This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.
Durante los últimos días hemos escuchado que los delitos de odio por orientación sexual
o identidad de género se están disparando dentro de nuestro país.
Pero es realmente así.
Veámoslo.
A raíz de una reciente denuncia falsa sobre una falsa agresión homófoba, el ministro
de Del Interior, Fernando Grande Marlasca, ha recordado que no debemos frivolizar sobre
los delitos de odio porque estos se están disparando.
Escuchemos las palabras del ministro del Interior al respecto.
Parece ser que todo el mundo olvida que se han incrementado los delitos de odio en
el último año en un 10%.
Muchos han interpretado incorrectamente de estas palabras de Fernando Grande Marlasca
que los delitos de odio con motivación o homófoba o por identidad de género se han incrementado
un 10% en lo que llevamos de año.
¿Por qué?
Porque Grande Marlasca estaba criticando que se frivolizara sobre una denuncia falsa respecto
a una agresión homófoba.
Pero en realidad el ministro del Interior no está hablando de delitos de odio específicamente
motivados por homofobia o por identidad de género.
No.
El ministro del Interior está hablando de delitos de odio en general, agrupando por
tanto todos los delitos de odio cuyo seguimiento efectúa el ministerio del Interior.
A saber, antisemitismo, aporofobia, creencias o prácticas religiosas, persona con discapacidad,
orientación sexual e identidad de género, racismo o xenofobia, ideología, discriminación
por sexo o género, discriminación generacional, discriminación por razón de enfermedad o
antigitanismo.
El agregado de todos estos delitos de odio es lo que se ha incrementado según el dato
que ha avanzado el ministro del Interior, lo que se ha incrementado un 10% con respecto
al año 2019.
El ministro está comparando con 2019, no con 2020, por las excepcionales circunstancias
de la pandemia.
Ahora bien, no sabemos, porque el ministro se ha guardado muy bien ese dato, si el incremento
de los delitos de odio en agregado se corresponde a un incremento de los delitos de odio por
orientación sexual o identidad de género.
Y no lo sabemos porque el dato que ha dado el ministro no es todavía un dato oficial.
El ministerio del Interior publica cada año, al concluir el año, es decir, al concluir
en este caso 2021, su estadística recopilando los delitos de odio de ese ejercicio.
La estadística, obviamente, como no ha concluido el año 2021, todavía no está publicada
y lo que ha hecho el ministro del Interior es ofrecernos un adelanto, repito, en agregado
de todos los delitos de odio, pero no en particular de los delitos de odio por orientación sexual
o identidad de género.
Así que, para responder a la pregunta de si los delitos de odio por orientación sexual
o identidad de género se están incrementando en España, no podemos más que recurrir a
estadísticas que tenemos oficialmente publicadas hasta la fecha, es decir, entre 2013 y 2020.
Y si acudimos a estas estadísticas oficiales publicadas hasta la fecha, cabe decir que los
delitos de odio por orientación sexual o identidad de género se están disparando de manera alarmante
en España.
Pues afortunadamente, y recalco lo de afortunadamente, no.
Por ejemplo, si acudimos a la última estadística oficial publicada por el Ministerio del Interior
al respecto correspondiente al año 2020, vemos que los delitos de odio por orientación
sexual e identidad de género en el año 2020 se redujeron un 0,4%.
En concreto, en el año 2019 hubo 278 delitos en esta categoría y en el año 2020 hubo
277.
Sin embargo, claro, como ya hemos dicho, el año 2020 fue un año especial porque debido
al confinamiento, en general, los delitos cayeron y los delitos de odio en particular
cayeron.
De hecho, el agregado de delitos de odio cayó mucho más que el de delitos de odio por orientación
sexual o identidad de género, pasó de 1.706 delitos de odio en 2019 a 1.401, es decir,
una caída de casi el 18%.
Por consiguiente, conviene que echemos una mirada más atrás para ver cuál ha sido
la evolución histórica de estos delitos de odio por orientación sexual o identidad
de género desde el año 2013, momento en el que se empieza a recopilar esta estadística
al respecto en nuestro país.
