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La semana pasada, el Banco de España publicó un demoledor informe sobre los efectos en el empleo
que tuvo la subida del salario mínimo decretada por el Gobierno del PSOE en el año 2019.
Y las conclusiones de este informe es que esta subida del salario mínimo
provocó una destrucción o una merma en la creación de empleo
equivalente a entre 90.000 y 170.000 puestos de trabajo.
La forma que han encontrado algunos economistas de izquierda para seguir defendiendo la subida del salario mínimo
después de este varapalo ha sido apuntar que el informe no analiza todos los efectos
sobre el empleo que pudo tener la subida del salario mínimo.
Y más en particular, la subida del salario mínimo también sirvió para incrementar los salarios
de alrededor de 1,4 o 1,5 millones de trabajadores
y esos mayores salarios previsiblemente se habrán transformado en mayor consumo
que habrá creado más empleo. Ese mayor consumo se habrá traducido en más demanda
y por tanto en una mayor contratación de trabajadores.
Y es verdad que el Banco de España en su informe no mide este efecto adicional,
no está midiendo los puestos de trabajo que podrían haberse creado
como consecuencia del aumento del consumo derivado del incremento de los salarios
derivado a su vez del aumento del salario mínimo.
Por tanto, cabría la posibilidad en efecto de que el incremento del consumo
hubiese contribuido a crear en otras partes de la economía entre 90.000 y 170.000 empleos,
o incluso más, y por tanto que esa creación de empleo, que sí sería imputable
al incremento del salario mínimo, compense la destrucción de empleo
que también es imputable al salario mínimo
y que este artículo académico publicado por el Banco de España también recoge.
Dejemos bien claro desde el principio cuáles serían las condiciones
para que este efecto de segunda ronda pudiese haber llegado a manifestarse.
En primer lugar, que la masa salaria agregada dentro de la economía
efectivamente haya aumentado tras el incremento del salario mínimo.
Recordemos que esto no es necesariamente así.
Es verdad que hay entre 1,4 y 1,5 millones de trabajadores
que, tras la subida del salario mínimo, vieron incrementar sus remuneraciones.
Por ese lado, la masa salarial sí se incrementa.
Pero es que, por otro lado, hubo entre 90.000 y 170.000 trabajadores
que perdieron su empleo y eso provoca una reducción de la masa salarial.
Por tanto, la cuestión es cuál es la evolución neta de la masa salarial
teniendo en cuenta que algunos trabajadores cobran de más,
pero otros, los que se quedan en el paro, cobran mucho de menos.
Y por tanto, el saldo neto puede ser o que aumenta la masa salarial
o que no aumenta o incluso que se reduce.
Por consiguiente, esta es la primera condición,
que la masa salarial efectivamente haya aumentado.
Segunda condición, que esa nueva masa salarial se haya gastado en consumo interno.
Imaginemos que los trabajadores al recibir el mayor salario
no lo gastan en consumo interno, sino que lo ahorran.
Pues si lo ahorran esa nueva masa salarial
no se habrá traducido en un incremento de la demanda doméstica, de la demanda interior.
Imaginemos que efectivamente lo gastan en consumo,
pero que lo gastan en consumo de bienes extranjeros, es decir, en importaciones.
En tal caso, el incremento del salario mínimo en España
habrá aumentado en parte o en todo la demanda de bienes extranjeros,
es decir, el gasto en economías extranjeras
y habrá fomentado en esas economías extranjeras el empleo, pero no en España.
Así pues, el porcentaje de la nueva renta que se destina al consumo,
lo que se conoce como propensión marginal a consumir,
ha de ser suficientemente alta respecto a los bienes producidos en España,
como para generar ingresos adicionales a las empresas,
como para rentabilizar la contratación de entre 90.000 y 170.000 trabajadores
al nuevo salario mínimo, que es un salario mínimo incrementado con respecto al anterior.
Por consiguiente, esta es la segunda condición,
que el efecto multiplicador de la nueva masa salarial sea lo suficientemente alto,
como para rentabilizar la creación de entre 90.000 y 170.000 nuevos empleos.
Y tercera condición, que todo ese gasto incrementado
gracias al aumento previo del salario mínimo,
sea destinado por las empresas a crear nuevo empleo,
lo cual a su vez también es discutible, dado que las empresas tienen al menos
dos alternativas a las que pueden destinar ese nuevo gasto en consumo
por parte de los trabajadores que originalmente han visto incrementado
su salario mínimo.
Por un lado, las empresas podrían incrementar los salarios de los trabajadores ya existentes,
los cuales no tienen porque tener una propensión a consumir tan alta
como aquellos trabajadores que reciben el salario mínimo,
o simplemente podrían incrementar los beneficios empresariales,
en cuyo caso no tienes por qué incrementar la producción,
no tienes que incrementarla tanto como para contratar a todos los trabajadores
a los que supuestamente contratarías si destinaras los nuevos ingresos
a aumentar proporcionalmente la producción.
Como vemos, las condiciones para que se dé el resultado que están pregonando
a algunos economistas de izquierdas son condiciones bastante exigentes
y ninguno de ellos ha demostrado que efectivamente se hayan dado en el año 2019
en suficiente medida como para compensar la destrucción directa de empleo
que tuvo el salario mínimo interprofesional.
Pero permítanme que me centre en analizar la primera de estas condiciones,
es decir, la de la evolución de la masa salarial.
Recordemos que para que efectivamente la subida del salario mínimo pueda haber
incrementado el consumo y que ese aumento del consumo pueda haber creado
empleo suficiente como para compensar la destrucción inicial de empleo
provocada por el salario mínimo es necesario, al menos, que la masa salarial agregada
haya aumentado a resultas de la subida del salario mínimo.
