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¿Por qué Vox se ha comprometido a regalarle gratuitamente sus votos al Partido Popular
a Alberto Núñez Fijo en una hipotética sesión de investidura a la presidencia del Gobierno?
¿Qué se esconde detrás de esta decisión?
Veámoslo.
La actualidad política de los últimos días ha estado sin duda marcada por el abandono
de la política activa por parte de Iván Espinosa de los Monteros.
Sin embargo, a comienzos de semana, Vox también tomó una decisión política muy relevante
que me temo no ha sido correctamente interpretada por todo el mundo.
Y me estoy refiriendo al anuncio de Vox de investir gratuitamente presidente del Gobierno
a Alberto Núñez Fijo, es decir, de cederle sus 33 diputados en la sesión de investidura
a cambio de nada.
No ya renunciando a entrar en el Gobierno, sino incluso renunciando a un acuerdo programático
de investidura.
Lo que dijo Vox es que ahora mismo la prioridad es evitar un Gobierno de Sánchez y para evitar
un Gobierno de Sánchez le van a entregar sus diputados en la sesión de investidura
sin contraprestaciones al Partido Popular de Alberto Núñez Fijo.
Como digo, creo que esta decisión no se ha interpretado correctamente por muchos.
Algunos dentro de Vox han considerado que el partido estaba traicionando sus principios,
se estaba convirtiendo en un subalterno del Partido Popular.
Y otros fuera de Vox han desdeñado esta determinación de la formación de Abascal, diciendo que
el único objetivo que podía tener era que el PNV votara también a favor de la investidura
de Alberto Núñez Fijo y sumando por tanto los votos de Vox, PNV, Unión del Pueblo Navarro
y Coalición Canaria, Alberto Núñez Fijo saliera investido presidente del Gobierno.
Dice que a las pocas horas de que Vox dijera que le va a rendir gratuitamente sus diputados
al Partido Popular en la sesión de investidura, el PNV se desmarcó diciendo que ellos en
ningún caso votarán a favor de Alberto Núñez Fijo, dado que se ha casado con Vox en demasiadas
administraciones y por tanto aún cuando Vox no entre en el Gobierno, aún cuando Vox no
le exija nada a Fijo a cambio de sus votos, ni siquiera así el PNV votará a favor de
Fijo.
Por tanto, si la estrategia de Vox consistía en ceder sus votos para que el PNV votara
a favor, esa estrategia ha sido una estrategia totalmente fallida.
Desde mi punto de vista, sin embargo, estos análisis son bastante superficiales.
Resulta bastante dudoso que Vox tuviese alguna expectativa de que, aún renunciando a entrar
en el Gobierno de España, el PNV fuera a votar a favor de la investidura de Alberto
Núñez Fijo.
Pero si este no era el objetivo de anunciar que Vox le cedería gratuitamente sus votos
en la investidura a Fijo, ¿por qué Vox hace esto?
¿Qué busca exactamente Vox con este anuncio?
Pues lo voy a resumir diciendo que Vox busca cohesionar, amarrar, mantener unido el bloque
de la derecha.
Aquí hay dos cifras fundamentales que no debemos perder de vista, 171 y 172.
171 son los apoyos que ahora mismo Sánchez tiene en el Congreso de los Diputados o previsiblemente,
sin demasiadas sorpresas, puede llegar a tener.
Y 172 son los apoyos que ahora mismo Fijo tiene en el Congreso de los Diputados o previsiblemente
puede llegar a tener sin demasiadas sorpresas.
Concretamente, el PSOE tiene 121 diputados, Sumar tiene 31 diputados, es decir, entre
los dos 152 diputados, Esquerra Republicana de Cataluña tiene 7 diputados, por tanto,
159 diputados, Bildu tiene 6 diputados, ya llegamos a 165, Bloque Nacionalista Gallego
un diputado, 166, y el PNV, 5 diputados, en total 171.
Por su parte, el Partido Popular tiene 137 diputados, más los 33 de Vox, 170 diputados,
a los que hay que añadir el diputado de Unión del Pueblo Navarro y el diputado de Coalición
Canaria, en total 172 diputados.
Es decir, que si estos bloques se mantienen, ahora mismo Sánchez tiene 171 votos y Fijo
tiene 172 votos.
Falta por decidir el sentido del voto de Junts per Catalunya, del partido de Carles Puigdemont,
que tiene 7 diputados y que de una manera o de otra será decisivo en la investidura.
En vídeos anteriores ya hemos explicado que el sí de Carles Puigdemont de Junts per Catalunya
a la investidura de Sánchez no es algo que vaya a ser sencillo de conseguir.
