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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

El viernes pasado Uruguay decidió dar por terminada su presidencia prótem por el del
Mercosur. Esto ocurrió en el medio días y vueltas por el traspaso de la presidencia que,
siguiendo el orden preestablecido, iría a Venezuela. Argentina, Brasil y Paraguay
vienen cuestionando la estabilidad de Venezuela y se oponen a que ese país asuma la presidencia
del bloque. La renuncia de Uruguay llevó a que Venezuela anunciara que asumía el cargo,
decirse autoproclamó con la presidencia del Mercosur, algo que Argentina, Brasil y Paraguay
no reconocen y por lo que están criticando duramente al gobierno uruguayo. El canciller de
Paraguay, el adio Loizaga, por ejemplo, consideró que, y le cito, el país que esté al frente del
bloque debe tener una paz interna y en plenas condiciones democráticas y observancia de los
derechos humanos. Algo que para Argentina, Brasil y Paraguay claramente, Venezuela no tiene.
Hoy vamos a hablar con Juan Ramón Rayo, doctor en economía por la Universidad Rey Juan Carlos
de Madrid y director del Instituto Juan de Mariana, un think tank español. Rayo es autor de muchísimos
artículos y varios libros, por citar algunos títulos. El liberalismo no es pecado, una
alternativa liberal para salir de la crisis, pero también está en YouTube con algunos vídeos que
se han viralizado y tienen miles de visitas. De esos les leo algunos títulos. ¿Cómo Chávez y
Maduro han arruinado los venezolanos o el liberalismo como la verdadera alternativa al populismo?
¿Por qué lo llamamos a Rayo? Bueno, para empezar, porque tiene estos vídeos con títulos impactantes
en YouTube, es decir, tajante ¿no? ¿Cómo Chávez y Maduro han arruinado Venezuela? Y punto.
No hay medias cintas. Y para explicarlo desde su visión económica, porque hay que pensar que la crisis
política en Venezuela está evidentemente atada a una crisis económica. Cuando la economía empezó
a entrar en crisis, se vio agravada la crisis política. Lo mismo pasó en Brasil y es casi
imposible separar economías en problemas con crisis políticas a veces. Y esto es lo que está
pasando en Venezuela. Entonces, Rayo, lo que tiene es la explicación, su visión de por qué la economía
venezolana está, ¿dónde está? Que para él, bueno, para él no, la economía venezolana está muy
mal y que fue arruinada por un mal manejo tanto de Hugo Chávez como de su sucesor Nicolás Maduro.
Bueno, tenemos a Juan Ramón Rayo en línea. Buenas vía Skype. Buenas tardes. Gracias por acompañarnos.
¿Qué tal? Buenas tardes. Muchas gracias a vosotros por la invitación. ¿Dónde te encontramos ahora en España?
Estoy en Madrid, efectivamente. Juan Ramón, tú es economista, tenés 30 y pocos años, ¿no?
Así es, doctor, en economía así por la Universidad de Juan Carlos, muy bien has comentado.
¿Y te definís como economista de la escuela austríaca? Entonces, ¿serías más que nada un libertario?
Sí, efectivamente, liberal libertario. A mí el término libertario, la verdad, que no me termina de
gustar, porque al fin y al cabo, muchas de las ideas que mantenemos son las propias del liberalismo
clásico, pero sí es cierto que en la actualidad pues puede ser el término libertario una buena
forma de que los demás entiendan a qué bloqueo ideológico o a qué perspectiva ideológica te ascribes.
