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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

¿Miedo entre la banca estadounidense? ¿Estamos a las puertas de una nueva crisis financiera? Veámoslo.
Ayer, el índice bancario estadounidense KBW, que reúne la cotización de los bancos estadounidenses,
se anotó la mayor caída desde junio de 2020, en plena pandemia. Cayó un 7,5%.
Las acciones de todos los grandes bancos cayeron más de un 5%, pero hubo un banco mediano que
concentró el pánico, un banco mediano que disparó esta oleada de ventas, el banco SBW, Silicon Valley
Bank. Las acciones de esta entidad financiera se hundieron solo en un día, solo ayer, un 60%.
Pasaron de 267 dólares por acción a 106 dólares. ¿Por qué está sucediendo esto? ¿Por qué está
cundiendo el miedo no solo en esta entidad financiera en particular, sino también en
la banca estadounidense en general? Pues está muy relacionado con el actual clima inflacionista,
y con las subidas de tipos de interés que está poniendo en marcha la Reserva Federal
estadounidense, el Banco Central de Estados Unidos, para tratar de mantener a raya la
inflación. Los bancos son entidades financieras que se endeudan a corto plazo e invierten a largo,
no deberían hacerlo porque se trata de una estrategia financiera muy imprudente,
sus pasivos pueden vencer en cualquier momento, se les puede exigir el pago en cualquier momento,
mientras que sus activos, que constituyen su fuente de liquidez para hacer frente al pago
de sus pasivos, sus activos vencen en el largo plazo. Por tanto, un banco puede tener que pagar
sus deudas hoy y, sin embargo, no obtiene la tesorería que necesita para pagar sus deudas,
salvo en el muy largo plazo, en 10, 20 o 30 años. Es decir, que existe un gap, existe un agujero de
liquidez en cualquier banco que lo puede abocar a la suspensión de pagos. Si esto no sucede
habitualmente, es porque el Banco Central está detrás. El Banco Central es un prestamista de
última instancia que proporciona refinanciación a los bancos si la necesitan para cubrir su
déficit de liquidez. El problema claro es que, como los bancos saben que el Banco Central está
detrás para darles apoyo de liquidez, ellos mismos se lanzan a invertir mucho más a largo plazo con
deuda a corto plazo de lo que deberían. Es decir, si yo sé que el Banco Central está detrás de mí,
cubriéndome los problemas de iliquidez que pueda sufrir, tendré un incentivo muy grande a
maximizar mi liquidez si esa iliquidez me es rentable. Y claramente lo es. La deuda a corto
plazo prácticamente no paga tipos de interés, los tipos de interés de los depósitos son el 0% y,
en cambio, los créditos a largo plazo, como las hipotecas, sí les proporcionan intereses no muy
altos durante los últimos años, pero en cualquier caso, intereses positivos, a los
bancos. Me endeudo y pago 0%, presto esa financiación al 2%, al 3% o al 4% y me
quedo con todo el diferencial. Y si surgen problemas de liquidez en el futuro, el Banco Central me
rescata. ¿Cuál es el problema de los bancos ahora mismo? Pues el problema derivado de la lucha del
Banco Central contra la inflación es doble. Como los bancos centrales están tratando de
contrarrestar la inflación, que no lo olvidemos, fue creada por los propios bancos centrales y por
los gobiernos al multiplicar las políticas de estímulo, como los bancos centrales están tratando
de combatir la inflación, están subiendo los tipos de interés y están drenando toda la
liquidez extraordinaria que introdujeron en el sistema durante los últimos años. Hemos pasado
del quantitative fishing, de la expansión cuantitativa, a la contracción cuantitativa.
¿Y en qué medida las subidas de tipos de interés y el drenaje de liquidez que están
ejecutando los bancos centrales afecta a las entidades financieras privadas, a los bancos
privados? Pues los afecta por una doble vía. Por un lado, las subidas de tipos de interés lo que
hacen es depreciar, hundir el valor presente, el valor liquidativo, el valor al que podrían vender
todas sus inversiones a largo plazo y, más en concreto, su cartera de bonos a largo plazo.
El valor presente de un activo es igual al importe de sus flujos de caja futuros esperados
descontados a los tipos de interés de mercado. Si esos tipos de interés han subido, el descuento
que se aplica a los flujos de caja futuros esperados de un activo financiero, de un bono,
en este caso, es mayor, de modo que su valor presente es menor. Existe siempre una relación
inversa entre el tipo de interés y el valor presente de un bono. Cuando el tipo de interés
baja, el valor presente del bono, el valor al que ese bono se puede vender en el mercado, aumenta.
Pero cuando los tipos de interés suben, el valor al que ese bono se puede vender en el mercado cae.
En este sentido, se estima que el conjunto de la banca estadounidense sufre pérdidas
latentes sobre su cartera de bonos, bonos públicos y privados, de 600.000 millones de dólares. Es
decir, que si la banca estadounidense tuviese que liquidar ahora mismo toda su cartera de bonos,
porque necesita liquidez por cualquier motivo, sufriría unas pérdidas de 600.000 millones de
dólares, aproximadamente la mitad del PIB de España. Y eso supondría, claro, está la quiebra
de toda la banca estadounidense. Sucede que los bancos estadounidenses no tienen en términos
generales la necesidad de liquidar, de vender esa cartera de bonos. Y si mantienen esos bonos en su
balance hasta vencimiento, es decir, hasta que los emisores de esos bonos los amorticen,
los bancos no perderán nada, recuperarán todo el capital que invirtieron en esos bonos más los
correspondientes intereses. El problema, por tanto, no está en aguantar hasta vencimiento,
en aguantar a largo plazo la tenencia de esos bonos. El problema reside en si tienes necesidad
de vender esos bonos en el mercado antes de que llegue el momento de su amortización. Y los bancos
solo tendrán necesidad de vender esa cartera de bonos a pérdidas si necesitan liquidez. Hasta el
momento la banca estadounidense nadaba en piscinas de liquidez, no había absolutamente ningún
problema. Por tanto, podían mantener su cartera de bonos a largo plazo con pérdidas latentes si
los realizan, si los liquidan en el mercado, pero como no los iban a liquidar no pasaba nada.
