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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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suele afirmarse que los duros recortes en el gasto social aplicados durante la
crisis económica española para reducir el déficit han desmantelado el estado de
bienestar, que tras los fortísimos tijeretazos infligidos a nuestro modelo
de relaciones sociales, el estado de bienestar, los servicios públicos básicos
ya no pueden funcionar con normalidad porque se les ha privado de los fondos
mínimamente necesarios para que puedan seguir operando en todas sus funciones
y en toda su extensión, pero es esto cierto es verdad que los recortes han
sido tan intensos que impiden el funcionamiento normal del estado de
bienestar, bueno basta con echarle una ojeada a la evolución de estos del
gasto social por habitante entre el año 2007 y el año 2014, es decir entre el
último año de la burbuja y el último año del que tenemos datos en cuanto a
ejecución presupuestaria, si hacemos esto comprobaremos que en efecto ha habido
recortes, es decir el gasto real por habitante descontando la inflación y al
ser por habitante también teniendo en cuenta el aumento de la población y el
aumento de las necesidades de la población española, el gasto por habitante
en sanidad ha caído de unos 1500 euros a cerca de 1300 euros, a su vez el gasto en
educación también ha caído de torno a 1200 euros a unos 900 euros, pero en
cambio el gasto en prestaciones sociales sin tener en cuenta las prestaciones por
desempleo para que no parezca que este aumento en el gasto de protección
social se debe a factores puramente coyunturales propios de la crisis
económica como es el aumento del número de desempleados, pues bien este el
aumento el gasto social en protección social por habitante ha crecido muy
sustancialmente desde algo más de 3000 euros por persona a 3400 euros por
persona, por tanto estamos viendo que en efecto en sanidad y en educación se ha
recortado, no es que se haya recortado el gasto a la mitad ni a una cuarta parte,
se han recortado pues alrededor del 10 por 12 por ciento del gasto total por
habitante en ambos servicios públicos pero sin embargo en otras partidas tan
relevantes como las pensiones, como las rentas de inserción o como otras
transferencias de protección social lo que hemos visto, lo que hemos vivido ha
sido un importante incremento en su dotación por habitante, al mismo tiempo
que hemos visto que se recortaba en estos servicios sanidad y educación y que se
incrementaba el gasto en protección social se han aplicado recortes en otras
partidas que no están vinculadas directamente al estado de bienestar si al
funcionamiento del estado de administración estatal y que pese a que en
algunos casos han sido recortes muchísimo mayores a los que hemos visto en el
estado de bienestar no han recibido ni mucho menos tanta atención mediática,
por ejemplo en defensa hemos pasado de un gasto por habitante de casi 300 euros a
uno de 200, es decir se ha recortado un tercio, un 33% el gasto en defensa bastante
más que en educación o en sanidad por no hablar del gasto en obra pública que
ha pasado de 600 euros por habitante a en torno a 350, es decir prácticamente se
ha reducido el gasto en obra pública a la mitad y sin embargo de nuevo no estamos
presenciando críticas continuadas a que se esté desmantelando los servicios de
defensa o a que se esté desmantelando la obra pública en España, al contrario
parece que el nivel de protección en defensa o el nivel de provisión de
obra pública es razonablemente suficiente para las necesidades del país
pese a que ya digo se ha recortado muchísimo más que en educación o en
sanidad, pero conviene que adoptemos una perspectiva algo más amplia de la
evolución del gasto social en España, es decir del gasto en educación sanidad y
protección social, si lo hacemos si miramos cuánto ha evolucionado el
gasto por habitante en estas tres partidas descontando por supuesto la
inflación, lo que vemos es que desde el año 95 se está produciendo un incremento
continuado del gasto social, hemos pasado de 4.000 euros por habitante en el año
95 a en el año 2009-2010 más de 6.000 euros, es decir en apenas 14-15 años el
gasto en estas tres partidas aumentó más de un 50% y en cambio desde que comenzó
la crisis en efecto el gasto social se ha reducido desde ese pico de 6.100-6.200
euros por habitante a unos 5.500, visto en perspectiva el incremento sigue siendo
todavía muy sustancial, hoy el gasto social por habitante está al nivel de
el año 2006 o del año 2007 incluso, es decir estamos gastando en sanidad
educación y en protección social por persona y en términos reales descontando
la inflación lo mismo que gastábamos en el pico de la burbuja y por supuesto
mucho más que a finales de la década de los 90 o a comienzos del año 2001
a comienzos del siglo 21, por tanto tenemos un gasto social por habitante que
sigue siendo muy importante y que en el año 2006-2007 no impedía la prestación
de estos servicios públicos considerados básicos y que por
supuesto nos permitiría hoy prestarlos en muchas mejores condiciones que en el
año 95 o en el año 96 cuando tampoco se hablaba de ningún desmantelamiento ni
de ninguna imposibilidad de que los servicios públicos funcionaran, de
hecho si miramos de nuevo en perspectiva el gasto público social por habitante en
España y lo comparamos con lo que sucede en otros países europeos veremos que
la evolución en España ha sido bastante más amplia, bastante más expansiva que
por ejemplo en Alemania, el gasto en educación sanidad y protección social en
Alemania es prácticamente hoy el mismo que en el año 95, es decir si en el año
95 era 100, hoy son 105 o 106, prácticamente no ha aumentado nada
desde el año 95 el gasto social por habitante y no se está hablando en
Alemania de ningún desmantelamiento del estado de bienestar ni de que el estado de
bienestar no pueda funcionar en absoluto y en España lo que vemos es que el gasto
se incrementó a un ritmo mucho mayor que en un país tan de referencia, una social
democracia tan asentada y tan de referencia como es Finlandia, en concreto
como ya hemos visto en el año 2009 el gasto social por habitante era un 50%
mayor que en el año 95 en cambio en el caso de Finlandia apenas era un
30% mayor pero en efecto lo que hemos visto durante la crisis es que este
gasto se ha recortado pero después de haberse recortado vemos que si tomamos
como referencia el periodo 2013, 1995, 2013 fue el último año de los
recortes, lo que vemos es que el gasto social por habitante en todo este
periodo se ha incrementado lo mismo en España que en Finlandia, es verdad que en
Finlandia a partir de un nivel de gasto social mayor que en España pero lo que
interesa observar aquí es que en España el estado de bienestar se ha expandido
con respecto al nivel del año 95 tanto como en Finlandia y por tanto si en el
año 95 no se podía hablar de que el estado de bienestar no prestará
servicios en España hoy después de haber crecido el gasto social por habitante
casi un 40% no deberíamos estar hablando tampoco de ello porque es
exactamente lo mismo que se ha expandido en Finlandia o en comparación con
Alemania, Alemania ha congelado en estos últimos 20 años el gasto social por
habitante, nosotros insisto lo hemos incrementado un 40% por tanto no no es
verdad que los recortes hayan desmantelado el estado de bienestar, el
estado de bienestar sigue gozando de muy buena salud presupuestaria porque sigue
copando la mayor parte de los recursos que obtiene el estado y son recursos
hoy muy superiores a los que había disponibles en el año 95, en el año
96 o incluso en los primeros años de la burbuja inmobiliaria, lo único que ha
sucedido es que desde los máximos de gastos social alcanzados en el año
2009 o en el año 2010 en plena crisis y en plena expansión que inesean a del
estado es verdad que se ha reducido el gasto social pero se ha reducido
básicamente porque España tenía un 11% de déficit y por tanto las cuentas
públicas eran absolutamente insostenibles.