¿Por qué la economía venezolana entró en crisis? Es decir, ¿qué es lo que hizo el gobierno
bolivariano para que esta economía terminara donde terminó? O si el gobierno bolivariano tiene
la culpa o si en realidad, bueno, fue un poco también lo que pasó con el precio internacional del
petróleo. Sí, evidentemente, uno no puede desligar la crisis venezolana, al igual que la crisis de
todos los países productores del petróleo, del precio internacional del petróleo. Sería
absurdo decir que no tiene nada que ver. Lo que pasa que hay países que tienen instituciones
inclusivas, abiertas y libres, que por tanto han alumbrado economías diversificadas,
capitalizadas, competitivas, que, pese a que el precio del petróleo se ha desplomado y pese a
que parte de su desarrollo también dependía de esos altos precios, no han experimentado ni
muchísimo menos una crisis de la magnitud de la de Venezuela. Estoy pensando, evidentemente,
en países muy ricos, pero también muy dependientes del petróleo, como puede ser Noruega. Y no es
casualidad que Noruega sea un país muy rico, al igual que no es casualidad que Venezuela sea un
país ya no solo, digamos, de un nivel de desarrollo medio, sino cada vez más pobre. ¿Y por qué
esto? Pues no, el problema no viene solo de lo que ha sucedido en los últimos años. El problema
viene, incluso diría, de lo que ha sucedido en las últimas cuatro décadas, pero muy en especial
de lo que ha sucedido, que ya es, digamos, la degeneración última de un sistema mal diseñado
y mal estructurado, que es el socialismo del siglo XXI, no representado por Hugo Chávez.
Básicamente, Venezuela es una economía hoy en día de monocultivo, una economía que solo vende,
produce y vende petróleo al resto del mundo, no produce prácticamente nada más. El 95% de
todas las exportaciones venezolanas son productos petroleros o vinculados al refinados del petróleo,
y pues el modo de vida que tenía la economía venezolana, hasta muy recientemente, era básicamente
producir petróleo y venderlo al exterior e importar del exterior todo lo que necesitara
para distribuirlo clientelamente entre su población. ¿Qué ha pasado? Pues una vez se ha
venido abajo el precio del petróleo, que esto es algo que ha afectado a todos los países del mundo,
como decía, ha habido un empobrecimiento, esto era inevitable, porque si tú dependés del
petróleo, pues si cada petróleo te empobreces, habría que plantearse de todas formas por qué
Venezuela dependía exclusivamente del petróleo, porque no logró en 15 años de bonanza económica
desarrollar una economía mucho más sólida, mucho más diversificada, con mucho más valor añadido,
pero bueno, en todo caso, una vez cae el precio del petróleo, si tú dependés de él, evidentemente
te hundes. ¿La cuestión es cuál es la respuesta política que se adopta una vez se desploma el
precio del petróleo? Y esa respuesta política fue catastrófica, fue negar el empobrecimiento
primero con una impresión masiva de bolívares para que el gobierno pudiera seguir gastando
a manos llenas como si no hubiese habido ninguna merma en sus ingresos fiscales derivados de la
caída del precio del petróleo. Y esa impresión masiva de bolívares, que fue seguida de una
inflación galopante, algunos economistas hablan incluso de hiperinflación en Venezuela,
fue seguida, a su vez por otra medida, todavía más absurda, todavía más descabellada,
todavía más populista, que fue establecer controles de precios para evitar que los precios
subieran, los precios de los productos básicos subieran, aún cuando estaban subiendo, no por
una conspiración internacional contra el socialismo del siglo XXI, sino porque ese gobierno para
no reconocer su empobrecimiento estaba imprimiendo masivamente bolívares y gastando los a manos
llenas. Y por tanto… Sí, una buena interrupción. Tú comentás en uno de tus vídeos que la
depreciación del bolívar fue casi el 100% en una de las depreciaciones más grandes que
se ha conocido en la historia. Sí, efectivamente. De hecho, el bolívar
está ligado al dólar justamente por el descrédito global que tiene esa divisa. Y de alguna
manera, ligarlo al dólar pretendía darle cierta estabilidad o cierto anclaje con una
moneda criticable en muchos sentidos, pero al menos con una solidez incomparablemente
mayor que el bolívar mal llamado fuerte. ¿Qué pasa? Que esta convertibilidad, como
bien sabe cualquier observador de la economía venezolana, no se ha mantenido. Y de hecho,
ahora mismo en Venezuela hay tres sistemas cambiarios distintos, a cada cual depreciando
más el bolívar y sobre todo hay un mercado negro, que es donde verdaderamente se pueden
conseguir los dólares si uno está dispuesto a pagar el precio que se demanda en el mercado
negro. Simplemente, las autoridades, al haber impreso tantísimos bolívares, no tienen
dólares suficientes para mantener esa convertibilidad. Es decir, las autoridades se comprometen a
si tú me llevas seis bolívares, yo te doy un dólar y, evidentemente, hay tal cantidad
de bolívares en circulación y tan poquísimos dólares en reservas del Banco Central que
es imposible mantener esa tasa de convertibilidad, mantenerla en firme y honrarla y cumplirla,
simplemente por la pasiva impresión de bolívares.
