This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.
casi la mitad de todos los comercios estadounidenses se han quedado sin
leche de fórmula para bebés. ¿Por qué razón? ¿Cuáles son las causas detrás de
este graboso desabastecimiento sanitario? ¡Veámoslo!
Estados Unidos sufre ahora mismo un grave problema de desabastecimiento de leche
de fórmula para bebés. El 43% de todos los comercios declara no tener
disponibilidad de leche de fórmula. Y ante esto, ¿qué ha hecho el gobierno
estadounidense? Pues ha echado mano de una ley aprobada durante la guerra de
Corea hace 70 años que le permite semi militarizar la producción de aquellos
productos que consideré imprescindibles durante la guerra de Corea. Era
producción para la guerra, pero ahora el objetivo es expandir la producción
interna de leche de fórmula. De esta manera, cualquier empresa estadounidense
que produzca cualquiera de los inputs que sean necesarios para fabricar leche de
fórmula tendrá que venderse la prioritariamente a alguno de los
fabricantes de leche de fórmula materna dentro de Estados Unidos antes que
utilizarla para cualquier otro uso. Es decir, que los inputs de la leche de
fórmula para bebés tienen prioridad absoluta en sus compras de los
componentes que necesitan. No había otra forma de solucionar este grave
desabastecimiento de leche de fórmula que intervenir de una manera tan
agresiva dentro de una economía que ya está experimentando tensiones en su
cadena de valor por todas partes y que, por tanto, si metes la zarpa en
algunas zonas de esa cadena de valor, puedes generar problemas no previstos en
otras muchas partes de la cadena de valor, pues sí la había, pero Biden ha
preferido semimilitarizar la economía. Para buscar una solución, lo mejor es
diagnosticar cuál es el origen del problema y, en este caso, claramente el
problema surge de una anormalidad en el mercado de leche de fórmula estadounidense.
¿Cuál es esa anormalidad? Pues que el 98%, es decir, la práctica totalidad de la
leche de fórmula que se consume en Estados Unidos, se produce en Estados Unidos.
O dicho de otra manera, las importaciones de leche de fórmula a Estados Unidos
son prácticamente nulas, apenas alcanzan el 2% del consumo total de leche de
fórmula en el país. Con lo cual, si tenemos una economía, como es la economía
estadounidense, que está plagada de cuello de botella por todas partes, cuyo
mercado laboral está enormemente tensionado. Ahora mismo, si todos los
parados que hay en Estados Unidos encontrarán empleo, todavía quedaría en
unos 6 millones de vacantes de puestos de trabajo sin cubrir. Hay mucha más
demanda empresarial de trabajadores que oferta de trabajadores. Por tanto, como
digo, hay muchos puntos de la producción en general de Estados Unidos que están
tensionados, que no son capaces de incrementar apreciablemente la oferta de
sus productos, aunque crezca la demanda, porque no tienen recursos para ello,
porque hay carestía de recursos. De ahí, por ejemplo, la alta inflación. Hay un
aumento del gasto, las empresas, de lo que sea. No pueden aumentar elásticamente,
flexiblemente, su producción, y lo que hacen ante el aumento del gasto es elevar
los precios porque no pueden ofertar más. Pues bien, cuando el 98% de toda tu
producción de un determinado bien, en este caso la leche de fórmula, procede
dentro del país y el país está experimentando tensiones, cuello de
botella en muchas partes de su estructura productiva. Cualquier problema se te
puede magnificar y te puede conducir a la incapacidad de abastecer
adecuadamente el mercado. Como podemos ver en este gráfico, los problemas de
abastecimiento de leche de fórmula para bebés en Estados Unidos no son de ahora.
