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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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La oposición política en Argentina, el peronismo y el radicalismo han tumbado en el Congreso
la ley de bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos.
El país se queda de esta manera, sin una fundamental liberalización para relanzar
su economía.
¿Qué sucederá a partir de ahora?
Veámoslo.
El Congreso argentino tumba la ley de bases y puntos de partida para la libertad de los
argentinos.
Este importantísimo proyecto de ley, que liberalizaba muy extensamente la economía
del país y que tuvimos ocasión de analizar en este canal en diversos vídeos, se topó
ayer con el muro de una oposición obstruccionista, encabezada por el peronismo y el radicalismo,
obsesionados ambos con preservar un statu quo que ha empobrecido durante las últimas
décadas de manera masiva y escandalosa a la población del país, al mismo tiempo que
enriquecía y que privilegiaba a la casta política dominante y a los grupos de presión
que se congregaban en torno a ella.
Y como la ley de bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos desarmaba
todo este entramado parasitario oligárquico, el establishment político argentino tradicional,
el peronismo y el radicalismo, han decidido tumbarla en el Congreso.
El peronismo quisnerista contribuyó a tumbar este proyecto de ley a cara descubierta, nunca
mostraron la menor voluntad de dialogar para desarmar, para desarticular un entramado mafioso
parasitario en el estado argentino que fueron ellos los que lo establecieron y que ha apauperizado
a la población argentina durante las últimas décadas, y en cambio, el llamado peronismo
federal y el radicalismo mostraron una falsa voluntad dialoguista con el gobierno para
de cara a la galería, es decir, de cara a su electorado, no quedar como unos defensores
exacerbados del estatu quo estatal empobrecedor, pero en la práctica jamás tuvieron la voluntad
de sacar adelante la ley de bases tal como fue remitida al Congreso.
Durante los últimos días este bloque opositor supuestamente dialoguista había conseguido
suprimir aproximadamente la mitad de los artículos de la ley de bases, pero es que ayer durante
las votaciones, en particular de cada uno de los capítulos de la ley de bases, esta
oposición falsamente dialoguista, pero en realidad tan obstruccionista como el peronismo
kirchnerista fue tumbando la mayoría de los artículos que habían quedado en pie dentro
del proyecto original, y precisamente por esto, precisamente porque el Congreso había
vaciado de contenido real a la ley de bases, precisamente porque el objetivo del peronismo
federal y del radicalismo era aprobar una carcasa vacía que no transformara en profundidad
el entramado estatal argentino del que viven y medran los políticos del establishment que
ayer tumbaron en el Congreso esta ley de bases, como digo, dado que el radicalismo y el peronismo
federal únicamente pretendían aprobar una carcasa vacía llamada ley de bases y puntos
de partida para la libertad de los argentinos, pero sin un contenido liberalizador real que
desarmara ese entramado institucional que ha empobrecido a la población argentina mientras
se enriquecía a la casta política, el gobierno de Javier Milei decidió retirar de la tramitación
parlamentaria la ley de bases para regresarla al punto de partida, porque donde estaba ahora,
tal como el Congreso la había mutilado y desarmado, ya era un proyecto de ley absolutamente
irreconocible. ¿Y ahora qué? Pues políticamente la Argentina se encuentra en un punto muerto. Los
ciudadanos votaron mayoritariamente a Javier Milei con el mayor de los apoyos logrados en
democracia por un presidente, y lo votaron para que desarmara todo el entramado institucional
argentino que había empobrecido, que está empobreciendo a los ciudadanos argentinos a día
de hoy, pero como el gobierno de Javier Milei y sus aliados del PRO no cuentan con mayoría
en las cámaras, el poder legislativo está bloqueando la acción del poder ejecutivo,
lo cual puede ser plenamente acorde a un estado de derecho con separación de poderes pero que
condena a Argentina a la ingobernabilidad, porque el poder ejecutivo tiene un proyecto que,
