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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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La mayoría de votantes de Berlín ha apoyado la expropiación de más de 200.000 viviendas
en la capital de Alemania.
¿Es esta una medida que deberíamos emular, que deberíamos importar a España?
Veámoslo.
Este pasado domingo no solo se celebraron elecciones en Alemania para escoger al canciller del
país, sino que en Berlín también se celebró un referéndum para decidir si había que
expropiar más de 200.000 viviendas en manos de grandes tenedores de viviendas o no hacerlo.
Y el resultado de este referéndum fue mayoritariamente que sí, que había que expropiar las viviendas.
Un 56% de los votantes que acudieron a las urnas en Berlín apoyaron la medida de expropiar
a los grandes tenedores de viviendas.
Son muchos los que han querido trazar un paralelismo entre lo que se ha votado en Berlín y lo
que debería suceder en España.
Si en Berlín, si en la capital del motor económico de Europa, de la rica y avanzada Alemania
se está votando por expropiar 200.000 viviendas, porque no hacer exactamente lo mismo en Madrid
o en Barcelona.
En primer lugar, el referéndum tiene un carácter no vinculante, es decir, por mucho que el 56%
de los votantes berlineses, que representan aún así el 25% de la población de Berlín,
y siquiera tenemos la mayoría de la población de Berlín, sino la mayoría de los que votaron,
que el 56% de los votantes berlineses hayan apoyado la expropiación, no significa que
esa expropiación se vaya a terminar produciendo, para que se produzca finalmente el Senado
de Berlín tendría que aprobar una ley donde se tramitara esa expropiación masiva de viviendas.
¿Y qué sucede?
Pues que el Partido Social de Mócareta Alemán, que es el principal partido en el Senado de
Berlín, se opone a la expropiación de viviendas, por tanto, tanto paralelismo que se quiere
hacer entre Berlín y Madrid o Barcelona, pues si hacemos el paralelismo político, puro
y duro, el PSOE debería seguir oponiéndose a expropiar estas viviendas como se opone
el SPD en Alemania.
Además, y por mucho que se termine aprobando la ley de expropiación, esa ley tendrá
que ser luego sometida a revisión judicial, y no está nada claro que una ley que proponga
expropiar 200.000 viviendas a grandes tenedores de viviendas, por el simple hecho de ser grandes
tenedores de viviendas, no porque haya una necesidad objetiva de expropiar esas viviendas
para lograr un determinado fin específico, sino simplemente te las expropiamos a ti porque
tienes muchas, no está nada claro que eso no vaya en contra de la Constitución Alemana.
No olvidemos que justamente en Berlín, hace unos meses, el Tribunal Constitucional Alemán
declaró inconstitucional la ley que se limitaba a congelar los alquileres durante un periodo
de 5 años.
Si eso ya se consideró inconstitucional, si ya se consideró que el Senado de Berlín
no tenía competencias en materia de vivienda para adoptar este tipo de medidas, cabe pensar
que algo similar sucederá si se aprobó una ley para expropiar más de 200.000 viviendas
a grandes tenedores.
Por consiguiente, no solo hace falta que los políticos que de momento están en contra
aprueben una ley que canalice el sentir de esta voluntad popular, hace falta que la
voluntad popular no vaya en contra de la Constitución, es decir, del respeto a los derechos individuales
de los alemanes, y en este caso, claramente atenta contra el derecho de propiedad de los
alemanes.
En segundo lugar, la propiedad en Alemania está mucho más concentrada que en España.
Alemania es un país donde el alquiler está mucho más profesionalizado, es decir, donde
existen grandes empresas que han comprado o han construido viviendas específicamente
para alquilarlas.
En España, esa parte del mercado se está empezando a desarrollar ahora, en los últimos
años, pero está muy poco desarrollada, de manera que la concentración de la propiedad
es mucho menos intensa que en Berlín.
En particular, este referéndum para expropiar viviendas afectaba a los grandes tenedores,
definiendo como grandes tenedores aquellos que tienen más de 3.000 viviendas en propiedad.
Por ejemplo, solo una empresa, doychebonen, tiene más de 100.000 viviendas en propiedad.
Claramente es un referéndum que prácticamente está hecho a medida para expropiar las viviendas
de esa compañía.
En España no tenemos concentraciones de la propiedad de esta magnitud.
Por ejemplo, si nos focalizamos en los grandes tenedores de vivienda de Barcelona, según
los datos que proporciona el Observatorio y Metropolitada Habitatge de la Ciudad Condal,
el 0,2% de los propietarios de vivienda tiene el 10% de las viviendas de Barcelona, y ¿cuánto
es el 10% de las viviendas de Barcelona?
75.000 viviendas.
Pero claro, el principal tenedor de viviendas de Barcelona son las administraciones públicas,
que tienen 11.000 viviendas, de tal manera que si quitamos las viviendas en propiedad
de las administraciones públicas, porque no se van a expropiar así mismas, nos quedan
64.000 viviendas entre ese grupo selecto de grandes tenedores de vivienda.
¿Cuál es la media de viviendas en propiedad dentro de ese selecto grupo de grandes tenedores
de vivienda?
Es decir, los que más viviendas tienen en Barcelona, ¿de media cuántas tienen?
60.
Aunque esta media sería compatible con que una única empresa tuviese muchísimas viviendas
de los datos que tenemos disponibles, no parece que sea el caso.
