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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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El gobierno de PSOE Podemos rebajó a comienzos del año 2023 el IVA de determinados productos
básicos y, según el sentir popular, los supermercados se han apropiado de ese IVA
rebajado para inflar de manera todavía más obscena sus cuentas de resultados.
¿Es esto cierto?
¿De verdad los supermercados se han apropiado del IVA rebajado por el gobierno?
Veámoslo.
Los precios de los alimentos no dejan de subir en España y en Europa, y todos aquellos que
se niegan a reconocer que la inflación en estos momentos es en gran medida un fenómeno
monetario y fiscal tienen que buscar recurrentemente excusas para justificar que estas subidas de
precios no traen causa de la política monetaria y de la política fiscal que se ha venido
desarrollando durante los últimos años.
Si las cosas, los mismos que hace unos meses nos decían que la inflación era consecuencia
de los cuellos de botella de la pandemia o que la inflación era consecuencia de la guerra
de Ucrania y, por tanto, de la subida del precio del petróleo, ahora, como las excusas anteriores
ya no les sirven porque ya no hay cuellos de botella derivados de la pandemia o porque
el precio del petróleo se halla ahora mismo más barato que antes de empezar la guerra
en Ucrania, esos mismos ahora están buscando otras excusas, están elaborando otro argumentario
para seguir justificando que los precios suben al margen de cualquier decisión de
política monetaria o fiscal y, en ese sentido, la nueva excusa es que los precios suben porque
las empresas se están forrando con las subidas de precios.
Pero claro, desde un punto de vista teórico este argumento se queda cojo. Todas las empresas
quieren subir precios para ganar más dinero, pero no todas ellas pueden hacerlo. Desde
un punto de vista teórico, y ellos lo saben, las únicas empresas que son capaces de subir
persistentemente los precios para maximizar sus beneficios son las empresas que tienen
poder de mercado. El caso paradigmático serían los monopolios, es decir, empresas que no
tienen competencia, que no están presentes en mercados disputables y que precisamente
porque tienen la sartén por el mango, precisamente porque son los únicos proveedores o uno de
los pocos proveedores que hay en ese mercado, tienen la capacidad de influir, de fijar,
de determinar el precio que rige en ese mercado. Reducen la cantidad de mercancías que venden
a cambio de elevar el precio al que las venden y pueden hacerlo porque no hay otros competidores
que incrementen su oferta para rebajar el precio. Pues bien, desde este punto de vista,
el precio de los alimentos estaría incrementando en España y en el conjunto de Europa porque
los supermercados tienen mucho poder de mercado, es decir, los supermercados operarían en
mercados monopolísticos o oligopolísticos que les permitirían incrementar los precios
para maximizar sus ganancias. En un vídeo anterior ya vimos, con las cuentas anuales
de Mercadona correspondientes al año 2022, que esta explicación es una filfa. El margen
de beneficios por euro vendido de Mercadona en 2022 no se incrementó con respecto al
año 2021. No solo eso, los beneficios en términos absolutos de Mercadona en el año 2022 han
crecido menos de lo que aumentó la inflación en el año 2022, o dicho de otra manera, los
beneficios reales, descontando la inflación, deflectando los beneficios netos de Mercadona
por la inflación, cayeron en el caso de Mercadona la principal cadena de supermercados española
en el año 2022. Por tanto, si los precios han subido en el caso de Mercadona será por
otros motivos, entre ellos que sus costes se han incrementado, es decir, que los precios
de los proveedores de Mercadona, los precios a los que compra Mercadona las mercancías
que luego vende a los consumidores, se han incrementado, y probablemente esos precios
se hayan incrementado entre sus proveedores, porque a su vez sus costes, es decir, los precios
de los inputs que compran esos proveedores para fabricar las mercancías que luego le vende
a Mercadona, porque a su vez sus costes se han incrementado. Por tanto, así de entrada
