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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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Durante los próximos días dedicaré tres vídeos a reflexionar sobre las hipos,
sobre las initial public offerings, UOPIs en español, ofertas públicas iniciales.
En particular en el primer vídeo estudiaré qué son exactamente las hipos
y por qué son importantes desde un punto de vista económico, qué lógica hay detrás de ellas.
En un segundo vídeo analizaré los riesgos y las oportunidades
que puede suponer invertir en hipos y por último en un tercer vídeo
expondré los factores más relevantes a la hora de analizar una hipo.
Esta serie de tres vídeos ha sido posible gracias al impulso de Freedom Finance Europe,
un broker especializado en facilitar la inversión en hipos
y que precisamente por eso, precisamente porque esa es su actividad,
tiene interés en divulgar un cierto conocimiento social sobre esta materia.
Pues bien, dicho todo esto, veámoslo.
¿Qué es exactamente una hipo? Una oferta pública inicial.
Bueno, para entender este concepto debemos dar un paso atrás y constatar que las empresas
se pueden organizar con la forma jurídica de sociedad anónima.
Las empresas cuya forma jurídica es una sociedad anónima tienen su capital social dividido en acciones,
pues es una parte alícuota, una parte equiproporcional del capital social de la empresa,
de manera que aquella persona que posee el 47% de las acciones
posee el 47% de la empresa.
Pues bien, las empresas que están organizadas como sociedades anónimas
y que por tanto tienen su capital dividido en acciones, tienen a su vez dos opciones.
Primera opción, esas acciones están en manos de un grupo reducido de accionistas
y además, esas acciones no cotizan en ningún mercado organizado,
es decir, esas acciones no se compran ni se venden en público.
Si un accionista quiere transferir su paquete accionarial a otra persona,
ya sea alguien del grupo de accionistas o a alguien externo a la empresa,
tiene que hacer una transferencia de esa participación antenotario.
Segunda opción, el capital social está dividido en acciones, que son poseídas
por un enorme número de accionistas y esas acciones además cotizan en mercados organizados,
de tal manera que pueda haber transferencias casi instantáneas de la propiedad de esas acciones.
Esas acciones se pueden comprar y vender continuamente sin necesidad de atravesar
por complejos y costosos procedimientos reglados.
En la jerga de los mercados financieros, al primer tipo de empresa,
ese tipo de empresa cuyo capital social está en manos de un grupo reducido de accionistas
y además cuyas acciones no se transfieren continuamente en mercados organizados,
a ese primer tipo de empresa se la denomina empresa privada
y al segundo tipo de empresa cuyo capital social está en manos de muchísima gente
y cuyas acciones, si son transferidas continuamente en mercados organizados,
se la denomina empresa pública.
Evidentemente no hay que mezclar esta terminología, empresa privada, empresa pública,
con esta misma terminología pero utilizada para describir empresas no estatales
versus empresas estatales, no tiene absolutamente nada que ver.
Aquí estamos utilizando el adjetivo privado, como sinónimo de cerrado, restringido,
exclusivo, no abierto al público y en cambio estamos utilizando el adjetivo público
como abierto, inclusivo, participativo, susceptible de que sea adquirido por cualquier persona.
En este sentido, por ejemplo, Mercadona sería una empresa privada.
¿Por qué? Porque Mercadona es fundamentalmente propiedad de la familia Roche
y además las acciones de Mercadona no cotizan en mercados organizados.
Y en cambio, Inditex sería una empresa pública,
porque aunque a Mancio Ortega tenga la mayoría del capital social,
hay muchísimas otras personas que son accionistas de Inditex
y sus títulos de propiedad sobre Inditex, sus acciones, cotizan en mercados organizados,
es decir, se pueden transferir de manera continuada.
