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Bueno mi conferencia de esta primera conferencia de la mañana llevó un título bastante polémico
porque imagino que no dejará indiferente a nadie, que es la derecha liberal frente
a la izquierda fascista y socialista, entonces derecha y izquierda son dos términos absolutamente
viciados, absolutamente vaciados de contenido, si pensamos que es izquierda y que es derecha
pues nos podemos encontrar con contradicciones internas de todo tipo, por ejemplo los que
se llaman de izquierdas defienden algunos el jacobinismo, jacobinismo es un movimiento
típicamente izquierdista, Francia por ejemplo y a la vez también defienden algunos de ellos
movimientos excesionistas cuando es obviamente algo en contra de esa unidad central de la
nación porque la destruye, algunos defienden la inmigración libre pero a la vez también
el proteccionismo para blindarnos de las amenazas exteriores, defienden eliminar las jerarquías
sociales pero a su vez defienden construir jerarquías políticas, esto no tiene porque
ser contradictorio como luego veremos, puede ser bastante coherente pero en todo caso
parece algo raro, es decir si estás en contra de la jerarquía porque sí unas jerarquías
y no otras, a su vez defienden la igualdad pero son partidarios de la discriminación
positiva, lo cual es un atentado claramente contra la igualdad, luego muchos se llaman
anticlericales pero defienden la censura por tolerancia religiosa, pensemos en las censuras
contra las caricaturas al islam que eran promovidas o defendidas en muchos casos por la izquierda
o luego se llaman antivelicistas pero defienden en muchos casos el servicio militar obligatorio
que también es una servidumbre al estado, la derecha también, de hecho la derecha no
es tal como se la entiende tal significado digamos sociológico o coloquial de derecha
no es mucho menos incoherente que el izquierdo, por un lado en los que se llaman de derechas
muchos de ellos son individualistas pero a su vez también defienden el patriotismo que
es una exaltación del grupo, luego lo matizaremos su significado, a su vez defienden el estado
nacional pero luchan contra los nacionalismos cuando el nacionalismo es un movimiento precisamente
para reivindicar el estado nacional de lo que cada cual entiende como nación, luego
muchos de ellos defienden el estado clerical pero otros que se llaman de derechas defienden
la separación entre la iglesia y el estado, el semos pues movimientos ultraconservadores
y liberales, los dos son de derechas pero unos tienen unos principios y otros tienen otros
a su vez muchos de ellos defienden el antisindicalismo, es decir están en contra de los sindicatos
pero luego rápidamente recurren al famoso diálogo social, elevando a los sindicatos
a una gente fundamental dentro de la estructura de la sociedad y luego muchos defienden reducir
el gasto público pero a su vez son favorables a incrementar el gasto militar por lo cual
también nos encontramos con otra incoherencia, por tanto desde luego hay mucha confusión
dentro del término izquierda derecha, cabe casi todo dentro del término izquierda derecha
y pues un objetivo razonable podemos decir o lo descartamos porque no sirve para nada
es decir como se incluye de todo dentro de izquierda y derecha pues es una clasificación
un ordenamiento de ideología política que no nos sirve, que hay que desechar, que hay
que rechazar y que hay que denunciar en cuanto aparezca, a eso la izquierda se opone mucho,
la izquierda dice que eso de que ya no hay ideologías y de que no existe izquierda y
derecha es justamente una maniobra de la derecha para, de la derecha complejada para no reconocer
cuáles son sus verdaderas ideas, por lo cual otra posibilidad es tratar de redefinir
y de buscar algo de coherencia dentro del término izquierda y dentro del término derecha,
entonces hay varias posibilidades, una posibilidad sería adoptar el uso coloquial que viene teniendo
desde la revolución francesa, que viene a ser pues la izquierda defiende a las clases
populares o desfavorecidas y la derecha defiende los intereses de las oligarquías políticas,
problema es que esta definición coloquial que puede ser válida no digo que no, pero
en todo caso tenemos que saber que estamos hablando en cada momento cuando utilizamos
los términos, a su vez también está llena de incoherencias, porque el comunismo por
ejemplo se entiende como una ideología de izquierdas cuando es claramente una defensa
de las oligarquías de la nomenclatura que se instauran a través del comunismo, por
tanto ese propio uso coloquial no es coherente con los significados que utiliza y al mismo
tiempo incluye al liberalismo en la derecha cuando el liberalismo justamente es cargarse
de todas las oligarquías coactivas que reprimen al individuo y que le impiden desarrollarse.
Por tanto no es una clasificación que me guste, no digo que haya que desecharla, pero
desde luego si no se la desecha pues tendrá unas fallas muy grandes como términos.
Luego hay otras propuestas un tanto más serias, por ejemplo la del psicólogo Jonathan Hyde
que lo que plantea es definir izquierda y derecha en función de los principios morales
que sociológicamente cada individuo que se ascribe a la izquierda o a la derecha defiende.
Entonces Hyde cree que hay seis grandes principios, dos de ellos son propios de la izquierda,
dice que los seis grandes principios o normas morales básicas o intuiciones morales básicas
serían la ayuda al prójimo, la igualdad, la libertad, la lealtad hacia el grupo, el
respeto hacia la autoridad y la pureza que vendría a ser el respeto a la santidad, a
las acciones limpias, a la moralidad, etcétera.
Entonces Hyde dice, la izquierda valora sobre todo la ayuda al prójimo y la igualdad y
la derecha sociológicamente concede más importancia a la lealtad, a la autoridad y
a la pureza.
La libertad queda un poco sin una clara inscripción a ninguno de estos grupos.
El problema de esta clasificación de Hyde, que de nuevo igualmente puede ser muy válida,
puede ser muy interesante, no es la que voy a utilizar, es que el propio Hyde luego tiene
que revisarlo y admitir que no existen en realidad sólo izquierda y derecha, que no,
si tú lo que haces es revisar sociológicamente a través de encuestas, etcétera, cuáles
son los principios de los grupos que al menos has de diferenciar en cuatro grupos, no te
puedes quedar en dos, dice Hyde.