A parte del emisionismo desenfrenado del Gobierno de Sonado, tú estás diciendo que, de alguna
manera, cae la renta del petróleo, cae la cantidad de dólares, pero la economía necesita
seguir importando mucho de los bienes de consumo, van por esos dólares al Banco Central de
Venezuela, pero como hay muy pocos dólares, el Gobierno decía hacer restricciones para
el acceso a los dólares. Pone tres tipos de cambio. Un cambio a seis bolívares, otro
cambio que es, en realidad, para productos alimentarios y cosas de primera necesidad,
otro cambio a doce bolívares y, finalmente, genera un tercer cambio a 198 bolívares.
Pero también lo que pasa es que son tan pocos los dólares y es tan pocos el acceso a esos
dólares que, en realidad, el precio del dólar, al mercado negro, es de unos 698 bolívares.
Y tú hablás de que esto, aparte de generar un montón de especulación y corrupción,
va generando un clientealismo amigo al que llamás boliburguesía. ¿Qué es la boliburguesía?
Bueno, básicamente la boliburguesía es toda la oligarquía económica que se ha enriquecido
no por haber generado valor para los venezolanos o para el resto del mundo, sino simplemente
por su cercanía y su afinidad al poder político. Es una clase económica emergente derivada
de los favores que le ha otorgado el poder político. Y creo que con la muy buena exposición
que has hecho de los distintos sistemas cambiarios que hay ahora mismo en vigor en Venezuela,
es muy fácil entender cómo el poder político, como el aparato estatal, precisamente manejando
esos tipos de cambio, puede convertir a una persona de la noche a la mañana en multimillonaria.
Imaginemos que, aunque, como decías, el tipo de cambio de 6 bolívares por un dólar supuestamente
es para productos de primera necesidad, al final quien aprecia que es un producto de
primera necesidad o no, y quien reparte los dólares, los escasos dólares que hay en
las reservas del banco central, es el propio banco central que está dominado por el aparato
estatal. Imaginemos que un amigo del poder político acude con 6 bolívares al banco central
y el banco central le regala a cambio de esos 6 bolívares, porque es un regalo a ese precio
un dólar. Obviamente esta operación se puede escalar todas las veces que queramos. Bueno,
con ese dólar ese señor no tiene por qué importar nada, que supuestamente le habían
dado el dólar para eso, para que importe productos de primera necesidad, lo que puede
hacer simplemente es irse al mercado negro y vender ese dólar no por 6 bolívares, que
es lo que ha pagado él, sino por 700, 800 o hasta 1000 bolívares, que es a lo que ha
llegado a cotizar en el mercado negro el dólar. Por tanto, en apenas unas horas ese señor,
por la gracia del Estado, se puede convertir en multimillonario. Y esa es la bolivurguesía,
es decir, todos los amigos del poder político que se enriquecen precisamente gracias a
la coacción y a los privilegios que otorga el poder político venezolano.
