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¿Está la bolsa muy cara o está la bolsa muy barata? Y si no lo sabemos, ¿qué estrategia
podemos emplear para protegernos del riesgo de estar comprando a precios demasiado altos?
Veámoslo.
En los vídeos anteriores, dentro de esta serie de educación financiera apadrinada por Trade
Republic, explicamos que para construir un patrimonio personal a largo plazo es necesario
primero ahorrar y, en segundo lugar, invertir ese ahorro en activos que proporcionen una
rentabilidad suficiente como para aprovechar el poder del interés compuesto en ese largo
plazo. Y ya explicamos que entre las principales categorías de activos, el activo a largo plazo
más rentable era la renta variable, era la bolsa. Pero las acciones son un tipo de activo
muy volátil. En ocasiones están muy altas y en otras muy bajas. Aún cuando a largo plazo
haya una tendencia a que suban, en el medio plazo presentan muchos altibajos. Y esta
volatilidad, estas fluctuaciones del valor de las acciones, llevan a muchos inversores
a plantearse si este es un buen momento para empezar a invertir en renta variable. Si la
bolsa en estos momentos está relativamente cara, sería mejor esperar a que caigan las
cotizaciones para, en ese momento sí, ahorrar e invertir en bolsa con el objetivo de construir
un patrimonio a largo plazo. Pero claro, como no nos es fácil reconocer si la bolsa en un
determinado momento está relativamente cara o está relativamente barata, dejar de ahorrar
y de invertir en renta variable esperando que se produzca un pinchazo bursátil para, en ese
momento, aprovechar y comprar acciones puede llevarnos a la parálisis, puede llevarnos
a no ahorrar y a no invertir durante muchos años. Y ya vimos, en el segundo vídeo dentro
de esta serie, que empezar a ahorrar y a invertir lo antes posible era crucial para aprovechar
la capacidad capitalizadora que tiene el interés compuesto a largo plazo. De modo que si nos
resulta muy complicado averiguar si en un determinado momento la bolsa está relativamente cara o
relativamente barata, ¿qué deberíamos hacer? ¿Quedarnos de brazos cruzados desaprovechando
el poder capitalizador del interés compuesto a largo plazo? ¿O, en cambio, despreocuparnos
del análisis de si la bolsa está relativamente cara o relativamente barata y seguir invirtiendo
con la mira puesta en el largo plazo? Pues si la alternativa a invertir es no invertir en ningún
momento por la posibilidad de que la bolsa esté cara esperando, sin ningún criterio objetivo para
formarnos esa expectativa, esperando que en el futuro la bolsa esté mucho más barata, es preferible
invertir a no invertir. Es preferible andar a quedarse quieto. Sin embargo, incluso cuando uno invierte
despreocupándose del análisis de si en ese preciso instante la bolsa está relativamente cara o
relativamente barata, incluso en ese supuesto existen dos estrategias de inversión que arrojan
resultados dispares. Una estrategia de inversión consiste en invertir todos nuestros ahorros de
golpe en bolsa. Si uno tiene un depósito bancario de 30.000 euros, invertir de golpe los 30.000 euros en
bolsa, despreocupándose, ya digo, de si en este preciso instante la bolsa está relativamente cara
o barata porque a largo plazo se presupone que esos 30.000 euros se rentabilizarán suficientemente.
Y una segunda estrategia, en cambio, consiste en dividir esos 30.000 euros que tenemos ahora mismo
ahorrados en pequeñas aportaciones que vamos haciendo periódicamente en bolsa. En lugar de invertir de golpe
en un determinado momento 30.000 euros, invertir, por ejemplo, 500 euros mensuales a lo largo de cinco
años. A la primera estrategia se la conoce como Lamp Sum y tenderá a batir a la segunda estrategia
cuando el mercado bursátil esté aumentando, esté revalorizándose de manera continuada y casi
ininterrumpida. Y a la segunda estrategia se la conoce como Dollar Cost Averaging y tiende a batir
a la primera cuando el mercado bursátil no aumenta de manera ininterrumpida. A este respecto, por cierto,
la mejor manera de aplicar la estrategia del Dollar Cost Averaging es a través de herramientas que
permitan una inversión recurrente sin comisiones y sin importes mínimos. Por ejemplo, los planes de
inversión gratuitos de la entidad de la plataforma que apadrina esta serie de vídeos sobre finanzas
personales Trade Republic. El primer paso consistiría en establecer desde tu banco una transferencia mensual
