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Las protestas pacíficas de ciudadanos cubanos en contra de la tiranía socialista se están sucediendo por toda Cuba.
Sin embargo, y por desgracia, todavía hay muchos que consideran que Cuba no es una tiranía,
que Cuba es un ejemplo de democracia que respeta las libertades de sus ciudadanos.
Pues bien, por desgracia para estos propagandistas, después del discurso que dio ayer Miguel Díaz Canel,
el secretario general del Partido Comunista Cubano y presidente dictador de Cuba,
todas las caretas se han caído.
¡Comprobémoslo!
Muchos cubanos han salido pacíficamente a la calle a protestar contra la tiranía socialista que viene padeciendo desde el año 1959.
Sin embargo, a juicio de muchos propagandistas, tanto dentro como fuera de la isla,
el régimen socialista que padecen los cubanos no merece el calificativo de tiranía
y, por tanto, no merece un reproche internacional mayor al que podrían merecer otros estados latinoamericanos,
europeos.
Pero Cuba sí es una tiranía.
Y para demostrarlo, basta con escuchar el discurso que ofreció ayer el presidente dictador de Cuba, Miguel Díaz Canel.
En ese discurso se exponen públicamente, de manera inconsciente y claro,
las razones por las cuales el régimen cubano, por supuesto, que encaja en la definición de tiranía.
Pero empecemos escuchando por qué Díaz Canel considera que Cuba no es una dictadura.
Entonces, nalvolan criterios de que nosotros somos una dictadura,
una dictadura que se procura, por verdad, a toda su población salud, que trata de buscar bienestar para todos,
que en medio de estas situaciones es capaz de tener programas y políticas públicas en función de todo,
que está aspirando a vacunar a todos con una vacuna cubana, porque sabíamos que nadie nos iba a vender vacuna.
No teníamos dinero para ir al mercado internacional a comprar vacuna. ¿Qué dictadura más extraña?
Lo que califica un estado de tiranía o de no tiranía no es si ese estado se preocupa por proporcionar servicios sociales a la población,
con los que mantenerlos anestesiados, comprados y sumisos al poder político.
Obviamente, una tiranía se puede preocupar de que sus ciudadanos estén más o menos alimentados,
estén más o menos sanos, estén más o menos adoctrinados a través de su sistema educativo,
porque necesita mano de obra esclava que sirva a los intereses de esa tiranía.
Lo que define formalmente a una tiranía es si existe un procedimiento abierto,
mediante el cual cualquier persona puede aspirar a acceder al poder,
y mediante el cual cualquier persona puede codeterminar quién accede al poder.
Lo que define materialmente a una tiranía, y esto a mi juicio es mucho más importante que lo anterior,
son los límites a ese poder, a ese poder político.
Si el poder político es absoluto frente a los ciudadanos,
o si los ciudadanos pueden ponerle límites a ese poder político para vivir su propia vida dentro de esos límites,
sin la interferencia de quién en un determinado momento detenta el poder absoluto propio de un tirano.
¿Qué pasa que si Hitler o Stalin proporcionan sanidad, educación o alimentos a los alemanes o a los ciudadanos soviéticos no habrían sido tiranos?
¿Qué pasa que si un tirano se preocupa por lo que él entiende como su pueblo,
obviamente dejando fuera a aquellos elementos contrarrevolucionarios que no forman parte del pueblo,
entonces esa persona no puede ser un tirano con independencia de cómo haya accedido al poder,
y con independencia de la cantidad de poder que esté detentando?
Pues bien, fijémonos en que Díaz Canel no alude a ninguno de estos dos rasgos esenciales de cualquier tiranía,
el formal y el material, y no alude a ellos porque es bien consciente de que Cuba no pasa la prueba del algodón en ninguno de los dos,
y para comprobar que no pasa la prueba del algodón en ninguno de los dos, basta con escuchar a Díaz Canel.
Escuchemos por qué Cuba sí es formalmente una tiranía.
Y a todo esto se ha sumado una feroz campaña mediática de esa acreditación,
como parte de la llamada guerra no convencional, que trata por una parte de fracturar la unidad entre partido, gobierno, Estado y pueblo.