¿Por qué?
Porque la izquierda religiosa se parece mucho más a la derecha que a la izquierda y luego
el liberalismo, o el libertarianismo en terminología estadounidense, no se parece nada a lo que
él define como derecha, que es básicamente conservadurismo, tampoco se parece a la izquierda,
por tanto es algo más intermedio, donde se valora sobre todo la libertad, pero tampoco
hay un respeto muy importante hacia la autoridad, hacia la pureza, etcétera, por tanto, Hyde
rechaza que haya dos grupos y ya tiene que ampliar a cuatro, y mi idea es a ver si podemos
definir bien izquierda y derecha, sólo como izquierda y derecha.
Luego otra clasificación también muy interesante, la del economista Arnold Kling, él ya parte
de la base de que es imposible meter dentro de izquierda o derecha a todas las ideologías
y lo que dice es que hay como tres grandes principios o tres grandes vectores que impregnan
todas las ideologías, dice la izquierda es el vector que critica o que se opone a las
jerarquías, es una ideología que promueve la eliminación de las jerarquías, de las
relaciones de dominación, porque la izquierda equipara jerarquía a dominación cuando alguien
está por encima de otro lo está dominando, la derecha vendría a ser el vector que se
preocupa por la tradición y la civilización, es decir, las personas derechas su mayor obsesión
es que las sociedades no caigan en la descibilización, que no caigan en el barbarismo, que se sigan
respetando las normas, las tradiciones, etcétera.
Y por último tenemos a los liberales o al liberalismo cuya preocupación es la coacción,
el liberalismo lo que valora es minimizar la coacción, por tanto toda ideología habrá
que valorarla según Kling en torno a estos tres ejes, pues más o menos autoridad, más
o menos civilización, más o menos coacción, de nuevo es una clasificación muy válida,
pero el problema es que es triple y a mí lo que intentamos es pues ya que el uso coloquial
simplemente discrimina entre dos, izquierda y derecha, a ver si podemos solo a la izquierda
y a la derecha darle su significado, luego ya sabéis que también hay muchas otras, el
fuente es de Anola, etcétera, etcétera, que les da otras.
Mi propuesta, que no es mi propuesta, es la del filósofo, politólogo, bueno, todólogo
en realidad, porque era una persona con una cabeza y un saber verdaderamente enciclopédico,
es la de la austríaco Erifon Koine-Ledin, este señor es autor de diversos libros, probablemente
el más importante es Leftism Revisited o Libertad y Igualdad, entonces, con el Ledin
lo que viene a decir es que la izquierda es la ideología preocupada por la igualdad
y la derecha es la ideología preocupada por la desigualdad o la diversidad y ese es el
eje que traza Ledin, Koine-Ledin, entonces, si clasificamos izquierda y derecha de este
modo, olvidamos de la definición sociológica de derecha, no estamos diciendo que los conservadores
estén en contra de la igualdad, porque muchos conservadores, como ahora vamos a ver, están
a favor de la igualdad, pero en ese caso habrá que incluir el conservadurismo dentro de la
izquierda, bien, si definimos izquierda y derecha, de esta manera, que es una manera arbitraria
de definirlo como casi todas las definiciones, pero que puede tener su lógica y su utilidad,
la izquierda es favorable a la igualdad, como el resultado natural de las cosas no lleva
a la absoluta igualdad, sino más bien a la diversidad, a la desigualdad, tendrá que
ser favorable a la coacción, porque hay que revertir el rumbo natural de las cosas, el
ejemplo más claro, dice Ledin, es el hecho de Procusto, Procusto era un sádico que,
bueno, tenía un hostal, y a la gente que, en la mitología grea, por supuesto, a la
gente que se acostaba en sus camas, si los miembros les sobresalían de la cama, se
los cortaba, y si no llegaban al final de la cama, se los alargaba, obviamente, destrozándoles
las extremidades. Entonces, con el Ledin equipar a la izquierda
con el hecho de Procusto, es decir, la obsesión por la igualdad que llega hasta la identidad,
es decir, todos debemos ser absolutamente iguales porque lo importante es la igualdad,
de hecho, habréis escuchado muchas veces a la izquierda decir, incluso a gente que
se dice de izquierdas sociológicamente, que no hay libertad fuera de la igualdad, que
sólo puede haber libertad dentro de la igualdad, y por tanto que el valor principal es la
igualdad al que queda subordinado todo. Entonces, dentro de la izquierda nos podemos
encontrar, según esta definición, con distintos tipos de izquierda, la izquierda que busque,
la igualdad económica o de clase, será el socialismo, la izquierda que busque, la igualdad
étnica, racial, nacional, será el fascismo, sin que el fascismo esté a encontrar la igualdad
económica, luego lo veremos, que el final es hijo de la izquierda.
Y luego también tendremos la igualación moral, todo el mundo tiene que tener los mismos
valores morales, que sería la de generación del conservadurismo, el profesor Basto lo
hablará de los conservadores, yo creo que los conservadores pueden ser compatibles con
los liberales, pero desde luego los conservadores que quieren imponer su moral a toda la sociedad
para que todos tengan la misma moral, no, y una manera de distinguirlos sería llamarles
reaccionarios, que de nuevo, reaccionario es un término muy amplio, una persona reaccionaria
no es necesariamente una persona, si no la definimos de este modo, que haya que rechazar
contra el comunismo y que sea reaccionario, contra el fascismo y que sea reaccionario,
es decir, un reaccionario es una persona que reacciona ante algo que no le gusta, pero
también se suele entender reaccionario como conservador que se sobrepasa y que intenta
imponer a los demás su código moral, y es así como lo vamos a entender en lo sucesivo.
