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Terremoto político en España. Después de que la izquierda se haya hundido en las elecciones
autonómicas y municipales, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, convoca elecciones
anticipadas para el próximo 23 de julio. Veámoslo.
La debacle electoral de la izquierda en las elecciones municipales y autonómicas celebradas
ayer, domingo 28 de mayo, ha sido absoluta. Como ya hemos explicado en el vídeo anterior,
el Partido Socialista pierde casi todo su poder territorial, y lo que está a la izquierda
del Partido Socialista, llámese Podemos, llámese Izquierda Unida, llámese Sumar,
llámese Mas Madrid, llámese Compromís, llámese En Comú Podem, llámese, ¿cómo se llame?,
eso que está a la izquierda del Partido Socialista, o desaparece o se convierte en algo irrelevante.
Y a las pocas horas de conocer estos resultados catastróficos para la izquierda ha ocurrido
esto.
Acabo de mantener un despacho con su majestad el Rey, en el que he comunicado al jefe del
Estado la decisión de convocar un consejo de ministros esta misma tarde para disolver
las cortes y proceder a la convocatoria de las elecciones generales en uso de la prerrogativa
que la Constitución atribuye al presidente del Gobierno.
La convocatoria formal de las elecciones aparecerá publicada mañana, martes, en el Boletín
Oficial del Estado, de forma que los comicios se celebrarán el domingo 23 de julio.
Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, del Gobierno de coalición Pesoe Podemos, ha disuelto
las cortes y ha convocado elecciones generales para el próximo 23 de julio, finiquitando
ya de manera irreversible la presente legislatura.
¿Y por qué ha hecho esto Pedro Sánchez?
De entrada, no parece una decisión demasiado racional.
El presidente del Gobierno podría haber alargado la legislatura hasta finales de 2023 o incluso
comienzos de 2024, y a partir del 1 de julio comienza la presidencia española de la Unión
Europea que iba a colocar al Gobierno, y muy en particular a Pedro Sánchez, en un continuo
foco mediático.
De hecho, lo que siempre ha comentado Pedro Sánchez es que confiaba su capacidad de remontada
electoral a esta presidencia europea, y ahora con esta convocatoria anticipada de elecciones
está renunciando a poder capitalizar los votos que acaso afluyeran de esta presidencia
española de la Unión Europea.
Entonces, ¿cuál es el motivo detrás de la sorprendente decisión de Sánchez de adelantar
elecciones al próximo 23 de julio?
Pues todavía nos faltan muchos datos para poder enjuiciar plenamente esta decisión,
pero de momento ya podemos aventurar algunas conjeturas.
La primera gran cuestión que habría que plantearse es si Sánchez realmente aspira
a ganar las próximas elecciones generales.
Puede parecer una pregunta absurda, pero no tiene por qué serlo necesariamente.
Si Sánchez no aspira a ganar las próximas elecciones generales, podría haberlas convocado
por mera responsabilidad electoral, me han dado un rapapolvo gigantesco en las elecciones
autonómicas y municipales, por tanto me siento deslegitimado para seguir gobernando
en el Ejecutivo Central, la legislatura está muerta porque ya no tengo ese apoyo popular
para impulsar reformas y antes de seguir alargando una agonía que en cualquier caso va a concluir
en que yo pierda las elecciones, disuelvo las cortes para que se conforme un nuevo gobierno
que tenga plena legitimidad social para seguir gobernando, especialmente durante una fecha
tan crítica como puede serlo el semestre de Presidencia Española de la Unión Europea.
Así por tanto, una primera posibilidad de por qué Sánchez convoca elecciones anticipadas,
muy remota, todo hay que decirlo, pero una primera posibilidad sería que por responsabilidad
política e institucional.
Pero existe una segunda explicación de por qué Sánchez, aún no aspirando a ganar las
elecciones, podría haber anticipado su convocatoria, y es que Sánchez o no vaya a presentarse
a esas elecciones o se vaya a presentar como kamikaze porque en cualquier caso ya tenga
apalabrado, ya tenga comprometido un puesto en algún organismo internacional como pueda
ser la Unión Europea, como pueda ser la ONU o como pueda ser la OTAN.
En ese caso, Sánchez convocaría elecciones a modo de portazo.
Me voy de aquí donde no se me quiere y me voy a otro organismo internacional donde sí
se me quiere.
Pero supongamos ahora que Sánchez ha convocado elecciones generales para salir a ganarlas,
que su intención sí es ganar las elecciones generales del próximo 23 de julio porque
quiere seguir en el poder.
Si eso es así, ¿cuáles pueden ser las razones estratégicas que lo hayan empujado a convocar
elecciones anticipadas en lugar de esperarse 6 o 7 meses a celebrarlas cuando debían ser
celebradas?
Pues aquí puede haber motivos tanto de anticiparse a los acontecimientos que estaban por llegar
cuanto de cálculo electoral a izquierdas y a derechas.
