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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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¿Por qué el precio de Bitcoin se ha revalorizado casi un 100% durante los últimos seis meses
hasta superar los 30.000 dólares por unidad de Bitcoin?
Veámoslo.
El pasado mes de noviembre Bitcoin cayó por debajo de los 16.000 dólares, su precio más
bajo desde finales del año 2020.
Pero desde entonces, desde ese momento en el que muchos economistas se subieron al carro
para augurar el final, la muerte definitiva de este activo, Bitcoin se ha revalorizado
en casi un 100%.
Concretamente ha pasado de un precio de 15.760 dólares a finales de noviembre del año pasado
a más de 30.000 dólares por Bitcoin en el día de ayer.
Se trata, por tanto, de una revalorización superior al 90% en apenas medio año.
¿Qué ha sucedido exactamente?
Pues lo que ha sucedido es algo que ya explicamos con cierto detalle en un vídeo que publicamos
a finales de enero de este año, un vídeo titulado precisamente El resurgir de Bitcoin.
En ese vídeo ya explicábamos que el precio de Bitcoin está muy influido por los tipos
de interés y, por tanto, por las expectativas de tipos de interés.
Si se espera que los tipos de interés se van a mantener altos durante mucho tiempo,
el precio de Bitcoin tiende a caer.
Si se espera que los tipos de interés van a empezar a bajar y se van a mantener relativamente
bajos durante bastante tiempo, el precio de Bitcoin tiende a subir.
¿Y por qué existe esta correlación negativa entre el precio de Bitcoin y los tipos de
interés?
Probablemente por dos razones.
En primer lugar, Bitcoin, para algunos inversores, actúa como un activo monetario.
Y todo activo monetario mantiene una relación negativa con los tipos de interés.
El tipo de interés es, hasta cierto punto, el coste de oportunidad de atesorar dinero,
de poseer liquidez.
Cuando yo tengo atesorado dinero, sí disfruto de un flujo de liquidez a mi favor, pero a
cambio estoy renunciando a invertir ese dinero en activos, como la renta fija, que me proporciona
un flujo de intereses.
Por tanto, si tengo dinero, no recibo intereses.
Cuando más altos sean los tipos de interés, a más intereses estoy renunciando por tener
atesorado dinero.
Más costoso, más sacrificado es tener atesorado dinero.
Por consiguiente, si suben los tipos de interés, cabe esperar que parte del capital que se
haya inmovilizado en activos monetarios, en liquidez, parte de ese capital salga de esos
activos monetarios y se invierta en activos, como la renta fija, que proporcionan un flujo
de intereses.
Si sale el capital de los activos monetarios, como Bitcoin, y ese capital busca refugio
en otros activos, como los bonos, entonces el precio de Bitcoin tiende a caer.
Los inversores desinvertieron en divisas iberoamericanas y ese capital lo trasladaron a bonos estadounidenses
que ofrecían un tipo de interés en dólares más alto.
Y precisamente para evitar esa salida de capitales de estas economías iberoamericanas, sus bancos
centrales tuvieron que subir sus tipos de interés mucho más de lo que los estaba subiendo
Estados Unidos para persuadir a los inversores a que se quedarán dentro de su economía,
pero en todo caso, dentro de su economía, fuera de activos estrictamente monetarios,
es decir, comprando bonos en divisa local que pagarán tipos de interés muy altos.
Si los bancos centrales de esos países no hubiesen subido tanto sus tipos de interés
internos, las divisas de estos países iberoamericanos se habrían depreciado mucho más frente al dólar.
Pues bien, eso es lo que le ocurrió a Bitcoin, que ante la subida de tipos de interés se
depreció frente al dólar.
Pero además existe un segundo motivo por el cual el precio de Bitcoin mantiene una
correlación negativa con los tipos de interés, y es que si bien para algunos inversores Bitcoin
actúa como activo monetario, para otros muchos inversores Bitcoin actúa como una especie
de activo especulativo a largo plazo.
Es decir, muchos otros inversores a largo plazo invierten en Bitcoin no tanto para mantener
su liquidez en Bitcoin, sino por lo que puede llegar a ser Bitcoin en el futuro.
Es una inversión en una especie de startup monetaria, una apuesta sobre el rol que puede
llegar a desempeñar Bitcoin en el futuro dentro de nuestras economías.
Claro, si en el futuro Bitcoin se convirtiera en moneda predominante en muchas economías
del planeta, su precio se dispararía muy por encima de los niveles actuales, y hay
inversores que pueden estar apostando por esto o pueden simplemente invertir en Bitcoin
por si sonara la flauta y esto terminara sucediendo.