Y luego la derecha, como decía, está a favor de la desigualdad o de la diversidad, porque
la desigualdad suena muy mal, pero la diversidad suena muy bien, y al final no puede haber
diversidad sin que haya desigualdad, es decir, si hay absoluta igualdad no hay ningún tipo
de diversidad, ¿de acuerdo? Por tanto, la derecha en la definición que estoy dando
favorece la desigualdad y la diversidad, la pluralidad, y por eso el principio que le
importa o que va intensicamente asociado no es con el de la coacción, sino con el de
la libertad. ¿Por qué? Porque la libertad se puede desarrollar la diversidad fuera de
la libertad, a menos que sea una desigualdad, una diversidad planificada desde arriba. Entonces
la derecha respeta la tolera. La yardona hace tiempo que definió el liberalismo como la
ideología de la tolerancia, se le criticó mucho, lógicamente porque quería vaciar
completamente el significado del liberalismo, pero también es cierto que el liberalismo
va asociado a la tolerancia hacia el prójimo, hacia su estilo de vida, hacia la diversidad
que surge de la libertad individual. Por tanto, el liberalismo a su vez parte de la presunción
del principio de no agresión. Lo que haga el prójimo, en principio, es válido siempre
que no atente contra mí. Por tanto, aunque no me guste lo que haga el prójimo, mientras
no reprima mi estilo de vida, mientras no me impida desarrollarme y autorrealizarme lo
que hagas legítimo. Y, por tanto, si bien en la izquierda teníamos diversas ramas,
la izquierda fascista, la izquierda socialista, la izquierda reaccionaria, dentro de la derecha
el modelo vendría a ser la sociedad abierta, es decir, muchos individuos distintos desarrollándose
a su manera sin reprimir a los demás, es decir, el liberalismo. Por tanto, el liberalismo,
según estas definiciones, estaría incluido dentro de la izquierda.
Una reflexión, por cierto, para concluir, que es una reflexión bastante brillante
de Cornel Ledin, brillante por sus encillez y por sus implicaciones. Muchas veces habréis
escuchado aquello de que el comunismo es de izquierdas, el fascismo es de derechas,
y cuando se dice, bueno, pero es que se parecen mucho cuando se ejecutan, siempre se contesta
es que los extremos se tocan. No, los extremos jamás se tocan, por eso son extremos. El
extremo calor no se toca con el extremo frío, el extremo poder no se toca con la extrema
debilidad, la extrema riqueza no se toca con la extrema pobreza. Por tanto, no es verdad
que los extremos se toquen. Si se ha utilizado esta falacia, es precisamente porque se quiere
mantener la división incoherente de izquierda y derecha, como izquierda comunista y izquierda
fascista, y como es evidente que son muy parecidas, como es evidente que se tocan en muchos puntos
para no decir que o bien son las dos de derechas, o bien son las dos de izquierdas que los extremos
se tocan. Los extremos no se tocan y precisamente los liberales estamos en el extremo opuesto
al comunismo y al fascismo.
Vale, entonces lo que voy a hacer sucesivamente, a partir de aquí, es analizar distintas
facetas de lo que vendría a ser una ideología política en función de los principios derechistas,
tal como los he definido, o de los principios izquierdistas. Lo primero que voy a examinar
es cuál es la forma de gobierno ideal. En toda forma de gobierno ideal hay dos cuestiones
fundamentales a resolver. Quienes determinan las estructuras de poder y cuáles son los
límites de esas estructuras de poder. Para la derecha liberal, de nuevo, lo esencial
es la segunda pregunta, es decir, cuáles son los límites de las estructuras de poder.
Incluso diría que subordina la primera pregunta a la segunda. La forma de gobierno ideal y,
por tanto, la forma ideal de determinar cuáles son las estructuras de poder depende de que
se consiga que ese poder se limite. Es decir, la forma de gobierno ideal es la que limita
más el poder político.
Con lo cual, aquí hay un debate, ya lo sabéis, entre liberales, algunos son partidarios de
la monarquía, otros son partidarios de la República, pero habría que entenderlo tanto
a monarquía como a República en el sentido aristotélico, es decir, como regímenes políticos
que buscan el bien común. El término bien común es un término muy esquivo, de hecho,
mañana voy a hablar de la economía del bien común y voy a criticar la economía del
bien común de Christian Felber, pero sí que podemos entender el bien común como aquel
orden, lo que Jaya llamaba la nomocracia, donde todo el mundo puede realizar sus fines
sin coaccionar los fines agenos. Precisamente el bien común, el objetivo común, es que
todo el mundo pueda autodesarrollarse, porque cuando una mayoría, ahora lo comentaré,
lo que hace es imponerse sobre la minoría lo que tenemos no es el bien común, es el
bien mayoritario.
Entonces, si la monarquía o la República, ya sea un rey que lo que busca es simplemente
gestionar los bienes comunes o un gobierno elegido por los ciudadanos que pretenden
preservar esas estructuras de limitación del poder político, y eso es posible tanto
en la monarquía como en la República, entonces el liberal aplaudirá tanto esa monarquía
como esa República. Eso no significa, luego comentaré un poco más, que monarquía y
República, solo con adoptar monarquía y República el poder ya se autolimite, no es así, ni
mucho menos, pero en ciertos contextos la monarquía puede ser lo más adecuado para
limitar el poder político y en otros puede ser lo la República.
Ejemplos, pues Liechtenstein, Monaco son regímenes donde la monarquía ha funcionado a la hora
de limitar el poder político, incluso podríamos pensar ya de manera mucho más matizada en
la monarquía inglesa, que también ha contribuido a esa limitación del poder al menos históricamente.
Y luego en la República, pues tenemos repúblicas perfectamente funcionales, como Suiza, donde
el régimen republicano ha limitado también mucho la expansión del poder político o,
de manera ya paradigmática, Estados Unidos en el siglo XIX, donde prácticamente Ryan
Kaplan, de quien luego comentaré algo, dice que el ideal anorcapitalista se dio en Estados
Unidos en el siglo XIX, por tanto, y ahí teníamos una República, pero que prácticamente no
tenía poderes ejecutivos, simplemente su cometido era vigilar que esa preservación
de los fundamentos de una economía y de una sociedad libre, pues no involucione.
