de ciencias sociales. De nuevo, en Uganda también habrá una clase media y habrá una
clase baja y una clase alta. Por ejemplo, en Uganda los ingresos medianos por hogar rondan los 1.200 euros
anuales. Eso significa que la clase media ugandesa, según esta definición, que emplea la sexta extraída
de la OCDE, se ubicaría entre los 900 y los 2.400 euros anuales de ingresos. ¿Consideraríamos a alguien
que ingresa 2.500 euros anuales de clase alta? Pues si nos queremos ajustar a esta definición meramente
estadística y relativa de clase alta, así debería ser. Pero si queremos asociar de alguna manera clase
alta con un elevado estándar de vida, desde luego resultaría risible pretender que alguien que ingrese
2.500 euros anuales en Uganda sea una persona acaudalada y con un elevado nivel de vida. Que oye,
siempre que se aclare que se está utilizando una definición de clase media y, por tanto, de clase baja
o de clase alta, meramente estadística y relativa dentro de los confines nacionales, pues tampoco
pasa nada, porque esa definición en determinados contextos podría ser funcional. Ahora, cuando en
un programa de televisión se nos está trasladando el mensaje de que aquellos hogares que ingresan más
de 30.000 euros anuales son de clase alta, meramente porque la OCDE, en un informe, utiliza esta definición
instrumentalmente para hacer ciertas comparativas internacionales, que desde un programa de televisión
se nos traslade este mensaje, sabiendo que asocia el imaginario colectivo por clase alta, que desde luego
no tiene nada que ver con un hogar que ingrese 35.000 euros anuales, pues eso es contar medias
verdades, falsear la realidad e introducir un peligroso mensaje en la ciudadanía. Y ese peligroso
mensaje es el que he expresado con anterioridad, el conformismo con el pobrismo. Y este conformismo
con el pobrismo tiene desde luego dos vertientes. Por un lado, la vertiente anestesiante de situaciones
económicas que deberíamos aspirar a superar. Por ejemplo, un joven emancipado que cobre el salario
mínimo, según estas definiciones que se han presentado, es de clase media. Cobras 15.800 euros
anuales y como estás emancipado, es decir, como eres un hogar unipersonal, entonces ya entras dentro
de la definición de clase media. Y el mensaje que se le está mandando a ese joven es, puede
que tu situación económica la percibas como subjetivamente deplorable. Pero no te quejes,
porque objetivamente eres de clase media. Es decir, hay mucha otra gente en este país
que está peor que tú. Por tanto, date con un canto en los dientes. Pero ¿desde cuándo
alguien debería aspirar a conformarse con cobrar el salario mínimo? Si el salario mínimo
nos habían dicho que era la remuneración mínimamente digna para tener un empleo dentro
de este país. Pues bien, ahora ya no es la remuneración mínimamente digna, sino que es
una remuneración que te convierte en clase media. Y la segunda consecuencia de este tipo
de definiciones de clase media y de clase alta es lanzarles un mensaje muy claro a esas supuestas
clases altas que son los ricos de España. Si en vuestro hogar ingresáis más de 35.000 euros
anuales, no es ya que os tengáis que conformar con eso, porque hay muchísima otra gente que está
peor que vosotros. Es que además tenéis que arrimar el hombro. Cuando el gobierno os machaque a impuestos,
cuando el gobierno diga que va a subir los impuestos a los ricos, es decir, entre otros
a vosotros, no protestéis. Porque vosotros sois de clase alta. Porque vosotros sois ricos. Y por
tanto, vuestros ingresos, 35.000 euros anuales, deben ser redistribuidos en parte a través del
Estado hacia otras personas que están en peor situación que vosotros. Cuando la izquierda nos
decía que sólo subiría los impuestos a los ricos, puede que algunos pensaran que sólo les subiría
los impuestos a aquellos que ingresen más de un millón, dos millones o tres millones de euros al
año. Pero no, el umbral ya ha bajado tanto que rico es aquel que ingresa a 35.000 euros anuales. Y,
por tanto, aquel hogar que ingresa a 35.000 euros anuales ya puede ser saqueado tributariamente sin
ningún tipo de pudor. Es más, ha de aceptar su destino de ser saqueado tributariamente. Y todo
esto repito para no hablar del problema fundamental. Y el problema fundamental es que este país se ha
estancado en unos niveles de ingresos que internacionalmente, al menos si los comparamos
con el mundo desarrollado, son unos ingresos medios deplorables. Y a lo que deberíamos aspirar es a
seguir creciendo de manera general. Es decir, a lo que deberíamos aspirar es a que todos los grupos
de ingresos, los de ingresos relativamente bajos, los de ingresos relativamente medios y los de
ingresos relativamente altos, vean aumentar de manera muy apreciable sus ingresos. A lo que
deberíamos aspirar en términos de niveles de ingresos es a parecernos cada vez más a Suiza o
a Noruega. Y hablo de Suiza o de Noruega para referirme a dos modelos socioeconómicos distintos.
Uno más liberal, el de Suiza, y otro más socialdemócrata, el de Noruega. Pero en cualquier
caso, dos sociedades donde los niveles de ingresos de toda la población están muy por encima de los
de España. Pero como nuestros gobernantes, nuestras élites políticas o nuestra oligarquía,
nuestra casta política, ha fracasado estrepitosamente durante los últimos 15 años,
gobiernos de PSOE y gobiernos de PP, ha fracasado estrepitosamente a la hora de elevar sostenidamente
nuestros ingresos per cápita, pues entonces lo que se busca es un cierto conformismo en el
pobrismo. Que aceptemos la mediocridad económica, el estancamiento en nuestra calidad de vida,
que la casta política española ha provocado. Y no deberíamos renunciar ni a seguir creciendo,
ni a seguir desarrollándonos, ni a seguir mejorando sostenidamente en el futuro,
ni tampoco deberíamos tolerar que la casta política y mediática nos autocalifique como
ricos como paso previo a saquearnos impudorosamente.