Muy bien, en el siguiente gráfico, Cortesía de Neutral, donde se recopilan, donde se ilustran
los datos oficiales del Ministerio del Interior, vemos que los delitos de odio por orientación
sexual e identidad de género oscilaban entre los 450 y 500 al año en 2013 y 2014, y desde
entonces han caído para estabilizarse, a partir del año 2017, entre los 250 y los 280.
Estas son las cifras que se han mantenido en el año 2017, 2018, 2019 y 2020.
Por tanto, según las cifras oficiales, no está habiendo un estallido alarmante, por
suerte, de los delitos de odio por orientación sexual o identidad de género.
Ahora bien, incluso estas cifras oficiales deben ser interpretadas con cautela.
¿Por qué razón?
Pues esencialmente porque lo que recopilan, lo que recogen las estadísticas oficiales,
son los hechos conocidos por las autoridades estatales.
Es decir, que si hay delitos de odio que no llegan a ser conocidos, por ejemplo, porque
no hay denuncia por parte de las autoridades estatales, esos delitos de odio por orientación
sexual o identidad de género no aparecen en las estadísticas oficiales.
O dicho de otra manera, en realidad hay más delitos de odio por orientación sexual o
identidad de género de los que aparecen recopilados en las estadísticas oficiales.
¿Cuántos más?
¿Cuán importante es en España la infradenuncia?
Es decir, que los afectados, las víctimas por estos delitos, no estén denunciando.
Pues según la encuesta que ha elaborado el Ministerio del Interior en el año 2021,
el 87% de personas que son víctimas de estos delitos no denuncian.
La muestra de esta encuesta es muy pequeña, por tanto, quizá el porcentaje se ha exagerado,
pero imaginemos que no es un 87% sin un 70% o un 60%.
Lo que esto significa es que si cada vez se denuncian más delitos de odio por orientación
sexual e identidad de género, lo normal es que la cifra de estos delitos en las estadísticas
oficiales esté creciendo.
Si cada vez se denunciaran menos delitos de odio por orientación sexual o identidad
de género, lo normal sería que estas cifras se estuvieran reduciendo en las estadísticas
oficiales.
Por tanto, realmente para conocer si los delitos de odio por orientación sexual e identidad
de género están aumentando o se están reduciendo en España, no basta con acudir a las estadísticas
oficiales.
Deberíamos corregir los datos de las estadísticas oficiales en función del porcentaje de estos
delitos que están siendo denunciados.
Y por desgracia no tenemos este dato disponible.
Ahora bien, cabe pensar que en los últimos años el porcentaje de delitos de odio por
orientación sexual o identidad de género que han sido denunciados habrá caído, más
bien cabe esperar, cabe suponer todo lo contrario, que cada vez se denuncia un mayor porcentaje
de estos delitos.
Justamente la creciente visibilización de este problema, justamente las campañas institucionales
para visibilizar, para concienciar de este problema deberían estar consiguiendo todo
lo opuesto.
Es decir, que cada vez más víctimas de delitos de odio por orientación sexual o identidad
de género se lancen a denunciar.
En consecuencia, si las cifras que hemos visto antes, de hechos conocidos por las autoridades
españolas de delitos de odio por orientación sexual o identidad de género, se ha mantenido
estable habiéndose previsiblemente incrementado el porcentaje de denuncias de estos delitos,
lo que realmente estamos diciendo es que el número real de estos delitos en España
está cayendo, aunque las estadísticas oficiales recojan una estabilización, una cierta estabilidad
de su número, porque ese número son los delitos conocidos.
Y si hay más porcentaje de denuncias sobre los delitos totales y los delitos oficiales
se mantienen constantes, lo que significa es que los delitos reales totales están cayendo.
Por consiguiente, las estadísticas oficiales muestran que los delitos de odio por orientación
sexual o identidad de género no se están disparando.
Y además cabe suponer que si el porcentaje de estos delitos que están siendo denunciados
se ha incrementado, la conclusión ha de ser que los delitos de odio por orientación sexual
o identidad de género se están reduciendo afortunadamente en nuestro país.