Por otro lado, la izquierda, la forma de gobierno ideal, le da una importancia según
cada cual a ambas preguntas, es decir, tanto a quien determina la estructura de poder como
a cuáles son los límites del poder, porque de entrada la izquierda busca una estructura
igualitaria en la determinación del poder, un hombre o un voto, por tanto todos los votos
han de valer exactamente igual, lo mismo. Y luego, el alcance del poder para la izquierda
ha de ser ilimitado siempre y cuando esté subordinado a la búsqueda de la igualdad,
por tanto, la forma de gobierno ideal para la izquierda sería una forma que, pues, permitiera
un acceso, una determinación igualitaria del poder y que ese poder luego pudiese reformar
y rehacer la sociedad a su gusto para encajarlo en el ideal igualitarista.
Lo que pasa es que, pues, aquí ha habido de todo, porque algunas izquierdas le han
dado más importancia a unos principios, a, por ejemplo, determinar coactivamente una
sociedad igualitaria y otras izquierdas a que esa elección de las estructuras de poder
sea igualitaria. Entonces, nos hemos encontrado tanto en el socialismo como en el fascismo
como entre los reaccionarios, pues, movimientos que han apoyado tiranías. La tiranía para
listóteles es la forma degenerada de la monarquía, ¿bien? ¿Por qué? Porque es un régimen donde
la única persona que detenta el poder busca su fin personal y no el bien común, que sería,
como he comentado, que cada cual pueda desarrollar sus fines particulares sin agredir al próximo.
Entonces, hemos tenido regímenes izquierdistas tiránicos, pues, el comunismo, el nazismo,
si incluimos el fascismo o el fascismo propio, dentro de la izquierda. Y también cualquier
dictadura reaccionaria o ultraconservadora, pensemos en dictaduras islámicas, también
se incluiría dentro de esta accepción. Y luego hemos tenido, también, izquierdas
que han alcanzado y se han mantenido en el poder a través de la democracia. El chavismo,
por ejemplo, sería un ejemplo muy claro, pero incluso el nazismo participó en diversas
elecciones democráticas, incluso ganó las elecciones del 33, y luego muchas dictaduras
islámicas también han empezado a través de las urnas con los ciudadanos votando a
los islamistas, que serían por los que podríamos equipar con el reaccionarismo. Por tanto, la
izquierda, tanto la fascista como la socialista como la reaccionaria, pues utiliza, según
la coyuntura histórica y a conveniencia, ya sea la democracia. Ya vemosle popular
para distinguirla de la República, donde también la estructura de determinación de poderes
democrática, pero buscando el bien común y la democracia popular, que es lo que podríamos
llamar dictadura de la mayoría. De acuerdo? De hecho, hoy en día, lo ha comentado antes
Carlos, hay un culto hacia la democracia, y a la democracia se le pueden hacer muchas
críticas, sobre todo a la democracia popular, a la democracia degenerada, a la democracia
entendida como dictadura de la mayoría. ¿Problemas que tiene la democracia? Bueno, pues el famoso
problema del votante racional. Si tenemos que perseguir democráticamente, pues, escoger
cómo se provee la sanidad. Los incentivos que tiene cada persona a informarse bien de
cuál es el mejor sistema sanitario, son muy pocos. ¿Por qué? Porque en órdenes o
en cuerpos electorales muy amplios, el voto de una persona no cuenta nada, o no cuenta
prácticamente nada. La influencia marginal del votante es prácticamente nula, pero
en cambio, el coste de informarse todos los días, el beneficio es nulo, el beneficio
marginal es nulo, y el coste de estar leyendo, informándose, formándose para tener un voto
fundado, el coste es muy alto. Por tanto, la decisión racional cuál es, pues justamente,
no informarse y votar desinformado. Con lo cual, qué estructuras o qué decisiones racionales
pueden emerger de votantes que racionalmente deciden no informarse, pues, obviamente, decisiones
no muy formales. Pero luego, hay un problema incluso mayor, y esto es un problema que para
Yancaplan hayamos el problema del votante irracional. Y es que, aunque nos quiseamos
formar, y aunque creyéramos que estamos formados, porque podemos decir, bueno, yo soy un ciudadano
comprometido y aunque mi influencia sea marginal, quiero que, al menos mi voto esté bien fundamentado.
Aunque eso sea así, es imposible que cada persona lo controlemos y lo dominemos y lo
manejemos y lo conozcamos todo de todo. Es imposible. Y como es imposible, tendemos a votar
según lo que, al final, nos hayamos formado mucho poco, creemos que es mejor para los
demás. Es decir, creemos que somos racionales, creemos que estamos votando en función del
bien común. Pero la realidad es que, como no sabemos, no podemos determinar, no podemos
conocer cuál es ese bien común, al final votamos según sesgos, según ideologías,
según modas, y el problema es que el ser humano tiene sesgos bastante antiliberales.
Por ejemplo, creemos que es mejor que se proteja a la industria nacional frente a la industria
extranjera, cuando la ciencia económica, si uno se preocupara por formarse económicamente,
archi demostrado que el libre comercio es beneficioso para todas las partes. Por tanto,
si votamos según nuestra concepción, digamos, natural del bien común, tendremos muy probablemente
equivocarnos a tomar malas decisiones que van a perjudicar al bien común e incluso a nuestro
bien particular. Porque vota creyendo que va a mejorar las cosas y, al final, las termina
empeorando porque quiere votar sobre cosas que deberían quedar fuera de sus competencias,
lo que decía antes Walter, de que los órdenes sociales no se pueden planificar, tampoco
se pueden planificar democráticamente. Pero es que además la democracia tiene otro
problema, incluso de convivencia, y ya digo democracia como democracia vocular, y es
que la democracia tiende a crear facciones dentro de la sociedad, vencedores y vencidos,
partidos políticos, como si fueran hinchas de un equipo de fútbol. Entonces, al final,
el resultado de las elecciones se entiende como la victoria de las ideas y de las propuestas
de la mayoría sobre las propuestas y las ideas de la minoría, entendiendo que la mayoría,
por ser mayoría, tiene derecho a imponerse sobre la minoría. Y eso, ese derecho a imponerse
sobre la minoría, obviamente, degenera en derecho a laminar a la minoría. ¿Por qué?
