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El eurodiputado de Vox, Germán Terz, me ataca en Twitter acusándome de ejecutar encargos
y recados en contra de su formación política. Veámoslo.
Empecemos por el principio. Ayer una cuenta de Twitter, Señor Liberal, publicó el siguiente
tuit. ¿Cuántos vídeos ha hecho Juan Rayo contra Vox en menos de un mes? Contra Vox
en menos de un mes. Al menos 15. Uno cada dos días. Por no hablar de artículos y podcast,
todos ellos negativos y con ataques. Parece que te va muy bien con Sánchez y los comunistas
de su mar en el Gobierno, además de los independentistas a los cuales apoyas en su derecho de secesión.
No os equivoquéis. Rayo solo busca la destrucción de España. Es un globalista más.
A ver, vídeos específicamente sobre Vox. En el último mes, de 10 de julio a 10 de agosto,
he hecho cuatro. Sí, cuatro vídeos específicamente sobre Vox. Luego es verdad que he hablado sobre
Vox en otros vídeos. Por ejemplo, en el vídeo en el que analizo los resultados electorales del
23 de julio, también hablo sobre Vox. Pero no hablo específicamente sobre Vox. Hablo sobre Vox,
sobre el PP, sobre el PSOE y sobre su mar. O si estoy analizando la composición del Congreso
de los Diputados, también hablo sobre Vox y digo Vox tiene 33 diputados. Pero eso no es un vídeo
específicamente sobre Vox. Vídeos específicamente sobre Vox. Cuatro. Y de esos cuatro, uno ni siquiera
es un vídeo contra Vox. Es un vídeo explicando su estrategia parlamentaria de cederle gratuitamente
sus votos a Alberto Núñez Rijo en la sesión de investidura. Y añadiendo que me parece una
estrategia bastante inteligente para lograr el objetivo de bloquear una legislatura sanchista
o de forzar una repetición de elecciones. Por tanto, en un mes, tres vídeos contra Vox. Si
por grabar tres vídeos contra Vox en un mes consideras que estoy obsesionado con Vox,
que quiero destruir al partido y que quiero destruir España por tres vídeos contra Vox en
un mes, es que tienes la piel extremadamente fina. Más que derechita valiente, a algunos habría que
llamaros derechita llorona. Pero es que además, en ese mismo periodo, del 10 de julio al 10 de agosto,
he grabado tres vídeos contra Podemos o Sumar, cuatro vídeos contra el Partido Popular y cuatro
vídeos contra el Partido Socialista. No ha sido algo deliberado. No es que me haya planificado el
mes y haya dicho oye, pues cuatro, cuatro, tres y tres. No, simplemente he ido comentando la actualidad
política conforme surgía y ha surgido así. Creo que son una cantidad de críticas específicas
contra estos partidos bastante equitativas. Y si en lugar de un mes contabilizáramos los últimos
dos meses, encontraríamos cifras muy similares. Por tanto, si os gustan las películas y tal cine,
no a Twitter. Pero bueno, que una cuenta cualquiera de Twitter me critique falseando la realidad y con
argumentos tramposos tampoco es ninguna novedad. No tendría ni por qué comentarlo ni por qué desmentir
esas falacias porque si tuviera que hacerlo con todas, no me daría el día. Sin embargo,
el tuit que os he leído es relevante ¿por qué? Porque a las pocas horas el eurodiputado de Vox,
German Terz, retuiteó ese tuit con el siguiente comentario.
Pobre Juan Ramón Rayo especializado. Triste nicho para quien parecía valdría para algo más que
encargos, recados y mandados. Lo primero y ya de entrada que debería escandalizarnos es que
un eurodiputado utilice sus redes sociales para señalar a ciudadanos particulares por el mero
hecho de que esos ciudadanos particulares están criticando al partido político que le da de comer.
Somos los ciudadanos los que tenemos que controlar a los políticos. A los políticos como tú. No
sois los políticos los que tenéis que controlar a los ciudadanos. A ver si lo entendéis. Que el
control del monopolio de la violencia que llamamos estado lo tenéis vosotros. Y precisamente por eso,
como contrapeso a vuestros posibles abusos de poder, la ciudadanía tiene que estar vigilante
y la ciudadanía tiene que fiscalizaros para que no abuséis del poder extraordinario del que estáis
disfrutando. No sois vosotros los que tenéis que vigilar a los ciudadanos colocándoles en el foco
como enemigos públicos. No es esa vuestra tarea. No se os paga para eso. Ejercéis un cargo y
deberíais ejercerlo con un mínimo de dignidad y de respeto a los ciudadanos. A los ciudadanos que
os pagan el sueldo y a los ciudadanos que sufren las leyes que aprobáis. Si German Terz quiere
insultar sin decoro a todos aquellos ciudadanos particulares que discrepan con su partido político,
que dimita de eurodiputado y ya como ciudadano particular, no como político, sino como ciudadano
particular, sin poder estatal, que diga lo que tenga que decirles al resto de sus conciudadanos.
