logo

Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

El Gobierno dará 200€ a las familias con ingresos más bajos para compensarles el roto,
el empobrecimiento financiero que les está ocasionando la inflación.
¿Servirá de algo esta ayuda?
Veámoslo.
La inflación es un impuesto lento e insidioso que va devorando los ingresos de la mayoría
de ciudadanos, especialmente si esos ingresos no están indexados a la inflación.
El famoso pacto de rentas consiste precisamente en esto, en evitar que los ingresos de los
ciudadanos aumenten al mismo ritmo que la inflación, y, por tanto, que la capacidad
adquisitiva de esos ingresos vaya mermando mes tras mes hasta que el Banco Central y
los gobiernos consigan finalmente controlar la inflación, los precios se estabilicen
y la erosión del poder adquisitivo de los ciudadanos se detenga.
Sin embargo, mientras esto ocurre, mientras bancos centrales y gobiernos se unen, se coordinan
para controlar la inflación, la inflación en medio de un pacto de rentas va empobreciendo
a los ciudadanos, y, obviamente, los ciudadanos levantan la voz porque sienten que están
siendo empobrecidos y reclaman soluciones inmediatas a los políticos.
Y no todas las soluciones son aceptables.
Hay soluciones que, en caso de aprobarse, alimentan todavía más la inflación.
Si para controlar la inflación los gobiernos tienen que controlar los déficits públicos,
la política gubernamental, que pretenda a corto plazo parchear los daños de la inflación
incrementando el déficit público, lo único que hará es alimentar todavía más la inflación.
Pero que haya políticas equivocadas no significa que no pueda haber políticas acertadas para
al menos minimizar la pérdida de poder adquisitivo que están sufriendo los ciudadanos durante
un estallido inflacionista como el actual.
Por ejemplo, una posible solución para compensar parte del destrozo inflacionista que están
sufriendo los ciudadanos sería bajarles los impuestos, pero no bajarles los impuestos
sin más, porque si se bajan los impuestos y no se recorta el gasto público, lo que
tenemos es un incremento del déficit público que todavía alimenta más la inflación.
Si se quiere compensar parte de los destrozos que genera la inflación a través de una
bajada de impuestos, el gobierno tiene que decretar simultáneamente un recorte equivalente
del gasto, de tal manera que se transfiera riqueza, poder adquisitivo, desde el gobierno
a los ciudadanos.
La riqueza, el poder adquisitivo que pierde el gobierno, es exactamente igual al que ganan
los ciudadanos, de tal manera que no haya un incremento agregado del gasto que potencie
todavía más la inflación.
Ahora bien, ¿qué sucede con aquellas personas que no tienen elevados ingresos?
Imaginemos una familia que ingrese 6.000, 7.000, 8.000 euros anuales.
Si a esas familias les bajas el IRPF, el impuesto sobre la renta, no estarás mejorando
en absoluto su situación, no estarás compensando en absoluto el daño que les está generando
la inflación, simplemente porque esas familias no pagan IRPF, por tanto, por mucho que lo
bajes, no van a obtener ningún tipo de alivio.
Es para estas familias, para las que desde Francia se ha propuesto una especie de cheque
que trate de compensar la inflación que están padeciendo.
El presidente francés Emmanuel Macron propuso un cheque de 300 euros para las familias de
ingresos más bajos, con el objetivo de revertir parte del empobrecimiento que les estaba generando
la inflación.
De nuevo, para que este cheque no sea inflacionista, el gobierno debería recortar otros gastos
en cuantía equivalente al coste de este programa.
Pero si se hace así, si se recortan ciertas partidas de gasto para sufragar este cheque
dirigido a las rentas más bajas, con el objetivo de compensarles parte del empobrecimiento
del que están siendo víctimas a través de la inflación, podría tener sentido económico
este tipo de recetas.
Desde una perspectiva moral, nos gustará más o menos la redistribución de la renta,
pero también hay que tener en cuenta que la propia inflación ya supone una redistribución
de la renta y ya supone un impuesto sobre el conjunto de la población que además sufren
de manera muy intensa las familias más pobres y, por tanto, y hasta cierto punto, este cheque
se podría entender como una devolución de lo que previamente se les ha quitado a través
de la inflación.