Porque soy vencedor, porque soy más, porque dentro de esta sociedad, o te callas o te
vas, que es lo que muchas veces nos critican los liberales cuando decimos, nos están reprimiendo
la libertad. Bueno, es que en esta sociedad se ha elegido que se reprima la libertad,
por tanto, si no te gusta, te vas. Pero esto incluso, los regímenes democráticos actuales
ven que es un problema. Y es un problema porque puede degenerar en eso, en que la mayoría
directamente lamine a la minoría. Y ahí, obviamente, la tiranía se parece mucho a la
democracia. Cuando ya tenemos un régimen democrático que lo que hace es destruir a los que no están
en la coalición mayoritaria, pues obviamente igual da que sea una democracia y que sea
una tiranía que esté eliminando a la disidencia. Y precisamente por eso, incluso las democracias
funcionales, lo que han instaurado son reglas que podríamos llamar antidemocráticas. ¿Por
qué? Porque se buscan para ciertos asuntos mayorías cualificadas. Se dice, la mayoría
no vale. Tiene que ser una mayoría de tres cuartos o de cuatro quintos o de dos tercios.
¿Por qué? Porque la mayoría del 51% no vale, no es suficiente. Lo que queremos es que se
buscan con senso, porque está es otra posibilidad. Es decir, ¿por qué la democracia tiene que
ser que el 51% se imponga sobre el 49% y no forzar de alguna manera que el 51 negocie
con el 49% en una solución de arbitrio? Obviamente hoy el consenso está muy degenerado, porque
es consenso entre oligarquías políticas para mantener los intereses de cada oligarquía.
Pero desde luego no es intrínsecamente mejor el que el 51% se imponga al 49% a que se
force una negociación entre el 51 y el 49, o entre el 60 y el 40, el 70 o el 30, etcétera.
Por tanto, la democracia dista de ser un régimen ideal, sobre todo la democracia popular
y la democracia degenerada. Otra cosa es el ideal republicano, del que ahora comentaré,
que es básicamente el ideal derechista, el ideal de la derecha liberal. La derecha liberal
lo que busca es limitar el poder. Y para limitar el poder, históricamente, la derecha ha concebido
dos herramientas. Una ha sido el movimiento constitucionalista, decirle al Estado qué
puedes hacer y qué no puedes hacer, buscar restricciones, y la otra han sido los pesos
y los contrapesos, los checks and balances. El constitucionalismo, el movimiento constitucionalista,
yo lo denominaría Movimiento Liberal Ingenuo. Vendría a ser…
El costo del finalismo, y de esto Carlos Rodríguez Brown ha hablado muchas veces, es un movimiento
liberal ingenuo, porque… Bueno, ya en su idea ya sé, por supuesto, muchísimas más,
que al final de cabo el Estado va sobre eso, verse sobre eso, su libro del Estado. ¿Cómo
le podemos decir al Estado que autolimite su poder cuando el Estado es el monopolio
de ese poder? Es imposible, pero los liberales ingenualmente pensaron, bueno, con que le
escribamos una Constitución y se respete a la Constitución, al Estado no le queda
otro remedio que autolimitarse. Esto, Anthony, ya sé y Carlos lo ha contado muchas veces,
es como pensar que la media, si a una donce ya le colocabas el cinturón de castidad y
la llave al lado, el cinturón de castidad hubiese sido muy operativo, pues obviamente
no. Entonces, el constitucionalismo, al final, se asaltó por los aires. Lo tenemos también
y Carlos lo ha contado muchas veces, pues la Constitución americana prohibía la imposición
sobre la renta que se hizo para aprobar el IRPF en 1913, una enmienda, la decimos extra,
ya está. Por tanto, eso no contribuye al constitucionalismo, no contribuye al limitar
el poder político. Si contribuye más al limitar el poder político, los pesos y los contrapesos,
que sin ser la panacea y la solución definitiva, porque nada lo es, desde luego los pesos y
los contrapesos se han sido lo que ha diferenciado a las sociedades funcionales que han conseguido
preservar esperas amplias de libertad de las que no. Y pesos y contrapesos lo son de todas
las clases, las familias, las iglesias, las empresas, las asociaciones privadas, las ciudades,
los gobiernos regionales que surjan de asociaciones de ciudades, las comunidades de vecinos, los
clubes, etc. son contrapesos al poder, porque son formas de poder que surgen voluntariamente
de la sociedad y que rompen la lealtad única hacia el poder del Estado.
Y precisamente por eso el Estado ha intentado siempre laminar y destruir todos esos centros
alternativos de poder político. Por eso el Estado ha buscado disolver a la familia,
a las iglesias, a todo tipo de asociaciones y ha querido someter toda la lealtad del individuo
al Estado, que no existan otras lealtades. De hecho en el comunismo ya lo sabéis, el
muy famoso, pues que una de las mayones muestras de la lealtad con el régimen era la delación
a tus padres. ¿Por qué? Porque eso lo que mostraba era que estabas más comprometido con
el partido que con tu familia, porque estar comprometido con la familia es un problema.
Para el Estado, para el Estado que quiere imponer su voluntad y su igualdad, porque los cuerpos
que surgen en la sociedad como surgen voluntariamente no son cuerpos igualitarios.
Entonces, de nuevo, el liberalismo está a favor de las jerarquías siempre que sean
jerarquías voluntarias. La izquierda intenta destruir toda jerarquía porque toda jerarquía
es una amenaza contra el poder absoluto del Estado.