además, considero que es el acertado para sacar a Argentina de la miseria y el legislativo tiene
como único objetivo bloquear el proyecto del poder ejecutivo, de modo que el poder ejecutivo
no puede aprobar las reformas que sabe que necesita la economía argentina y, mientras tanto,
el país se sigue desangrando. ¿Qué se puede hacer aquí? Pues en primer lugar volver a dialogar,
pero si la oposición falsamente dialoguista en realidad es totalmente obstruccionista,
si el radicalismo, si el peronismo federal, cuyo apoyo parlamentario es imprescindible para sacar
adelante la ley de bases, si estos grupos no quieren desarmar el entramado institucional
parasitario de la Argentina, del que viven también, pues entonces, por mucho que se
dialogue, será imposible sacar adelante una ley de bases que sea verdaderamente transformadora
para el país. Otra opción que está barajando Javier Milei es convocar un plebiscito no vinculante,
es decir, un referéndum donde la población se pueda manifestar a favor o en contra de la ley
de bases como mecanismo para presionar al poder legislativo. Es decir, si ustedes supuestamente
representan al pueblo y el pueblo en un plebiscito vota, habría que verlo también,
pero vota mayoritariamente a favor de la ley de bases, ejecuten en el Congreso y en el Senado la
voluntad del pueblo. Pero tampoco hay garantías de que esto funcione, porque los políticos dicen
representar al pueblo, pero en realidad representan sus intereses particulares, y el kirchnerismo,
el peronismo federal o el radicalismo saben que sus intereses particulares pasan por preservar
el estatu quo parasitario que constituye hoy el Estado argentino. Por tanto, aún cuando en un
referéndum mayoritariamente se votara a favor de la ley de bases, ellos se resistirían como gato
panza arriba en el Congreso y en el Senado para no aprobar la ley de bases, y no tendrían ninguna
obligación de hacerlo, porque se trata de un plebiscito no vinculante. Y una tercera opción
es esperar hasta el año 2025, momento en el que se celebrarán elecciones legislativas en la
Argentina, y en las que se podrá renovar la mayor parte del Congreso y del Senado. Si en
esas elecciones el partido de Javier Milei o los aliados del gobierno de Javier Milei, como el Pro,
obtienen mayoría absoluta en las cámaras, será en ese momento cuando se pueda aprobar la ley de
bases. El problema obvio de esta última opción es que 2024 y gran parte de 2025 serían años
totalmente perdidos desde un punto de vista reformista y revitalizador de la economía.
Y una última opción que también podría barajar Javier Milei para gobernar hasta el año 2025,
hasta que se celebren elecciones legislativas en Argentina, es gobernar a través del uso de
decretos de necesidad y urgencia. Es decir, aprobar muchas de las reformas contenidas en
la ley de bases, al menos aquellas que competencialmente puedan aprobarse por esta
vía, aprobarlas a través del uso de decretos de necesidad y urgencia. No todas ellas son
susceptibles de ser aprobadas por esta vía. Por ejemplo, la reforma electoral que estaba
dentro de la ley de bases no puede aprobarse mediante el decreto de necesidad y urgencia,
pero muchas otras reformas que estaban en la ley de bases sí. El problema de esta última
posibilidad, claro está, es que luego el Poder Legislativo puede tumbar estos decretos de necesidad
y urgencia. Si el bloque opositor está muy cohesionado internamente para obstruir cualquier
reforma económica decalado en la Argentina, estos decretos de necesidad y urgencia terminarían
siendo enterrados. Así que a corto plazo no existen soluciones muy claras una vez se ha
constatado que la oposición falsamente dialoguista era en realidad tan obstruccionista como el
peronismo kirchnerista. Y si la ley de bases y puntos de partida para la libertad de los
argentinos no sale adelante, y no digamos ya si el Legislativo terminara tumbando también el
decreto de necesidad y urgencia, a la economía argentina le espera una travesía por el desierto
durísima. Porque esto es lo que la oposición obstruccionista, el kirchnerismo, el peronismo
federal y el radicalismo no le están contando a la población. En 2024 y 2025 la Argentina
va a tener que ejecutar un ajuste presupuestario enorme. Si Argentina quiere frenar la inflación,
