This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.
Los principales banqueros centrales del mundo coinciden. Para combatir la inflación,
serán necesarios dolor y sacrificios. Veámoslo.
Hace unos días, los principales banqueros centrales del mundo se reunieron en su conferencia
anual en Jackson Hole. Y el mensaje que transmitieron a los mercados fue muy similar, fue prácticamente
idéntico. Por un lado, el presidente de la resada federal, Jerome Powell, dijo textualmente
que para combatir la inflación sería necesario aplicar algún dolor.
Como el propio Powell dice, no tomar estas medidas ahora implicaría más dolor en el
futuro, precisamente porque estas medidas no se tomaron cuando se tenían que tomar
las de un modo más agresivo y la pasividad de entonces es el dolor de ahora, de modo
que la pasividad hoy sería un mayor dolor en el futuro.
Y de manera bastante coincidente, Isabel Snavel, del Banco Centraleuropeo, también en esta
conferencia, advirtió que domeniar la inflación en la actualidad implicará mayores sacrificios
que en décadas pasadas. Concretamente dijo que la mayor globalización y, por tanto,
la mayor interrelación de las economías hace que los bancos centrales nacionales
se sientan más impotentes a la hora de combatir la inflación, porque parte de la inflación
es importada y, por tanto, esa inflación no la controlan directamente, y en consecuencia
para conseguir rebajas de inflación similares a las que podían conseguirse hace 4 décadas,
ahora habrá que subir proporcionalmente más los tipos de interés de lo que había que
subirlos hace 4 décadas, y mayores subidas de tipos de interés implican menor crecimiento
económico, menor creación de empleo y, por tanto, mayores sacrificios económicos.
Y por qué ahora los principales banqueros centrales del mundo se han coaligado para
enviar este mensaje a los ciudadanos? ¿Por qué les están diciendo ahora a los ciudadanos
que luchar contra la inflación, que ellos han contribuido a crear durante los meses
anteriores, ya sea por acción o por omisión? ¿Por qué les están diciendo ahora que luchar
contra esa inflación conllevará dolor y sacrificios? Pues, esencialmente, y por decirlo
de manera coloquial, porque se están intentando hacer los duros. Los bancos centrales están
luchando contra las expectativas de tipos de interés. Durante las últimas semanas los
mercados estaban anticipando que el ciclo de subidas de tipos de interés que han inaugurado
hace apenas unos meses los bancos centrales iba a concluir bastante pronto. A comienzos
de 2023, muchos inversores consideraban que los bancos centrales ya dejarían de subir
tipos y quizá empezarían a bajarlos si las principales economías mundiales han entrado
en recesión o se enfrentan a una desaceleración muy intensa. Pero claro, si los agentes económicos,
incluyendo los agentes que operan en los mercados financieros como, por ejemplo, los bancos,
si esos agentes económicos consideran que a partir de mediados más o menos de 2023
los tipos de interés van a volver a bajar, entonces esas expectativas de tipos de interés
futuros más bajos ya se trasladan también en parte a los tipos de interés presentes.
Y lo que buscan los banqueros centrales es que los tipos de interés presentes no sólo
los tipos de interés que ellos marcan, que ellos establecen, sino también los tipos de
interés a los que las familias o las empresas se pueden endeudar o pueden refinanciar su
deuda, lo que buscan es que esos tipos de interés suban. ¿Y por qué quieren que los
tipos de interés a los que se pueden endeudar o a los que se pueden refinanciar familias
y empresas o gobiernos suban? Pues porque como ya explicamos en un vídeo anterior, las subidas
de tipos de interés contribuyen a contraer la demanda agregada y lo hacen a través
de muy diversos canales. Y una contracción de la demanda agregada, del gasto agregado,
del gasto total que se ejecuta dentro de las economías es lo que necesitamos para empezar
a rebajar la inflación y, por tanto, también para mantener ancladas las expectativas de
inflación en el medio largo plazo. Pero claro, si los mercados y los inversores no
se creen que los tipos de interés que marcan los bancos centrales vayan a mantenerse altos
o medianamente altos a lo largo de 2023, no digamos ya en 2024, todo eso, como decía,
se anticipa hoy. Los tipos de interés a los que pueden endeudarse familias y empresas
no aumentan o no aumentan tanto como les gustaría a los bancos centrales y, en consecuencia,
la demanda agregada, el gasto agregado no se modera, no se contrae, y si no se contrae
o no se contrae lo suficiente, la inflación no se rebaja o no se rebaja lo suficiente.
