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El gobierno ha lanzado el globo sonda de que planea congelar el sueldo de los empleados
públicos en los presupuestos generales del año 2021.
Personalmente soy escéptico de las auténticas razones que han motivado este anuncio.
Me cuesta creer que un gobierno de socialistas y de Podemos que durante años ha estado criticando
a otras administraciones públicas por haber congelado el sueldo de los empleados públicos,
haberle recortado el sueldo a los empleados públicos ahora en estos momentos opte por
una congelación cuando el IPC previsto para 2020, si es positivo, se da muy bajo en torno
a un IPC del 0,2 o 0,3% para entendernos revalorizar el salario de los empleados públicos a este
IPC tendría un coste presupuestario de menos de 300 millones de euros, unanimidad por la
cual me cuesta pensar que PSOE y Podemos estarán dispuestos a colgarse el sanvenito de haber
congelado el salario de los empleados públicos para ahorrar ya digo apenas 300 millones de
euros.
Mi hipótesis, que por supuesto puede estar equivocada, pero mi hipótesis es que estamos
ante una nueva edición del polibueno polimalo entre PSOE y Podemos, el PSOE lanza el globo
sonda de que sus ministros planean congelar el salario de los empleados públicos, Podemos
protesta en la esfera pública, de hecho esas protestas ya se han producido, y finalmente
tras las presiones de Podemos el PSOE cede y no congela el sueldo de los empleados públicos,
porque esta estrategia de esa manera se consigue darle algo de carnaza electoral a Podemos
y porque querría el PSOE darle algo de carnaza electoral a Podemos, porque en las últimas
semanas Podemos ya ha experimentado muchos desplantes, el último, la fusión entre Bankia
y Caixa Bank por parte del PSOE, y por consiguiente tienen que compensarlo de alguna manera para
mantener la unidad a medio plazo del gobierno, ya digo, por supuesto esta hipótesis puede
estar equivocada y quizá se trate de que empezó e intenta lanzar un mensaje de determinación
en la austeridad a Bruselas y aunque el ahorro presupuestario de congelar los salarios públicos
sea muy bajo, quiera efectuar ese anuncio por motivos simbólicos, sea cual sea el motivo
de fondo, el globo sonda que ha lanzado el gobierno PSOE Podemos nos da pie a reflexionar
sobre si este año han de congelarse o no los salarios de los empleados públicos, o dicho
de otra manera, si deberíamos incrementar o no este año los salarios de los empleados
públicos, y se me ocurren tres posibles justificaciones para defender e incrementar
el salario de los empleados públicos, primero justificaciones relacionadas con la producción,
si los empleados públicos este año han producido servicios públicos en mucha mayor
medida que otros años tendría sentido que se les abonara un plus, que se les compensara
por ese mayor esfuerzo y por ese mayor logro productivo, segundo conjunto de razones por
motivos de estímulo de la economía, si elevar los salarios del sector público consiguiera
estimular la actividad económica de nuevo podría tener sentido revalorizar los salarios,
y en tercer lugar por razones de equidad, por razones de igualdad, si aumentando los
salarios de los empleados públicos consiguieramos reducir las desigualdades en España, al menos
para aquellas personas que suscriban una filosofía igualitarista que consideren que más igualdad
es mejor que menos igualdad, de nuevo podría tener sentido esta medida.
Sin embargo, y como ahora vamos a ver, me temo que ninguno de estos tres motivos permitan
justificar este año que se revaloricen los salarios de los empleados públicos.
Vamos con el primero de los motivos, la producción. ¿Han producido los empleados públicos más
este año que años anteriores? Realmente no. A lo igual que ha sucedido con el sector
privado, durante los meses más duros del estado de alarma, los servicios públicos
o se suspendieron o operaron a medio fuelle, a medio gas, y eso significa que los empleados
públicos, o al menos muchos empleados públicos, no estuvieron desempeñando con normalidad
sus funciones y en cambio, a diferencia de lo que sucedió en el sector privado, donde
se impuso un ERTE que supuso que los trabajadores del sector privado empezaran a cobrar el 70%
de su salario con un máximo entre 1.100 y 1.400 euros al mes, esto no sucedió en el sector
público, no hubo ERTE en el sector público, sino que los empleados públicos siguieron
cobrando puntualmente sus salarios, desempeñaran sus funciones o no las desempeñaran.
