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¿Cómo se enriquece el Estado a través de la inflación? Veámoslo.
En los vídeos anteriores dentro de esta serie temática apaterinada por Freedom24 sobre las
consecuencias económicas de la inflación, estudiamos a quiénes se empobrece especialmente
la inflación y cómo es posible protegernos frente a ella o al menos minimizar su influencia
pauperizadora. Ahora bien, no pensemos erróneamente que la inflación empobrece a todo el mundo.
Hay agentes económicos que salen muy beneficiados con la inflación. ¿Quiénes son esos agentes
económicos que salen ganando gracias a la inflación? Pues si la inflación es una pérdida
del valor del dinero, los que salen ganando serán aquellos que tengan posiciones cortas
en dinero. Aquellos que se hayan obligado, que se hayan comprometido a recomprar dinero
en el futuro. Porque si yo estoy obligado a recomprar dinero en el futuro y en el futuro
el dinero es más barato que hoy, obviamente salgo ganando de esa pérdida de valor del
dinero. Me resulta más sencillo, me sale más barato recomprar el dinero tal como estoy obligado
a hacerlo. ¿Y qué agentes económicos son aquellos que tienen una posición corta en
dinero? ¿Que están obligados a recomprar dinero en el futuro? Pues esencialmente los
deudores. Un deudor es una persona que está obligada a entregarle en el futuro una determinada
cantidad de dinero a su acreedor. Por tanto, si hoy el deudor no tiene ese dinero, cuando
tenga que saldar su deuda estará obligado a recomprar en el mercado el dinero que le
tiene que entregar a su acreedor. Y claro, si en el futuro, en el momento de recomprar
el dinero que tiene que entregarle al acreedor, ese dinero ha perdido valor, el deudor saldrá
ganando con la inflación. Habrá recibido dinero en el presente que tiene un mayor valor
que el dinero en el futuro y no tendrá que devolver el dinero presente más valioso, sino
el dinero futuro menos valioso. A efectos prácticos, es como si la inflación fuera
un impuesto que paga el acreedor y que se transfiere en forma de subsidio al deudor.
En este sentido, la única forma que tienen los acreedores de evitar pagar este impuesto
inflacionista a que posteriormente es transferido como un subsidio a sus deudores es exigiéndoles
a los deudores tipos de interés nominales que sean iguales o superiores a la inflación
futura. Si el tipo de interés nominal que está obligado a abonar un deudor es tan o
más alto que la tasa de inflación, entonces el acreedor, como poco, recuperará la misma
suma real de dinero que le adelantó al deudor. Y al respecto, recordad que la entidad que
apadrina esta serie de vídeos sobre los efectos económicos de la inflación, Freedom24, ofrece
ahora mismo diversos productos de ahorro que baten holgadamente la inflación. Por ejemplo,
su plan de ahorro diario, la llamada Cuenta D, ofrece tipos de interés del 5,31% en dólares
y del 3,88% en euros, como decía, tipos de interés ampliamente por encima de las actuales
tasas de inflación. Tipos de interés que además se devengan diariamente en un producto
de ahorro, la Cuenta D que no requiere de ningún tipo de permanencia, que se puede retirar
en cualquier momento. Pero a su vez, si uno está dispuesto a inmovilizar su ahorro en
periodos a 3, 6 y 12 meses, también tiene disponible en Freedom24 los planes de ahorro a
largo plazo, que abonan, en estos momentos, rentabilidades del 8,76% anual en dólares y
del 6,4% anual en euros. Y tanto el plan de ahorro diario como los planes de ahorro a largo
plazo de Freedom24 están protegidos por un importe de hasta 20.000 euros por el Fondo
de Garantía de Inversiones de Chipre. Si quieres obtener más información sobre estos productos
de ahorro de Freedom24, puedes obtenerla pinchando en el enlace que aparece en la caja de descripción
de este vídeo o en el comentario destacado. Es decir, en términos generales, los deudores
salen beneficiados con la inflación. De hecho, en el caso muy extremo de una hiperinflación,
lo que sucede en términos reales es que las deudas de los deudores quedan canceladas. Una
hiperinflación equivale a un jubileo de la deuda de los deudores, salvo, claro está,
que los tipos de interés que hayan pactado esos deudores estén indexados a la inflación. Pero si
no lo están, si el deudor adeuda simplemente una cantidad nominal de dinero, el hecho de que el dinero
pierda todo su valor, deje de valer nada, es decir, el caso de una hiperinflación, supone,
equivale, a que los acreedores les condonen forzosamente las deudas a los deudores. Porque
sí, tienen que seguir devolviendo la misma cantidad nominal de dinero que se habían contribuido a
reembolsar. Pero esa cantidad nominal de dinero ya no vale nada. De manera que el deudor la puede
recomprar en el mercado a precio de saldo. Vendiendo cualquier porción ridícula de su