Unidad entre pueblo, partido, gobierno y Estado, todo es absolutamente lo mismo,
el Estado es un instrumento en manos del gobierno, no existe por tanto separación de poderes alguna,
poder ejecutivo y Estado es absolutamente lo mismo,
el gobierno es un instrumento en manos del partido, por tanto quien puede acceder al gobierno y a través de él controlar absolutamente el Estado,
son los miembros del partido, y el partido se considera a su vez representativo del pueblo,
el pueblo solo puede canalizar como muchos sus aspiraciones a través del Partido Comunista,
de ese Partido Comunista, con esa jerarquía particular de altos mandos dentro del Partido Comunista,
que no quiero que tú asciendas al poder, pues no te doy entrada al Partido Comunista,
en cuyo caso no tienes opción de acceder al gobierno,
o en todo caso si estás dentro del Partido Comunista no te promociono a altos cargos,
de manera que te quedas siempre en los niveles inferiores,
y por supuesto ningún ciudadano puede alzarse contra la organización tiránica del Partido Comunista,
no puede intentar acceder al poder del Estado por vías alternativas a las del Partido Comunista,
por tanto el partido y más en particular su secretario general Díaz Canel,
disfruta de un control absoluto sobre un Estado absolutista, dentro del que no existen ni pesos,
ni contrapesos, en supuesta representatividad del pueblo.
Claramente, por tanto, Cuba es una tiranía, un grupo de personas, el partido y más en particular
una persona Díaz Canel son los únicos llamados a controlar el gobierno y a través del gobierno
el Estado cubano. En realidad con estas palabras de Díaz Canel no solo detectamos que Cuba es
formalmente una tiranía, sino también materialmente una tiranía, porque si el Estado tiene un poder
absoluto, entonces evidentemente los cubanos no tienen ningún derecho, ninguna esfera de privacidad,
ninguna esfera de libertad frente al Estado. El Estado lo puede todo y lo puede todo contra
sus ciudadanos. No es solo que un grupito de personas sean las únicas que controlen ese Estado,
es que además ese Estado es un Estado totalitario. Pero será mucho más fácil constatar los rasgos
materiales de la tiranía cubana en las siguientes declaraciones que en ese mismo discurso efectúa
Díaz Canel. Yo creo que la vida, la historia, los hechos demuestran que está detrás de todo esto,
que es afixiarnos y acabar con la revolución y para eso están tratando de desalentar a nuestro
pueblo, de confundir a nuestro pueblo. Y cuando la gente está en situaciones severas como las que
estamos viviendo, entonces ocurren hechos como los que vimos hoy en San Antonio de los Baños. En San
Antonio de los Baños, un grupo de personas se agrupó en uno de los parques más céntricos de la
ciudad. De la ciudad para protestar, para reclamar, ¿quiénes componían ese grupo? Lo componían personas
de pueblo que tienen necesidades que están viviendo parte de estas carencias, de estas dificultades.
Lo hicieron también personas revolucionarias que pueden estar confundidas, que pueden no tener
todos los argumentos, porque también están expresando estas insatisfacciones. Pero esos
dos grupos de personas lo hacían de una manera distinta. Y buscaban un argumento y buscaban
una explicación y pedían una explicación. Y lo primero que decían, yo soy revolucionario,
yo apoyo a la revolución. Pero esto estaba encabezado por un núcleo de manipuladores
que sí se están prestando a los designios de esas campañas que salieron en las redes sociales,
las famosas sosmatanzas o soscubas. El llamado al caserolazo que están haciendo hace varios días
para que en varias ciudades de Cuba hubiera manifestaciones de este tipo y existieran
disturbios sociales. Eso es muy criminal, es muy cruel en medio de este momento donde tenemos que
lograr que la gente estén en las casas, que la gente estén recogida, que la gente estén protegiendo.
Básicamente lo que está diciendo aquí, Díaz Canel, es que los que protestan en las calles
pueden ser de tres tipos. Por un lado, el pueblo ignorante no ha educado en los principios de la
revolución. Ese pueblo está pasando privaciones materiales y, por tanto, es lógico que salga
a protestar porque no termina de entender bien el origen de esas privaciones y porque no tiene bien
inculcado el espíritu revolucionario. En segundo lugar, tendríamos a un grupo de revolucionarios
que están confundidos, dice Díaz Canel, protestando también en estas algarabías populares. Este grupo
de revolucionarios sí son personas que tienen bien inculcados los valores de la revolución,
pero que han sido de alguna manera manipulados, confundidos y, por tanto, pese a que han sido
adoctrinados por el régimen, están protestando contra él. Y en tercer lugar, tenemos a los cabecillas
de ese grupo, cuyo mayor pecado, según Díaz Canel, es no aceptar los principios de la revolución.