Es más, cabe pensar que una de las estrategias que puede seguir Carles Puigdemont es bloquear
la investidura de Pedro Sánchez en el Congreso votando que no.
Esa es una posibilidad cierta, no digo que sea necesariamente lo que vaya a suceder,
pero que no debería sorprender a nadie si eso es lo que termina sucediendo.
Por tanto, si Carles Puigdemont, si Junts per Catalunya no se pasa al bloque socialista
de la investidura, ahora mismo Sánchez no puede salir investido presidente del Gobierno.
Por eso esas cifras, 171 diputados y 172 diputados, son tan decisivas para el futuro político
de España a corto y medio plazo.
¿Y qué tiene que ver la decisión de Vox de regalarle sus diputados al Partido Popular
en la investidura para amarrar, para atar esos 172 votos a favor de Fijó o en contra
de la investidura de Pedro Sánchez?
Pues tiene que ver que durante las últimas semanas la cohesión de ese bloque de derechas
o de ese bloque antisanchista no era todo lo sólida que parecía.
Se especulaba que Unión del Pueblo Navarro pudiese abstenerse en la investidura de Pedro
Sánchez a cambio de conservar la alcaldía de Pamplona, o, sobre todo, que Coalición
Canaria aceptara pactar la investidura de Pedro Sánchez a cambio de contraprestaciones
para Canarias.
Y Coalición Canaria habría tenido una excusa, un pretexto muy sencillo, para pasarse al
bloque de la investidura de Pedro Sánchez.
Coalición Canaria ha asumido el compromiso público de no votar a favor de ningún presidente
del gobierno en cuyo ejecutivo esté Sumar o esté Vox.
Por tanto, si la alternativa de Fijó era necesariamente un gobierno de PP y Vox, Coalición
Canaria podría haber dicho, bueno, los dos bloques son igual de extremos, el bloque de
la izquierda y el bloque de la derecha, y por tanto, como el único que tiene posibilidades
de salir escogido y que además me ofrece desde el gobierno contraprestaciones para
Canarias es el bloque de la izquierda, de PSOE y de Sumar, pues al final le termino
dando el voto a Pedro Sánchez porque dárselo a Fijó igualmente supondría incumplir mi
palabra, incumplir mi palabra de apoyar un bloque conformado por PP y Vox o por PSOE y
Sumar.
Ahora bien, si Vox se cae de la ecuación, si Vox no entra en el gobierno, Coalición
Canaria ya tiene mucho más complicado desdecirse.
Ahora mismo la alternativa ya no es o PSOE y Sumar o PP y Vox, ahora mismo la alternativa
es o PSOE y Sumar o PP, y Coalición Canaria dijo que no votaría a favor de un presidente
que tuviese en su Ejecutivo a Sumar o a Vox, Vox no está, por tanto puede votar a favor
de Fijó, Sumar sí está, no puede votar a favor de Pedro Sánchez.
Y si ahora mismo el escenario base es que Coalición Canaria no se baje del carro, entonces
tampoco Unión del Pueblo Navarro se puede bajar del carro, porque eso sería interpretado
entre los votantes de Unión del Pueblo Navarro como una tradición absoluta a aquello que
han votado.
Ahora bien, si Coalición Canaria se hubiese bajado del carro, como el voto a favor de
Fijó de Unión del Pueblo Navarro no hubiese cambiado absolutamente nada, pues quizá ellos
también se hubiesen bajado del carro votando a favor de PSOE y Sumar a cambio de conservar
la alcaldía de Pamplona.
Pero atando el voto de Coalición Canaria también se ata el voto de Unión del Pueblo
Navarro y por tanto el bloque de la derecha queda cohesionado en 172 diputados frente
al bloque de la izquierda o de la investidura de Pedro Sánchez, 171 diputados de momento.
Y si finalmente Junts per Catalunya no da su voto afirmativo a Pedro Sánchez, no vale
la abstención.
Si no da su voto afirmativo a Pedro Sánchez, entonces el país se orienta inevitablemente
hacia unas nuevas elecciones generales donde la derecha tendría una segunda oportunidad
después del fiasco de las primeras generales.
Por supuesto, Pedro Sánchez también tendría una segunda oportunidad para obtener todavía
más votos y una investidura más sencilla.
Pero la derecha tendría una segunda oportunidad y por tanto tiene sentido que quieran forzar
unas nuevas generales.
Y en eso está Vox.