Pues bien, dicho esto, ya podemos definir qué es una IPO
y qué es una IPO, pues es un proceso por el cual se convierte una empresa privada
en una empresa pública, es decir, un proceso a través del cual se da entrada
al capital social de la empresa a muchísimos otros accionistas,
en concreto a todos aquellos que estén interesados en ser codueños,
copropietarios de la empresa y estén a su vez dispuestos a participar en un proceso de puja
por las acciones que van a sacarse a través de esa IPO a la venta en los mercados organizados.
Por ejemplo, hasta el año 2001, Inditex era una empresa privada,
su capital social no cotizaba en bolsa, sin embargo, en el año 2001,
protagonizó una IPO, una oferta pública inicial,
a través de la cual aquellas personas, aquellos inversores que estaban interesados
podían adquirir la parte del capital social dividido en acciones
del que se desprendía a Mancio Ortega y que a partir de ese momento
empezaría a cotizar en un mercado organizado, en el caso de España el Ibex 35.
Asimismo, si la familia Roche en el futuro quisiera vender parte de la compañía al gran público general,
pues también iniciaría una IPO sobre Mercadona, es decir, también transferiría
una parte del capital social de Mercadona a las manos del gran público inversor general.
Una IPO, por tanto, es este proceso, mediante el cual el propietario de una empresa privada
vende parte del capital social de esa empresa privada al público general,
convirtiéndola, por tanto, en una empresa pública en la accepción que hemos mencionado.
Y a su vez también podríamos describir una IPO, como el proceso mediante el cual
el público general puede devenir copropietario de una determinada empresa
que hasta ese momento era una empresa privada,
una empresa cerrada a la participación accionarial del público en general.
En los últimos años, por ejemplo, ha habido IPOs tan importantes como la de Uber,
la de Lyft, la de Airbnb, como la de Palantir, como la de Zoom, como la de Peloton, etc.
Es decir, se trata de un proceso de conversión de empresas privadas en empresas públicas
bastante frecuente, bastante habitual.
Pero por qué motivo los dueños de una empresa privada, que controlan, por tanto,
el 100% del capital social de esas empresas,
pueden estar interesados en convertirlas en empresas públicas,
en dar participación al público en general al capital social de esa empresa,
a desprenderse, por tanto, de una parte del capital social de sus empresas.
No sería mejor para ellos que si esas empresas son tan provechosas, son tan rentables,
no sería mejor que retuvieran el 100% del capital social y que no lo compartieran
con el público general.
Al fin y al cabo, si yo tengo el 100% del capital social,
el 100% de los beneficios que genere esa empresa son para mí.
En cambio, si yo vendo el 80% del capital social de mi empresa y me quedo solo con el 20,
de todos los beneficios que consiga la empresa, solo me quedaré con el 20%
y el otro 80% serán distribuidos entre los nuevos accionistas
que hayan devenido copropietarios de la empresa adquiriendo acciones en esa hipo.
Bueno, hay básicamente dos motivos que pueden llevar a los propietarios de una empresa
a vender parte del capital social al público general,
convirtiéndola en empresa pública en la terminología en la jerga que estamos empleando en este vídeo.
El primero de esos motivos es querer hacer caja rápido con los beneficios futuros esperados de la empresa.
El precio de una acción es el valor presente de los beneficios futuros esperados de una compañía.
Por tanto, para que un propietario reciba el equivalente al precio de una acción,
tiene que esperar muchos años hasta que esos beneficios vayan llegando.
Por ejemplo, imaginemos una compañía que tiene unos beneficios anuales de un millón de euros.
Quizá el valor de mercado de esa empresa sea de 15 o de 20 millones de euros.
Por tanto, al dueño de esa empresa le puede interesar venderla por 20 millones de euros,
cobrar esos 20 millones de euros hoy en lugar de esperar 20 años
a recibir esos 20 millones de euros uno por año a lo largo de 20 años.
Por supuesto, la contrapartida de haber vendido la empresa
es que si continúa generando un millón de euros de beneficios anuales
a partir del año vigésimo primero, el antiguo propietario ya no cobrará nada,
ya estará perdiendo dinero en términos absolutos,
salvo que haya reinvertido los 20 millones que cobró en el año 1 al vender la empresa en otras inversiones provechosas.