Estas distorsiones en la economía han generado también desabastecimientos, una cosa que están
sufriendo mucho venezolano, sobre todo, o sea, aquello que su poder adquisitivo es menor.
El Gobierno de Maduro lo explica, entre otras cosas, por una campaña que hay contra ese
gobierno por parte de empresarios que tratan de boicotear al gobierno no produciendo.
Vos, ¿cómo explicás el problema del desabastecimiento en Venezuela?
Decía Milton Friedman, que es una economista que en algunas cosas me gusta bastante y no
te lo sé tanto, pero en este caso es acertado, que siempre que escuchemos la palabra desabastecimiento
inmediatamente tenemos que buscar otra palabra en la prensa y es control de precios. Es decir,
en las economías modernas cuando hay desabastecimiento de un producto es porque el gobierno ha impuesto
un control de precios. Y en el caso de Venezuela, esto es clarísimo. Desabastecimiento, para
entenderlo económicamente y para ver por qué económicamente no tiene sentido, es una
situación en la que las personas están dispuestas y tienen capacidad económica para pagar
el precio oficial de ese bien, pero a ese precio oficial del bien no existen suficientes mercancías
para que todos aquellos que están dispuestos y que pueden pagar ese precio terminen adquiriendo
terminen accediendo a la mercancía. Es decir, es una carestía políticamente generada.
No estamos hablando de que un país sea pobre y, por tanto, que el suministro de determinados
bienes sea escaso. Eso puede suceder si un país en pobreza sube el precio muchísimo
de ese producto y mucha gente no está en posición de pagarlo. No estamos hablando
de eso. Estamos hablando de que hay un precio oficial, la gente está dispuesta a pagarlo,
pero no existen productos a ese precio, pese a que es el oficial. ¿Y por qué el control
de precios genera desabastecimiento? Pues por dos motivos muy fáciles de entender.
Por un lado, motivos de demanda. Es decir, si la cantidad disponible de un producto se
reduce y antes hemos explicado por qué, es decir, Venezuela no produce casi nada internamente,
todo lo que obtiene, todo lo que vende, lo importa del extranjero. Si te cae el precio
del petróleo, te caen los ingresos en dólares, puedes importar menos productos del extranjero.
Entonces, si hay menos oferta de un producto, lo normal es que el precio suba, porque la
gente que lo estaba comprando antes a un precio más bajo, como hay menos unidades, ya no
lo puede seguir comprando a ese precio. ¿Qué pasa si el gobierno dice no? Vamos a imponer
un precio máximo, no vamos a dejar que el precio de ese producto, aunque es más escaso,
suba. ¿Cuál será la repercusión? Que la gente no economizará el consumo de ese
bien. Si el precio tendría que subir de 1 a 5, reflejando la mayor carestía y se
queda en 1, la gente seguirá consumiendo ese bien al mismo ritmo que antes, pero es que
no hay la misma oferta que antes. Y por tanto, si hay menos oferta y misma demanda, habrá
carestía de ese bien y habrá que imponer racionamientos políticos al bien. No racionamientos
económicos, sino políticos, cartillas de racionamiento, reparto de bienes por parte
de las autoridades, etcétera. Pero es que hay otro segundo motivo por el cual el control
de precios genera desabastecimiento y es un motivo todavía más grave, todavía más
preocupante, todavía más devastador. Y es que destruye los incentivos económicos
a producir. Imaginémonos que un bien, precisamente porque se ha vuelto más escaso, no es rentable
producirlo o importarlo a menos de 5 dólares. Y el gobierno establece que sea de vender
a un dólar. Ya no es solo que mucha gente podría haber economizado la disponibilidad
de ese bien, no vaya a economizarlo. Es que los empresarios o los importadores que estaban
produciendo, que estaban vendiendo ese bien, dejarán de venderlo porque no es rentable,
se obligan a venderlo a uno cuando a ti te cuesta 3, 4 o 5 producirlo. Por tanto, se
paraliza completamente la producción y la disponibilidad del bien todavía se hunde
más de lo que ya estaba hundida. Y es por eso que Maduro ahora está acusando a los
empresarios de sabotear al gobierno por no querer producir, evidentemente, pero no están
dejando de producir por una cuestión de presión política, están dejando de producir porque
no es rentable producir aquellos bienes en los que el gobierno ha establecido el control
de precios. En consecuencia, es el gobierno, son sus políticas populistas de control de
precios las que están generando una escasez artificial justamente en todos los productos
que dicen que son de primera necesidad y que deberían estar más disponibles.