Vox le cede sus votos al Partido Popular para cohesionar el bloque de la derecha, para que
el bloque de la derecha sume sí o sí 172 votos a favor de Ceijo y en contra de Sánchez
y por tanto para que Sánchez, si no consigue los votos de Junts per Catalunya de Carles
Puigdemont, se vea abocado a la repetición electoral.
Y algunos probablemente me diréis, bueno, pero esta apuesta de Vox no tiene demasiado
recorrido porque, en última instancia, Junts per Catalunya terminará votando a favor de
la investidura de Pedro Sánchez.
Ahora están adoptando una postura muy dura, una postura totalmente inflexible, maximalista,
pero a última hora, cuando tengan que decidir si gobierna Sánchez o unas nuevas elecciones
en las que puede gobernar PP y Vox, terminarán decidiendo que gobierne Sánchez.
Desde mi punto de vista, el análisis no es ni mucho menos tan sencillo porque estamos
intentando extrapolar la lógica de la política española a la lógica de la política del
independentismo catalán que está divorciado emocional y sentimentalmente de la política
española.
Para ellos, la política española es la política de un país extranjero y, por tanto, no tienen
ninguna necesidad en contribuir a la gobernabilidad de ese país extranjero.
Pero bueno, aunque sea cierto que en última instancia Junts per Catalunya termine votando
a favor de Pedro Sánchez, lo que sí es bastante probable que suceda, veremos finalmente si
sucede o no, pero lo que diría sí es bastante probable y que suceda es que el próximo
17 de agosto, cuando se constituye la mesa del Congreso de los Diputados y se escoge
al presidente o presidenta del Congreso de los Diputados, Junts per Catalunya no se sume
al bloque de Pedro Sánchez.
Al fin y al cabo, si Junts per Catalunya ya le entrega ahora su voto favorable a Pedro
Sánchez, quedaría muy claro que en la investidura también le terminaría entregando el voto
favorable, de modo que el poder de negociación de Junts per Catalunya, si ahora le regala
casi a cambio de nada la mesa del Congreso y la presidencia del Congreso a Pedro Sánchez,
su posición negociadora se vería tremendamente debilitada.
De hecho, aunque quieran terminar votando a favor de la investidura de Sánchez, tiene
sentido que de entrada le quieran dar un susto. Oye, no te creas que nuestros votos
los tienes asegurados. Tampoco asegurados los tienes que en esta votación de la mesa
del Congreso y de la presidencia del Congreso no te los hemos dado. Ya has perdido la mesa
del Congreso y la presidencia del Congreso. Por tanto, ya te vale la pena empezar a subir
lo que nos estás ofreciendo si quieres que te terminemos apoyando en la investidura.
No nos va a temblar el pulso a hacer lo mismo que ya hemos hecho, hechos consumados, con
respecto a la mesa del Congreso y a la presidencia del Congreso. Por tanto, no descartaría en
absoluto que en esa votación Junts per Catalunya se voten a sí mismos o voten nulo. Y por
tanto, si esto es así, si Junts per Catalunya en la votación a la presidencia del Congreso
y a la mesa del Congreso el próximo 17 de agosto no participa a favor del bloque de
Pedro Sánchez, en ese caso el presidente o presidenta del Congreso será del Partido
Popular y sobre todo el bloque de la derecha PP, Vox, Unión del Pueblo Navarro y Coalición
Canaria tendrán mayoría en la mesa del Congreso. ¿Y esto qué significa? Pues significa que,
aún cuando finalmente Pedro Sánchez termine saliendo investido presidente del Gobierno
los votos favorables de Junts per Catalunya, se va a enfrentar a una legislatura absolutamente
infernal para poder gobernar. Recordemos, si la derecha termina controlando la mesa
del Congreso, Pedro Sánchez tendrá en contra, durante esta legislatura, a la mesa del Congreso
de los Diputados, al Senado y a las comunidades autónomas mayoritariamente gobernadas por
el Partido Popular. Es más, incluso en el Congreso no tendrá una mayoría parlamentaria
clara para aprobar nada. No solo es que la mesa no la controles y, por tanto, no controles
los tiempos de la actividad parlamentaria. Es que incluso con retraso no hay garantía
de que apruebes absolutamente nada. Por tanto, sería una legislatura que previsiblemente
Pedro Sánchez trataría de abortar anticipadamente. Si no puede gobernar, si no puede aprobar nada,
si todo lo que aprueba se retrasa muchísimo y se termina tumbando o termina siendo parcialmente
anulado, no ejecutado en las comunidades autónomas, es una legislatura muerta. Es una legislatura
donde sí, Pedro Sánchez ocupará la Moncloa, pero de facto no tendrá capacidad para gobernar.
