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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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Bueno, con la puesta en marcha de la legislatura, el gobierno de Mariano Rajoy debe empezar a tomar medidas económicas.
¿Cuáles? Bueno, de momento se desconocen, pero los ministros ya van dando pistas.
Rajoy se ha reunido con los agentes sociales.
La titular de empleo, Fátima Bañez, propone sacar las menciones de biodedad de la seguridad social.
Y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, advierte que reforzará la lucha contra el fraude fiscal.
Para hablar de estos asuntos y de otros de la economía, nos acompaña hoy Juan Ramón Rayo, doctor en economía.
Muy buenos días.
¿Qué tal? Buenos días.
Bueno, vamos a hablar de todo esto, pero también de la economía doméstica, de la más cercana.
Y, por ejemplo, con eso queremos empezar, porque hoy se celebra el Black Friday, este viernes negro.
¿Es una buena oportunidad para hacer compras o es más bien una campaña de marketing?
Bueno, son las dos cosas, es decir, es una campaña de marketing, evidentemente,
pero también si alguien necesita algún tipo de bien o servicio, pues es un buen momento para comprarlo con las rebajas.
Eso sí, pues hay que tener en cuenta un poco de sentido común
y no dejarse llevar tampoco por impulsos consumistas.
El capitalismo, la economía de libre mercado, al final descansa sobre el ahorro, sobre la inversión.
Y, por tanto, tampoco hay que hacerlo a las avanzas desproporcionadas hacia el consumo, por el consumo, por el consumo.
Y más la economía española, que necesita muchísimo ahorro todavía.
Mucha moderación en ese consumo.
Pues vamos a hablar de las medidas que está ya apuntalando el gobierno.
Dice el ministro de Hacienda que quiere reforzar la lucha contra el fraude fiscal.
¿Y tú sostienes que eso puede repercutir en todos los contribuyentes y puede hacer que paguemos más impuestos? ¿Por qué?
Sí, efectivamente. Bueno, cuando se habla de lucha contra el fraude fiscal, efectivamente suena muy bien.
El propio ministro de Hacienda de la Legislatura pasada justificó la subida del IVA porque algunos no lo pagaban.
Por tanto, la idea básica es que lo paguen los que no lo pagan y quienes ya lo pagamos que dejemos de pagar tanto.
El problema de la lucha contra el fraude fiscal, primero, para aumentar esa lucha, hace falta que todos los contribuyentes
se incrementen la información que proporcionan a Hacienda.
Por tanto, ya de entrada es muy probable, aún no conocemos las medidas específicas, pero es muy probable,
que se incrementen las obligaciones formales de todos los contribuyentes y esas obligaciones formales cuestan tiempo y recursos.
Y eso es como una subida de impuestos en cubierta. Te complican la vida a la hora de gestionar los impuestos.
Y luego, el problema es que la legislación tributaria no es absolutamente blanca o absolutamente negra.
Hay cuestiones en la legislación tributaria que son grises.
Y el problema de los grises es que la agencia tributaria puede interpretarlos de la manera más restrictiva posible
para acusarte de fraude y para sancionarte por el fraude.
Y eso desde luego es muy peligroso porque puede haber gente que esté rellenando esos impuestos de manera absolutamente honesta y absolutamente legal,
pero como existe ese margen para la interpretación, se fuerza una interpretación, ya digo, muy restrictiva
para, a través de los hechos consolidados, subir impuestos sin modificar el texto legal.
Aquí no está lo de la presunción de la inocencia.
Al contrario, aquí existe presunción de culpabilidad para que todos pasemos mucho más.
Según el inspector de Hacienda que nos toque, ¿no?
Sí, bueno, efectivamente, al final también depende de la bondad o maldad de cada inspector de Hacienda.
Pero, desde luego, el contribuyente se encuentra en general ante una absoluta desprotección frente a la agencia tributaria.
¿Por qué? Porque la mayoría de los casos del contribuyente ni siquiera quiere asumir el coste de litigar contra la agencia.
Por tanto, las resoluciones que se emiten desde ella, pues, a lo mejor, son de dudos, en algunos casos podrían llegar a ser de dudos a legalidad,
pero como el contribuyente prefiere no seguir el proceso judicial para recurrirlas, pues se quedan, acaban pagando, aunque a lo mejor ni de razón.
En la economía siempre se dice que el empleo es el motor, que es lo que mueve toda la economía, el consumo también se recauda más impuestos,
con lo cual las administraciones tienen más dinero.
¿Cómo valoras la reunión de ayer del presidente del Gobierno con los agentes sociales?
Porque, de momento, el Ejecutivo dice que no quiere tocar la reforma laboral y los sindicatos y la piden.