a Trade Republic por el dinero que queramos invertir y el segundo crear en la propia plataforma de Trade
Republic un plan de inversión seleccionando el instrumento en el que queramos invertir, el importe
que queramos invertir y la recurrencia de esa inversión y reinversión periódica. Se trata además
de un plan de inversión automatizado que se puede modificar o cancelar en cualquier momento que se
quiera. Pongamos dos ejemplos. A comienzos del año 2013, el Standard & Poor's 500 se encontraba en
el nivel de 1.500 puntos. Imaginemos una persona que a comienzos de 2013 tiene un patrimonio de 30.000
dólares y decide invertir íntegramente ese patrimonio en el Standard & Poor's 500, siguiendo
la estrategia del LAMSAM. En tal caso, como hoy el Standard & Poor's 500 se halla en 5.000 puntos,
esa persona que hubiese invertido 30.000 dólares a comienzos de 2013, cuando el Standard & Poor's
estaba en 1.500 puntos, hoy tendría un patrimonio de 100.000 dólares. Es decir, a lo largo de estos
últimos años, habría alcanzado una rentabilidad promedio anual de más del 11%. Y ahora comparemos
esta estrategia con la del dólar cost averaging. Imaginemos que esta misma persona, como no sabe
si la bolsa está muy cara o muy barata, decide distribuir la inversión de esos 30.000 dólares en
el Standard & Poor's 500 a lo largo de 5 años. Es decir, invierte mensualmente en el Standard & Poor's
500, 500 dólares. 6.000 dólares anuales, en 5 años 30.000 dólares. Pues bien, si esa persona, en lugar de
invertir de golpe 30.000 dólares en el Standard & Poor's 500, los hubiese invertido de manera distribuida
a lo largo de 5 años, hoy esa persona no tendría un patrimonio de 100.000 dólares, sino de 75.000
dólares. La rentabilidad no habría sido del 11,5% anual en promedio, sino del 8,5%. Por tanto,
parecería que la estrategia del lump sum bate a la del dólar cost averaging y que no tiene sentido
invertir distribuidamente nuestro ahorro a lo largo del tiempo en un índice bursátil. Sin embargo,
examinemos qué habría sucedido durante los anteriores 14 años. Como podemos ver en el gráfico,
a comienzos del año 2000, el Standard & Poor's 500 se hallaba en 1.400 puntos y a comienzos del año 2013,
como ya hemos mencionado, estaba en 1.500 puntos. Por tanto, entre el año 2000 y el año 2013,
el Standard & Poor's 500 no aumentó prácticamente nada. ¿Qué habría funcionado aquí mejor? ¿La
estrategia del lump sum o la estrategia del dólar cost averaging? Pues si hubiésemos utilizado la
estrategia del lump sum a comienzos del año 2000, es decir, si hubiésemos invertido 30.000 dólares de
golpe a comienzos del año 2000 en el Standard & Poor's 500, a finales del año 2012 tendríamos un
patrimonio de apenas 30.500 dólares. Es decir, en 13 años únicamente habríamos ganado 500 dólares sobre
una inversión de 30.000 dólares, una rentabilidad promedio anual del 0,1%. Sin embargo, imaginemos que
en este caso no hubiésemos empleado la estrategia del lump sum, sino la estrategia del dólar cost
averaging. Es decir, que en lugar de invertir 30.000 dólares de golpe a comienzos del año 2000,
hubiésemos distribuido esos 30.000 dólares en aportaciones mensuales a lo largo de 5 años. Pues bien,
en ese caso, si hubiésemos invertido 6.000 dólares anuales entre el año 2000 y el año 2004, a finales
del año 2012 no tendríamos 30.500 dólares, como en el caso del lump sum invirtiendo 30.000 dólares a
comienzos del año 2000, sino que tendríamos un patrimonio de 38.500 dólares. Es decir, habríamos
conseguido una rentabilidad promedio anual del 2%, que no es gran cosa, desde luego, pero sí es bastante
más que el 0,1% cosechado a través de la estrategia del lump sum. Por tanto, como decimos, cuando la
bolsa aumenta de manera ininterrumpida, la estrategia del lump sum es preferible a la del
dólar cost averaging. Cuando, en cambio, la bolsa está estancada o más bien fluctúa alzas y bajas
alrededor de un promedio, la estrategia del dólar cost averaging tiende a batir a la del lump sum. ¿Y esto
por qué es así? Pues es bastante sencillo de entender. Como ya hemos dicho, entre el año 2013
y el año 2024 la bolsa sube de manera más o menos ininterrumpida. Por tanto, es preferible invertir
30.000 dólares a comienzos del año 2013, que será el momento más barato de entrar en el Standard & Poor's
500 que no distribuir la inversión de esos 30.000 dólares entre el año 2013, 2014, 2015, 2016 y 2017.