Es decir, que Bitcoin también es para algunos otros inversores una especie de inversión
no líquida a largo plazo, a muy largo plazo y con mucha incertidumbre, claro.
Pues bien, las inversiones de muy largo plazo y muy inciertas mantienen una relación negativa
con los tipos de interés, por ejemplo, las tecnológicas.
Una empresa tecnológica que no proporciona hoy altos flujos de caja, sino que simplemente
se espera que pueda proporcionarlos en el futuro, será una empresa que si los tipos
de interés están bajos, es decir, si socialmente el coste del tiempo y del riesgo, el coste
de esperar y el coste de asumir riesgos es un coste reducido, esos son los tipos de interés,
pues entonces esas empresas que proporcionan flujos de caja no hoy, sino en el futuro
y con incertidumbre tenderán a revalorizarse, porque no es socialmente costoso esperar a
que lleguen quizá en el futuro esos flujos de caja.
Ahora bien, si los tipos de interés suben y por tanto el coste social de esperar y de
asumir riesgos se incrementa, las empresas cuyo modelo de negocio no proporcionen flujos
de caja hoy, sino que acaso los proporcionen en un futuro muy lejano, esas empresas se
tenderán a depreciar, porque no estaremos dispuestos a esperar hasta que ese proyecto
presente se materialice quizá con incertidumbre en un éxito futuro.
De ahí, por ejemplo, que el Nasdaq también cayera fuertemente a lo largo del año pasado,
porque las subidas de tipos de interés penalizan a las inversiones muy duraderas y las tecnológicas
o al menos algunas tecnológicas son inversiones típicamente duraderas.
Lo mismo que Bitcoin para aquellos inversores que invierten en Bitcoin, no por ser un activo
monetario que les proporcione ya liquidez, sino por ser una inversión no líquida que
creen que puede tener mucho potencial en el futuro muy lejano.
Si tiene mucho potencial en el futuro muy lejano, pero hoy te están pagando otras inversiones,
tipos de interés muy altos, pues dejas de apostar por ese potencial tan lejano en el
futuro y te concentras en obtener ganancias, en obtener réditos hoy a esos altos tipos
de interés.
Pues bien, a comienzos de este año, y como ya explicamos en el vídeo que anteriormente
hemos mencionado, Bitcoin comenzó a subir porque se empezaron a instalar entre los inversores
las expectativas de que la Reserva Federal estadounidense ya estaba cerca de dejar de
subir tipos de interés.
La inflación parecía que se estaba moderando y si la inflación se moderaba, entonces los
tipos de interés dejarían de subir.
Sin embargo, a finales de enero y durante el mes de febrero recibimos noticias negativas
sobre la inflación que volvieron a elevar las expectativas de tipos de interés.
Y esto supuso un jarro de agua fría para Bitcoin.
Ahora bien, ¿qué ha ocurrido en marzo?
Lo que ha ocurrido en marzo y ha terminado de empujar al alza el precio de Bitcoin es
una crisis financiera tanto en Estados Unidos como en Europa.
Una crisis financiera que en gran medida está motivada por los altos tipos de interés.
Y precisamente porque esos altos tipos de interés están provocando problemas de liquidez
en las entidades financieras, los inversores esperan que la Reserva Federal sí o sí comience
a bajar tipos de interés al margen de lo que ocurra con la inflación.
Por ejemplo, los mercados esperan ahora mismo que para finales de este año la FET habrá
recortado los tipos de interés en alrededor de 100 puntos básicos, es decir que terminaremos
2023 con unos tipos de interés del 4%.
¿Por qué esperan esto?
Pues porque como ya he dicho, los actuales niveles de tipos de interés ya están empezando
a romper cosas dentro del sistema financiero y eso supuestamente llevará a que la FET
flaquee y a que empiece a recortar los tipos de interés ocurra lo que ocurra con la inflación.
Y si los tipos de interés empiezan a bajar, eso es un escenario alcista para Bitcoin,
lo cual se está reflejando en subidas de su precio.
En definitiva, ni la fuerte caída en el precio de Bitcoin que se experimentó en el año
2022 fue una sorpresa, ni tampoco esta rápida revalorización de Bitcoin, prácticamente
un 100% en los últimos 6 meses, debería ser una sorpresa.
Si uno entiende la relación negativa que existe entre el precio de Bitcoin y los tipos
de interés, entenderá por qué se hundió a lo largo de 2022 y por qué está subiendo
tanto a lo largo de 2023.
Y también entenderá por qué todos aquellos que hablaban de la muerte definitiva de Bitcoin
en noviembre del año 2022 en realidad no sabían de qué hablaban.