This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.
El diario El País asegura que todo está yendo a peor en la economía argentina.
¿Es realmente así? Veámoslo.
Ayer se publicaron los datos del PIB argentino correspondientes al segundo trimestre de este
año 2024, entre abril y junio. Y aunque los datos siguen sin ser positivos, porque la economía
continúa contrayéndose, sí se aprecia una moderación del grado de contracción de la
actividad económica. El ritmo de caída se frena tanto en términos intertrimestrales como en
términos interanuales. Intertrimestralmente la economía cayó un 2,2% en el primer trimestre
del año 2024 y en este segundo trimestre se ha contraído un 1,7%. E interanualmente la
economía se contrajo un 5,1% en el primer trimestre de 2024 y en este segundo trimestre se ha contraído
interanualmente, segundo trimestre de 2023 versus segundo trimestre de 2024, un 1,7%. Y si, como
parecen mostrar algunos indicadores adelantados, la economía argentina podría haber tocado suelo
en el mes de junio, es decir, justo a finales de este trimestre, serían muy buenas noticias que en
el tercer trimestre de este año la recesión ya hubiese terminado de facto. Y digo que sería muy
buena noticia por dos razones. En primer lugar, porque todo ajuste desinflacionario como el que
ha planteado Javier Milei conlleva una contracción inicial de la actividad económica que puede ser
bastante fuerte. Esto es algo que Milei ya transparentó incluso antes de asumir la presidencia. Y en segundo
lugar, también sería muy buena noticia porque no pensemos que la economía argentina ha entrado en
recesión desde que Javier Milei ha llegado a la presidencia. Durante prácticamente todo 2023 la
economía argentina ya se estaba contrayendo a tasas similares, si no superiores, a las que está
experimentando en este momento. En este gráfico podemos observar la variación interanual del PIB
trimestral de la economía argentina. En rojo tenemos los trimestres del año 2023 correspondientes
al gobierno peronista y en azul los trimestres del año 2024 correspondientes al gobierno de Javier
Milei. Y lo que vemos es que la contracción de la economía argentina comienza como tarde en el
segundo trimestre del año 2023. No es algo que se inicie ni mucho menos con el gobierno de Javier
Milei. Pero es que además existe una diferencia muy significativa entre el perfil contractivo de
ambos periodos. Aunque el ritmo de contracción de la economía argentina en 2024 no se diferencie
demasiado del ritmo de contracción de la economía argentina en el año 2023, en el año 2024 esa
contracción va acompañada de un saneamiento macroeconómico, reducción o eliminación del
déficit público, saneamiento del balance del banco central, reajuste de los precios relativos
mediante el levantamiento de los controles de precios, reducción muy significativa del riesgo
país y en suma moderación aún más significativa de la tasa de inflación. Mientras que en el año 2023
toda esta contracción iba de la mano de unos enormes desequilibrios macroeconómicos que iban además
increscendo conforme se acercaban las elecciones. Por tanto, si en el tercer trimestre de este año
2024 la recesión tocara de facto a su fin, no sólo estaríamos viendo el final de la recesión provocada
por el ajuste desinflacionario, sino también el final de la recesión en la que estaba inmersa la
economía argentina desde los tiempos de Sergio Massa. Por consiguiente, creo que como poco hay que decir que
los datos del PIB argentino tienen claros y tienen oscuros. Los claros se refieren desde luego a que
el ajuste y el saneamiento macroeconómico van avanzando y los oscuros, en cambio, se refieren
a que la actividad económica, al menos en el segundo trimestre de este año, todavía no estaba rebotando,
tanto por la inercia contractiva de 2023, cuanto sobre todo por el necesario ajuste desinflacionario,
que, como ya hemos dicho, tiene efectos contractivos en el corto plazo. Si uno es optimista con respecto
a las perspectivas de la economía argentina en el medio-largo plazo, enfatizará los claros de esta
imagen. Y si uno es pesimista y considera que este ajuste macroeconómico va a terminar fracasando,
pues enfatizará más bien los oscuros. Pero la mínima honestidad intelectual debería requerir,
a fecha de hoy, reconocer que existen claros y que existen oscuros. Pues bien, atención al artículo
de opinión que ha publicado hoy el diario El País.