¿Qué acontecimientos estaban por venir?
Pues realmente un viacrucis político muy complicado para Pedro Sánchez.
Por un lado, dentro de su partido ya estaban afilando los sables.
Hay muchos altos cargos socialistas que acaban de perder sus puestos por culpa de Pedro Sánchez
y por tanto se la tienen jurada a Pedro Sánchez.
Que estén conspirando durante 6 o 7 meses puede llevar a que tus propias víctimas te
hagan perder las elecciones.
En cambio, ahora convocando las elecciones anticipadamente, los críticos, la oposición
a Sánchez no solo no tiene tiempo para conspirar, para coordinarse, para plantear una alternativa
política a Sánchez, sino que al revés, tiene que hacer brietas las filas y posicionarse
detrás de Sánchez para intentar que gane a muy corto plazo estas elecciones generales.
Y a su vez, también era muy previsible que otro acontecimiento que estuviese por venir
a lo largo de los próximos 6 meses es la ruptura por parte de Podemos del gobierno
de coalición.
Podemos ha obtenido unos pésimos resultados en estas elecciones municipales y autonómicas
y por tanto necesita diferenciarse del PSOE, necesita volver a la calle, necesita volver
a ser el Podemos guerrillero y reivindicativo y eso no lo puede hacer desde dentro del gobierno.
Por tanto, era muy previsible que Podemos rompiera el gobierno durante los próximos
meses, lo cual habría supuesto un desgaste para Pedro Sánchez, porque no es lo mismo
que rompas tú el gobierno a que te lo rompan otros, quedas tú como la figura subordinada
o dependiente de las decisiones audaces que toman otros.
Pues bien, Pedro Sánchez se ha adelantado a esa ruptura previsible del gobierno y lo
que ha hecho ha sido convocar elecciones, es decir, disolver a efectos prácticos no
sólo las cortes, sino también el Ejecutivo.
Pero además también en esta decisión existe un claro cálculo electoral, Sánchez ha
planteado estas elecciones generales como una segunda vuelta a las elecciones autonómicas
y municipales que acabamos de celebrar y en la segunda vuelta de unas elecciones no siempre
gana aquel que queda en primera posición.
Muchas veces gana el que ha quedado en segunda posición si consigue congregar a su alrededor
el voto de todos aquellos que no apoyaron a la primera opción.
Por ejemplo, en las últimas elecciones presidenciales de Chile, la primera vuelta la ganó José
Antonio Cast, del Partido Republicano, un movimiento político que en Chile y también
en España muchos califican de extrema derecha.
¿Qué ocurrió en la segunda vuelta?
Pues que Gabriel Boric, el candidato que había quedado en segundo lugar, recogió
el voto de todos aquellos que no querían que José Antonio Cast fuera presidente de
Chile y terminó ganando las elecciones Gabriel Boric.
Y eso es a lo que puede estar aspirando Pedro Sánchez a plantear estas próximas elecciones
generales como una elección binaria, o Pedro Sánchez o la ultraderecha.
Pensemos que durante las próximas semanas Pepe y Vox van a estar negociando a cara
de perro la conformación de los gobiernos autonómicos y municipales.
Y muy probablemente Vox entrará en muchos de estos gobiernos autonómicos y municipales.
Y por tanto, Pedro Sánchez podrá plantear ante los ciudadanos.
¿Veis cómo el modelo de gobierno del Partido Popular implica ir en coalición con Vox?
Y Vox es la extrema derecha.
Por tanto, si Feijó gana las elecciones generales, como Vox tendrá que entrar en el gobierno
de España, Feijó estará metiendo a la extrema derecha en el gobierno de España.
Yo soy la única alternativa a que la extrema derecha entre en el gobierno de España.
Y con ello Pedro Sánchez espera captar el sufragio no solo de los votantes socialistas
tradicionales que quizá en las últimas elecciones se han quedado algunos de ellos en casa, sino
también el voto de todo lo que está a la izquierda del PSOE y también el voto o gran
parte del voto de los partidos nacionalistas, porque la única alternativa a la extrema derecha
será Pedro Sánchez.
Y este, el espantajo de la extrema derecha, es un efecto movilizador que muy probablemente
Pedro Sánchez no podría conseguir en diciembre o en enero.
Si se convocan elecciones generales en diciembre o en enero, que es cuando deberían haberse
convocado, ahí ya llevaremos alrededor de medio año de gobiernos de coalición PP y
Vox.
Si esos gobiernos de coalición no han hecho ninguna burrada escandalosa, pues entonces
ese espantajo de que viene la extrema derecha y nos arrasará con todo el país, pues no
tendría tanta fuerza electoral como puede tenerlo ahora, justo cuando Vox acaba de entrar
en los gobiernos de coalición y por tanto no sabemos exactamente qué puede llegar a
hacer en todas y cada una de las administraciones públicas que esté gobernando o co-gobernando
en España.