No han empezado en el mes de mayo. Ya en el mes de enero, hace cinco meses, más del
20% de todos los comercios de Estados Unidos declaraban no tener stock de
leche de fórmula. Esto, en principio, debería solucionarse como, pues si falta
stock de leche de fórmula, hacemos nuevos pedidos, incrementamos los pedidos a los
fabricantes, estos aumentan la producción y nos abastecen. Pero si los
fabricantes no tienen margen para producir más, porque todo el mercado
laboral y en general el mercado de factores productivos está muy
tensionado y no hay disponibilidad de los mismos, pues si se hacen más pedidos
no se produce más. Bien, pero es cierto que ahora los problemas son más graves,
apreciablemente más graves, que a comienzos de año, que ha cambiado pues
presumiblemente, que a finales de febrero, la FDA pidió la retirada de distintos
tipos de leche de fórmula fabricados por los laboratorios ABOT, que son los
principales fabricantes del leche de fórmula dentro de Estados Unidos, porque
pensaban que determinados productos de ABOT podían estar relacionados, sin haber
lo demostrado, con la muerte de dos bebés en Estados Unidos. Y ABOT
inmediatamente retiró esos productos y dejó de fabricarlos, con lo cual en un
mercado que ya tenía problemas de abastecimiento, lo hemos visto a principios
de año, el 20% más del 20% de los comercios declaraban no tener stock en
ese mercado que ya estaba tensionado, pues el principal fabricante deja de
suministrar parte de lo que venía suministrando y el desabastecimiento se
agrava. Y a su vez, si los padres van a las tiendas y ven que falta leche de
fórmula, que tenderán a hacer los padres que están lógicamente preocupados,
obsesionados con la nutrición de sus bebés, pues empezarán a comprar y a
acaparar masivamente leche de fórmula, por si en el futuro no tienen un
suministro garantizado, mejor tener la leche de fórmula almacenada en casa, que
no depender de un suministro que es inestable. Oferta incapaz de aumentar,
incluso reduciéndose y demanda disparándose de
desabastecimiento autoagrabado. En toda esta explicación que he dado del
desabastecimiento del leche de fórmula dentro de Estados Unidos, ¿cuál es el
problema originario que causa a todos los demás? El problema originario es la
atención dentro del mercado laboral estadounidense por el exceso de demanda
interno. El problema originario es que la FDA reclama a laboratorios Abbot que
retire una leche de fórmula que puede estar vinculada con la muerte de dos
bebés. No, todos esos son procesos que agravan un problema original y el
problema original es la extrema dependencia del consumo del leche de
fórmula estadounidense, extrema dependencia de la producción interna. Si
falta leche de fórmula dentro de Estados Unidos, porque Estados Unidos no
importa leche de fórmula del resto del mundo, en el resto del mundo no hay
problema de abastecimiento del leche de fórmula. De hecho, un bloque económico con
el que tanto está estrechando lazos económicos y comerciales Estados Unidos
a raíz de la guerra en Ucrania, y me refiero a la Unión Europea. La Unión
Europea es el principal productor y el principal exportador mundial del leche
de fórmula, porque la Unión Europea no exporta masivamente leche de fórmula a
Estados Unidos, y quien dice de la Unión Europea dice Nueva Zelanda o dice
Suiza, que son los segundos y terceros mayores exportadores del leche de
fórmula del mundo. Entre la Unión Europea, Suiza o Nueva Zelanda exportan
anualmente unas 800 mil toneladas de leche de fórmula. El consumo anual total
de leche de fórmula en Estados Unidos es de 200 mil toneladas. Es decir, que con
una cuarta parte de lo que exporta anualmente la Unión Europea, Nueva
Zelanda o Suiza, se abastecería plenamente el consumo de todo un año de
Estados Unidos, no de la parte del consumo que ahora está quedando
desabastecido, no la totalidad del consumo de Estados Unidos, aun cuando
internamente no se produjera nada de nada de leche de fórmula en Estados Unidos.