De ahí que los banqueros centrales hayan tenido que salir a la palestra para recordarnos
que, supuestamente, porque ahí va en juego su credibilidad, van muy en serio, que aún
cuando la economía durante los próximos meses experimente dificultades muy serias, aún
cuando suframos una desaceleración importante, aún cuando entremos en recesión, aún cuando
las cifras de desempleo empiecen a repuntar, incluso en ese escenario, no darán marcha
atrás, mantendrán los tipos de interés altos, incluso si la inflación no está bajo control,
lo seguirán subiendo y, por tanto, lo que les están diciendo a los mercados, es que
no se engañen sobre la senda de tipos de interés futuros, que ellos tienen un plan
y ese plan entraña que, mientras la inflación no esté absolutamente bajo control, los
tipos de interés seguirán subiendo.
¿Y ha funcionado este tono de dureza por parte de los bancos centrales?
En parte sí, como podemos ver en este gráfico, los tipos de interés de la deuda pública
estadounidense a un año se hallan ahora mismo en el nivel más alto del último año, que
también es el nivel más alto desde el año 2007.
Por consiguiente, las palabras de Powell, del presidente de la Reserva Federal, se han
persuadido, en parte, a la comunidad inversora, de que los tipos de interés se van a mantener
más altos de lo que esperaban hace unas semanas durante más tiempo.
Asimismo, y si nos fijamos en los tipos de interés de la deuda pública a cinco años,
es decir, los tipos de interés de una deuda pública a más medio plazo, podremos observar
que ha perseverado en su senda de rebotez desde los más bajos niveles de principios
de agosto.
Asimismo, si le echamos un ojo a la evolución del Euribor, también comprobaré que, desde
el mensaje que manzó en Jackson Hole y Sabel Snavel, mensaje que se produjo el 26 de agosto,
se ha producido un incremento sustancial del Euribor a un año, es decir, del tipo de interés
al cual los bancos se prestan dinero entre sí, que está enormemente influido por el
tipo de interés que marca el Banco Central Europeo.
Por tanto, sí parece que las palabras de dureza algo han influido en los mercados, pero en
última instancia no dejan de ser palabras, palabras y palabras.
La cuestión clave será la siguiente, cuando de verdad, si es que sucede, cuando de verdad
las economías occidentales se entren en recesión, cuando las colas de desempleados se empiecen
a alargar, cuando, por tanto, la presión política y la presión social popular gire
hacia los bancos centrales para forzarles, para exhortarles a que baje en tipos de interés,
los bancos centrales serán capaces de resistir esa presión, si la inflación todavía no
está controlada, o en cambio, donde dicen digo, dirán Diego, porque de la misma manera
que a principios de 2022 el Banco Central Europeo nos decía de manera muy convincente
que no pensaba subir tipos de interés a lo largo de este año, que no iba a haber un
endurecimiento muy significativo de la política monetaria en 2022 y en julio ya se produjo
una subida de medio punto y ahora estamos a las puertas de otra subida de medio punto
o incluso de más de medio punto, de la misma manera que el Banco Central Europeo se ha
desdicho de manera muy clara y muy rotunda en apenas unos meses, nada impide que en 2023
se vuelva a desdecir si el contexto económico y social le empuja a ello y esto los mercados
también lo saben, también son conscientes de que la actitud que tienen que adoptar
ahora los banqueros centrales es una actitud teatral mostrando más dureza de la que probablemente
estarán dispuestos a aplicar a lo largo de 2023 o de 2024 si la economía en barranca,
con lo cual sí, mientras la economía aguante los bancos centrales combatirán la inflación
con subidas de tipos de interés, cuando la economía empiece a sufrir de manera considerable
veremos si siguen aplicando dolor y requiriendo sacrificios o empiezan a dar marcha atrás,
pero hasta entonces ya saben, dolor y sacrificios, la irresponsabilidad y la laxitud monetaria
y fiscal de ayer son el dolor y los sacrificios de hoy.