Mi ley es consciente de que tiene un problema macroeconómico que no sabe cómo resolver. Probó
con sus recetas y nada. Todo va a peor. Y ahora debe decidir si devalúa o no.
No. Vamos, que no hay absolutamente ningún indicador macroeconómico que haya mejorado
desde que Javier Miley llegó a la presidencia de la República. Bueno, pues como parece que
el autor de este artículo está algo ciego a la hora de analizar los indicadores macroeconómicos
de la Argentina, que desde luego puede haber algunos que hayan empeorado. Por ejemplo,
el PIB ha seguido cayendo. O, por ejemplo, la tasa de desempleo ha aumentado. No es que
no haya ningún indicador macroeconómico que haya empeorado, al menos en el corto plazo.
Pero negar que hay muchos indicadores macroeconómicos muy relevantes que han mejorado de manera muy
sustancial en los últimos seis meses sí es estar ciego. Y como el autor de este artículo
parece estar ciego, ofrezcámosle la lista de todos los indicadores macroeconómicos que
han cambiado de manera muy sustancial desde que Javier Miley llegó a la presidencia de la
República. En primer lugar, tasa de inflación de estar acelerándose prácticamente mes tras mes
hasta el punto de que en noviembre del año 23 se ubicó en el 12,8 por ciento, en estos
momentos se halla en el 4,2 por ciento. Y las expectativas son a que va a seguir reduciéndose
durante los próximos meses. En segundo lugar, la brecha cambiaria. La diferencia entre el tipo
de cambio oficial entre el peso y el dólar y el tipo de cambio de mercado entre el peso y el dólar.
Antes de que llegara Javier Miley se ubicaba entre el 150 por ciento y el 200 por ciento, es decir,
que el tipo de cambio de mercado llegaba a triplicar el tipo de cambio oficial y ahora mismo se ubica en
el 29,3 por ciento. Reservas internacionales netas en dólares del Banco Central de la República
Argentina. Antes de Javier Miley llegaron a ser negativas por importe de 14.000 millones de dólares
y ahora sí siguen siendo negativas, pero por un importe de 6.000 millones de dólares. Pero sigamos,
que todavía hay más. Déficit público fiscal. Ni siquiera estoy contando el déficit público
cuasi fiscal, el del Banco Central. Sólo el déficit público fiscal, el del Tesoro. El déficit público
fiscal cerró el año 2023 en el 4,4 por ciento del PIB. Y ahora, a julio del año 2024, lo que tenemos es
un superávit público equivalente al 0,3 por ciento del PIB. Riesgo país. La diferencia entre el tipo de
interés que abona la deuda argentina y el tipo de interés que paga la deuda estadounidense. Antes de
que Javier Miley ganara las elecciones, el riesgo país bajo el peronismo llegó a alcanzar la cifra de
2.600 puntos básicos. Es decir, que la deuda argentina pagaba 26 puntos porcentuales más que
la deuda pública estadounidense. A día de hoy, el riesgo país sigue siendo muy alto, demasiado alto,
pero es prácticamente la mitad que el que se encontró Javier Miley. 1.360 puntos básicos. 13,6 puntos
porcentuales más que la deuda pública estadounidense. Crédito bancario en dólares al sector privado
argentino. Terminó el año 2024 con un stock de préstamos de la banca al sector privado de apenas
3.400 millones de dólares. Y en estos momentos, a agosto del año 2024, el stock, que no el flujo,
sino el total de créditos vivos al sector privado argentino, ya supera los 7.000 millones de dólares.
