Ha terminado, al menos de momento, el bodevil político extremeño entre PP y Vox, y lo
ha hecho de la peor manera posible para el Partido Popular, demostrando, una vez más,
que son unos mentirosos. Veámoslo.
Esta es María Guardiola, candidata del Partido Popular a la presidencia de la Junta de Extremadura
y futura presidenta de Extremadura hace apenas diez días rompiendo relaciones institucionales
con Vox por negarse frontalmente a que Vox entre en el gobierno de la Junta de Extremadura.
Yo no puedo dejar entrar en gobierno aquellos que niegan la violencia machista, a quienes
usan el trazo gordo, a quienes están deshumanizando a los inmigrantes y a quienes despliegan una
lona y tiran a una papelera la bandera LGTBI.
Y por si cupiera alguna duda de lo que estaba diciendo, la propia María Guardiola desfiló
ese mismo día por muy diversos medios de comunicación reiterando que lo que estaba
diciendo es que Vox entraría en el gobierno de la Junta de Extremadura por encima de
su cadáver político. Por ejemplo, escuchemos este extracto de la entrevista que concedió
María Guardiola a la Cadena Ser.
¿Usted se compromete aquí, señora Guardiola, a que incluso después de que pasen las elecciones
generales en ningún caso va a meter a Vox en su gobierno?
Me comprometo, claro que sí. No va a entrar en el gobierno. Yo no voy a gobernar con Vox.
Ya lo he dicho y lo repito. Y de verdad que no he engañado a nadie.
Aunque claro, uno también podría decir, esa es la opinión de María Guardiola. María
Guardiola se compromete, dentro del ámbito de sus competencias, a no meter a Vox dentro
del gobierno extremeño. Ahora bien, dentro del Partido Popular hay otros escalafones
por encima de María Guardiola. Por ejemplo, el presidente del Partido Popular Nacional,
Alberto Núñez Eijo. Podría ocurrir que Alberto Núñez Eijo le hubiese ordenado a
María Guardiola que meta a Vox en el gobierno extremeño. Y aunque María Guardiola se compromete,
como digo, dentro del ámbito de sus competencias, a no meter a Vox dentro del gobierno extremeño,
si Núñez Eijo se le ordena, cabría pensar que se ve obligada, en contra de su voluntad,
a meter a Vox en el gobierno de la Junta de Extremadura.
Pero es que la propia María Guardiola también se comprometió, en una entrevista en Onda
Cero con Carlos Alsina, a dimitir si alguien en el Partido Popular le obligaba a pactar
con Vox metiéndolos en su gobierno. Escuchemos las palabras de María Guardiola.
¿Se quitaría usted de en medio antes que ceder a la imposición desde Madrid de meter a Vox en el
gobierno extremeño? Sí, así es. El compromiso, la palabra de María Guardiola, está muy clara.
Ella no consentirá bajo ningún concepto que Vox entre en el gobierno extremeño. Y antes de convivir
con Vox en el gobierno extremeño, ella dimitirá. Se nos presentaba, por tanto,
como una política con principios, como una política que anteponía sus ideales, correctos
o incorrectos, pero sus ideales, no gobernar con los xenófobos, con los machistas, con los homófobos
de Vox, antes que el asiento, antes que el poder. Pues bien, ayer María Guardiola, y por tanto,
el conjunto del PP extremeño, llegó a un acuerdo de gobierno con Vox, por el cual Vox entraba en
el gobierno de la Junta de Extremadura con la Consejería de Gestión Forestal y Mundo Rural.
En este vídeo podemos observar el momento de la firma del acuerdo de gobierno entre PP y Vox,
y podemos sobre todo contemplar la felicidad, el entusiasmo, la ilusión, la alegría que irradia
la cara de María Guardiola por suscribir este acuerdo, el cual, debe de pensar, será maravilloso
para los extremeños, porque en caso contrario, no podríamos explicar semejante cara de ilusión
y de alegría. Pero bueno, ironías al margen, ¿cómo ha pretendido María Guardiola justificar
esta flagrantísima contradicción entre lo que dijo hace 10 días y lo que estaba haciendo ayer?
