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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

¿Quién gana y quién pierde si está ya una guerra comercial entre la Unión Europea
y Rusia?
Veámoslo.
Tensiones políticas entre los países que conforman la OTAN y Rusia a cuenta de Ucrania.
Tensiones políticas que están creciendo tanto que podrían llegar incluso a consumarse
en forma de guerra.
Tensiones políticas que aunque no dejeneren en una guerra, sí pueden terminar provocando
una guerra por otros medios no convencionales, es decir, una guerra comercial.
En una guerra comercial los contendientes interrumpen el comercio entre ellos, se sancionan reciprocamente
absteniéndose de vender y de comprar los productos del otro bloque.
Y la cuestión, entonces, pasa a ser qué bloque, qué países serían los más perjudicados
en caso de que hubiese una guerra comercial entre los miembros de la OTAN, especialmente
los miembros europeos de la OTAN y Rusia.
Es habitual pensar que el país que más tiene que perder en una guerra comercial es el que
exporta más al resto de países que los sancionan.
Si mi economía depende mucho de que te pueda vender a ti y no me dejas que te venda a ti,
pues entonces voy a salir muy perjudicado y, desde luego, que se impida a un país exportar
a sus mercados tradicionales le provoca un quebranto muy grande.
Ahora bien, este análisis PK desimplista, ¿por qué razón?
Pues por dos razones.
La primera es que tenemos que estudiar cuán fácil le puede resultar al país al que sancionamos
sin podernos vender, cuán fácil le puede resultar colocar esa mercancía que no nos
vende a nosotros en otros mercados distintos al nuestro.
Si nosotros le impedimos que nos venda, pero hay mucha otra gente dispuesta a comprarle,
pues entonces el quebranto que sufriría no es tan grande, perdería quizá a sus mejores
clientes, pero tampoco se comería todo su stock de mercancías sin vender, simplemente
se lo vendería quizá a un precio más barato a otros posibles compradores que no lo han
sancionado en esta guerra comercial.
Y por otro lado, no solo hay que analizar el daño que va a sufrir aquel país al que
le impedimos exportarnos algo, también hay que analizar el daño que vamos a sufrir nosotros
por no poder comprarle a ese país lo que nos exportaba.
Las exportaciones de un país extranjero son nuestras importaciones y si importamos algo
de un país extranjero es porque algún tipo de ventaja obtenemos de esa importación,
quizá porque produce algo que valoramos más barato de lo que somos capaces de producirlo
nosotros.
Ahora bien, si nosotros somos capaces de producirlo quizá en términos más ineficientes, pero
aún así somos capaces de producirlo, es decir, si hay una cierta posibilidad de reemplazar
nuestras importaciones te dejamos de comprar a ti, pero empezamos a comprarle a proveedores
internos que producen más o menos lo mismo que tú, quizá con menos calidad, con mayor
precio, pero en todo caso tenemos un suministro interno garantizado, pues entonces los países
que le imponen sanciones a otro, impidiéndole que ese país nos exporte, es decir, que nosotros
importemos de ese país, pues entonces no serían unas pérdidas demasiado grandes para quienes
imponen las sanciones.
En cambio, si los países que dejan de importar de un tercero sancionado no son capaces de
reemplazar lo que ese tercer país sancionado nos estaba vendiendo y lo que nos está vendiendo
es algo muy importante, es algo fundamental para que nuestra economía pueda funcionar,
pues entonces las sanciones pueden terminar haciéndonos más daño a nosotros que al
país sancionado, sin que ello signifique, claro, que el país sancionado no va a sufrir,
pero puede terminar sufriendo más el país que impone sanciones que el país que está
siendo sancional.
Pues bien, hechas estas aclaraciones preliminares, vamos a analizar el flujo comercial entre
Rusia y los países de la Unión Europea.
Para hacerlo, nos vamos a apoyar en los gráficos del periodista Javier Jorrin en un artículo
que acaba de publicar en el Confidencial y que resumen, de manera muy adecuada, la información
que estamos buscando.
En primer lugar, ¿Quién exporta más a quién? ¿Exporta más Rusia a la Unión Europea
o la Unión Europea a Rusia? Pues, ¿Quién exporta más es Rusia a la Unión Europea?
En los últimos 12 meses, las exportaciones de Rusia a la Unión Europea han superado
los 150.000 millones de euros y, si nos fijamos, es una cifra bastante parecida a las exportaciones
de años anteriores con excepción del año 2020, que fue un año verdaderamente excepcional
por la pandemia.
En cambio, las exportaciones de la Unión Europea a Rusia no llegan ni siquiera a los
90.000 millones de euros.
Dicho otra manera, la exposición comercial que tiene Rusia en la Unión Europea es mucho
mayor a la que tiene la Unión Europea que Rusia.
