This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.
Por primera vez en más de una década, la Argentina de Javier Milei logra superabit
presupuestario. ¿Por qué razón y qué implica todo ello? Veámoslo.
Javier Milei accedió a la presidencia de la República Argentina el pasado 10 de diciembre.
Pues bien, en su primer mes de gobierno completo, es decir, en el mes de enero del año 2024,
Milei ya ha conseguido superabit presupuestario. La Administración Central de la Argentina,
también llamada federal o nacional, ingresó en enero más pesos de los que gastó. Concretamente,
los ingresos en pesos durante el mes de enero ascendieron a 6,1 billones de pesos,
y los gastos excluyendo los intereses de la deuda a 4,1 billones de pesos. Esto significa
que durante el mes de enero del año 2024, Argentina registró un superabit primario,
antes de intereses, antes de computar el pago de intereses de la deuda, de 2 billones de pesos.
Y como el pago de intereses de la deuda fue de aproximadamente 1,5 billones de pesos,
todo eso significa que el superabit, ya después de cubrir, ya después de pagar los intereses
de la deuda, quedó en medio billón de pesos. Y no penséis que esto es algo menor, algo bastante
común en el sector público nacional de la Argentina. El sector público nacional,
la Administración Central del país, no conseguía un superabit después del pago de intereses desde
el mes de agosto del año 2012, es decir, hace más de una década, lo que el peronismo y el radicalismo
no consiguieron en más de 10 años. ¿Y cómo lo ha conseguido mi ley? Pues porque básicamente
los ingresos del Estado argentino han crecido de manera mucho más rápida que los gastos.
Concretamente los ingresos en términos nominales se han multiplicado por 3,5 veces, mientras que
los gastos en términos nominales únicamente se han duplicado. ¿Y cómo es posible, primero,
que los ingresos estén creciendo tanto, y segundo, que estén creciendo más que los gastos? Bueno,
la primera pregunta es muy sencilla de responder. Los ingresos están creciendo tanto no porque mi
ley haya disparado estratosféricamente todos los impuestos, sino por la inflación. Estamos hablando
de aumentos de la recaudación en términos nominales, no en términos reales. De hecho,
en términos reales, después de descontar la inflación, los ingresos prácticamente no crecen.
Como hemos dicho, en enero del año 2024 los ingresos nominales del Estado argentino fueron
un 256% superiores a los ingresos del Estado argentino en enero del año 2023. Pero es que
la inflación interanual acumulada en ese periodo es del 254%. Eso significa que en términos reales
los ingresos del Estado argentino durante el último año apenas han crecido un 0,5%.
La clave de la gestación de este superávit presupuestario, por tanto, reside en los gastos.
Durante el último año, enero 2023, enero 2024, los gastos del sector público nacional de la
Argentina han aumentado de nuevo en términos nominales un 114%. Y claro, si la inflación
acumulada en este periodo, como hemos dicho, es del 254%, eso equivale a un recorte del gasto real
de más del 15%. ¿Y cómo ha conseguido Javier Millet recortar el gasto real tantísimo? Pues,
por un lado, porque ha aprobado recortes del gasto nominal. Por ejemplo, ha paralizado,
ha suspendido todo el gasto en obra pública o también ha eliminado prácticamente las
transferencias discrecionales a los gobiernos provinciales. Eso, por un lado, recorte nominal,
no ya real, sino nominal de ciertas partidas del gasto y, a su vez, congelación nominal de
otras partidas del gasto, como el sueldo de los empleados públicos o las pensiones. Si tú congelas
el gasto nominal mientras la inflación sigue creciendo, eso equivale a un recorte real de
ese gasto sin recortarlo en términos nominales. ¿Y por qué alcanzar un superávit presupuestario
es tan decisivo, es tan significativo, es tan importante para la economía argentina? Pues,
porque es la condición sine qua non para la reconstrucción monetaria y financiera del país.
Por un lado, si el Gobierno argentino tiene un superávit persistente, no solo en el mes de enero,
sino el resto de meses del año y el resto de años de ahora en adelante, entonces el
Gobierno argentino, en la medida en que está ingresando más de lo que gasta, incluyendo en
el gasto los gastos financieros, entonces el Gobierno argentino, como digo, se vuelve solvente,
tiene capacidad para devolver su deuda. Y si el Gobierno argentino tiene capacidad para devolver
su deuda, sucederán dos cosas. La primera es que podrá volver a emitir deuda en los mercados
financieros en condiciones de normalidad, si es que lo necesitara para afrontar algún tipo de
gasto extraordinario. Y la segunda, más importante para lo que nos ocupa, es que podrá refinanciar la
deuda que ya ha emitido hasta el momento en condiciones financieras más ventajosas, reduciendo,
por tanto, el pago de los intereses que, como ya hemos visto, supone un porcentaje muy elevado de
todos los gastos del Gobierno. Concretamente, los gastos no financieros del Gobierno central son
alrededor de 2 billones de pesos y los intereses 1,5 billones de pesos. Casi la mitad del presupuesto
del Gobierno central argentino se va a pagar intereses, por tanto, reducir esa factura es
fundamental para poder aumentar otros gastos o, idealmente, para bajar impuestos. O si no se
aumentarán gastos ni se bajarán impuestos para mejorar todavía más la solvencia del Estado
argentino, porque cuanto más caiga el gasto en intereses, más aumentará el superávit financiero.