Con lo cual, de nuevo, monarquía o república? Pues bueno, como ya he dicho, ha habido monarquías
muy funcionales, Monaco, Liechtenstein, la monarquía absbúrgica, sobre todo en el siglo
XIX, el Imperio Austro-Húngaro. Ahí convivían... bueno, luego lo veremos lenguas... bueno,
voy rápido porque ya no estoy estediéndo. Bueno, en todo caso, convivían culturas muy
distintas y repúblicas que se hemos tenido, repúblicas también muy funcionales.
En todo caso, hay que tener claro que la derecha tiene una visión como ha comentado antes
Walter, tráfica del ser humano, no utópica. Por tanto, no considera que solo implantando
una monarquía o una república el problema del poder político está resuelto, no está
resuelto. Lo que pasa es que en liberalismo, la derecha liberal subordina el apoyo a cualquier
sistema político a que ese sistema político siga salvaguardando la libertad, sea monarquía
o sea república. Luego tenemos también la Organización Territorial. La Organización
Territorial, pues el ideal de la derecha, y en esto quizá en España sea un poco raro
de decir, pero es verdad, el ideal de la derecha son unidades administrativas pequeñas y
en competencia. El ideal de la derecha no es la unidad nacional. El ideal de la derecha
es ciudades libres, cantones, fueros. ¿Por qué? Por varios motivos. Primero porque tanto
en las ciudades libres como los cantones, como los fueros, lo que promueven es la diversidad
de cada cantón, de cada ciudad. El fuero de hecho es un pacto privativo de ese fuero,
que es distinto a otro fuero. Por tanto no tenemos una igualdad normativa, no tenemos
una identidad normativa. ¿Y eso qué fomenta? Pues fomenta el patriotismo sanamente entendido,
es decir, yo soy parte de una comunidad mucho más amplia y mucho más diversa y la convivencia.
¿Por qué? Porque dentro de un mismo, por ejemplo, orden político extenso, puede haber
cantones muy distintos, pensate en Suiza, distintas lenguas, etcétera, o pensate en
el Imperio Austro-Húngaro, distintas lenguas, distintas religiones, distintas culturas,
distintas etnias, fomentas que haya diálogo, haya convivencia y haya relaciones entre esas
etnias, o culturas, religiones, etcétera. Luego además, dentro del ideal derechista
está la libertad de movimientos hacia afuera, es decir, que uno pueda salir de la unidad
administrativa pequeña, ¿para qué? Para votar con los pies, que es el voto más democrático
que existe, pero también hacia adentro, es decir, la libertad migratoria. ¿Por qué?
Porque la inmigración, en principio, la derecha la debe entender y esto también es muy opuesto
a la definición sociológica de derecha, entiende la inmigración como una oportunidad de diversidad,
devolver más rica la comunidad, incluyendo otras culturas, religiones, etcétera. Eso
no significa que la derecha no admita que la inmigración puede ser problemática en ciertos
casos, sobre todo si las culturas que traen son culturas contráreas a libertad, pero en
todo caso, el principio es que, como tendencia, es positiva. Y luego, además, la competencia
y convivencia entre comunidades lo que favorece es la paz entre comunidades y el libre comercio,
entre comunidades. El ideal de la derecha es la globalización. En cambio, en la izquierda
lo que nos encontramos que la ideal es el Jacobinismo, es decir, cargarse todas las comunidades pequeñas
y diversas, unificarlas todas bajo una misma comunidad nacional, es decir, el nacionalismo
identitario. Sólo puede haber una cultura, una lengua, una religión, una etnia, de hecho,
la famosa frase de Primo de Rivera, España es una unidad de destino. Por tanto, todos
estamos juntos y todos somos iguales en lo mismo. Además, el nacionalismo entiende que
cada comunidad son grupos nacionales distintos, económicamente tiende a generar en el mercantilismo.
De hecho, Hesker, el mayor historiador del mercantilismo, definía el mercantilismo como
la teoría económica del nacionalismo. Entonces, el nacionalismo es mercantilista, es antilibre
comercio, concibe el libre comercio como un juego de suma cero, lo que gana mi comunidad
nacional lo pierde la otra y viceversa. Pero además, obviamente, el mercantilismo tiene
problemas muy serios, económicamente incluso de abastecimiento de recursos, con lo cual
la izquierda otiende a promover los estados grandes y gigantescos, como la Unión Europea,
la ONU. Fijaos que la Unión Europea se vende como una federación de estados y el estado
europeo más federativo de todos que Suiza no quiere entrar en la Unión Europea. Por
tanto, la Unión Europea, obviamente, es un modelo de estado izquierdista frente a la
Suiza, que es un modelo de estado derechista como he comentado. Y además, tiende hacia
el imperialismo. ¿Por qué? Porque si yo necesito recursos que no los tengo dentro de mi comunidad
nacional y están fuera, tengo que invadir esa comunidad nacional para garantizarme
la provisión de los recursos, lo que Hitler llamaba el espacio vital. O sea, que yo tenga
garantizada la provisión de ciertas materias primas. Por tanto, el ideal izquierdista
de generar hacia la guerra que, como sabéis, es la salud del estado.
Rápidamente, en religión y moral. La derecha suele acusar a los liberales, perdón, la
derecha conservadora, o sea, geológicamente, la izquierda reaccionaría suele acusar a
los conservadores, a los liberales de relativistas. Dicen que los liberales no tenemos moral.
Eso no es cierto. Lo que sucede es que, como antes ha comentado Walter, hay normas de
convivencia que son básicas, que son las normas de justicia, que los liberales sí las tienen
bastante claras, habrá controversias o no, pero sí defienden que son normas universales,
y en cambio, hay normas particulares del buen vivir, de cómo ser feliz, que eso dejan
a la esfera individual de cada cual, porque reconocen la diversidad de cada persona y,
por tanto, la diversidad de modos de alcanzar la felicidad con distintos códigos morales.
