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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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El pasado 8 de marzo, el precio del barril de petróleo Brent superaba los 132 dólares
la unidad. Apenas una semana después su precio ha caído por debajo de los 100 dólares.
¿Qué ha pasado en estos 7 días para que el precio del barril de petróleo Brent caiga
en 30 dólares por unidad? Veámoslo.
Tan solo una semana después de que el barril de petróleo Brent registraba su precio más
elevado desde el año 2008, el precio de este barril de petróleo ha sufrido su caída más
intensa en términos absolutos de toda su historia. Jamás el barril de petróleo Brent se había
abaratado tanto en una semana como lo ha hecho durante los últimos 7 días. ¿Y por qué motivo
cuáles han sido las causas que han llevado a que se produzca un abaratamiento de más de 30 dólares
por barril en apenas 7 días, que ha cambiado en el panorama económico-geopolítico global para que
el barril de petróleo Brent caiga de 132 dólares la unidad a menos de 100 dólares la unidad?
Pues han cambiado al menos superficialmente diversos elementos. En primer lugar, parece que
la guerra en Ucrania podría estar tocando a su fin. Las negociaciones entre el gobierno
ucraniano y el gobierno ruso parece, de nuevo parece, que están más avanzadas de lo que
originalmente se pensaba. Los inversores confían por consiguiente en que Rusia terminará retirando
sus tropas de Ucrania después de haber alcanzado un acuerdo de pacificación con el gobierno ucraniano,
y si Rusia termina retirándose de Ucrania y no emprende la invasión de ningún otro país,
quizá en el medio plazo las sanciones que Occidente le ha impuesto a Rusia vayan poco a poco levantándose.
Y en todo caso parece cada vez menos probable, sobre todo si se llega a un acuerdo de paz,
que Rusia sancione a Occidente con un embargo de sus exportaciones energéticas. Durante mucho
tiempo se especuló con la posibilidad de que si Rusia invadía a Ucrania, Rusia podría asfixiar
energéticamente a Europa cerrándole el grifo del gas y del petróleo. De momento, Rusia no
ha aplicado ninguna sanción al respecto, y cuanto más cerca estemos de la paz menos probable será
que en algún momento se terminen aplicando este tipo de sanciones. Y, por tanto, si Rusia no
embarga las exportaciones de gas y de petróleo a Europa, el suministro energético que recibe el
mundo, que recibe Europa en particular y el mundo en general, no se reducirá tal como resultaba
previsible al inicio de la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Segundo elemento que ha cambiado,
las sanciones energéticas que de momento han impuesto Estados Unidos, Reino Unido y la Unión
Europea contra Rusia son sanciones bastante modestas. Repito, me estoy refiriendo a las
sanciones energéticas. Las sanciones financieras ya las tratamos en un vídeo anterior y ya explicamos
que eran sanciones bastante duras, pero las sanciones energéticas que se han aprobado hasta el momento
son entre modestas e inexistentes. Es verdad que Estados Unidos ha dejado de importar petróleo
ruso, pero Estados Unidos no importaba ya antes de estas sanciones mucho petróleo ruso. A su vez,
Reino Unido ha anunciado que, a finales de 2022, dejará de importar petróleo ruso, pero de momento
sigue importándolo, hasta ahí nada ha cambiado. Y, por último, la Unión Europea al menos de
momento no ha embargado ni piensa embargar la importación de petróleo y de gas ruso. Por
tanto, el suministro energético de Rusia a Europa sigue fluyendo con normalidad, al menos con respecto
a las restricciones gubernamentales. Es verdad que, como ya tratamos en un vídeo anterior,
muchas compañías occidentales se están negando a comprar gas y petróleo ruso,
no porque sus gobiernos se lo impongan, sino por decisión propia. Y como consecuencia de
esta negativa de muchas empresas energéticas occidentales a adquirir petróleo y gas ruso,
es verdad que el petróleo ruso está cotizando en los mercados internacionales con un descuento.
Y, a su vez, el petróleo europeo o el petróleo estadounidense está cotizando con una prima.