Los otros dos grupos se pueden salvar porque lo primero que te decían cuando hablabas con ellos
es, yo soy revolucionario. Ahora, si uno no dice que es revolucionario, si uno no jura lealtad
a este régimen tiránico, entonces es un elemento contrarrevolucionario que merece ser aplastado
por el Estado. Aquellos elementos contrarrevolucionarios que estén llamando a la protesta, no desde los
principios de la revolución, es decir, desde la lealtad y la sumisión al Partido Comunista, sino
desde fuera de los principios de la revolución, aquellos contrarrevolucionarios que estén llamando
a la protesta contra el Estado cubano o contra el Partido Comunista cubano, están cometiendo
crímenes. Fijaos que Díaz Canel no está diciendo que los cabecillas son criminales porque hayan
cometido delitos, porque hayan atentado contra alguien. No, no, dice que son criminales por
el mero hecho de cometer un crimen de pensamiento, por no ser revolucionarios. Por tanto, Díaz
Canel no está reconociendo el derecho de los ciudadanos a pensar distinto de cómo él quiere
que piensen, pero sigamos explorando el auto reconocimiento de la naturaleza tiránica del régimen
cubano en boca de Díaz Canel. Y con la moral que ha la revolución, los revolucionarios de San
Antonio y de Los Baños, las autoridades de la provincia, un grupo de compañeros de la dirección
del país nos presentamos en San Antonio y de Los Baños. Esa masa de revolucionarios se enfrentó
a los contrarrevolucionarios y hablamos con los revolucionarios, incluso con algunos que pueden
ser no revolucionarios, pero que estaban pidiendo argumentaciones y después marchamos por el pueblo
y recorrimos el pueblo para demostrar que en Cuba la calle son de los revolucionarios.
¿Cómo osáis salir a la calle a protestar contra el régimen cubano? ¿Cómo osáis protestar
contra el Partido Comunista o contra el Estado Cubano que es lo mismo? No lo olvidemos, según
Díaz Canel. La calle es del Partido Comunista y si vosotros salís a la calle nosotros vamos a donde
estáis vosotros a avasallaros, porque claramente lo que hizo Díaz Canel no fue acudir a la calle a
hablar de buen tono con los manifestantes. Lo que hizo Díaz Canel fue acudir a asustar, a milanar
a los manifestantes, porque Díaz Canel no es un ciudadano cualquiera que pueda ir a esas protestas
a debatir pacíficamente con los que están protestando. Díaz Canel es el presidente dictador de Cuba
y por tanto acudes a esas manifestaciones a extorsionar, a amenazar a los manifestantes,
a decirles fuera de aquí que esto es nuestro y como oséis no marcharos como persistáis en
vuestra actitud contrarrevolucionaria yo tengo el poder policial y militar del Estado detrás,
cuidado con lo que hacéis. Mientras eso está ocurriendo sabemos que hay otras ciudades del país
o localidades porque realmente son grupos de personas en determinadas
y en determinadas calles, en determinadas plazas donde se han concentrado movidas también por
esos propósitos tan mal sanos. O ponerse a la revolución, criticar la revolución,
manifestarse contra la revolución y contra el poder absoluto que mantiene el partido y el estado
cubano sobre la población cubana es un propósito mal sano, algo perjudicial para la salud de los
ciudadanos cubanos y algo contrario a la moral establecida dentro del país. Moral impuesta de
manera férrea evidentemente por el estado cubano, es decir por el partido comunista cubano, es decir
por Díaz Canel. Y estoy dando esta información para ratificar que en Cuba las calles son de
los revolucionarios, que el gobierno cubano, el estado cubano encabezado por el partido
está, tiene toda la voluntad política para discutir, para argumentar, para reconocer los
problemas que tenemos, pero para participar también con nuestro pueblo, al cual le damos espacio en
la solución de esos problemas, pero reconociendo cuál es la verdadera causa o la causa fundamental de
nuestros problemas, sin dejarnos confundir. Estoy emitiendo este mensaje público para recordaros
que el poder es nuestro, os reconozco cierto espacio formal para que critiquéis, para que
debatáis, pero dentro de los límites que yo estoy marcando, no os atreváis a culpar de la
situación actual al gobierno cubano, al partido comunista cubano, la situación actual es responsabilidad
de Estados Unidos y sólo podéis decir eso. Si estáis envenenando a la población, culpando al
partido comunista cubano, recordaros que la calle es nuestra, que nosotros estamos aquí, que tenemos
