This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.
Ayer, martes 28 de abril, se publicaron las cifras de la encuesta de población activa
correspondientes al primer trimestre del año 2020, y si bien fueron cifras claramente negativas,
el número de ocupados cayó en 285.000 y el número de parados se incrementó en 121.000
personas con respecto al trimestre anterior, las peores cifras desde la crisis brutal del
año 2013, digo, aunque fueron malas cifras, desde luego no fueron cifras tan catastróficas
como habría cabido esperar a vida cuenta de que estamos en una situación de confinamiento
domiciliario y de cese parcial, pero ampliamente parcial, de la actividad económica en España.
¿Por qué razón la EPA, la publicación de las cifras de la EPA correspondiente al primer
trimestre del año, no ha reflejado la magnitud de la destrucción de empleo del incremento
del paro que se ha vivido en nuestro país? Bueno, esencialmente por tres razones que
vamos a explicar a continuación y que vamos a intentar corregir para aproximarnos a una
cifra más real, más fideidigna de la cifra de ocupados y de la cifra de parados que hay
en España. La primera razón y la principal es que la
encuesta de población activa se calcula como una media trimestral, es decir, lo que se
va haciendo es medir el número de ocupados semana por semana a lo largo del trimestre
y luego promediarlo. Como bien sabemos, la declaración del estado de alarma fue el 14
de marzo y solo afectó a dos semanas de este trimestre. El trimestre tiene trece semanas
y de las trece solo dos estuvieron afectadas, estuvieron perjudicadas por el confinamiento
domiciliario y el cese de la actividad productiva. Las otras once no se vieron afectadas por este
fenómeno y, por tanto, en las otras once, digamos que hubo un nivel de ocupación normal
y en las otras dos es cuando se concentra todo el efecto del desplome, pero cuando
promediamos el efecto del desplome de esas dos semanas se ve diluido en la normalidad
de las otras once para que nos entengamos y por poner las cifras redondeadas y algo
más claras. España terminó el año 2019 con cerca prácticamente 20 millones de ocupados
y hemos terminado el primer trimestre del año, en realidad la media del primer trimestre
del año en unos 19,7 millones de personas con empleo ocupadas, es decir, que la ocupación
ha caído en unas 300.000 personas. Es decir, que la media de la ocupación en el primer
trimestre de 2020 es 300.000 personas inferior a la media de ocupación en el cuarto trimestre
del año 2020, pero uno se puede plantear. Imaginemos que la media de ocupación durante
las once primeras semanas de este primer trimestre fue de 19,9 millones de ocupados, es decir,
que hubo una caída de ocupación de 100.000 personas, que es la caída que más o menos
se suele producir a lo largo del primer trimestre de cualquier año. Por tanto, si las once
primeras semanas del año se comportaron con normalidad y la media de ocupación bajó
en las 100.000 personas que solía bajar en los primeros trimestres de un año, digo,
uno se puede plantear cuánto ha tenido que caer la media de ocupación durante las dos
últimas semanas del trimestre, para que, insisto, manteniendo una ocupación media
de 19,9 millones de personas, once semanas de trece, la media a lo largo de las trece
no sea de 19,9, sino que sea de 19,7. ¿Cuánto tiene que caer durante esas dos últimas semanas
para arrastrar tanto la media de las trece hasta 19,7 millones de ocupados, que es como
hemos cerrado aproximadamente el trimestre? Bueno, es una simple ecuación y el resultado
bajo estos supuestos es que, durante las dos últimas semanas de marzo, la ocupación
media tuvo que estar en 19 millones de personas, para que, repito, por muchísima vez, habiendo
estado en 19,9 durante las once primeras semanas, la media de las trece sea de 19,7. Por tanto,
si hemos terminado el trimestre en 19 millones de ocupados, la destrucción de empleo entre
la media del cuarto trimestre de 2019, 20 millones de ocupados, y el resultado final
del primer trimestre, 19 millones de ocupados, es que se ha destruido, en realidad, un millón
de empleos. No 285 mil como recoge la EPA al promediar la ocupación entre las diversas
semanas del primer trimestre, sino un millón de empleos, que por cierto son cifras muy
aproximadas a la destrucción de afiliación a la Seguridad Social durante el mes de marzo,
que recogió la Seguridad Social. Las cifras de la Seguridad Social rondaban los 900 mil
empleos destruidos, por tanto, estamos en esas magnitudes, 900 mil, un millón de empleos
destruidos. Por tanto, este es el primer factor que lleva a que los datos que ha publicado
la EPA, si bien son metodológicamente correctos, no reflejan adecuadamente la realidad del
mercado laboral español. Segundo elemento que, de alguna manera, distorsiona estos datos,
en el efecto de los ERTE, tanto de los ERTE de suspensión de relación laboral como de
los ERTE de reducción de la jornada laboral. Como explica el Instituto Nacional de Estadística,