De ahí que la votación del próximo 17 de agosto sea tan decisiva, porque va a marcar
el grado de infernalidad de la legislatura para Pedro Sánchez. Ya ha perdido el Senado
y ha perdido a las comunidades autónomas. Si pierde la mesa del Congreso, y es posible
que la pierda, entonces todo el poder legislativo y todo el poder territorial de España estará
contrapuesto enfrentado al Ejecutivo, a Pedro Sánchez.
Y por eso Vox ha cedido gratuitamente sus 33 diputados al Partido Popular, para que
no haya excusa en el conjunto del bloque de la derecha para que el próximo 17 de agosto
la mesa del Congreso esté controlada por el bloque de la derecha, para que haya una
unidad de acción en ese bloque de la derecha, ante la posibilidad de que Junts per Catalunya,
sobre todo este 17 de agosto, no se sume al bloque de Pedro Sánchez.
Y por eso, por cierto, desde el Partido Socialista Obrero Español están tan nerviosos con este
escaño que baila entre ambos bloques. 171-172. Desde la misma noche electoral, el Partido
Socialista trató de transmitir a todo el mundo que la investidura ya estaba hecha,
y era evidente que el Partido Socialista y Pedro Sánchez habían ganado las elecciones
porque tenían mayoría parlamentaria para salir nuevamente reelegidos. En realidad,
esta mayoría parlamentaria, a falta de Junts per Catalunya, no está por ningún lado.
Repito, ahora mismo el PSOE tiene 171 diputados y el PP 172. Si el PSOE consiguiera arrebatarle
en el recuento electoral un diputado al PP, entonces las tornas cambiarían. El PSOE ya
tendría 172 diputados y el PP 171, con lo cual, el próximo 17 de agosto, la mesa del Congreso,
claramente, estaría, aparecería, controlada por el bloque de la izquierda. Y por eso, el PSOE,
después de haber pedido el recuento de 30.000 votos nulos en Madrid a la Junta Electoral
Provincial y haber sido rechazada esa petición por la Junta Electoral Provincial, después de
recurrir a la Junta Electoral Central para apelar la decisión que había tomado la Junta Electoral
Provincial y haber sido rechazada en la Junta Electoral Central la misma petición del
PSOE, ahora, después de todo esto, acude al Tribunal Supremo para exigir que la Junta
Electoral Central reconsidere su posición y se recuenten 30.000 votos nulos en Madrid,
a ver si suena la flauta, y recontando esos 30.000 votos nulos, se consigue que ese escaño de
discordia entre bloques termine cayendo de nuevo del lado socialista. Si todo estuviese tan atado,
tan bien atado, tan garantizado, obviamente, el PSOE no llegaría a estos extremos de pelear
este diputado que baila. Si lo pelea es porque considera que puede ser decisivo en muchas
votaciones, entre ellas la votación para la mesa del Congreso y la votación, más tardía,
para la presidencia de gobierno. Y ese escaño puede ser decisivo porque el voto de Junts per
Catalunya todavía no está asegurado, no lo está para la investidura y no lo está mucho menos para
la mesa del Congreso el próximo 17 de agosto. Y de ahí, en suma, que la jugada de Vox haya sido
tan inteligente, aunque muchos la hayan interpretado tan mal. Porque, de golpe, Vox ha roto cualquier
tipo de disenso, cualquier tipo de intriga, cualquier tipo de posible traición dentro del
bloque de la derecha. Parece, coalición canaria todavía se tiene que decidir definitivamente,
pero parece que va a haber unidad de acción coordinada dentro del bloque de la derecha y,
por tanto, que el próximo 17 de agosto sí pueden ganar en la votación de la mesa del
Congreso. Y si ganan, se habrá dado un paso de gigante para que esta legislatura sea bastante
más corta de lo que alternativamente habría sido. Y si ganan, buena parte del éxito estratégico
de esa victoria le corresponderá a Vox, porque cuando parecía que se estaba desuniendo el bloque
de la derecha, Vox regaló sus votos gratuitamente al Partido Popular y eso generó un efecto de
prietas las filas. Si Vox no entra en el gobierno, ya no hay excusa de coalición canaria para votar
a Pedro Sánchez. Y si coalición canaria no vota a Pedro Sánchez, unión del pueblo navarro todavía
menos. La decisión de Vox, que muchos no entendían o que despreciaban como mero teatrillo mediático
de esta formación, puede terminar definiendo la presente legislatura.