Y si no dimite, si quiere seguir ejerciendo como eurodiputado, cobrando lo que cobra como
eurodiputado, si le gusta en definitiva el mullido sillón de Estrasburgo y de Bruselas,
pues entonces que ejerza su cargo con dignidad y respeto institucional. Eso ya de entrada.
Pero es que, además, señor eurodiputado de Vox, ¿qué va usted hablando de recados,
encargos y mandados? ¿Que usted está donde está porque lo ha colocado en las listas un
partido político al que le debe obediencia si quiere repetir en las listas? ¿Que su jefe
de filas, Jorge Buxadet, opina que los políticos no han de tener opinión personal? ¿Que los
políticos han de repetir como loros los mensajes de su partido? Vuelvo a leer un párrafo que ya
leí en un vídeo anterior de un artículo del señor Buxadet, a ver si es que Germán Ters no
lo ha leído y se le cae la cara de vergüenza después de decir lo que dice y de leer lo que
opina su jefe de filas al cual él está sometido si quiere repetir en las listas. Dice Buxadet,
hoy en día parece triunfar el político que tiene opinión y efectivamente opina de todo,
aunque diga tonterías o frases hechas. Se ha aplaudido a políticos de uno y otro signo
simplemente por tener opinión sobre temas respecto de los cuales su opinión era irrelevante,
y además se ha demostrado errada a los pocos días. Incluso se ha llegado a afirmar que es
valiente un político por decir cosas distintas de las de su partido, confundiendo valentía con
desobediencia, libertad con deslealtad. Es decir, que opinar algo distinto de lo que marca la
dirección de tu partido es desobediencia y es deslealtad. Tú, político de Bux, que vas
hablando de encargos, recados y mandados. Si la única libertad que tienes como eurodiputado de
Bux y con un jefe de filas como Jorge Buxadet es la libertad de asentir, de agachar la cabeza,
de obedecer a lo que dicte Bux, tú, que vas hablando de encargos, recados y mandados.
Pero bueno, obviemos esto. Obviemos que German Terch está donde está porque se le considera
obediente y leal al partido. Obediente, ¿eh? No libre, obediente. Pero bueno, como digo,
obviemoslo porque no es relevante para la veracidad o falsedad del tuit que ha escrito German Terch.
Por mucho que él esté al servicio del partido, por mucho que él esté sometido a la obediencia
debida al partido, en lo que ha escrito podría tener razón. Podría tener razón en que estoy
ejecutando encargos, recados y mandados. Muy bien, pues como ya te he preguntado en Twitter,
German Terch, y no has respondido. ¿Encargos, recados y mandados de quién? Porque si haces
esa acusación, porque si un eurodiputado como German Terch hace esa acusación, supongo que será
porque tendrá algo más de información, porque sabrá quién me está ordenando que haga algo y
a cambio de qué. Pues revelalo. Si tan buena y tan solvente información tienes para decir lo
que estás diciendo como eurodiputado, no como alguien que en un bar se ha recalentado y se le
ha soltado la lengua. No, como eurodiputado. Si como eurodiputado dices eso, imagino que tendrás
más información. Pues revelala. Y revela también las pruebas que acrediten esa información que
supongo que tendrás más allá de soltar una consigna absolutamente vacía para intentar,
como eurodiputado, desacreditar a una persona cuyo gravísimo pecado capital ha sido criticar al
partido que te da de comer. ¿Tienes esas pruebas? Imagino que sí, porque no podría
imaginar que un eurodiputado se lance a atacar públicamente a una persona acusándole de ser
un vendido, de estar ejecutando encargos, recados, órdenes de poderes fácticos externos sin tener
alguna evidencia más o menos sólida de que eso es así. ¿O es simplemente una pura invención
tuya porque, como yo estoy criticando a tu partido, tú me tienes que intentar desacreditar y desactivar
a mí para salvar a tu partido y, por tanto, para salvar tu puesto? ¿O acaso sucede que lo único que
estás haciendo es intoxicar por intoxicar, que no tienes absolutamente nada —porque no puedes
tener absolutamente nada porque no existe— y sin tener absolutamente nada te lanzas a atacar a
una persona porque ha criticado en alguna ocasión a Vox durante el último mes? ¿Este es el modelo
de nueva política que intenta promover Vox? ¿Que un eurodiputado mienta y miente y sabe
que está mintiendo porque no tiene absolutamente nada que demuestre ni lejanamente algo de lo que
está diciendo o de lo que está insinuando? ¿Que un eurodiputado mienta para desacreditar a aquel
que critica a su partido? ¿Este es el nivel? ¿Esta es la honestidad de los políticos de Vox? ¿Esta es
la forma de regenerar y de salvar a España? ¿Echan a gente valiosísima como Rubén Manso y mantienen
a mentirosos e intoxicadores profesionales como German Terz? Pues si todo eso es así, y es así,
quienes están destruyendo a Vox no somos los que en alguna ocasión criticamos a Vox,
siempre además tratando de argumentar, con razón o sin ella, pero siempre tratando de argumentar.
¿Por qué se lo critica? Quienes están destruyendo a Vox son los actuales dirigentes
de Vox. A ver si empezáis a hacer un poco de autocrítica.