una persona afectada por un ERTE durante menos de tres meses, es decir, si lleva en situación
de ERTE menos de tres meses, se la sigue considerando ocupada, no ocupada a medias o no parada, no
ocupada. Y si lleva en un ERTE más de tres meses, pero percibe más del 50% del salario,
también se la sigue considerando como ocupada. En este caso, como es obvio, las personas
afectadas por un ERTE llevan menos de tres meses y, por tanto, en esta estadística todas
ellas figuran como personas ocupadas, aunque, evidentemente, no están produciendo, no están
generando riqueza, por tanto, están económicamente paradas, desempleadas, no que no tengan relación
laboral, que, evidentemente, la mantienen, sino que esa relación laboral no se traduce,
no se manifiesta en prestación de servicios laborales. ¿Cuántas personas se vieron afectadas
por un ERTE a finales de marzo? Bien, en este caso, el INE, si nos ofrece un dato bastante
cercano al que estamos buscando, en concreto, nos ofrece la variación trimestral de los
ocupados que no han trabajado en la semana de referencia, la última semana de marzo,
debido a paro parcial por razones técnicas o económicas o expediente de regulación
de empleo. Como vemos en otros ejercicios, en otros primeros trimestres del año, el
número de personas afectadas por esta circunstancia era absolutamente irrelevante. Y en este
caso estamos hablando de más de 560.000 personas a finales de marzo. Recordemos que
muchos expedientes de regulación de empleo temporal se tramitaron en abril. Por tanto,
a finales de marzo estamos hablando de unas 560.000 personas que estaban afectadas por
un ERTE según el INE. Bien, ¿esto qué significa? Tenemos a un millón de personas que están
desocupadas, que están paradas de nuevas, que no lo estaban, y que sí lo están a finales
de este trimestre. Y tenemos a 560.000 personas que, si bien estadísticamente, efectos estadísticos
están ocupadas, en realidad están desempleadas en relación con la generación de riqueza,
no están trabajando aunque mantengan su relación laboral viva. Aun suponiendo que, digamos,
la mitad de las personas que están a finales de marzo afectadas por un ERTE, cuando el
ERTE concluya, van a poder reincorporarse a su puesto de trabajo de manera sostenible,
es decir, que no son parados futuros, sino que simplemente se ha suspendido la actividad
por el estado de alarma y luego volverán a sus puestos de trabajo de manera sostenible,
tendríamos que, a finales de marzo, había un millón de ocupados menos y unos 200, 250.000
que están condenados a ser desocupados una vez concluye el periodo de 6 meses posterior
a la finalización del ERTE. Es decir, que la ocupación a finales de marzo habría
caído alrededor de 1,1 o 1,2 millones de personas, no las 285.000 que refleja la encuesta
de población activa, sino más bien 1,2, incluso 1,3, dependiendo de los supuestos
millones de personas que o han perdido su empleo o que lo van a perder una vez sea jurídicamente
posible rescindir la relación laboral. Aun así, hay un tercer elemento que distorsiona
la contabilización de la cifra de parados. Recordemos que hemos dicho que, incluso según
el INE, según la encuesta de población activa, la ocupación ha caído en 285.000 personas,
pero el número de parados solo ha aumentado en 120.000 personas. ¿Cómo es posible que
haya, incluso según el INE, casi 300.000 personas trabajando menos, pero solo haya
120.000 parados más? Bueno, esto se debe a la definición de parado. Parado es aquella
persona que no tiene empleo, pero que sí está buscando activamente un empleo. Es decir,
no es la persona que simplemente está sin ocupación. Si estoy sin ocupación porque
no quiero estar ocupado, eso no se considera efectos estadísticos un parado. Empecemos
en un estudiante universitario. No está trabajando, pero tampoco quiere trabajar. Por tanto, no
está parado, no está en búsqueda activa de empleo. Se tienen que dar estas dos condiciones,
no estar ocupado y estar buscando activamente empleo. En el caso que nos ocupa, y tal como
reconoce el propio INE, es muy improbable que las personas que se hayan quedado desocupadas
hayan pasado a buscar activamente empleo en un mercado laboral que estaba cerrado. Es
decir, no es que las personas que se hayan quedado sin empleo no quieran tener un empleo,
es que simplemente como saben que no lo van a encontrar porque está todo el país cerrado,
no lo han buscado. Y eso que ha provocado que estadísticamente el INE haya clasificado
a personas que deberían ser paradas como personas inactivas. Inactivas son personas
que no tienen empleo y que tampoco lo están buscando, con lo cual la cifra de parados ha
aumentado menos de lo que debería haber aumentado. Lo podemos ver claramente en este gráfico
que recoge el incremento del número de personas inactivas. Vemos claramente cómo el número
de personas inactivas en este trimestre, incluso en términos promedios, es decir, recordemos
que se está diluyendo el efecto de las últimas semanas en las cifras de las 11 semanas anteriores.