Si se establecen sanciones, si se interrumpe radicalmente el comercio entre estos dos bloques,
quien más dejará de vender al otro será Rusia a la Unión Europea.
Ahora bien, ¿significa esto que el principal perjudicado de una guerra comercial entre Rusia
y la Unión Europea sería Rusia? Pues, no necesariamente, porque, como hemos dicho,
puede ser que Rusia encuentre nuevos mercados a lo que exportar lo que hoy en día está
exportando a la Unión Europea y, a su vez, puede suceder que estos 150.000 millones de
euros en exportaciones rusas a Europa no sean fácilmente reemplazables para la Unión Europea.
Si le compramos 150.000 millones de euros de algo que nos resulta fundamental y no podemos
sustituirlo por nada más, pues entonces el agujero no lo tiene solo Rusia, lo tiene
sobre todo Europa.
Analicemos, por tanto, cuál es la composición de las exportaciones rusas a la Unión Europea.
Y como podemos observar en este gráfico, dos tercios de las exportaciones rusas a la
Unión Europea son exportaciones de energía, gas y petróleo.
Por tanto, estamos hablando de exportaciones que son fundamentales para el funcionamiento
de la economía europea, sin energía la economía separa, y que además, en el caso del gas,
son difícilmente sustituibles, aunque es cierto que, durante las últimas semanas, está
habiendo cierta exportación marítima de gas licuado desde Estados Unidos a la Unión
Europea precisamente ante la expectativa de que Putin cierre el grifo del gas y deje
a parte de Europa sin una de sus fuentes básicas de suministro energético.
Además que las exportaciones rusas a Europa tengan un componente fundamentalmente energético,
gas y petróleo.
En un momento donde los mercados globales demandan mucha energía, mucho gas y mucho
petróleo, de ahí que los precios globales, sobre todo del petróleo, pero también en
determinadas zonas del gas, estén en máximos de los últimos años, también parece indicar
que Rusia no lo tendría especialmente complicado en conseguir recolocar al menos parte de esos
excedentes energéticos que no vendiera a Europa a otros mercados, fundamentalmente mercados
asiáticos.
¿Y cuál es la composición de las exportaciones de la Unión Europea a Rusia?
Pues esencialmente estamos hablando de vehículos y maquinaria.
Casi la mitad de todas las exportaciones europeas a Rusia son vehículos y maquinaria.
También hay productos químicos, pero sobre todo vehículos y maquinaria.
¿Qué significa? que a Rusia le puede resultar bastante más fácil prescindir durante algunos
meses, incluso durante algunos años de estas importaciones.
Básicamente lo que tendría que hacer es alargar la vida útil de aquellos vehículos
y de aquella maquinaria que alternativamente se habrían planteado renovar.
Es cierto que también dificulta la nueva instalación de vehículos y maquinaria dentro
de Rusia, pero eso más que provocar un decrecimiento económico lo que hace es dificultar la expansión
económica.
Expansión económica que por cierto tampoco se daría previsiblemente en caso de guerra.
Por tanto la propia demanda rusa de estas importaciones europeas aún sin sanciones
de por medio muy probablemente se paralizaría porque no habría en esos momentos necesidad
de esos bienes de capital en una economía que se estaría reenfocando hacia la guerra
y que tendría muchas incertidumbres en el horizonte.
No se trata por tanto de un suministro que sea absolutamente crucial para que la economía
rusa siga funcionando, siga en marcha durante los próximos meses, desde luego no es en
absoluto comparable a la importación europea de energía que si se corta la economía europea
o grandes partes de la economía europea, aquellas que no pudiesen pagar los altísimos
precios que se generarían en el mercado de la energía, esa parte de la economía separaría
en seco y de inmediato.
Además estamos hablando de exportaciones de vehículos y de maquinaria de unos 40.000
millones de euros, se trata de unas exportaciones que la Unión Europea no tiene porque tener
demasiado fácil recolocar a corto plazo en otros mercados.
Desde luego no es producción que se pueda comer ella misma, los europeos no van a empezar
a tener muchos más automóviles o mucha más maquinaria para absorber la oferta de la industria
automovilística europea y colocar todo ese excedente en otros mercados a muy corto plazo
tampoco parece muy viable, de manera que eso llevaría a una interrupción, a una parálisis
por falta de pedidos, por falta de demanda de uno de los pilares industriales de la Unión
Europea y especialmente de Alemania, que es la industria automovilística.
En definitiva, analizando las grandes rúbricas de intercambios comerciales entre Rusia y
la Unión Europea parece, que en caso de guerra comercial, quien saldría más perjudicada
no es la economía rusa, sino la economía europea.
O dicho de otra manera, en este asalto, ultimóno, Unión Europea en fin.