Y además, permiten que esos códigos morales compitan entre ellos para ver cuáles triunfan
y cuáles son más funcionales que otros evolutivamente.
Por tanto, la derecha ni es amoral ni es antireligiosa, pero tampoco es religiosa. Concibe la religión
como un fenómeno social respetable, pero ve que puede ser foco de conflictos. La religión,
si deriva o degenera enfanatismo religioso en evangelización forzosa, obviamente es
un foco de conflictos que lo aproximaría más a la izquierda. Si se entienda la religión
como un peso y contrapeso y como un fenómeno social voluntario, obviamente es algo potencialmente
beneficioso.
Y luego, la izquierda bascula entre prohibir la religión, por ser, como digo, una lealtad
que una persona tiene distinta hacia el Estado, o asimilarla con el Estado, es decir, que
sea la religión del Estado. Y ahí nos hemos encontrado los regímenes fascistas que han
tendido a absorber la religión, o los regímenes comunistas que han tendido a prohibirla.
Pero la cuestión es que la religión no sea un fenómeno social voluntario, sino que sea
un fenómeno del Estado o que no sea nada. Entonces, mientras que para la derecha la
virtud de la moral está en poder elegir rectamente lo que es mejor o no es mejor, para la izquierda
el ideal, la virtud está en adoctrinar en la igualdad, es decir, en subvertir los valores
morales de la población para que la población acepte la represión de su libertad en aras
de la igualdad. Y ahí está el caso de educación para la ciudadanía que todos conocen.
En economía, la derecha se basa en el principio de justicia tradicional de un piano del sum
qüiküe, que es el sum qüiküe, dar a cada uno lo suyo, a cada uno lo suyo, la propia
privada y los contratos. La izquierda en cambio se basa en el principio marxista que ha comentado
antes Carlos, de cada cual, según sus necesidades, a cada cual, perdón, de cada cual según
sus capacidades, a cada cual, según sus necesidades. Por tanto, la derecha favorece de nuevo la
libertad en materia de economía y el sistema económico ideal de la derecha será uno que
respete la propiedad privada de los contratos, es decir, el capitalismo. En el capitalismo
quién produce y cómo se produce se dirime a través de la competencia, a través del
sistema de precios, es decir, a traer de un sistema descentralizado de prueba y error
donde cada cual puede proponer su plan, aunque sea un plan incompatible con los del resto.
Por tanto, diversidad de planes y ver cuáles salen triunfantes. Y luego la izquierda promueve
la planificación central, es decir, que toda la sociedad esté sometida al mismo plan,
a idéntico plan, a un igualitario plan, que se consigue o bien socializando los medios
de producción y entregándose los al Estado, que sería el socialismo real, o bien en economías
de autosubsistencia, donde haya un consejo que, dentro de esa economía pequeña, planifique,
que serían las comunas, o sería algo que a la izquierda conservadora, o reaccionar,
gusta mucho que sea el distributismo. Son comunidades religiosas, etcétera, muy pequeñas,
donde prácticamente agrícolas, donde cada cual trabaja por la comunidad, etcétera.
Entonces, al capitalismo la izquierda le ha dirigido cuatro grandes críticas, que solo
voy a mencionar de pasada, una es que degenera en oligopolios, ahí el problema está en
no entender la función de la competencia y el concepto de competencia adecuadamente,
el concepto de competencia hallequiana, de que la competencia es un proceso de descubrimiento,
el ideal no es una competencia perfecta, que si os fijáis es un ideal izquierdista de competencia,
porque es pequeños productores que son todos exactamente iguales. No, la competencia es
la posibilidad de emitir un plan que el mercado te valide o no.
Esto también se le ha acusado de provocar crisis económicas, cuando las crisis económicas
surgen de los privilegios que el Estado conceda a la banca, generalmente para expandir el crédito,
las expansiones de crédito también son movimientos económicos típicamente izquierdistas, favorecer
el crédito a todo el mundo en condiciones de igualdad, con independencia de si tú puedes
pagar o no puedes pagar, y todos a tipos de interés bajos, además también el crédito
barato para que para financiar el estado, el crecimiento del estado.
Esto se acusa al capitalismo de que es incapaz de fabricar todos los bienes que la sociedad
necesita, claramente la justicia o la guerra, o la defensa, pero también la sanidad, la
educación, etc.
Y aquí hay que dejar claro que un principio típicamente derechista es el principio de
subsidiariedad, es decir, el estado solo debe actuar allí donde el mercado no alcance,
pero el principio de subsidiariedad no es un principio de totalidad, no es que el estado
debe actuar en todo, sino que solo allí donde alcance, entonces ese rol subordinado del
estado al mercado es anticierdista, ¿por qué?, porque le considera al estado una importancia
secundaria a la hora de tomar decisiones.
Dentro de la economía hay controversias, los hay que creemos que el mercado puede producir
todos los bienes, por tanto el principio de subsidiariedad sería que el estado no
actúe nunca, pero bueno, en todo caso, si fuera cierto que el mercado no puede proveer
ciertos bienes, el estado solo estaría legitimado para actuar allí.
Y luego además también se acusa al capitalismo de generar fuertes desigualdades, pero de
nuevo esto es una crítica típicamente hicierdista, porque ve la desigualdad como algo malo,
la derecha no, la derecha lo que ve mal es la pobreza, no la desigualdad, por tanto,
el capitalismo si es fuente de prosperidad universal será preferible aunque genere desigualdades,
y ya conocís el caso de Singapur, en Singapur, Singapur es una sociedad económicamente mucho
más desigualitaria que España, pero todos los grupos económicos son más ricos en España,
por tanto, económicamente es preferible a Singapur, a España, para una izquierda y
sana, porque es más desigualitaria.