Y por otro lado, este superávit financiero, si tiene un carácter persistente, es la solución
al problema de la inflación en Argentina. Démonos cuenta, en el mes de enero del año 2024,
el Gobierno central de la Argentina ha ingresado medio billón de pesos argentinos más de los que
ha gastado. ¿Eso qué significa? ¿Eso a qué equivale? Pues eso significa que el Gobierno
argentino ha retirado de circulación medio billón de pesos solo en el mes de enero,
porque los ha ingresado de más y no los ha vuelto a gastar. Por tanto, ya de entrada hay una reducción
de la oferta monetaria en pesos. Si la inflación se debe a que hay demasiada moneda en relación
con la demanda de la misma, que tú reduzcas la cantidad de moneda contribuye a estabilizar el valor
de esa moneda. Pero no solo eso. En la medida en que los ciudadanos argentinos se formen las
expectativas de que en el futuro la oferta de pesos no va a volver a aumentar de manera alocada,
de manera exagerada, de manera sobredimensionada, que el Gobierno no va a seguir emitiendo pesos
para financiar su déficit público, y se pueden formar esas expectativas porque si el Gobierno
argentino no tiene déficit público sino superávit, ya no va a necesitar imprimir nuevos pesos para
financiar el déficit, entonces ya no es solo que se reduzca la oferta monetaria en pesos,
sino que la demanda monetaria en pesos se va a incrementar. Porque si la expectativa generalizada
es que el Gobierno no va a necesitar recurrir a la inflación para financiarse, entonces el peso
se vuelve una mejor moneda y más gente está dispuesta a mantenerlo en su saldo de tesorería.
Menor oferta de pesos y mayor demanda de pesos, todo ello gracias al superávit financiero significa
estabilización del valor del peso y, por tanto, fin de la inflación. Por supuesto, como digo,
para que todo esto se termine materializando es necesario que el superávit financiero no solo
se alcance en el mes de enero, sino que se alcance regularmente, recurrentemente durante el resto del
año y durante el resto de años. Pero el hecho de que ya en enero se haya conseguido un superávit
tan holgado y de que la voluntad de Javier Milei sea asegurar al menos el equilibrio presupuestario,
desde luego ha girado, ha cambiado las expectativas del mercado. Y por eso,
durante los últimos días, se han producido dos fenómenos que van en la misma dirección que
he mencionado antes. Por un lado, el incremento percibido de la solvencia del Estado argentino,
y por otro, la estabilización del valor del peso. Por un lado, los bonos del Estado argentino,
la deuda pública argentina, se ha revalorizado de manera muy notable durante las últimas jornadas,
es decir, que el mercado anticipa una mayor probabilidad de que esos bonos se van a terminar
pagando. En este gráfico, por ejemplo, estamos mostrando la cotización del bono argentino en
dólares a 30 años, y como podemos observar, se halla en su precio más elevado desde el año 2021.
Pero es que además, y como también podéis observar en este otro gráfico, el tipo de
cambio del dólar paralelo, medido en este caso a través del dólar blu, se ha venido depreciando,
es decir, el peso se ha venido apreciando frente al dólar durante las últimas jornadas. Podéis
observar que el peso se depreció frente al dólar, es decir, que el dólar se apreció frente al peso
durante las tres primeras semanas de enero, y esto fue como consecuencia de que le tumbaron a Javier
Millet la ley de bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos, lo cual generó cierta
desconfianza en los mercados sobre la capacidad de Millet para gobernar y para reformar a Argentina.
Pero ahora que se ha constatado que, a pesar del bloqueo del legislativo, Javier Millet está siendo
capaz de cuadrar las cuentas del Estado argentino, pues entonces el peso vuelve a apreciarse
notablemente frente al dólar. Este es, por tanto, el camino, el único camino, de hecho,
el superávit financiero, o al menos el equilibrio presupuestario, es decir, que Argentina no gaste
más de lo que ingresa. Si Javier Millet es capaz de cuidar, de conservar este equilibrio presupuestario,
no digamos ya el superávit financiero, a medio plazo, entonces Argentina, por extraño,
por imposible que pueda parecernos hoy, gozará de estabilidad de precios. Entonces Argentina
volverá a ser percibido como un estado solvente dentro de la comunidad internacional y, por tanto,
el capital global volverá a estar deseoso, o al menos volverá a estar dispuesto, a entrar
en Argentina sin miedo a que lo expropien, ya sea con nacionalizaciones o con el impuesto
inflacionario. Pero para que todo esto sea así, el superávit, como decía, no se ha de lograr solo
durante el mes de enero. Y el reto de Millet justamente estará en preservar, en proteger,
en defender lo que ya ha logrado en su primer mes completo de gobierno. La inflación ha licuado
muchas transferencias, como las pensiones, como los sueldos públicos, y estos colectivos van a
empezar a ejercer presión para aumentar esos ingresos en términos nominales, para recuperar
poder adquisitivo. A su vez, la recesión de la economía argentina derivada no solo del necesario
ajuste presupuestario, sino también de que la oposición ha bloqueado la ley de bases y
puntos de partida para la libertad de los argentinos, y por tanto, ha bloqueado la
perspectiva de que Argentina crezca atrayendo inversiones a sectores desregulados, esta recesión,
previsiblemente, también impactará negativamente en los ingresos. Por tanto, si los ingresos se
erosionan en el futuro y los gastos aumentan, este superávit presupuestario podría quedarse en una
flor de enero. Y si eso es así, todas las dinámicas virtuosas que hemos visto que ya
se están desatando volverán a convertirse en dinámicas viciosas, las mismas dinámicas
viciosas en las que ha estado atrapada Argentina durante las últimas décadas. Por tanto,
esperemos que sí, que como dice Javier Milei, el déficit cero no se negocia.