Juan Ramón, vuelvo un par de casilleros hacia atrás. Tu hablabas que Venezuela durante los
años bolivarianos basó sus exportaciones casi que exclusivamente en la exportación
de petróleo, 90%, entre crudo y refinado. ¿Qué sucedía antes? Porque en algún momento
has presentado cifras de que Venezuela, en algún momento de su historia reciente, exportaba
poco más de él 50% en petróleo y refinados, pero tenía otras exportaciones. ¿Cuáles
eran esas otras exportaciones y qué sucedió con esas industrias?
Bueno, exportaciones mucho más diversificadas también en parte del sector primario, pero
desde luego también había una industria manufacturera exportadora, que es verdad, nunca ha sido
puntera, nunca podemos considerar que haya sido a primer nivel competitivo a escala mundial,
pero sí tenía una economía mucho más diversificada. ¿Por qué esa diversificación, que aún así,
también hay que decirlo, era una diversificación parcial, porque el petróleo tenía, seguía
teniendo un peso desproporcionado en el mix exportador, pero ¿por qué esa parcial diversificación
se viene abajo? Bueno, básicamente yo diría, por simplificar mucho, que hay tres grandes
modelos de gestionar, o por las que un país puede gestionar sus reservas de petróleo,
sus reservas de cualquier materia prima. Uno es el modelo, yo diría, liberal, es decir,
si el gobierno es propietario de los recursos, que en algún caso puede serlo por motivos
legítimos, por ejemplo, porque el gobierno los haya descubierto, el modelo liberal sería
que, dado que los ciudadanos son copropietarios en teoría del gobierno, que esos recursos
sean copropiados de los ciudadanos, y que cada mes o cada año reciban rentas, reciban
un dividendo derivado de los frutos, de los ingresos, de esos recursos naturales, que
son propiedad, ya digo, de todos los ciudadanos. Este es el modelo, por ejemplo, de gestión
del petróleo en Alaska, en Alaska cada año se reparte un cheque entre los ciudadanos
por los ingresos de las ventas del petróleo. Luego está el modelo socialdemócrata, que
es el modelo en el que el Estado gestiona racionalmente las reservas de petróleo para
constituir algo así como activos públicos, fondos soberanos de ahorro público, es decir,
el gobierno vende el petróleo, los ingresos que obtiene, lo reinvierte, por ejemplo,
en comprar acciones extranjeras, en comprar títulos de deuda privada nacionales o extranjeros,
y el gobierno con los ingresos de petróleo va constituyendo una cartera diversificada
de activos que, en todo caso, en última instancia son de los ciudadanos, por ejemplo, para sostener
las pensiones públicas, etcétera. Este es el modelo de Noruega.