Y terminamos con la última rúbrica que sería el estado de bienestar, para la izquierda
del estado de bienestar es claramente el ideal, porque es el ideal, porque es el subproducto
de los críticas que la izquierda lanza contra el capitalismo, es decir, se acusa al mercado
de no ser capaz de garantizar un acceso igualitario a todos los bienes y servicios que se consideran
fundamentales, por tanto, el mercado no puede proveer educación bien, y además, aunque
la pudiese proveer, será incapaz de garantizar que todos accedan a la educación en igualdad
de condiciones.
Fijaos que los principios del estado de bienestar son provisión igualitaria y control, a veces
se tiende a pensar que el estado de bienestar lo que pretende es garantizar el acceso a
ciertos servicios.
Pero no es cierto, si el estado de bienestar pretendiera garantizar el acceso, estaríamos
dentro del ideal derechista, el principio de subsidiariedad.
Primero, deje solo al mercado, a ver si el mercado puede garantizar que todo el mundo
acceda.
Segundo, si el mercado no puede, directamente a través del sistema de precios, déjelo a
la caridad voluntaria.
Y solo, en última instancia, si ni el mercado ni la caridad voluntaria puede, que entre
el estado como papel subsidiario, pero la izquierda no, la izquierda dice, de entrada tiene que
ser el estado, lo tiene que proveer el estado, porque todos tenemos que tener exactamente
el mismo acceso a esos servicios fundamentales, y además, esos servicios fundamentales los
ha de controlar el estado, para que, pues para, a su vez, edificar o construir o movimentar
el camino hacia la igualdad, porque la educación, la sanidad, el estado terapéutico del que
suele hablar del profesor Bastos, son instrumentos para la igualdad social, es decir, la educación
se entiende como una manera de conseguir la igualdad, no como un mecanismo para conseguir
conocimientos que sean útiles para los demás, sino como una herramienta revolucionaria
para lograr la igualdad.
En cambio, el ideal de estado de bienestar, digamos, de la derecha, sería la sociedad
de propietarios.
Es falso que el estado de bienestar garantice la igualdad de oportunidades, yo prefiero
hablar de libertad de oportunidades, porque igualdad de oportunidades nunca la vamos a
tener aún cuando todos estuviésemos exactamente a la misma educación, la oportunidad que detecta
a una persona no es igual a la que detecta a otra, pero yo prefiero hablar de libertad
de oportunidades, pero bueno, el estado de bienestar no garantiza la igualdad de oportunidades,
porque no la garantiza, porque actualmente solo aquellas personas que tengan una renta
elevadísima son capaces de acumular un cierto patrimonio.
¿Por qué?
Porque para financiar el estado de bienestar hay que rapiñar a impuestos a la sociedad,
por tanto es imposible que, salvo que una persona gane un dineral, pueda terminar con
un patrimonio, bueno, no es imposible, pero es muy muy complicado que una persona pueda
terminar con un patrimonio medianamente alto, con lo cual que estamos diciendo, que aquellas
personas que van a seguir siendo ricas son el percentil más elevado de la sociedad,
que son las únicas que pueden y tienen capacidad para acumular algo, el resto se le esconden
a recibir unos servicios de mala calidad, que además no les permiten acumular rentas,
porque en cuanto producen las rentas se van, se fagocitan para financiar ese estado de
bienestar.
Y en un ejemplo muy simple, en los últimos 100 años los mercados financiers mundiales
han dado una rentabilidad real del 5,5%.
Si una saga familiar hubiese estado ahorrando 600€ anuales, el equivalente al poder adquisitivo
600€ anuales presentes, cada año incrementando esa contribución un 2%, hoy estaríamos
hablando de que tuviese que ahorrar 4.500€, alguien puede decirme qué patrimonio debería
tener hoy esa saga familiar, 600€ al año de ahorro durante 100 años incrementándolo
un 2%, hoy ahorraría 4.500€, unos 600€ y rentabilizándolo al 5,5%.
Qué patrimonio queréis que deberíamos tener las familias, porque esa no es un ahorro
que hubiese sido en absoluto imposible si el estado no nos hubiese estado arrebatando
nuestro dinero.
¿Alguna cifra?
¿Alguna idea?
4 millones de euros, ahora comparad qué patrimonio tenéis como familia y la diferencia es lo
que os ha robado el estado para financiar el estado de bienestar y el estado de bienestar
lo han promovido regímenes socialistas, fascistas o racionarios, el estado paternalista
o el estado de bienestar, por lo tanto el ideal de la derecha del liberalismo no es
el estado de bienestar sino la sociedad de propietarios, por lo tanto, impuestos bajos
para que se pueda acumular.
Y terminamos con esto, aquí tenéis un resumen de las distintas respectivas de cada ideología
de la derecha liberal, de la izquierda socialista, de la izquierda fascista y de la izquierda
conservadora o reaccionaria mejor dicho.
Básicamente tenemos que clarificar los términos, podemos adoptar una clasificación o podemos
adoptar otra, pero desde luego no hay que caer en la trampa de pensar que, aunque ahora
el profesor Bascos rida otra cosa, pero que por el hecho de que históricamente nos hayan
agrupado con conservadores y fascistas a los liberales dentro del término de la derecha,
tenemos que tender puentes con ellos, con los conservadores se puede tender puentes
siempre y cuando respeten la libertad, pero desde luego no habrá que tender en absolutamente
ningún puente con aquellos conservadores que crean que haya que destruir la libertad,
ni siquiera estratégicamente.
Pero el liberalismo es compatible con el conservadurismo como lo es con ciertas formas de comunitarismo
y izquierdista.
Es decir, las comunas, si son voluntarias, pues también hay a cada cual, nozica hablaba
de que el liberalismo es una metautopía, es decir, una utopía donde todas las utopías
son realizables siempre y cuando nos agredan los demás.
Bueno, pues este sería el ideal derechista y por tanto si nos definimos como derecha,
que eso es otro debate, desde luego no habrá que incluir en la derecha ni a fascismos ni
a reaccionarismos, sino que son ideologías por su configuración, típicamente izquierdistas.
Muchas gracias.