Desde el sindicato comisiones obreras nos aseguran que sí,
que la masa salarial a raíz de este incremento del salario mínimo
se ha incrementado en 2.000 millones de euros.
Escuchemos a su secretario general, Unai Sordo, reafirmándose en esta idea.
La subida del salario mínimo interprofesional en el año 2009
supuso un incremento de 2.000 millones de euros de la masa salarial en España,
lo cual generó actividad y generó empleo.
Aunque habla del año 2009, se está refiriendo a la subida del año 2019.
Esta estimación de que la subida del salario mínimo incrementó la masa salarial
en 2.000 millones de euros es una estimación bastante dudosa.
¿Por qué razón? Porque básicamente está presuponiendo que el salario mínimo
únicamente destruyó 90.000 empleos, es decir, el rango bajo de la estimación
del Banco de España y a su vez que todos aquellos que vieron incrementar el salario mínimo
cobraban en origen el anterior salario mínimo.
Recordemos que el salario mínimo en el año 2019 se incrementó
desde 858 euros mensuales a 1.050 euros mensuales en 12 pagas.
Pero claro, todos los que empezaron a cobrar como mínimo 1.050 euros en el año 2019
no eran personas necesariamente que estuviesen cobrando 858 euros en el año 2018.
Podían ser personas que en el año 2018 cobraran 900, 950 o 1.000 euros
y que al establecerse el nuevo salario mínimo en 1.050
empezarán todos ellos a cobrar como mínimo 1.050, todos ellos los que no perdieron su empleo.
Claro, con lo cual presuponer que todos dieron el salto desde 858 hasta 1.050
es un presupuesto muy arriesgado y muy osado.
De hecho, es un presupuesto que ni siquiera comisiones obreras compraba en el año 2019.
En el informe de comisiones obreras, en el que analizaba los efectos que iba a tener la subida
del salario mínimo de 2019, comisiones obreras decía lo siguiente.
El alza del salario mínimo va a generar creación neta de empleo.
Si esta terminase beneficiando a todos, es decir, si no se despidiera a nadie, si no hubiese despidos
la masa salarial se incrementaría en 2.000 millones de euros adicionales.
Es decir, en el año 2019 nos decían si no se despide a nadie
si se sube el salario mínimo a todos los que hoy cobran por debajo de 1.050 euros mensuales
la masa salarial crecerá en 2.000 millones de euros.
Si hay despidos, evidentemente crecerá en menos.
Pero ahora, en el año 2021 nos están diciendo que la masa salarial se incrementó en 2.000 millones de euros
a pesar de que el Banco de España ha constatado que sí hubo despidos.
¿Y cómo afectarían esos despidos a la evolución de la masa salarial?
Pues también nos lo dice comisiones obreras.
Si se cumplieran las estimaciones de destrucción de empleo del AIREF, 24.000 empleos,
la masa salarial neta seguiría aumentando en 1.573 millones de euros,
que servirían para compensar el empleo destruido y mejorarlo.
Aquí nos está diciendo comisiones obreras dos cosas.
Primero, si se destruyen 25.000 empleos, la masa salarial ya no aumentará en 2.000,
sino en 1.500 millones de euros, es decir, que por cada 24.000, 25.000 empleos destruidos,
la masa salarial neta aumenta en 500 millones de euros menos.
Si consideramos que no se han destruido 25.000 empleos, sino 100.000,
la masa salarial aumentará en 0 euros.
Por tanto, eso no puede tener ningún efecto sobre el consumo.
Si las estimaciones de empleo destruido del Banco de España son aproximadamente correctas,
la evolución de la masa salarial habrá sido nula, o en el mejor de los casos habrá aumentado muy poquito.
Pero es que lo segundo que nos está diciendo en este párrafo comisiones obreras es,
si solo se destruyen 25.000 empleos y, por tanto, la masa salarial aumenta en 1.500 millones de euros,
esos 1.500 millones de euros bastarán para crear empleos suficientes como para compensar la destrucción
de 25.000 empleos. Es decir, comisiones obreras está estimando que aproximadamente
un incremento de la masa salarial de 1.500 millones de euros genera 25.000 empleos.
Pero, claro, eso implica que si se destruyen más de 25.000 empleos y la masa salarial
crece menos de 1.500 millones de euros, no se van a crear empleos suficientes como para compensar
el empleo destruido directamente por el salario mínimo interprofesional.
Recordemos que el Banco de España cifra en 90.000, 100.000 empleos los que se pierden directamente
por la destrucción del salario mínimo, por consiguiente atendiendo a los propios cálculos
de comisiones obreras, es altísimamente improbable que, primero, haya aumentado la masa salarial
y, segundo, aunque haya aumentado un poco, que ese pequeño incremento de la masa salarial
haya compensado ni remotamente la destrucción del empleo provocada por la subida del salario mínimo.
Clarísimamente, comisiones obreras ha reelaborado sobre la marcha sus argumentos
para justificar una subida del salario mínimo que cada vez resulta menos justificable.
En 2019 nos decían, si no hay destrucción de empleo, la masa salarial aumentará en 2.000 millones de euros.
En 2021 nos dicen, aunque haya habido una destrucción de empleo de entorno a 100.000 personas,
la masa salarial habrá aumentado en 2.000 millones de euros y esos 2.000 millones de euros
se dan suficientes para crear 100.000 empleos cuando, en el año 2019 nos decían que si la masa salarial
aumentaba en 1.500 millones de euros, apenas se iban a crear 25.000 empleos.
Mucho me temo que para tumbar los argumentos que están sacando a relucir muchos economistas
de izquierdas para, después del demoledor informe del Banco de España,
seguir justificando la subida del salario mínimo de 2019,
basta con leer lo que decía Comisín Sobreras en el propio año 2019.