al estado detrás, que tenemos a la policía y al ejército detrás para reprimir a todos aquellos
contrarrevolucionarios que osen desafiar el poder absoluto del partido comunista. Este es el mensaje
de Díaz Canel en este extracto. Los que están alentando a que haya manifestaciones en Cuba,
no quieren para Cuba un bien de salud. Recuérdense que sus principios, su modelo es el modelo neoliberal,
es la privatización de los servicios de salud, es la privatización de los servicios médicos,
es la privatización de la educación, es que cada cual se salve como pueda, que pueda acudir a la
salud los que tengan dinero. Nosotros no vamos a entregar la soberanía ni la independencia del
pueblo ni la libertad de esta nación. Dejando de lado que el neoliberalismo no es eso y dejando
de lado también que muchos de los que se manifiestan en Cuba, incluso que encabezan esas protestas,
no son neoliberales, ¿qué pasaría si lo fueran? ¿Qué problema hay con que los neoliberales protesten
contra la revolución, protesten contra el partido comunista, protesten contra el gobierno o contra
el estado cubano? ¿Es que acaso no estarían ejerciendo su libertad ideológica, su libertad de
protesta, su libertad de manifestación? ¿O es que acaso no existe esa libertad ideológica, esa libertad
de protesta, esa libertad de manifestación? ¿Es que acaso si eres neoliberal debes estar expulsado
de la esfera pública cubana? ¿Es que Cuba sólo admite una cierta disidencia controlada, un cierto
debate interno de cara a la galería exterior, pero cuando se disputan los pilares ideológicos de la
revolución, entonces hay que recordar que la calle es del estado, no que el poder político es del
estado, también el poder social, también la calle, porque el estado lo es todo, porque el estado
también llega a la calle, y por tanto, si la calle es propiedad del estado, entonces es el estado
quien decide que puedes y que no puedes decir en la calle. Y en este caso claro, Díaz Canel está
betando las ideas neoliberales del panorama cubano. Imagina si esto sucediera en cualquier país
occidental. Imagina si el presidente del gobierno de cualquier democracia occidental saliera a la
televisión pública a amenazar a aquellas personas que tienen ideas comunistas y que están pacíficamente
defendiendo esas ideas comunistas. Imagina que sucedería si ese presidente hiciera un llamamiento
a aplastar por la fuerza esas ideas revolucionarias simplemente porque no son las ideas del presidente,
simplemente porque ponen en hacke el poder absoluto del estado. Pues imagino que muchos de los que hoy
consideran que Cuba es una democracia, que Cuba no es una tiranía, dirían que ese estado sí es una
tiranía. Pues bien, eso mismo está sucediendo, no ahora, desde el año 1959 en Cuba, y muchos no
quieren enterarse. Y aquí también ratifico que vemos muchos revolucionarios en este país,
en este pueblo que estamos dispuestos a dar la vida, y eso no es por consignas, eso es por convicción.
Tienen que pasar por encima de nuestros cadáveres si quieren enfrentar a la revolución y estamos
dispuestos a todo y estaremos en las calles combatiendo. Y siguen las amenazas, estamos dispuestos
a todo, a cualquier cosa, como oséis desafiar nuestro poder, iremos con todo lo que tenemos y
todo lo que tenemos es el poder coactivo del estado que está detrás de mí, porque yo repito,
Díaz Canel, es el presidente dictador de Cuba, no es un cualquiera el que se le esté calentando la
boca, no, es el presidente dictador de Cuba que tiene al ejército y la policía detrás y está
diciendo a unos manifestantes pacíficos que como no son revolucionarios, como atacan ideológicamente
los ideales de la revolución, que están dispuestos a ir con todo, que están dispuestos a aplastar
por la fuerza esas protestas. Y sabemos que se están oscurtando incidentes de este tipo,
sabemos que en estos momentos hay másas revolucionarias en las calles de la Habana,
también enfrentando elementos contra revolucionarios. Separamos a los revolucionarios que
pueden estar confundidos, separamos a los habitantes de Cuba que puedan tener determinadas
preocupaciones, pero no vamos a admitir que ningún contrarrevolucionario, mercenario,
vendido al Gobierno de los Estados Unidos, vendido al imperio, recibiendo dinero de las agencias,
dejándose llevar por todas estas estrategias de subversión ideológica, vayan a provocar
desestabilización en nuestro pueblo. Y habrá unas respuestas revolucionarias.