no parece que Mercadona, el principal supermercado de España, tenga un enorme poder de mercado,
y si no lo tiene Mercadona, previsiblemente tampoco lo tendrán otros supermercados de
menor tamaño que compiten contra Mercadona, porque si Mercadona no lo tiene, Mercadona
ejercerá la competencia contra esos otros supermercados. Pero a este respecto, un argumento
muy recurrente para, supuestamente, demostrar que en España sí existe poder de mercado
entre los supermercados, es decir, que cuentan con capacidad para fijar precios al margen
de las dinámicas competitivas, es que los supermercados se han apropiado de la rebaja
del IVA que aplicó el Gobierno de PSOE Podemos a partir de enero de 2023 sobre determinados
productos. Los huevos, los lácteos o las frutas pasaron de tener un IVA del 4% a un
IVA del 0%, y los aceites y las pastas alimenticias pasaron de tener un IVA del 10% a uno del
5%. Pues bien, si estuviéramos en un mercado competitivo, cabría esperar que esta rebaja
del IVA se hubiese trasladado a los precios de los productos, y sin embargo, la percepción
popular es que los supermercados se han apropiado de esta rebaja del IVA, dicho de otra manera,
que no han rebajado los precios de los productos, de modo que el consumidor sí paga menos impuestos,
pero esos menores impuestos que paga se transforman en mayores beneficios por unidad de producto
de los supermercados. Y si los supermercados tienen poder de mercado como para quedarse
el IVA rebajado, presumiblemente también tendrán poder de mercado para incrementar
los precios de los alimentos que venden en sus cadenas, de modo que la hipótesis de
que la inflación se debe al poder de mercado de algunas grandes empresas que quieren maximizar
sus beneficios subiendo precios no sería una hipótesis en principio tan descabellada.
Sin embargo, la idea de que los supermercados se quedaron con la rebaja del IVA decretada
por el gobierno no deja de ser eso, una idea, una ocurrencia. En la mayoría de los casos
no hay ninguna investigación empírica que trate de respaldar esta posición. Todo se
basa en intuiciones y cherry pickings personales. En mi experiencia personal, los precios no
han bajado. Pero es que en realidad el hecho de que los precios no bajen tampoco significa
que el IVA no haya tenido un impacto, porque lo que hemos de comparar no es cuál era el
precio de un producto en diciembre versus cuál era el precio de ese producto en enero. Lo que
hemos de comparar es cuál era el precio de ese producto en enero y cuál habría sido el precio
de ese producto en enero sin la rebaja del IVA. Si el precio de los alimentos sigue subiendo,
la rebaja del IVA no tendría por qué contrarrestar absolutamente esa subida del precio de los
alimentos, como mucho podría frenarla. De modo que lo que realmente nos interesa para saber si
los supermercados han trasladado la rebaja del IVA a los alimentos o no lo han hecho,
es conocer cuál sería el escenario contrafactual en caso de que nos hubiese rebajado el IVA.
¿Habrían subido los precios de los productos afectados por la rebaja todavía más de lo que
lo han hecho o no? Y bien, esta investigación empírica clave para poder hablar con propiedad
sobre si los supermercados se han apropiado o no se han apropiado de la rebaja del IVA decretada
por el gobierno, es la que acaba de desarrollar y publicar el Centro de Política Económica de
ESADE. En un estudio publicado por Miguel Almunia, Javier Martínez y Ángel Martínez Jorge se
investiga en qué medida los supermercados absorbieron o trasladaron la rebaja del IVA a
los productos que venden y que se ven afectados por esa rebaja del IVA. ¿Y cómo desarrolla en
esta investigación, es decir, cómo los autores son capaces de descubrir qué podría haber pasado
con el precio de esos productos en ausencia de la rebaja del IVA? Pues lo que hacen es controlar la
evolución del precio de dos grupos de alimentos, el grupo de alimentos que podríamos llamar grupo
tratado, es decir, aquel que experimenta la rebaja del IVA, y el grupo de alimentos que
podríamos llamar grupo de control, alimentos cuyos precios cabe esperar que evolucionen de manera muy
