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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

Antonio Escotado, uno de los filósofos españoles más importantes de las últimas décadas,
nos ha dejado hoy, 21 de noviembre, a los 80 años de edad.
A partir de, según él mismo nos reconoció, nos dijo en múltiples ocasiones, después
de haberse preparado durante tiempo para lo inevitable, para lo que sabía que tarde o
temprano iba a suceder, lo que tarde o temprano a todos nos terminará sucediendo.
Lo hizo además desarrollando un creciente desapego hacia ese instinto de supervivencia
que tan útil, tan adaptativo, nos resulta a los seres humanos durante buena parte de
nuestras vidas, pero que tan pesado y tan graboso se nos vuelve para prepararnos ante
el ocaso de nuestras vidas.
Esto no significa que Antonio Escotado no siguiera disfrutando del día a día como
el que más, que no siguiera leyendo, que no siguiera pensando, que no siguiera escribiendo,
hace apenas unos días se publicó el que ya es su último libro, y que en definitiva
no siguiera viviendo, de hecho vivió arropado por su familia, por sus seres queridos, por
sus amigos, vivió arropado por su hibiza privada, por ese entorno paradisiaco en el
que disfrutó de los mejores momentos de su vida, se ha marchado, nos ha dejado por tanto
feliz y en paz, a quienes no formamos parte de su familia ni tampoco de ese círculo personal
íntimo que llega realmente a conocer a la persona, a tocar su fibra más profunda, lo
que nos queda de Antonio es su obra y su ejemplo vital, obra y ejemplo vital que en el caso
de Escotado van profundamente entrelazados, porque la vida de Antonio Escotado fue una
vida de un continuo y honesto aprendizaje, a él mismo le gustaba decir que le gustaría
ser recordado como una persona que quiso ser valiente y que al ser valiente aprendió
como estudiar, y ese aprendizaje continuo y honesto que practicó Escotado a lo largo
de toda su vida, quedó plasmado en su larga y rica obra, porque Escotado vivió para
aprender y aprendió escribiendo. Desde un punto de vista político, desde un punto
de vista ideológico, Escotado vivió y murió siendo de izquierdas, lo cual no significa
que no sufrirá una profunda mutación ideológica, en su juventud Escotado abrazó una izquierda
teñida de marxismo y por tanto una izquierda caracterizada por la arrogancia controladora,
por el desdén hacia la complejidad, por una escatología violenta, por el fanatismo
anticomercial y por la miseria institucionalizada. Mientras que en su Senectud Escotado abrazó
una izquierda demócrata y liberal, podríamos decir socioliberal, una izquierda que por
tanto es consciente de la inabarcabilidad de los fenómenos sociales complejos, una izquierda
que respeta a la persona y a sus proyectos de vida, una izquierda que cree en la cooperación
social voluntaria asentada en la propia privada, en el respeto a la propia privada y por tanto
canalizada a través del comercio entre personas que son irreductibles a una sustancia común
igualitaria, una izquierda que creía en la influencia pacificadora y civilizatoria de
las virtudes burguesas y una izquierda que en definitiva ambicionaba la prosperidad material
generalizada. Es difícil saber qué circunstancias concretas, qué hitos intelectuales llevaron
a que Escotado efectuara esa progresiva y progresista transición ideológica desde una
izquierda reaccionaria y liberticida, desde una izquierda que es refractaria hacia la
libertad a una izquierda inclusiva, progresista, liberal, que es por tanto apasionada de la
libertad humana. Muchas veces nuestras experiencias vitales, nuestras ideas se van acumulando,
se van sedimentando en nuestra mente, dormitan en ella durante años o durante décadas y
en algún momento hacen clic, hacen todas ellas clic, encajan como las piezas de un puzzle
y nos arrojan una nueva visión del mundo. Y sin haber estado en la cabeza de Antonio
Escotado para saber qué le llevó a hacer un clic en esa acumulación de ideas y a
pasar de la izquierda contraria a la libertad, a la izquierda favorable a la libertad, quienes
conozcan moderadamente su obra, serán conscientes de que al menos hubo tres circunstancias, tres
piezas fundamentales que provocaron, que empujaron, que llevaron a esa transición. La primera es su
defensa inquebrantable durante toda su vida del derecho sobre nuestro propio cuerpo, del derecho a
decidir como adultos soberanos qué queremos hacer con nuestro cuerpo, de piel para adentro, qué
sustancias queremos introducernos o no queremos introducernos en nuestro cuerpo sin necesidad de
que un estado externo nos esté tutelando. Esta idea clave en su pensamiento se puede leer, se puede
desarrollar en uno de sus libros más famosos, Historia General de las Drogas. El segundo elemento
fundamental es su descubrimiento fergusoniano, mengueriano, jayekiano de la existencia de
instituciones sociales complejas que no han surgido de la planificación humana pero que sí
son la cristalización de muchas acciones humanas descentralizadas y dispersas, como puede ser,
por ejemplo, el lenguaje, la moral o incluso el dinero, es decir, la existencia de orden no
planificado, de orden no deliberado, de ordenación espontánea, de coordinación espontánea dentro
de la sociedad. Esta parte de su pensamiento se puede leer de manera desarrollada en un libro
que fue crucial en esta transición como fue caos y orden. Y en tercer lugar podríamos hablar de la
comprobación de la constatación empírica, catártica, protagonista en primera persona de cómo el
capitalismo había conseguido desarrollar sociedades que hasta ese momento estaban en la más absoluta
miseria, de cómo por tanto el capitalismo era sinónimo, es sinónimo, de progreso, de desarrollo,
de prosperidad. Esta idea también fundamental en el pensamiento descotado, esta conversión
catártica de la que hablábamos, se puede leer narrada en primera persona en su libro
60 semanas en el trópico. Es en 60 semanas en el trópico, donde Antonio Escotado por primera vez se
define a sí mismo como liberal demócrata y es después de la publicación de 60 semanas en el
trópico, cuando Escotado comienza a trabajar en la que, según sus propias palabras, es la gran obra
de su vida y desde luego su más importante legado intelectual, los tres tomos de los enemigos del
comercio, tres libros dedicados a escarbar y a impugnar las raíces intelectuales de ese movimiento
al que podríamos agrupar dentro del término comunista, que según Antonio Escotado se fundamenta en la
idea de que la propiedad privada tiene su origen en el robo y de que ese expolio histórico se
perpetúa a través del comercio, de ahí que el comunismo se oponga de raíz a la propiedad
privada y al libre comercio. Hace poco más de un mes en una de las últimas entrevistas que concedió,
Antonio Escotado me invitó a su casa de Ibiza para que pudiéramos darnos un abrazo en persona.
Lamento de verdad, Antonio, no haber cumplido, no haber podido cumplir con mi parte del compromiso,
pero desde luego si quiero decirte que vas a permanecer, allí donde querrías sin duda
permanecer, que es en mi casa, en la casa de miles de españoles a través de lo más valioso que
nos has dejado a todos, tus libros y nuestros libros. ¿Cómo le gustaría ser recordado a Antonio Escotado?
Se lo dijo una vez aquí interno y me parece gracioso, intentése valiente y descubrí cómo estudiar.