necesita alcanzar el superávit presupuestario. Y eso significa aumentar ingresos y recortar
gastos. Y el efecto inicial que tiene sobre la economía un ajuste fiscal de este calibre,
es un efecto contractivo. Si reduces el gasto agregado neto que llega a la economía,
de entrada muchos sectores económicos se paralizan. La esperanza del gobierno de Javier
Milei era compensar, al menos en parte, este efecto paralizador a corto plazo de la actividad
económica, derivado de la necesidad de ajustar un déficit público enormemente desequilibrado
por el gobierno peronista anterior, compensar esta parálisis a corto plazo de la economía derivada
del ajuste presupuestario con una liberalización en profundidad de la economía que estimulara la
inversión privada tanto interna como externa. Si Argentina se convierte, gracias a la liberalización
que proyectaba la ley de bases y el decreto de necesidad y urgencia, si Argentina se convierte
en un destino nacional e internacional muy apetecible para la inversión gracias a la
liberalización, pues parte de la contracción del gasto derivado del ajuste del déficit se compensará
con el aumento de la inversión privada gracias a las mayores oportunidades de inversión fruto
de la liberalización. Pero si esto último no se da, si no se abre la economía argentina al mundo
y, por tanto, la inversión interna y externa no aumenta como consecuencia de la desregulación,
de una desregulación que está bloqueando el Congreso, entonces el ajuste presupuestario que
es innegociable y que es imprescindible para parar la inflación se traducirá en una caída de la
actividad económica y en un aumento del desempleo mucho más brutal, mucho más dañino de lo que
podría ser. Y ese destrozo económico mayúsculo es al que está condenando la oposición obstruccionista
a la sociedad argentina. Y está condenando a la sociedad argentina a un hundimiento económico
porque no quieren alterar el status quo estatal del que han estado viviendo y medrando durante
décadas. No sólo eso, en el fondo a la oposición obstruccionista les interesa que haya una auténtica
debacle económica. Al kirchnerismo, al peronismo federal, al radicalismo les interesa que el
gobierno de Javier Milei fracase a la hora de estabilizar macroeconómicamente la Argentina
y relanzar el crecimiento económico. Porque si fracasa, si hay una debacle económica muy
grande en la Argentina como consecuencia del bloqueo legislativo decretado por la oposición
obstruccionista, entonces el kirchnerismo, el radicalismo, el peronismo federal consideran
que tendrán mayores opciones de regresar al poder, de regresar al poder además sin
haber desarmado todo el entramado institucional a través del cual estos grupos políticos
parasitan a la población.
En definitiva, con una economía al borde de la hiperinflación, con una actividad que
se está paralizando, con un estado que sigue parasitando a la población argentina empobrecida,
la casta política del país que ha gobernado, que ha desgobernado, que ha arruinado a la
población durante las últimas décadas, el peronismo y el radicalismo convierten a
los argentinos en rehenes de las instituciones parasitarias que ellos mismos han armado durante
los últimos años y que ahora se niegan a desarmar para no ver reducidos sus privilegios
y para incrementar sus opciones de regresar al poder después de haber generado muchísimo
dolor innecesario sobre una población a la que se le va a negar cualquier posibilidad
de levantar cabeza con un programa liberalizador y desregulador de la actividad económica
que pueda atraer inversión privada y revitalizar una economía enormemente debilitada.
El peronismo y el radicalismo no se preocupan por el bienestar y por el futuro de la población,
se preocupan por su propio bienestar y por su propio futuro político, a una costa del
malestar y del cercenamiento de las expectativas vitales del conjunto de los argentinos.
Los principales responsables del desastre económico de la Argentina son, al mismo tiempo,
los principales responsables de estar perpetuando ese desastre económico, porque son perfectamente
conscientes de que para que ellos mantengan el poder y conserven sus privilegios, Argentina
no tiene que levantar cabeza.