Es decir, que se ha duplicado, más que duplicado, en apenas 8 meses. Y, por último, el saldo comercial
exterior de la economía argentina. Argentina terminó el año 2023 con un déficit exterior,
importaciones que superaban las exportaciones, por valor de 6.900 millones de dólares. Prácticamente
7.000 millones de dólares. Pues bien, en estos momentos, a julio del año 2024, Argentina ya no
registra un déficit exterior, sino un superávit exterior de 12.200 millones de dólares. Por consiguiente,
por muy pesimista que uno sea sobre el futuro de la economía argentina, y puede haber razones para
serlo, lo que no debería hacer en absoluto es negar que haya bastantes indicadores macroeconómicos
que estén ahora mucho mejor que hace un año. Si lo niegas, si dices que todo, absolutamente todo,
está peor que antes de que llegara mi ley al poder, entonces lo que eres es un ciego. Un analista ciego
que no sabe mirar los datos, los indicadores macroeconómicos que tiene enfrente. Podría ser
un ciego por incapacidad cognitiva para comprender adecuadamente esos indicadores macroeconómicos,
o también podría ser un ciego voluntario, es decir, un mentiroso. Y en este caso voy a dejar que juzguen
ustedes, si el autor de este artículo sobre Javier Milei, Alfredo Serrano Mancilla, es un ciego por
incapacidad cognitiva o es un ciego voluntario, es decir, un mentiroso. ¿Quién es Alfredo Serrano
Mancilla? Pues vayamos a una noticia del diario argentino Clarín del año 2021. El consultor español
y chavista al que escuchan Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Se llama Alfredo Serrano Mancilla
y tiene 45 años. Maduro se refirió a él como el Jesucristo de la economía. Tiene simpatía por Hugo
Chávez, a quien llamó comandante eterno. Serrano Mancilla acepta que colabora con el presidente y
la vice. Ambos lo convocaron cuando en el 2019 leyeron uno de los sondeos sobre las elecciones.
Elecciones presidenciales en las que el peronismo K vencería finalmente a Cambiemos. Se reúne con
ellos, no con frecuencia, pero tal vez sí con mucha intensidad. Su relación es más fluida con el jefe de
estado. Muchos de los conceptos o ideas, a veces polémicas, que plantean tanto el presidente como
la vice, se reconocen en trabajos públicos de Serrano Mancilla. El influyente desconocido del poder
K se vinculó con ascendencia y cercanía al líder del régimen chavista de Venezuela, Nicolás Maduro.
Trabajó para el partido Podemos de España. Creó incluso la CELAC con uno de los fundadores de
ese movimiento español, Juan Carlos Monedero. Hizo trabajos para quien hoy integra el consejo
consultivo de la CELAC, el expresidente de Ecuador, Rafael Correa. Lo mismo que para el
expresidente de Bolivia, Evo Morales. Quien fue el vice de este último, Álvaro García Linera,
también forma parte del consejo consultivo de la CELAC. Igual que el actual subsecretario para
América Latina de la Secretaría de Relaciones Exteriores del Gobierno de México de Manuel López
Obrador, Guillermo Reyes. Nicolás Maduro fue el que lo resaltó como uno de los pilares de los
lineamientos de la economía de Venezuela. En un acto público lo llamó el Jesucristo de la economía.
Fue en septiembre de 2016. Según una nota del diario español El Mundo, en aquella época Maduro lo
designó como un alto cargo en la llamada Gran Misión de Abastecimiento Soberano, un plan gubernamental
para intentar frenar el hambre en la Venezuela azotada por la crisis. Serrano Mancilla aclaró
que ese nombramiento fue un error que se corrigió a los cinco días de publicado en el boletín oficial
bolivariano. El resto de ese cuerpo colegiado estaba formado por los jefes de las Fuerzas Armadas
más leales al régimen. Vamos que Serrano Mancilla es un economista que tiene entre sus méritos haber
asesorado al régimen bolivariano de Nicolás Maduro justo antes de que se produjera el mayor hundimiento
en la historia de cualquier economía y también haber asesorado a Alberto Fernández y a Cristina
Fernández de Kirchner durante los años en los que destrozaron absolutamente la economía
argentina y abocaron al país a una inflación galopante. Por consiguiente, con esa brújula
moral e intelectual que le marca al norte cuando en realidad está yendo hacia el sur, desde
luego debe de ser muy buena noticia que este señor Serrano Mancilla le diga a Javier
Milley que lo está haciendo todo muy mal, porque visto lo visto significará que lo
está haciendo todo bastante bien.