Con todo es verdad que esta última conclusión es una conclusión simplemente intuitiva, porque
no tenemos datos que acrediten que cada vez se está denunciando un mayor porcentaje de
este tipo de delitos.
Pero precisamente si las estadísticas oficiales no dicen que los delitos de odio por orientación
sexual o identidad de género se están disparando, y si además la intuición, el sentido común
de lo que habrá sucedido con el porcentaje de denuncias, nos indica que estos delitos
se deben de estar reduciendo, qué sentido tiene que se esté lanzando a la opinión
pública con absoluta seguridad, con absoluta certeza que los delitos de odio por orientación
sexual e identidad de género se están disparando alarmantemente dentro de nuestro país.
Es más, qué sentido tiene que se vincule ese supuesto, porque no parece que haya sido
así.
Ese supuesto incremento de los delitos de odio por orientación sexual e identidad de género,
qué sentido tiene que se vincule ese falso fenómeno a un determinado partido político.
Dicho de otra manera, aunque fuera cierto que estuvieran aumentando los delitos de odio
por esta categoría, por este concepto, ¿cómo sabemos que se debe eso a la aparición en
la escena política de Vox?
¿Qué estudio está respaldando esa acusación tan grave?
Es decir, si ya es dudoso que estén aumentando los delitos de odio por este concepto, más
bien parece que se están estabilizando o reduciendo, lo que ya es abracadabrante es
que se culpe de ese inexistente fenómeno a un partido político sin tener ningún tipo
de evidencia más allá de lo que a una determinada ideología le gustaría que estuviese sucediendo?
Esto es que le pudiéramos estar echando las culpas a Vox del estallido de los delitos
de odio por orientación sexual e identidad de género, más allá de ese prejuicio ideológico
de una determinada corriente política, no tenemos ningún tipo de evidencia que vincula
ese inexistente estallido de los delitos de odio por orientación sexual e identidad
de género a Vox.
Eso, señores políticos, si es frivolizar sobre los delitos de odio por orientación
sexual e identidad de género, eso si es instrumentalizar políticamente a las víctimas
de esos delitos de odio contra una determinada formación política porque lo que cuenta
es desgastar a esa formación política o a los aledaños de esa formación política
para mantenerte tú en el poder, para seguir capitalizando electoralmente ese discurso
o falaz, olvidándose de los verdaderos perjudicados de las verdaderas víctimas de esos delitos
de odio.
Esas víctimas no se las está tratando como fines que merezcan de una reparación frente
al daño que han sufrido, se las está tratando como medios, como instrumentos para una repugnante
refriega política.
En definitiva, así tal como señala el liberalismo, sigamos promoviendo el respeto hacia todos
los diversos estilos de vida de las personas y dentro de ese respeto también debemos incluir
no instrumentalizar políticamente los dramas humanos que por desgracia, y recálculo de
por desgracia porque en ocasiones parece que esos dramas humanos son una suerte electoralista
para algunos partidos políticos, no instrumentalicemos políticamente los dramas humanos que por
desgracia siguen existiendo en nuestro país, no instrumentalicemos políticamente los delitos
de odio por orientación sexual e identidad de género que por desgracia siguen subsistiendo,
aunque por suerte, por suerte parece que cada vez en menor número, dentro de nuestro
país.
Luchemos activamente contra toda agresión y por supuesto también contra las agresiones
motivadas por orientación sexual e identidad de género, y dejemos fuera ese drama humano
de la refriega política, o al menos dejemoslo fuera hasta que tengamos evidencia muy cierta
de que determinados discursos políticos están fomentando un fenómeno que de momento no
se observa afortunadamente en nuestro país.
Señores políticos, sé que les voy a pedir un sobreesfuerzo que muy probablemente quede
fuera de sus capacidades y también por desgracia de sus voluntades.
No se conviertan en las llenas de los dramas humanos que siguen subsistiendo en nuestro
país, no todo vale por acceder o perpetuarse en el poder.