Porque démonos cuenta de que, en ese caso, estamos comprando el Standard & Poor's 500 a precios
progresivamente más caros. Ahora bien, entre el año 2000 y el año 2013, si entramos de golpe en
bolsa con 30.000 dólares, nos exponemos a entrar en bolsa a comprar el Standard & Poor's 500 al precio
más alto de toda esta serie. Si compramos en el año 2000, estamos comprando a máximos de todo el
periodo. Porque en el año 2000 el Standard & Poor's llega a 1.400-1.500, luego cae, luego vuelve a subir
hasta el año 2007-2008, donde se registra de nuevo la marca de 1.400-1.500 puntos, luego vuelve a caer
y sólo recupera otra vez la marca de 1.400-1.500 puntos en el año 2013. Por tanto, con la estrategia
del lump sum, nos exponemos a entrar en bolsa en un momento muy caro. En cambio, si utilizamos la
estrategia del dollar cost averaging, fijémonos que habríamos distribuido esa inversión de 30.000
dólares a lo largo de los años 2000, 2001, 2002, 2003 y 2004. De modo que habríamos podido comprar
el Standard & Poor's 500 a un precio medio más barato que haber invertido, que haber entrado de
golpe a comienzos del año 2000. En particular, si entramos periódicamente cada mes entre el año 2000
y el año 2004, habríamos comprado el Standard & Poor's 500 a un precio promedio de 1.100 puntos,
frente a los 1.400 de haber entrado de golpe a comienzos del año 2000. Y por eso, cuando en el
año 2013, finales de 2012, principios de 2013, el Standard & Poor's 500 regresa a 1.400-1.500 puntos,
si lo hemos comprado a un promedio de 1.100, salimos ganando con esos 1.400-1.500 puntos. No así si
hubiésemos entrado de golpe comprando el Standard & Poor's 500 a comienzos del año 2000 a 1.400 puntos.
Por consiguiente, si nuestra expectativa es que la bolsa va a seguir subiendo de manera ininterrumpida
durante muchos años, es preferible utilizar la estrategia del lump sum en lugar de la estrategia
del dólar cost averaging. Si, en cambio, tememos, creemos que la bolsa puede estar en máximos y que,
por tanto, durante los próximos años podrían venir caídas, es preferible utilizar la estrategia
del dólar cost averaging. Y si no tenemos ni idea sobre qué va a hacer la bolsa durante los próximos
años, pero sí somos relativamente adversos al riesgo, es decir, tenemos miedo de entrar en un momento
en el que la bolsa esté especialmente cara, pues será preferible, aunque no maximicemos siempre
nuestras ganancias por esta vía, será preferible utilizar la estrategia del dólar cost averaging,
porque con ella minimizaríamos el riesgo de invertir en bolsa sólo en máximos. Si después de
empezar a invertir la bolsa cae, seguiremos comprando, seguiremos invirtiendo en bolsa y,
por tanto, promediaremos a la baja nuestro precio de entrada. En cualquier caso, también hemos de tener
presente que la inmensa mayoría de personas no van a poder escoger entre la estrategia del lump sum
o del dólar cost averaging, porque todas las personas de mediana edad, de 30 o 40 años, no pueden
disponer de todos sus ahorros vitales de golpe, salvo que se endeuden, para decidir si entran ahora
de golpe en bolsa o si distribuyen ese ahorro vital en pequeñas aportaciones a largo plazo. La mayoría
de personas disponen de su ahorro conforme van generando ingresos. Obtengo un ingreso de mi
trabajo, aparto una porción de ese ingreso en forma de ahorro y, por tanto, invierto ese ahorro
en bolsa. Si los ingresos son periódicos, ingresos, por ejemplo, mensuales, el ahorro también será
periódico, adiciones mensuales de ahorro a mi patrimonio y, por tanto, la inversión también será
periódica. Ese ahorro que voy amasando mensualmente lo invierto también mensualmente
en el Standard & Poor's 500 o en cualquier otro índice bursátil. Y, por tanto, la inmensa mayoría
de personas utilizarán por defecto la estrategia del dólar cost averaging, porque irán comprando
acciones a lo largo de su vida y, por tanto, comprarán acciones en momentos en los que, sin
saberlo, van a estar muy caras, pero también comprarán esas mismas acciones en otros momentos
en los que, de nuevo sin saberlo, estarán muy baratas. En cualquier caso, si queremos que el
tiempo juegue a nuestro favor y no a nuestra contra, deberíamos empezar a ahorrar y a invertir
lo antes posible, sea a través de la estrategia del lump sum o, más generalmente, de la estrategia
del dólar cost averaging. Pero exactamente cuáles son los productos financieros concretos que nos
permiten obtener una exposición a activos de renta fija o a activos de renta variable, pero,
en todo caso, a activos rentables que nos permiten utilizar el poder capitalizador del interés
compuesto. Pues esta cuestión la abordaremos en el siguiente vídeo dentro de esta serie
de educación financiera apadrinada por Trade Republic.