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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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Si usted ve Netflix, HBO o Disney+, y no ve radio televisión española,
terminará pagando radio televisión española a través de su suscripción en Netflix, HBO o Disney+.
¿Y por qué razón?
¿Qué tiene que ver que usted esté suscrito a una plataforma como Netflix, como HBO o como Disney+,
para que tenga que sufragar una televisión que usted ni ve, ni quiere ver?
Pues en principio no guardan ninguna relación.
Si usted quiere ver Netflix, paga Netflix, si usted quiere ver HBO, paga HBO,
si usted quiere ver Disney+, pues paga Disney+, si usted quiere ver Crunchyroll, pues paga Crunchyroll.
Y si usted, claro, quiere ver radio televisión española, pues usted debería pagar por radio televisión española.
Pero el problema es que radio televisión española no se financia así, no se financia por suscripción.
Radio televisión española tampoco se financia como otras cadenas privadas, como tele 5, antena 3, la sexta o 4,
a través de anuncios publicitarios, de tal manera que cada uno de nosotros pagamos,
costeamos los gastos detrás de esas televisiones visualizando los anuncios que colocan las empresas
pagándoles a estas cadenas para que nosotros los veamos.
Tampoco, radio televisión española no se financia así porque se consideraba que colocar anuncios en radio y televisión española
genera competencia desleal hacia la sexta, hacia antena 3, hacia tele 5 o hacia 4,
porque, claro, se reduce la tarta de los ingresos publicitarios si en lugar de 4 cadenas hay 5 contando la pública que está metiendo el cazo.
Con lo cual, ¿cómo se financia radio y televisión española?
Pues, esencialmente a través de impuestos, de muchos tipos distintos de impuestos, pero de impuestos.
De entrada, alrededor de 500 millones de euros cada año les son transferidos a radio y televisión española
a través de los presupuestos generales del Estado, y, evidentemente, estos presupuestos generales se nutren de todos los impuestos que sufrimos en el día a día,
el IRPF, el IVA o los impuestos especiales. Por tanto, casi 500 millones de euros de aportación estatal al presupuesto de radio y televisión española.
Pero es que luego hay otros 600 millones de euros que se obtienen a través de impuestos específicos sobre determinados operadores de mercado.
En particular, las telecos han de aportar el 0,9% de sus ingresos a financiar radio y televisión española.
Las televisiones de pago han de aportar el 1,5% de sus ingresos a financiar radio y televisión española, y las televisiones han abierto el 3% de sus ingresos anuales.
Fijémonos que este ya es un modelo enormemente perverso.
Estamos diciendo que los competidores de radio y televisión española que generan contenido, que generan material con suficiente calidad
como para que la gente quiera verlo, quiera pagar por ello, tienen que estar subvencionando a radio y televisión española que no genera el contenido de calidad que la gente quiere ver.
Es decir, que unos agentes económicos están apuntalando la supervivencia de su competidor para que siga compitiendo contra ellos, erosionando potencialmente su base de clientes.
Pues bien, este perverso modelo de financiación de radio y televisión española es el que estaba en vigor hasta la actualidad.
Las teleco llevaban años protestando, no sin razón, de que estaban siendo sometidas a una doble tributación.
¿Por qué? Porque las telecos pagaban el 0,9% de sus ingresos por el uso del espacio y radio eléctrico y ese dinero se destinaba a financiar radio y televisión española,
pero es que además, si esas mismas telecos tenían televisiones por cable de pago, volvían a pagar el 1,5% de sus ingresos sobre las televisiones de pago.
Y claro, como ahora tienen que desplegar las redes 5G y van a tener que hacer una inversión extraordinaria y demás,
el gobierno ha decidido eximir a las telecos de pagar este segundo componente, este segundo impuesto que venían soportando hasta la fecha.
Si una teleco tiene redes 5G y por ellas ya está pagando la tasa por el uso del espacio radio eléctrico que va a financiar radio y televisión española,
no tendrá que pagar la otra tasa del 1,5% por los ingresos obtenidos en sus televisiones de pago.
¿Problema? Que si el gobierno deja de recaudar esta tasa del 1,5% sobre los ingresos de las televisiones de pago de las telecos privadas,
pues se le genera un agujero de unos 100 millones de euros en el presupuesto de radio y televisión española.
¿Respuesta del gobierno recortar los gastos en 100 millones de euros de radio y televisión española?
No. ¿Cómo vamos a reducir los gastos de una televisión que cada vez quiere ver menos gente?
¿Cómo vamos a bajar el presupuesto de radio y televisión española desde 1.200 millones de euros al año a 1.100 o a 1.000 millones o a 900 millones de euros?
No. Lo que vamos a hacer es otra cosa. Lo que vamos a hacer es incluir en ese impuesto del 1,5% a Netflix, a HBO o a Disney+,
estas plataformas digitales tendrán que entregar a partir del año que viene el 1,5% de sus ingresos a financiar el presupuesto de radio y televisión española.
Y, evidentemente, no pensemos que ese 1,5% de los ingresos de estas plataformas digitales lo van a pagar por entero las plataformas digitales.
En parte, o más probablemente en todo, este impuesto especial será trasladado a los usuarios,
es decir, que los españoles tendrán que pagar un 1,5% más en sus suscripciones de Netflix, de HBO o de Disney+,
para financiar lo que no quieren ver, para financiar radio y televisión española.
El modelo, por tanto, es muy claro, a aquel que genera valor impuestaso, a aquel que no genera valor, pero que puede ser instrumentado políticamente por el gobierno,
como correa de transmisión de su propaganda, subvención.
Deberíamos empezar todos a plantearnos la urgente necesidad de cambiar de verdad el modelo de financiación de radio y televisión española,
que radio y televisión española se financien como se financia cualquier otra empresa privada,
que se financien por suscripción, que se financien por publicidad,
que se financien por donaciones voluntarias de aquellos que quieran que exista radio y televisión española,
pero que no se financien a través de coacción, a través de impuestos,
que no se financien por quienes no quieren ver, incluso quizá ni quieren que exista radio y televisión española.
Teniendo hoy en día tantas opciones distintas a través de las que acceder a contenido de calidad,
no tiene ningún sentido que se mantenga un modelo de televisión pública que gasta más que cualquier otra televisión privada
y que no tiene prácticamente audiencia, es decir, que no pasa el test del mercado.
Tendría sentido que hoy en día el Estado tuviese un periódico de papel público,
que tuviéramos que financiar todos no yendo al kiosco y comprándolos si nos interesa leerlo o no leerlo,
sino a través de los impuestos que pagamos, incluso cargando con impuestos a la competencia,
a otros diarios de papel o a otros diarios digitales, sería algo totalmente absurdo,
pues tan absurdo como seguir manteniendo la financiación coactiva de radio y televisión española,
a costa de las cadenas privadas en abierto, a costa de las cadenas privadas de pago
y a costa de las nuevas plataformas digitales como Netflix, como HBO, como Disney+, o también como YouTube.
Pero ya se sabe, la llegada al poder de este gobierno progresista era una emergencia social
para obligar a pagar a los más ricos los servicios esenciales de los más pobres.
Ya lo estamos viendo, porque claro, todo el mundo sabe que todos los espectadores de Netflix, de HBO o de Disney+,
que son quienes pagarán este impuesto, son ultra ricos y todo el mundo también sabe
que radio y televisión española es una auténtica emergencia social que tenemos que mantener a cualquier precio.