Desde luego no parece que tengamos empresas que concentren 20.000, 30.000, 40.000, 50.000,
100.000 viviendas en una única ciudad.
En tercer lugar, tampoco se suele mencionar que la expropiación lleva aparejada una compensación,
un justi precio al expropiado, un justi precio que si está muy por debajo del precio de
mercado sería claramente inconstitucional, con lo cual al final se trataría de utilizar
el dinero de los contribuyentes para comprar viviendas a precios de mercado, esos precios
que los que están a favor de la expropiación suelen decir que son precios especulativos,
precios demasiado altos, habría que pagarles ese precio de mercado o aproximadamente ese
precio de mercado a las grandes empresas, tenedoras de grandes cantidades de inmuebles
y desde luego la factura no sería escasa.
Por ejemplo, si expropiamos 200.000 viviendas a un precio, pongamos medio de 200.000 euros,
la factura total asciende a 40.000 millones de euros, eso es el 4% del PIB de España
o por trasladarlo a datos de la Comunidad de Madrid son dos años enteros de presupuesto
de la Comunidad de Madrid, es decir habría que destinar lo que gasta la Comunidad de
Madrid durante dos años, todo lo que gasta durante dos años, en educación, en sanidad,
en dependencia, en la propia burocracia administrativa, en subvenciones de todo tipo habría que
destinar todo el presupuesto de dos años de la Comunidad de Madrid para comprar a precios
de mercado 200.000 viviendas.
Es decir que al final sería una enorme transferencia de recursos desde el bolsillo de los contribuyentes
madrileños al bolsillo de aquellos ciudadanos que fueran agraciados con el alquiler de una
de estas viviendas públicas a precios sustancialmente por debajo de los de mercado, sería casi
como regalarles una casa a estos madrileños pagada por todos los restantes madrileños.
Y por último, no olvidemos que si el problema de la vivienda en Berlín, en Barcelona o
en Madrid, es que falta oferta en relación con la demanda, es decir, que hay mucha más
gente que quiere irse a vivir y trabajar en Berlín, en Barcelona o en Madrid de las viviendas
que hay disponibles para cogerlos, ese problema de la vivienda no se soluciona expropiando
las viviendas existentes, expropiar algunas de las viviendas existentes podrá ser la
forma de solucionarle el problema de la vivienda a algunos, a unos pocos, a aquellos que son
agraciados en la lotería en el sorteo de la asignación de viviendas públicas baratas
en alquiler, pero a todos los demás, todos los que quieren irse a vivir a Berlín, a
Madrid o a Barcelona, y no pueden ir a vivir a estas ciudades porque no hay pisos en alquiler
que puedan alquilar, a esos no se le soluciona el problema de la vivienda.
Si falta oferta en relación con la demanda, que tú cambies la titularidad jurídica de
la oferta, no amplía el número de unidades de vivienda disponibles para satisfacer toda
la demanda, de hecho puede contribuir a reducirla, porque si a la comunidad inversora se le
empieza a lanzar el mensaje de si usted invierte en construir nuevas viviendas o se las expropiamos
o le regulamos el precio al que pueda alquilarlas, pues a lo mejor la comunidad inversora se
piensa dos veces si construir más viviendas, que es, repito, lo que hace falta, se necesita
aumentar la oferta para abastecer a toda la demanda.
Pero bueno, es que da igual, aunque no se desincentivara ni una pice la construcción
de nuevas viviendas, el hecho de expropiar parte del stock de viviendas existente, que
es un stock insuficiente para satisfacer la demanda, por definición no puede solventar
el problema que solo se soluciona cuando la oferta sea lo suficientemente voluminosa
como para abastecer la demanda.
En definitiva, por mucha propaganda con la que nos hayan bombardeado durante los últimos
días acerca del referéndum en Berlín para expropiar más de 200.000 viviendas, lo cierto
es que se trata de un referéndum que probablemente nunca llegue a materializarse en resultados
tangibles, ya sea por obstáculos políticos o por obstáculos jurídicos.
Se trata además de una medida que no es exactamente aplicable en España, porque en España no
tenemos el tipo de grandes tenedores de vivienda que sí existen en Alemania, más de 100.000
viviendas en manos de un único propietario en una única ciudad, eso en España no existe,
pero es que además el gran perjudicado de este tipo de medidas no sería ni siquiera
estas grandes empresas a las que se les compraría, se les expropiarían las viviendas a precios
cercanos a los de mercado.
Los grandes perjudicados de esta medida serían los contribuyentes que tendrían que hacer
frente a una factura onerosísima para rellenar los bolsillos de aquellos inquilinos que fueran
agraciados con una de estas viviendas públicas, porque por último no olvidemos que esta medida
no soluciona el problema de fondo.
El problema de fondo es que la oferta de vivienda es insuficiente, es escasa en relación con
la demanda, por tanto esta medida únicamente beneficia a aquellos que esperan ser agraciados
con una vivienda de alquiler a precios por debajo de los de mercado, por tanto se trataría
de una masiva redistribución de la renta desde el conjunto de los contribuyentes a ciertos
inquilinos privilegiados.
En definitiva, el referéndum no vinculante a favor de la expropiación masiva de viviendas
en Berlín no es el triunfo de la democracia, es más bien el típico fracaso del populismo
democrático.