similar a los del grupo tratado, pero que no han visto rebajado su IVA. Por ejemplo, a la pasta
seca se le rebaja el IVA, pero a la pasta preparada no se le rebaja el IVA, al queso se le rebaja el
IVA, pero a los yogures no se le rebaja el IVA. Por tanto, si esos precios, pasta, lácteos, han seguido
hasta el momento en el que se rebaja el IVA una evolución similar, y a partir del momento en el
que se rebaja el IVA siguen una evolución divergente, los precios del grupo de control,
es decir, aquellos que no han experimentado la bajada del IVA, siguen subiendo, y los del grupo
tratado o no suben o suben menos que los del grupo de control, entonces podremos concluir que la rebaja
del IVA se ha sido trasladada total o parcialmente a los consumidores. ¿Y qué descubren los tres
autores del informe siguiendo la evolución de los precios en las tres principales cadenas de
supermercados españolas? Entre ellas, claro, Mercadona, pues que durante la primera semana en
que estuvo en vigor la rebaja del IVA, los precios de los productos afectados por esa rebaja se
redujeron entre un 2 y un 6%, mientras que los precios del grupo de control, es decir,
los precios de productos similares a los que experimentan una rebaja del IVA, pero cuyo IVA
no se ve alterado, los precios de ese grupo de control se mantuvieron constantes. Pero claro,
con el paso del tiempo, todos los precios siguen subiendo porque estamos en una ola inflacionista,
con lo cual, a lo mejor, sucede que los supermercados rebajaron los precios la primera
semana para guardar las apariencias, pero luego incrementaron sobreproporcionalmente los precios
de los alimentos del grupo tratado, los precios de los alimentos cuyo IVA fue rebajado, para así
maximizar sus ganancias. Pero tampoco, como podemos observar en esta evolución de los precios,
es verdad que los precios tanto del grupo de control como del grupo tratado aumentan con el
tiempo, pero persiste un diferencial entre los precios del grupo tratado y los precios del
grupo de control, diferencial que se abre en el momento en el que se rebaja el IVA, persiste,
como digo, un diferencial entre ambos grupos de alimentos, que es explicable en un 90% por la
rebaja del IVA. Dicho de otra manera, los tres principales supermercados españoles sí
trasladaron en un 90% la rebaja del IVA a los consumidores. No se aprecia, por tanto,
poder de mercado para manipular los precios a su antojo. Y por tanto, la hipótesis de que los
precios de los alimentos están ahora mismo subiendo porque las empresas son muy malas y
son muy poderosas y utilizan esa maldad y ese poder para lucrarse a costa de arruinar a las
familias es una hipótesis que, al menos con este estudio, no podemos decir ni mucho menos que queda
descartada, pero sí queda debilitada. Lo anterior cuidado no significa que la rebaja del IVA del
gobierno sea una medida potentísima para conseguir contrarrestar los efectos dilutorios sobre el
poder adquisitivo de las familias que está teniendo la inflación. Los propios autores del
informe estiman que si la rebaja del IVA se mantuviera a lo largo de todo 2023, las familias
de renta más baja ahorrarían en sus presupuestos anuales la asombrosa cifra de, atención, 35 euros.
Y por su parte, las familias de renta más alta ahorrarían 85 euros. Sin embargo, la medida sigue
teniendo efectos progresivos, dado que 35 euros representa más sobre el presupuesto sobre los
ingresos de las familias pobres que 85 euros sobre los ingresos de las familias ricas. En cualquier
caso, se trata de una medida muy escasa, insuficiente, para contrarrestar toda la pérdida
de poder adquisitivo que han experimentado las familias a cuenta de la inflación que,
en cambio, se ha beneficiado sobre manera a los distintos gobiernos y, entre ellos, al gobierno
de España. En definitiva, los gobiernos no reparten migajas después de habernos expropiado
la barra de pan que previamente le hemos comprado al panadero. Y esos gobiernos que nos han robado
la barra de pan tienen el descaro de culpar de ese robo, de esa expropiación, al pobre panadero,
que en este caso ni ha pinchado ni ha cortado salvo para convertirse en el chivo expiatorio
del ladrón de esta historia, del gobierno.