¿Tú qué valoración haces de eso?
Bueno, yo creo que hay que ir con mucho cuidado sobre qué se toca del mercado laboral, ¿no?
Se ha extendido el mito de que todos los males del mercado laboral español proceden de la reforma laboral del año 2012.
No es así, es decir, simplemente hay que echar la vista atrás antes del 2012 para comprobar cuál era la situación del mercado laboral español.
La tasa de paro media entre el año 1980 y la actualidad era del 18%, es decir, es una tasa de paro absolutamente aberrante para cualquier país desarrollado.
Antes de la reforma laboral, superamos en tres ocasiones, sin contar esta crisis, en tres ocasiones una tasa de paro del 20% desde los años 80.
La temporalidad en el año 2005, plena burbuja inmobiliaria, en plena bonanza, era del 35%, hoy del 25%, por lo tanto era todavía mayor.
Entonces, pretender que los problemas empiezan con la reforma laboral es falaz.
Los problemas del mercado laboral español son estructurales y se deben a una legislación laboral aberrante que, por desgracia, ni este gobierno ni los sindicatos quieren cambiar.
Necesitamos mucha más libertad en el ámbito laboral, muchos menos obstáculos a la inversión empresarial, a la contratación empresarial.
Y eso, insisto, no lo quiere cambiar, casi nadie, porque todos viven de que el mercado laboral funcione mal.
¿Y qué evolución ves para el mercado laboral? De momento los datos están siendo positivos. ¿Tú qué es si se mantendrás a tendencia?
La economía española, cuando crece, y desde luego hemos estado creciendo durante los últimos dos años, a un ritmo muy intenso, crea mucho empleo.
El problema es que cuando de crece destruye muchísimo empleo, no hay un término medio, no hay una estabilidad entre esos dos puntos.
Y el problema que estamos viendo es que la economía española podría estar ralentizándose, son tendencias que ya vienen produciéndose desde hace varios trimestres.
La inversión, que es lo que impulsa el crecimiento a largo plazo, viene desacelerándose desde hace varios trimestres.
Y si eso se consolida, si esa ralentización se consolida y la Comisión Europea espera que sí, en parte del gobierno espera que sí,
la creación de empleo también se ralentizará y eso desde luego sería un drama, a menos que apostemos por la liberalización laboral
y la economía sea capaz de generar mucho más empleo, aún con menor crecimiento.
Los indicatos, otras de las indicaciones que han hecho, ha sido que se suba el salario mínimo interprofesional a 800 euros al mes.
De momento está en 655. ¿Ves posible que se pueda hacer esa subida?
Son 655 en 14 pagas, es decir, en realidad estamos hablando de martes 750 al mes, que evidentemente a todos nos puede parecer un sueldo muy bajo.
Yo creo que casi todo el mundo lo que desea es que los sueldos sean lo más altos posibles.
Pero una cosa es desear que los sueldos sean lo más altos posibles y otra creer que porque la ley establezca que han de subir los sueldos,
los sueldos van a subir. Hay que tener cuidado con las leyes de salario mínimo porque lo que pueden hacer es condenar a la gente más débil,
más desfavorecida al desempleo. Un ejemplo muy sencillo.
Imaginémonos que mañana el gobierno aprobara una ley de ingresos mínimos de los autónomos, es decir,
que prohibiera a cualquier autónomo que ingresara a menos de 1.000 euros al mes trabajar en España.
Creo que todos entenderíamos que es una auténtica aberración porque dejaría a muchos autónomos fuera.
Bueno, una ley de salario mínimo puede tener los mismos efectos.
Todas aquellas personas que sean incapaces de generar dentro de la empresa un valor, una riqueza equivalente a ese salario mínimo, se quedan sin trabajo.
Lo mismo sería una ley, imagínemos, una ley de altura mínima para trabajar, que todos los que midan menos de 1.85 no puedan trabajar.
Evidentemente la consecuencia de esa ley no sería que todos nos volveríamos más altos, sino que aquellos que miden menos de 1.85 se quedarían desempleados.
Es un arma de doble filo, pero de alguna manera también hay que intentar que ese salario sea lo mejor posible para los empleados.
Insisto, todos creo que queremos que el salario sea lo más alto posible, pero eso se consigue como generando mucho empleo.
Cuando hay mucho empleo, toda demanda adicional de los empresarios, es decir, toda contratación adicional que quieran hacer los empresarios,
impulsa a los salarios a la alza. El problema de la economía española es que con un 20% de tasa de paro es muy complicado que los salarios puedan crecer.
Por tanto, primero, alcancemos, vayamos hacia el pleno empleo y eso se consigue con mucha más libertad en el ámbito laboral.