¿Qué sucede? Pues que los bancos están sufriendo fugas de liquidez. ¿Y por qué
las están sufriendo? Por un doble motivo. Por un lado, la subida de los tipos de interés está
llevando a que muchos depositantes se planteen si no es mejor invertir en deuda pública estadounidense,
con lo cual, en lugar de mantener sus depósitos en los bancos, los transfieren a adquirir deuda
pública. Pero si compras deuda pública, eso supone un drenaje de reservas de la banca. Y en
segundo lugar, porque, como ya hemos explicado hace un momento, la Reserva Federal está drenando
liquidez del sistema financiero. Ha iniciado un proceso de contracción cuantitativa y, por tanto,
está sustrayendo, está reduciendo, está eliminando reservas, liquidez del sistema bancario
estadounidense. Con lo cual, Demo nos cuenta de cuál está siendo el problema de la banca
estadounidense. Por un lado, tienen una cartera de inversiones a largo plazo que se ha depreciado
enormemente por la subida de tipos de interés, pero cuyas pérdidas potenciales no son problemáticas,
siempre y cuando no tengas que liquidarla anticipadamente en el mercado. Por otro lado,
como la Reserva Federal está sustrayendo liquidez del sistema bancario, la propia banca se ve
empujada a tener que liquidar parte de su cartera de bonos en el mercado. Y si la liquida,
realizará pérdidas milmillonarias que ponen en cuestión su solvencia a largo plazo. En este primer
gráfico podemos observar las pérdidas latentes de la banca estadounidense sobre su cartera de
bonos a largo plazo, como ya he dicho, alrededor de 600.000 millones de dólares. Y en este segundo
gráfico podemos observar cuál ha sido la evolución de la liquidez de las reservas de
los bancos estadounidenses a lo largo del último año. Y podemos ver con claridad que el grupo de
bancos que está sufriendo una mayor tensión en su liquidez, que se está vaciando más rápidamente
de liquidez, son los bancos pequeños y medianos. Y justamente el Silicon Valley Bank, del que
hablábamos al principio, es uno de esos bancos pequeños o medianos. Lo que ocurrió ayer con el
Silicon Valley Bank fue muy sencillo. Primero, anunció que había liquidado bonos de su cartera
de inversiones por importe de 28.000 millones de dólares. En segundo lugar, esa venta forzada
de bonos por importe de 28.000 millones de dólares le ocasionó pérdidas de 1.800 millones de dólares.
En tercer lugar, para cubrir ese agujero que se había generado en su balance, el banco anunció
una ampliación de capital por importe de 2.300 millones de dólares. En cuarto lugar, el precio
de las acciones, agujero financiero, ampliación de capital, se hundió un 60%, como ya hemos
mencionado. En quinto lugar, las agencias de rating rebajaron la calificación crediticia de este
banco. Y en sexto lugar, los depositantes del banco, que no están cubiertos por el
Fondo de Garantía de Depósitos estadounidense, se lanzaron en masa a retirar sus depósitos del
banco, por tanto, agravando todavía más la crisis de liquidez que sufre el banco,
lo cual puede llevarle a tener que vender todavía más bonos, realizando todavía más pérdidas y
descapitalizándose todavía más. Esa es la situación de este banco, pero ya hemos visto
en el gráfico anterior que las reservas de los bancos regionales, de los bancos pequeños y
medianos de Estados Unidos, es más o menos toda ella similar. Las reservas entre estos bancos
pequeños y medianos son muy bajas, de modo que si se ven forzados a liquidar su cartera de bonos,
todos ellos experimentarán pérdidas milmillonarias que los pueden llevar a la bancarrota. Y,
lógicamente, si hay una cadena de impagos en la banca pequeña o mediana, eso terminará
afectando también a la banca grande. De ahí el pánico que se ha extendido alrededor del
sistema bancario estadounidense y que, de rebote, podría terminar llegando, claro,
al sistema bancario europeo. La cuestión, entonces, es qué van a hacer a partir de ahora
los bancos centrales. Si los bancos centrales tratan de calmar esta crisis de liquidez,
extendiendo líneas de crédito extraordinarias y bajando los tipos de interés, eso puede provocar
que pierdan su lucha contra la inflación. Y si, en cambio, los bancos centrales perseveran en su
subida de tipos de interés y en su drenaje de las reservas extraordinarias que ellos mismos
introdujeron en el sistema durante la última década, lo que conseguirán es incrementar muy
sustancialmente la probabilidad de bancarrotas dentro del sistema financiero. La situación se
complica por momentos y todo esto, no lo olvidemos, es una consecuencia de haber cebado de manera
irresponsable y de manera masiva el gasto público y privado durante el año 2020 y durante el año
2021. Todo esto es una consecuencia de la lucha contra una inflación que fue generada por gobiernos
y bancos centrales durante la pandemia. Las crisis de hoy son los sobreestímulos de ayer.