Hace 10 días. ¿Vox solo entrará en el gobierno extremeño por encima de mi cadáver político?
Ayer. Aquí tiene Vox la alfombra para entrar en mi gobierno presidido por mi persona.
¿Cómo ha intentado María Guardiola justificar esta mentira? ¿Acaso lo ha intentado a la Sánchez,
es decir, diciéndonos que se trata de un cambio de opinión y, por tanto, no de una mentira?
No, todavía peor. Lo que ha argumentado María Guardiola es que su palabra no vale nada. Escuchémosla.
Y mi palabra no es tan importante como el futuro de los extremeños.
Pero vamos a ver, María Guardiola no sabe qué es la integridad. Si te has comprometido a no
gobernar con Vox, a no meter a Vox en tu gobierno, y Vox te dice o me metes en el gobierno o gobierna
el Partido Socialista de Extremadura, y tú consideras que un nuevo gobierno del Partido
Socialista de Extremadura es una catástrofe para tu tierra, pues entonces dimites, te vas a casa y
le dejas tu puesto a otra persona que no ha asumido un compromiso tan fuerte como ese,
como no meter a Vox en su gobierno. A menos que creas que eres la única Mesías capaz de
mejorar el futuro de los extremeños, que o bien alcanzas tú la presidencia de la Junta de Extremadura,
tú únicamente, o Extremadura se va al caos, salvo que pienses eso, si Vox te fuerza a meterlo en su
gobierno o desde arriba te han forzado a meter a Vox en tu gobierno, haces las maletas y te
dedicas a otra cosa. O eso, o no haber estado diciendo con tanta firmeza lo que estuviste
diciendo durante la semana anterior. Eso es lo que haría, claro, esta una persona íntegra.
Sí que me gustaría pedir que se me juzgue como presidenta de la Junta de Extremadura.
Y parece que la próxima presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola,
no es una persona íntegra, no es una persona de palabra. Y eso más allá de la opinión que
pueda contribuir a conformarnos de María Guardiola, desde mi punto de vista María Guardiola es una
política más y, por tanto, una mentirosa más, no hay ninguna novedad en la sala,
pero más allá de la opinión que pueda llevarnos a conformar de María Guardiola,
lo cierto es que el papelón de María Guardiola destroza absolutamente la estrategia electoral del
Partido Popular contra Pedro Sánchez. Pedro Sánchez, como político, también es un consumado
mentiroso. Tan consumado que muchísimos ciudadanos ya se han dado cuenta de ello y,
probablemente, porque sus mentiras eran tan descaradas, pensaban votar en contra de Sánchez.
Y fejo se nos quería vender como un político honesto, como un político de palabra. De hecho,
ayer mismo, mientras María Guardiola, del Partido Popular extremeño, traicionaba grotescamente su
palabra, su palabra reiterada en múltiples ocasiones, feijo ese mismo día nos ofrecía
las siguientes reflexiones sobre el valor de la palabra en un político.
Y en tiempos en los que la palabra de algunos políticos no vale nada, yo reivindico la política
de la palabra. Sin palabra no hay política. Reivindico la política de la palabra. Sin palabra
no hay política. Y María Guardiola, presidenta del Partido Popular extremeño y futura presidenta
de la Junta de Extremadura, ese mismo día, en ese mismo momento en el que feijo estaba pronunciando
esta alocución, traicionaba grotescamente su palabra. Es decir, que la palabra de feijo sobre
la importancia de la palabra en política no vale tampoco de nada.
Lo digo con toda honestidad y con todo respeto. Yo no soy Pedro Sánchez. No soy Pedro Sánchez.
Con toda honestidad y todo respeto, no sé si eres Pedro Sánchez, pero cada vez te pareces más.