Y una vez, ya tengamos esto, toda inversión adicional que acometan los empresarios se trasladarán en su vida salariales y eso será muy positivo para la mayoría de trabajadores, efectivamente.
Otro de los asuntos en los que salen muchos días, Juan Ramón, es de las pensiones de viudedad.
La ministra de Empleo, Fátima Bañez, ha dicho que tienen la intención de sacarla de la seguridad social.
¿Cuánto crees que se puede ahorrar el ejecutivo con esta medida?
Bueno, ahorrar, nada. No, esta es parte de la trampa que están deslizando el gobierno.
Sacar las pensiones de viudedad y orfanda de la seguridad social reduce, efectivamente, los gastos de la seguridad social, pero incrementa los gastos del presupuesto del gobierno central.
Por tanto, al final, gasto menos aquí, gasto más allí y el que pagas el mismo, que es el ciudadano.
Pero las pensiones de viudedad y orfanda tienen un coste anual de 21.000 millones, que es aproximadamente el déficit de la seguridad social.
La lógica es, bueno, pues los sacamos de la seguridad social y ésta deja de tener déficit.
El problema, pues lo que decía, se carga al presupuesto central y eso como se paga, porque con los impuestos actuales no se puede pagar, habría que aprobar un nuevo impuesto.
La experiencia ya la tenemos en Francia. De hecho, por ejemplo, el Partido Socialista, incluso Podemos, han puesto como ejemplo a Francia.
¿Qué sucede en Francia? En Francia hay un impuesto extraordinario, que se llama Contribución Social Generalizada, que es un impuesto del 7,5% cada mes, sobre todas las nóminas, sobre los salarios de todos los trabajadores.
Por tanto, para financiar un agujero similar al que tenemos en España, en Francia, que es el modelo al que algunos apelan, sería necesario quitarle a cada trabajador, además de lo que ya se le quita, que es una auténtica barbaridad en forma de impuestos, el 7,5% adicional de sus salarios.
Creo que es una medida que habría que evitar de todas las formas posibles de evitar adoptar.
Bueno, otros de los asuntos. ¿Cómo crees que está la situación económica ahora en el país? ¿Estamos saliendo ya de la crisis o crees que puede venir una nueva recesión?
No, recesiones siempre pueden venir. El problema de la economía española es que efectivamente estamos saliendo de la crisis, es decir, estamos superando, corrigiendo los desequilibrios que teníamos heredados, pero no hemos completado ni muchísimo menos la corrección de esos desequilibrios.
De hecho, algunos desequilibrios se han enconado durante los últimos años. La deuda pública está en máximos históricos. Eso es un desequilibrio adicional al que hay que prestar cierta atención y ser cautos, pero efectivamente llevamos varios años de corrección de esos desequilibrios y una vez estén plenamente corregidos, diremos, la crisis ya ha pasado.
Pero de momento, con una tasa de paro del 20%, por ejemplo, con un sector privado que genera menor valor añadido que en el pico de la burbuja todavía hoy, ocho años después, pues desde luego no podemos decir que la crisis se ha superado ni muchísimo menos.
Podemos estar en la dirección de superarla, pero cuidado porque hay desequilibrios que no se han corregido y otros incluso se han agravado.
Pues habrá que tener cuidado entonces con esos. Viendo la situación, ¿cuál piensas que es el mayor preocupación o el mayor asunto donde hay que prestar atención para nuestra economía?
Con Ramón, ¿la creación de empleo?
Sí, yo creo que claramente la creación de empleo. Es decir, el problema de que haya una altísima tasa de paro es que la recuperación puede no estar de alguna manera incluyendo a muchísimos mayores de personas.
Porque al final, en nuestras sociedades, como el gobierno, no ha permitido que la gente ahorre, que tenga un patrimonio y que, por tanto, tenga otras rentas distintas de la salarial, prácticamente todo el mundo, los únicos ingresos que percibe más allá de las transferencias públicas, son salarios.
Si hay un 20% de la población que quiere trabajar que no tiene empleo, eso no suele económicamente, es un problema. Socialmente es un problema.
Por tanto, habría que acelerar la creación de empleo. ¿Y cómo se acelera la creación de empleo de manera sostenible? Básicamente, como decía antes, abriendo el mercado laboral, liberalizando el mercado laboral, no encorsetando el mercado laboral y, por desgracia, el mercado laboral español sigue tremendamente encorsetado.
Bueno, pues ahí quedan esas reflexiones sobre la situación económica de nuestro país. Juan Ramón Rayo, doctor en economía y director del instituto Juan de Mariana. Muchísimas gracias para habernos acompañado esta mañana. Buenos días.