Incluso en términos promedios vemos que el número de personas inactivas crece prácticamente
el doble que en el primer trimestre de otros años. Haciendo esta corrección, con lo que
nos encontraríamos es que la cifra de parados aumenta más o menos en la cifra de desocupados,
es decir, que estamos hablando de que en términos reales también hay en España no 120.000
parados más, sino entre, a finales de marzo, entre 1.1.2 millones de parados actuales o
de condena de parados futuros más en nuestro país. Si la cifra de parados hubiese aumentado
realmente en 1.2 millones de personas y no en los 120.000 que ha recogido el INE, ¿cuál
sería la cantidad total de parados en España? Pues tendríamos ya 4.3 millones de desempleados.
Y la tasa de paro no habría pasado del 13,8% a finales del cuarto trimestre del año al
14,4% oficialmente según las últimas cifras del INE, sino prácticamente al 19% de tasa
de paro. Recordemos que según el Banco de España y según el Fondo Monetario Internacional
vamos a terminar el año por encima del 20% de tasa de paro. Ya estamos en el 19 y el
segundo trimestre del año, utilizando la propia metodología de la EPA, será un trimestre
calamitoso, desastroso en términos de paro y de ocupación. El tercer y cuarto trimestre,
obviamente la cosa, si el desconfinamiento termina saliendo bien y se normaliza la actividad
económica, la cosa mejorará y previsiblemente cerraremos el año por encima del 20%. Es decir,
la cifra actual de marzo es una cifra que todavía es susceptible de empeorar, que va
a empeorar muchísimo más en el segundo trimestre de lo que se mantendrá a finales de año,
porque en el segundo trimestre va a haber una sobrereacción, incluso estadística,
a la destrucción y paralización de empleo que se ha producido en la economía. Pero
aún así, obviando los efectos artificialmente altos que observaremos seguro en el segundo
trimestre del año, la cifra de cierre del primer trimestre del año, esos 19 millones
de ocupados y 4,3 millones de parados, esa tasa de paro de casi el 19%, son unas cifras
que todavía van a empeorar en términos medios durante los próximos trimestres.
En definitiva, cuidado con las cifras que ha presentado el Instituto Nacional de Estadística
a través de la encuesta de población activa, porque como ellos mismos reconocen, son cifras
que se pueden dar muy fácilmente a la malinterpretación. No es que actualmente el número de ocupados
solo sea 300.000 menos que a finales del año 2019, o que el número de parados solo sea
120.000 más, con apenas unas pocas correcciones, siendo conscientes de la metodología que
ha empleado la EPA para alcanzar estas cifras, vemos que en realidad la cifra de ocupados
ha caído en alrededor de un millón de personas, que la cifra de parados ha aumentado también
en un millón de personas y que por tanto la tasa de paro estará muy cerca del 19%
y no por debajo del 15%. Esa es la realidad del mercado laboral a finales de marzo y es
una realidad que, como ya hemos dicho, todavía va a empeorar más a lo largo de lo que queda
de año.
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