En España, el gobierno de Peso de Podemos, a propuesta precisamente de Podemos, acaba
de anunciar un cheque similar al que anunció Macron en Francia, un cheque de 200 euros para
aquellas familias cuyos ingresos anuales sean inferiores a 14.000 euros.
Serían familias, por tanto, a las que, aún cuando se les rebajara el IRPF, no obtendrían
ningún tipo de compensación por la vía fiscal.
El gobierno no ha anunciado recortes de gasto, con lo cual estamos ante una política que
cebará la inflación en el margen, por supuesto, porque la inflación de España no es responsabilidad
ni única ni exclusiva del gobierno de España, sino de el conjunto de gobiernos mundiales
que han disparado la inflación de la política monetaria muy expansiva de los bancos centrales
y también, por supuesto, de las circunstancias derivadas de la invasión de Ucrania que
han limitado el acceso a determinados bienes desde el lado de la oferta.
Pero aún no siendo responsabilidad del propio gobierno la alta inflación que padecemos,
en el margen este tipo de políticas de gastar más por un lado sin gastar menos por el otro
o sin subir impuestos en una cuantía que compense el nuevo gasto, estas políticas que
abusan de déficit para paliar la situación que está generando internamente la inflación
son políticas que alimentan, en el margen, todavía más la inflación.
Pero bueno, pese a ello podría parecer que es una política que, al menos, revertirá
parte de la pauperización que durante el último año han encadenado las familias españolas
y que ha golpeado, de manera mucho más dolorosa, a las familias de ingresos más bajos.
Sin embargo, cojamos algo de perspectiva.
Hoy se ha publicado el dato adelantado de inflación en España durante el mes de junio.
La tasa de inflación interanual de España en junio es del 10,2%.
¿Qué significa esto?
Pues que una familia que, por ejemplo, ingrese 10.000 euros, es decir, una de las familias
que se verían beneficiadas por este cheque gubernamental, una familia que ingrese 10.000
euros durante el último año, desde junio del año 2021 a junio del año 2022, ha visto
cómo su poder adquisitivo se erosionaba en 930 euros.
Si tú a esta familia le das un cheque de 200 euros, pues apenas estás compensando en un
20% el empobrecimiento que han experimentado hasta el momento.
No solo eso, la inflación intermenstrual que hemos conocido hoy, cuanto han aumentado
los precios en junio de 2022, con respecto a mayo de 2022, se ubica en el 1,8%.
¿Qué significa esto?
Pues que esta misma familia, con unos ingresos de 10.000 euros, solo en el mes de junio ha
visto erosionar su poder adquisitivo en alrededor de 180 euros.
Es decir, que prácticamente toda la ayuda que va a darles el gobierno, esos 200 euros,
ha sido fagocitada únicamente por la inflación de junio.
En un mes, la inflación se ha comido toda la ayuda extraordinaria del gobierno para
las rentas más bajas.
Y por tanto, ¿cuál debería ser la lección que extraemos de esto?
Que lo urgente, lo prioritario es frenar ya la inflación, no seguir poniendo parches.
No hay parches que sean capaces de compensar el empobrecimiento que están sufriendo los
ciudadanos como consecuencia de esta histórica o la inflacionista.
Si no se corta de raíz la inflación, y para eso hace falta coordinación de gobiernos
nacionales y de bancos centrales para rebajar el nivel de gasto agregado y para dar certidumbre
de futuro sobre la senda de precios a los agentes económicos, si no se corta de raíz
la inflación, ya podrán poner todos los parches que quieran poner, que los ciudadanos
se seguirán empobreciendo, seguirá habiendo una redistribución de riqueza desde el sector
privado al sector público a través de la erosión del valor de la moneda.
Vamos limosnas y menos redes clientelares y más determinación para cumplir con aquel
que es su deber estabilizar el valor de la moneda.