Pero desde luego dejará de percibir ningún tipo de retorno por parte de esa empresa
que irán a parar a aquellos que se la compraron adelantándole 20 millones
contra la expectativa de recibir un millón de euros anuales.
Por consiguiente, ese es el primer motivo,
capitalizar en tu propio provecho los beneficios futuros esperados de la empresa,
dando la posibilidad a los accionistas de que, esperando conforme pase el tiempo,
reciban esos beneficios futuros esperados por encima del valor presente que te han adelantado al comprarte la compañía.
Además, esto también puede tener cierto sentido porque imaginemos que una empresa tiene unas expectativas muy buenas
pero no las termina realizando en el futuro.
Bueno, pues puede ser conveniente haber vendido al menos una parte de la empresa
y asegurarte de capitalizar parte de su valor hoy que no quedarte sin nada si en el futuro todas esas expectativas no se realizan.
Claro que, de nuevo, una realización muy temprana puede conllevar que te quedes sin la mayor parte de los beneficios futuros.
Por ejemplo, hace 15 años Google compró YouTube por 1.600 millones de dólares.
Hoy en día YouTube está generando unos ingresos que no beneficios, pero bueno,
creo que podremos tomar una magnitud del asunto de casi 30.000 millones de ingresos anuales.
El hecho de que los propietarios de YouTube hicieran caja muy temprana vendiendo la empresa
ha impedido que se queden con la mayor parte de los beneficios futuros de esa compañía
y el hecho de que Google comprar a YouTube tempranamente a ese precio capitalizado
en función de las expectativas de beneficio que había entonces de YouTube
le ha permitido poseer una inversión hiper rentable.
Pues bien, esto mismo es lo que puede suceder en un AIPO.
El actual propietario quiere hacer caja y permite dar participación en esa AIPO
a otros aspirantes a propietario que se convierten en accionistas.
Segundo motivo, por el cual se puede desarrollar un AIPO,
hay muchas empresas que para seguir creciendo, para seguir desarrollándose,
necesitan invertir ingentes cantidades de dinero.
¿Cómo consiguen esas ingentes cantidades de dinero?
Una posibilidad sería endeudarse, pidiendo un préstamo,
pero la deuda es un instrumento muy delicado de manejar,
porque te comprometes a devolver cantidades fijas de dinero más intereses
en determinados periodos de tiempo.
Y una empresa que está expandiéndose no tiene porque tener muy claro
cuándo logrará los suficientes beneficios futuros como para amortizar su deuda.
Y si no es capaz de amortizar la deuda a tiempo,
entra en concurso de acreedores y la empresa es liquidada.
Por tanto, no es un instrumento de financiación que se pueda utilizar siempre o a gran escala.
Por eso existe una segunda posibilidad,
captar ese capital que necesitas para seguir creciendo,
convirtiendo a aquellos que te proporcionan ese capital en socios,
en copropietarios, en accionistas.
Y por tanto, se puede desarrollar un AIPO no ya para que el dueño de la empresa
haga caja en su propio beneficio,
sino para que la empresa tenga más músculo financiero para crecer y desarrollarse.
En definitiva, la AIPO, las ofertas públicas iniciales,
el proceso de conversión de una empresa privada en una empresa pública abierta al público,
cuyo capital social está abierto a la participación del público,
son operaciones que tienen lógica económica, que desempeñan una función económica.
Y precisamente por eso, ofrecen oportunidades de inversión
para aquellos que se lancen a invertir en la AIPO.
Pero de la misma manera que una AIPO conlleva oportunidades de inversión,
como toda oportunidad de inversión también implica riesgos,
riesgos que pueden llegar a ser muy importantes,
porque estamos invirtiendo en modelos de negocio que en muchos casos están empezando
y que por tanto tienen un futuro incierto.
En el próximo vídeo hablaremos precisamente sobre esto,
sobre los riesgos y sobre las oportunidades de la AIPO.