Al pueblo ignorante lo vamos a perdonar, a los revolucionarios confundidos los vamos
a reeducar, pero a los genuinamente contrarrevolucionarios, aquellos que no se adhieren a los ideales
de la revolución, los vamos a destrozar. No se va a admitir la disidencia ideológica
contra la revolución, porque la revolución, es decir, el Partido Comunista, ha de tener el
poder absoluto dentro de Cuba, y cualquiera que ponga esto en cuestión será reprimido por el
Estado cubano, sufrirá una respuesta revolucionaria. ¿Y qué es esta respuesta revolucionaria?
Pues nos lo explica a continuación Díaz Canel. Por eso también aquí estamos convocando a todos
los revolucionarios del país, a todos los comunistas, a que salgan a las calles en
cualquiera de los lugares donde se vayan a producir estas provocaciones, hoy desde ahora y en todos
estos días, y enfrentarla con decisión, con firmeza, con valentía. Como dije en el discurso
de clausura del Congreso del Partido, a la revolución la defendemos ante todos los
revolucionarios, y en la primera fila los comunistas.
Esencialmente Díaz Canel está haciendo un llamamiento a la Guerra Civil, a que todos aquellos
cubanos que sigan escribiéndose a los ideales de la revolución, la vanguardia comunista del
partido, que salga a las calles a enfrentarse con aquellos que están organizando protestas
pacíficas contra el Estado cubano. Y si esas protestas pacíficas van a más, si esas protestas
pacíficas llegan a poner en cuestión el monopolio tiránico que hoy en día detenta al partido
comunista, entonces habrá que ir con todo. Habrá que usar la fuerza contra esos elementos
contra revolucionarios, policía, ejército y milicias populares. Por tanto, señores
contra revolucionarios, piensen bien contra quién se están jugando el pellejo. El partido
comunista no se va a achantar para defender su monopolio de la fuerza dentro de Cuba.
Utilizará todo el poder policial, militar y civil de que dispone para aplastar cualquier
conato de cambio dentro de Cuba. Aún cuando estén defendiendo esos cambios pacíficamente
a través de la persuasión de la convicción, eso no es admisible en Cuba porque Cuba es
una tiranía. Y con esa convicción vamos a las calles,
vamos ya en las calles y no vamos a permitir que nadie manipule nuestra situación y no
vamos a permitir que nadie pueda defender un plan, que no es un plan cubano, que no
es un plan para la nación cubana, que no es bienestar para las cubanes y los cubanos
y que es un plan anexionista. Y a eso es lo que convocamos a los revolucionarios y a
los comunistas de este país. No vamos a permitir que nadie defienda que
yo no siga detentando el poder absoluto dentro de Cuba. No vamos a permitir que haya ideas
contrarias a los ideales de la revolución. No vamos a permitir que se hagan propuestas
políticas alternativas a las del Partido Comunista. Todo eso queda fuera de lo tolerable
dentro de Cuba. Y por eso, Cuba es una tiranía. Y por eso, todos aquellos que están disculpando
a la tiranía cubana, todos aquellos que están haciéndonos creer que Cuba es una democracia,
que Cuba es un régimen que respeta escrupulosamente la libertad de sus ciudadanos, todos esos
dentro y fuera de Cuba son cómplices de esa tiranía y de sus crímenes.
Desde aquí mi más sincero apoyo a todos aquellos ciudadanos cubanos que únicamente
están reclamando libertad frente a sus carceleros internos y frente a aquellos propagandistas
externos que tan solo lavan la imagen de los carceleros internos. Os lo repito, sois cómplices.