Y añadan a lo anterior un factor adicional, y es que ahora mismo todo el espectro político
a la izquierda del PSOE está en absoluta descomposición.
Como ya analizamos en el vídeo de ayer, los resultados electorales del PSOE han sido malos
pero ni mucho menos catastróficos y en cambio los resultados electorales de Podemos, de
Mas Madrid, de Compromís, de En Comú Podem, etcétera, etcétera, etcétera, de Sumar
y Podemos, en definitiva, han sido desastrosos.
Todo lo que ha tocado Podemos o todo lo que ha tocado Sumar ha perdido, se ha hundido.
No existe ahora mismo ningún liderazgo político a la izquierda del PSOE que no esté totalmente
socarrado. Es más, la coalición política de Sumar ni siquiera está armada. Yolanda
Díaz ha dicho que quiere encabezar ese proyecto político pero no lo ha organizado. Los partidos
políticos que conforman esa coalición todavía no han hablado de cuál va a ser el reparto
de los cargos o el reparto de los dineros que ingrese esa coalición en función de
sus resultados electorales.
Sabemos que el partido que potencialmente podría llegar a entrar en esta coalición
y que está más distanciado sobre estos puntos es Podemos. Pero es que todos los demás partidos,
aunque tengan una voluntad de entendimiento, aún no se han sentado a negociar. Y todos
ellos van a tener que negociar en 10 días. Si en 10 días Sumar no se registra como coalición
electoral, no podrá presentarse a las elecciones. Por tanto, todo acuerdo político para concurrir
unidos a las elecciones generales del próximo 23 de julio tendrá que armarse en 10 días.
Lo que no se ha conseguido hacer en meses, incluso años, se va a tener que hacer deprisa
y corriendo en 10 días. Y si no, todo lo que esté a la izquierda del PSOE concurrirá
dividido como el ejército de Pancho Villa. Y frente a ellos, Pedro Sánchez ofrecerá
una alternativa sólida.
Pedro Sánchez y el PSOE serán para la extrema izquierda la única opción política razonable
para frenar a la extrema izquierda, de modo que el PSOE puede terminar pescando muchísimo
de ese votante de extrema izquierda que no quiere apoyar al PSOE, pero que prefiere
votar al PSOE con la nariz tapada antes que dejarse gobernar por la extrema derecha. Como
digo, más o menos la estrategia que siguió Gabriel Boric en Chile durante la segunda
vuelta.
Por tanto, Pedro Sánchez les ha dicho a los partidos que están a su izquierda, u os organizáis
en 10 días y, por tanto, armáis una alternativa política sólida que no despilfarre los votos
en múltiples organizaciones políticas divididas como acaba de suceder en las elecciones de
ayer, en las elecciones municipales y autonómicas de ayer, o si no, os fagocito, os hago una
OPA hostil de tal manera que me voy a quedar con todos vuestros votos para que no se pierdan
en el combate decisivo contra la extrema derecha.
Y añadan también en esta operación a los partidos nacionalistas catalanes, porque ayer
tanto Esquerra como Junts obtuvieron muy malos resultados en Cataluña, la primera fuerza
política en Cataluña sin estar luchando directamente contra la extrema derecha fue
el PSC.
Por tanto, en unos comicios nacionales donde los partidos nacionalistas o independentistas
se juegan la posibilidad de que haya un cambio de gobierno y de que, por tanto, entre Vox
en el gobierno de España, mucho votante nacionalista o independentista catalán, viendo que las
fuerzas políticas nacionalistas están agotadas, divididas, debilitadas, puede terminar también
entregándole su apoyo a Pedro Sánchez, que es una estrategia que antes del proceso
ya utilizaba Zapatero.
Zapatero obtenía gran parte de los votos y de los diputados en Cataluña porque los
votantes que en las elecciones autonómicas o municipales catalanas votaban a los nacionalistas,
en las generales votaban a Zapatero como mal menor frente al PP.
Pues bien, si en estas elecciones autonómicas y municipales el PSC ya ha ganado de por sí,
pues cabe pensar que en unas generales obtendrá un resultado espectacular frente al riesgo
de que PP y Vox gobiernen en Madrid.
En definitiva, la convocatoria urgente de elecciones anticipadas es una decisión muy
arriesgada que puede salirle muy mal a Pedro Sánchez porque está convocando elecciones
generales en un momento en el que la izquierda, tanto el PSOE como Podemos y su mar, están
derrotados, están humillados, son percibidos socialmente como perdedores.
Pero también constituye una llamada a la épica contra el peligro de la extrema derecha
que podría terminar saliéndole bien a Pedro Sánchez garantizándose 4 años más en la
Moncloa.
Como dijo Julio César al cruzar el Rubicón, aléa yacta est.