Si acudimos a la encuesta de población activa, veremos que en el segundo trimestre de este
año de abril a junio, el número de horas trabajadas en el sector público cayó frente
al mismo periodo del año anterior un 5,5% y eso a pesar de que este año, en este segundo
trimestre, había 30.000 empleados públicos más que en el segundo trimestre de 2019,
por tanto pese a ver 30.000 personas más en la administración, el conjunto de las
personas, el conjunto de los empleados públicos trabajaron un 5,5% menos. Si se trabajan menos
horas y se desempeñan menos funciones, lo lógico es que se evace la remuneración o
al menos que se congele, pero desde luego no que se incremente. Creo que los empleados
públicos pueden darse con un canto en los dientes si, a diferencia de lo que ha pasado
en el sector privado, este año no ven recortadas sus remuneraciones. La única excepción que
debería hacerse a este respecto es con aquellos empleados públicos que efectivamente sí
hayan trabajado extraordinariamente durante este año y especialmente durante los meses
del estado de alarma, por ejemplo, el personal sanitario. En este caso sí podría tener sentido
abonarles un plus por todo el esfuerzo extra, por todas las horas extra que han dedicado
además con un valor brutal durante esos meses tan complicados del estado de alarma, pero
en términos generales no hay motivo para revalorizar todos los salarios de los empleados públicos
desde el punto de vista de su contribución a la producción, de su esfuerzo y de sus
logros productivos. Segundo, grupo de razones que permitirían justificar una revalorización
de los salarios del sector público estimular la economía. Si fuera cierto, como digo,
que incrementar los salarios públicos estimula el crecimiento económico, quizá podría
tener sentido como política que inesiana. Pero es así, bueno, según un paper del
Banco Central Europeo, cuya referencia encontraréis en la descripción de este vídeo, por cada
recorte de los salarios públicos equivalente al 1% del PIB, la economía al cabo de tres
años se contrae a un 0,23% al cabo de tres años. Vemos que el efecto no es muy potente,
recortamos el 1% del PIB en los salarios públicos y en tres años no al cabo de un año, sino
al cabo de tres, la economía se ha contraído por ese efecto, el efecto marginal ha sido
una caída del 0,23%. Dado que este año la magnitud del recorte o del no aumento de
los salarios es de 3 centésimas del PIB, 300 millones sobre un billón de euros de PIB
aproximadamente, tendríamos que el efecto contractivo que tendría a esta congelación
de los salarios públicos sería en todo caso del 0,007% del PIB al cabo de tres años,
es decir, prácticamente nada. Y por qué su efecto contractivo es tan bajo? Bueno, el
propio paper del Banco Central Europeo lo explica, congelar los salarios del sector público
o recortarlos tiene dos efectos. Por un lado, contrae el consumo privado dado que los trabajadores
públicos consumen menos, pero por otro lado, en la medida en que la congelación de los
salarios del sector público, digamos que manda una señal al resto de la economía
de que no hay que revalorizar los salarios del sector privado, esa congelación también
de los salarios del sector privado mejora la competitividad de la economía y por tanto
contribuye a incrementar la inversión y las exportaciones netas. En consecuencia, el resultado
neto de la congelación salaria en el sector público depende de ponderar los efectos sobre
el consumo, sobre la inversión y sobre las exportaciones netas y por tanto, el efecto
negativo es relativamente pequeño. Y eso según el paper del Banco Central Europeo,
si nos vamos a otro paper reciente del Banco de España, cuya referencia también podréis
encontrar en la descripción del vídeo, comprobaremos que según este otro paper, en épocas de
alto desempleo, incrementar los salarios del sector público en España contribuye a contraer
la economía, no a estimular la economía, sino a contraerla. Por tanto, recortar los
salarios del sector público en épocas de alto desempleo, como la actual, contribuiría
a estimular la economía. Por consiguiente, o efectos prácticamente nulos o incluso efectos
positivos para la economía derivados de esta congelación. En todo caso, dado que la magnitud
de la congelación es muy pequeña, el 0,03% del PIB, los efectos estimulantes también
serían absolutamente minúsculos. Pero lo que sí es incontestable es que congelar o no
congelar no va a tener una influencia decisiva sobre la marcha de la economía. Y de hecho,
aunque uno apostara por políticas que inesianas de estímulo del gasto, es muy fácil encontrar
otras partidas de gasto distintas de los salarios públicos, a las que dedicar 300 millones
de euros y que tengan un efecto multiplicador mayor que revalorizar, según la inflación,
el salario de todos los empleados públicos. Por consiguiente, tampoco desde esta perspectiva
está justificado revalorizar los salarios públicos durante este ejercicio.
Y vamos con el último bloque de justificaciones. Las justificaciones sobre la equidad, sobre
la igualdad y la redistribución de la renta para alcanzar esa igualdad. De verdad, incrementar
en 300 millones de euros los salarios de los empleados públicos actualmente existentes
en España contribuye a reducir la desigualdad. No, todo lo contrario, contribuiría a incrementar
la desigualdad. ¿Por qué razón? Porque prácticamente dos tercios de todos los empleados públicos
se ubican en la parte más alta de la distribución de la renta, en los tres deciles más elevados.
Es decir, si dividimos a los españoles en diez grupos, desde aquellos que tienen menor
renta a aquellos que tienen más renta, los empleados públicos dos tercios de ellos estarían
en los tres grupos que tienen mayor renta. Y más del 80% de todos los empleados públicos
están entre los cinco grupos que tienen mayor renta. Por consiguiente, apostar por aumentar
los salarios públicos según la inflación este año equivale a darles 300 millones de
euros a aquellas personas o a algunas de aquellas personas que más tienen dentro de la economía
española no contribuye a reducir la desigualdad sino más bien a incrementarla. En definitiva,
no existen justificaciones ni de producción ni de eficiencia ni de equidad para revalorizar
los salarios públicos durante este año. Si finalmente se terminan revalorizando, no
es ni por eficiencia ni por equidad. Es porque en nuestras democracias los grupos organizados
desde los lobbies empresariales a también los grupos organizados en forma de sindicatos
de empleados públicos consiguen capturar a nuestros gobernantes, consiguen orientar
a nuestros gobernantes según sus intereses aún en contra de lo que podríamos considerar
interés general. Por tanto, no será por el bienestar del conjunto de los españoles,
sino que será por el bienestar privativo de aquellos individuos que se organizan para
instrumentar el estado en su propio beneficio y en contra del resto de la sociedad.