propiedad, es capaz de captar, en el caso de una hiperinflación, toda la suma nominal de dinero que
necesita para saldar su deuda con el acreedor. Y el acreedor recibe, en consecuencia, una cantidad
de dinero que no le vale para nada. Pues bien, sentado lo anterior, lo que deberíamos plantearnos
es lo siguiente. ¿Quién es el principal deudor dentro de nuestras economías modernas? Es decir,
¿quién es el principal beneficiario de la inflación en nuestras economías modernas? Pues creo que todos
tenemos en la cabeza la respuesta. El principal deudor de cualquier economía moderna es el Estado. Y,
por tanto, el principal beneficiario de la inflación en nuestras economías modernas también es el
Estado. Al fin y al cabo, con la inflación, el Estado ha de reintegrar a sus acreedores, a quienes
hayan comprado sus títulos de deuda pública, una cantidad nominal de dinero, de dinero que, además,
es capaz de crear el propio Estado, que posee un poder adquisitivo, que posee un valor más reducido
que en el momento pasado en el que el Estado se endeudó. Nuevamente, si nos vamos al caso extremo,
que es quizá el que mejor se comprende intuitivamente de una hiperinflación, lo que sucedería es que los
títulos de deuda pública emitidos por el Estado perderían absolutamente todo su valor. El Estado
tendría que devolver a sus bonistas una determinada cantidad de dinero, por ejemplo, 10 millones de
euros. Pero como 10 millones de euros no tendrían ningún valor, en el caso de una hiperinflación del
euro, le sería tremendamente sencillo amortizar esos títulos de deuda. Ya sea porque los ingresos
nominales del Estado, en el caso de una hiperinflación, serían, repito, en términos nominales, muchísimo
mayores, verbigracia, ahora mismo el conjunto de la deuda pública de España es de 1,6 billones de
euros. Y los ingresos nominales anuales del Estado español, por tributos pagados por sus ciudadanos,
se ubican en alrededor de 600.000 millones de euros. Es decir, la deuda pública equivale a unas 2,5 veces
los ingresos anuales del Estado. Pues bien, si hubiese una hiperinflación en la zona euro, los ingresos
tributarios anuales del Estado español no serían de 600.000 millones de euros, sino que serían de 60
billones de euros, 600 billones de euros o 6.000 billones de euros. Con lo cual, claro, si tus ingresos
se te dispararan en términos nominales, claro está, a 6.000 billones de euros, y tuvieses que amortizar
una deuda pública con un valor nominal de 1,6 billones de euros, al Estado español le resultaría muy
sencillo retirar en un año toda la deuda emitida en el pasado. O directamente, el Estado también podría
con mucha facilidad retirar toda su deuda pública viva, emitiendo una cantidad de moneda nueva
equivalente a 1,6 billones de euros. Actualmente, la base monetaria de toda la eurozona es de alrededor
de 5 billones de euros. De tal manera que, a día de hoy, crear, imprimir 1,6 billones de euros para
ponerlos además en circulación, es decir, en las manos de los acreedores del Estado, imprimir 1,6
billones de euros para amortizar, con esa impresión, toda la deuda pública del Estado español, supondría
aumentar en más de un 20% toda la base monetaria actual. Y claro, si todos los países de la eurozona
hicieran lo mismo, pues la base monetaria, en manos, además del público, se duplicaría o se triplicaría,
generando una elevada inflación. Pero imaginemos que ha habido una hiperinflación y que la base monetaria
de la eurozona son 10.000 billones de euros, 20.000 billones de euros, etcétera. Pues claro, en ese
contexto, imprimir, crear de nuevo 1,6 billones de euros para retirar toda la deuda pública existente
del Estado español no tendría ninguna influencia apreciable sobre el valor en ese momento del euro.
Por consiguiente, el Estado, como cualquier otro deudor, pero en mayor medida que el resto de
deudores, porque es el principal deudor de cualquier economía moderna, el Estado sale beneficiado con la
inflación. Y en este sentido se da la inquietante coincidencia de que el principal beneficiario de la
inflación en nuestras economías modernas también es el encargado, también es el que monopoliza la
creación y la administración de la base monetaria dentro de esa economía y, por tanto, aquel que
tiene una influencia muy directa sobre el valor del dinero y, por tanto, sobre la inflación. Es decir,
que institucionalmente hemos colocado a controlar la inflación a aquel que tiene un mayor interés en
que haya inflación. El zorro al cuidado del gallinero. Y, precisamente, en el próximo vídeo
dentro de esta serie sobre los efectos económicos de la inflación apadrinada por Freedom24, expondremos
con más detalle cómo el Estado es capaz de envilecer el valor de la moneda generando inflación en su
beneficio y en nuestro perjuicio.