Y luego está el modelo, llamémosle socialista populista, que en lo que consiste básicamente
es en que el gobierno aprovecha las rentas del petróleo para crear un régimen clientelar
y un régimen dependiente de las transferencias gubernamentales, básicamente ir pagando chequecitos,
ir pagando cheques a los ciudadanos para comprarles en última instancia su voto. Y ese es el modelo
que se ha implantado en Venezuela. Venezuela, por tanto, se ha focalizado el gobierno venezolano
por interés propio, se ha focalizado en explotar al máximo los ingresos petroleros, ha desatendido
por completo el desarrollo del resto de la economía. De hecho, lo que se ha dedicado
es a machacar la inversión con nacionalizaciones, expropiaciones, subidas de impuestos, decreto
regulatorios que impiden la inversión en tales sectores o que la colocan al albur del
burocrata de turno que intenta extraer cualquier renta para citar cualquier renta de estas
inversiones privadas. Y, por tanto, ha habido una huida masiva de inversores privados de
Venezuela y el gobierno se ha concentrado en vivir de las rentas del petróleo que le
permitían comprar las voluntades los votos de sus ciudadanos para así mantenerse en
el poder y para así ir enriqueciendo a la bolivurguesía de la que hemos hablado e ir
incrementando el tamaño de la administración, colocando a gente a fin al partido y a los
intereses del partido. Y ese es el modelo venezolano que se ha venido abajo.
Rallo, última pregunta. ¿Cuál es la salida, entonces, que tiene Venezuela? ¿Cómo hace
para Rallo, Venezuela, para salir de este problema, para desmantelar esta estructura
que ha creado? Es muy complicado porque la credibilidad de las instituciones venezolanas
se ha deteriorado tantísimo en estos últimos años, que es muy difícil que ahora cualquier
inversor nacional o extranjero vuelva a confiar de la noche a la mañana en Venezuela aunque
cambiara el gobierno. Es decir, por supuesto, un requisito fundamental para que esto se
arregle es que cambie el gobierno. Pero aun cambiando el gobierno, no hay ninguna garantía
de que el inversor diga, yo me fío de invertir en este país que ha tenido a 15 años o 16
años a una mafia extractiva gobernando. No pueden regresar en el futuro estos más adelante,
no pueden armar revueltas sociales los partidarios de esta gente que ha tenido un poder absoluto
en Venezuela durante tanto tiempo. Por tanto, es complicado, ya digo, restablecer la confianza,
sobre todo a corto plazo, en unas instituciones que han sido nefastas en los últimos años.
Pero a medio y largo plazo la receta es la misma que para todo el mundo, tener instituciones
inclusivas, instituciones que respeten la propiedad privada, que respeten los contratos, que respeten
la libertad de las personas, instituciones que limiten al máximo el grado de intervención
del gobierno, instituciones que respeten la propiedad vía impuestos bajos, instituciones
que no pretendan parasitar a los ciudadanos, instituciones que no recurran a la inflación
como una forma de financiación permanente del gobierno.
Y ahora, Racio, antes del gobierno bolivariano, Venezuela no tenía también grandes problemas
de corrupción y pobreza. Totalmente, por eso digo que es muy difícil
incluso aunque se vaya el gobierno bolivariano que esas instituciones de la noche a la mañana
se conviertan en las instituciones que estoy describiendo, porque obviamente los últimos
15 años en Venezuela han sido un despropósito absoluto, pero sería ingenuo pensar que antes
era un paraíso y, de hecho, buena parte de la responsabilidad de por qué asciende
al poder Hugo Chávez se debe a las instituciones hipercorruptas que ya padecía antes Venezuela.
Y, de hecho, hoy gran parte de la oposición tampoco es que sea un recambio verdaderamente
esperanzador de la política y de las políticas públicas que está desplegando hoy Venezuela.
Entonces, la verdad es que la situación de salida es muy complicada por muchísimos
motivos. Uno solo puede, por tanto, exponer cuáles son las bases del desarrollo económico
de un país ahora que ese país sea capaz de hacer frente a todas las presiones, a todos
los conflictos, a todos los intereses creados internamente para conseguir sustituir instituciones
muy extractivas, muy parasitarias, muy intervencionistas por esas otras instituciones inclusivas que
describía antes, pues desde luego ya es un ejercicio muchísimo más complicado, cuyo
éxito no está en absoluto garantizado. Muy bien, era el economista español, director
del Instituto Juan de Mariana, Juan Ramón Rayo. Gracias por estos minutos, ensuena
tremendo. Muchas gracias a vosotros.