¿Y por qué la Unión Europea, Suiza o Nueva Zelanda no se ponen a exportar
masivamente leche de fórmula a Estados Unidos? ¿Por qué no les da la gana? ¿Por
qué no tienen capacidad? ¿Por qué no hay margen para exportar? No, si no exportan
es porque Estados Unidos, la administración pública estadounidense, la FDA
prohíbe esas importaciones. Y de hecho, como podéis ver en esta noticia, si
algunos se atreven a intentar exportar leche de fórmula a Estados Unidos, ahora
que hay desabastecimiento interno, las autoridades estadounidenses
requisan esa leche de fórmula y la mandan de vuelta. Parece que les sobra tanto la
leche de fórmula que si la traes de fuera del país no la quieren. ¿Y por qué la
FDA prohíbe importar la inmensa mayoría de leche de fórmula que se produce en
la Unión Europea, en Suiza o en Nueva Zelanda? Pues porque esa leche de fórmula
cumple con los estándares sanitarios de Europa, de Suiza o de Nueva Zelanda, pero
que no son exactamente los mismos estándares sanitarios que pueden llegar
a estándares tan ridículos como que los componentes en las etiquetas aparezcan
en un determinado orden y no en otro, esa producción no cumple exactamente los
estándares sanitarios que marca la FDA estadounidense y, por tanto, no tienen
autorización para ser vendidas dentro de Estados Unidos. No estamos hablando de
que sea una leche de fórmula insalubre, es la leche de fórmula que consumen los
bebés en la Unión Europea, en Suiza y en Nueva Zelanda. Quizá incluso los
estándares sanitarios sean más exigentes que los de Estados Unidos.
Estamos hablando de que no son exactamente los mismos y, como hay algún
detallito que los diferencia, no encajan al cien por cien en la regulación de la
FDA estadounidense y, en consecuencia, no se puede importar esa leche de fórmula.
Es preferible el desabastecimiento que fiarnos de los estándares sanitarios
tercermundistas, al parecer, de la Unión Europea, de Nueva Zelanda o de Suiza.
De hecho, uno de los pocos países que tiene cierto margen, que tiene cierta
autorización, que tiene cierta barra libre para exportar leche de fórmula a
Estados Unidos, es México. Dicho de otra manera, las autoridades estadounidenses
se fían más de los estándares sanitarios de México que de los
estándares sanitarios de Suiza. Y para Masinri, aquella leche de fórmula
extranjera que logra ser exportada a Estados Unidos, está sometida a grabosos
aranceles. En términos generales, toda leche de fórmula importada a Estados
Unidos, de la poquita que se puede importar porque tenga autorización de la
FDA, está sometida de entrada a un arancel del 17,5%. Es decir, que el precio del
producto, por venir de fuera, casi se encarece un 20%. Pero es que además,
cuando se superan determinados volúmenes de importación, los aranceles son
variables y se incrementan todavía más. De nuevo, parecería que Estados Unidos
no tiene un problema de suministro de leche de fórmula y que se pueden
permitir alegremente encarecer artificialmente la escasa leche de fórmula
que viene de fuera. En definitiva, que Biden prefiere semimilitarizar algunas
partes de la economía estadounidense con todas las disrupciones que ello puede
generar en una economía que ya está muy tensionada y que ya está patas arriba
en muchas partes de su cadena de valor, prefiere semimilitarizar partes de la
economía antes que levantar aquellas regulaciones, aquellas restricciones
absurdas que están en el origen del problema. En lugar de otorgar una
autorización, aunque sea extraordinaria, para la importación de leche de fórmula
europea que haya sido aprobada por las autoridades sanitarias de la Unión
Europea, o de Suiza, o de Nueva Zelanda, en lugar de eliminar los aranceles todos
ellos que pesan sobre la leche materna, semimilitaricemos la economía que es mucho
mejor. La operativa, por tanto, es muy clara. El intervencionismo estatal genera
un problema. ¿Y cuál es la solución que plantea el estado frente a ese problema?
¿Eliminar el intervencionismo que ha generado el problema desde un principio?
No. ¿Cómo va el estado a rectificar? ¿Cómo va el estado a renunciar a sus
poderes sobre la economía? La solución que se le ocurre al estado para
remediar los problemas que su intervencionismo ha generado es todavía
más intervencionismo. Las crisis son oportunidades para que el poder del
estado crezca todavía más, aunque esas crisis hayan sido provocadas por el
propio estado.