La demanda que no va a un tipo de petróleo se concentra, se agolpa en el otro tipo de
petróleo y hace aumentar su precio. No obstante, si la oferta global de petróleo sigue siendo la
misma, y de momento Rusia sigue suministrando petróleo, y la mayor parte del mundo sigue
dispuesta a comprar petróleo ruso, sobre todo, si se le ofrece con un descuento, pues entonces,
si la oferta global de petróleo sigue siendo la misma y puede ir a parar más o menos a todo el
mundo que lo compraba con anterioridad, aunque sea a través de un descuento, los precios tampoco
pueden dispararse por ese lado. En tercer lugar, y como también explicamos en un vídeo anterior,
Estados Unidos está ahora mismo en conversaciones con Venezuela y con Irán,
para que ambos países vuelvan a exportar petróleo. Se estima que entre los dos podrían
incrementar la oferta global de petróleo en al menos 2 millones de barriles de petróleo diario.
Si de momento Rusia no está dejando de producir petróleo y se anticipa que Irán y Venezuela
pueden aumentar todavía más el suministro global de petróleo, pues desde el lado de la oferta,
lo que tenemos son factores que influyen en rebajar el precio del petróleo, al menos en
moderar su elevación con respecto a los niveles previos a la guerra. Hasta el momento hemos
analizado causas que afectan a la oferta efectiva global de petróleo, el posible fin de la guerra
en Ucrania, las sanciones energéticas contra Rusia mucho más moderadas, mucho más contenidas de
lo que podría haber sido y la reanudación de las exportaciones de petróleo por parte de Venezuela
e Irán. Pero a su vez existen otras dos causas que explican la moderación de los precios del
petróleo desde el lado de la demanda. Así y en cuarto lugar, y como también tratamos en un vídeo
anterior, la industria occidental ya se está viendo fuertemente dañada por los altos precios de la
energía. Y si los altos precios de la energía dañan a la industria occidental, parte de esa
industria suspende sus actividades y al suspender sus actividades la demanda global de petróleo se
reduce. Y en quinto lugar, China, el segundo país del mundo que más petróleo consume después de
Estados Unidos, está atravesando ahora mismo una fortísima ola de coronavirus, la segunda más
intensa más agresiva desde que estalló en ese país el virus en Wuhan. Y como el gobierno chino
apuesta por una política de covid-zero, es decir, de confinamientos y restricciones a la movilidad
social muy estrictas, hasta que el virus desaparezca dentro de las distintas comunidades,
dentro de las distintas sociedades que ahora mismo lo están soportando, pues como el gobierno
chino apuesta por una política de covid-zero, en este momento hay 50 millones de ciudadanos en
China que están siendo confinados. Y claro, 50 millones de ciudadanos confinados son 50 millones
de ciudadanos en el conjunto del planeta que están demandando menos petróleo. No sólo eso,
una de las regiones confinadas ahora mismo en China es la ciudad tecnológica de Shenzhen,
una ciudad que suministra inputs tecnológicos a gran parte de las empresas occidentales. Si los 17
millones de habitantes de Shenzhen son confinados en sus hogares, no sólo es que demanden menos
petróleo, es que tampoco van a suministrar los inputs tecnológicos que necesitan otras
empresas occidentales para funcionar, lo cual obligará a suspender la producción en muchas
de estas compañías occidentales, los famosos cuello de botella que llevamos sufriendo bastantes
meses, pero ahora concentrados en Shenzhen obligará, por tanto, a suspender, a ralentizar, a reducir la
carga de trabajo en muchas compañías tecnológicas occidentales. Y por tanto, también habrá menor
demanda de petróleo dentro de esas compañías que suspenden su operativa. En definitiva,
durante los últimos días se han conjurado tres causas desde el lado de la oferta y dos causas
desde el lado de la demanda que han provocado un desplome de los precios del petróleo hasta
prácticamente ubicarse al mismo nivel que habían marcado antes de la invasión de Ucrania por
parte de Rusia. Sin embargo, fijémonos que algunas de estas causas son causas bastante frágiles.
Una de esas causas era la expectativa de que la guerra en Ucrania fuese a terminar pronto. Ojalá
sea así, pero desde luego no tiene por qué ser así. Y si el conflicto se alargara, entonces esta
causa que ahora mismo está arrastrando a la baja los precios globales del petróleo,
volvería a empujarlos a la alza. De la misma manera, si las conversaciones entre Irán y Estados
Unidos o entre Venezuela y Estados Unidos no fructifican, estos países no incrementarán la
oferta global de petróleo. Y así mismo, si la guerra se prolonga y la Unión Europea finalmente
decide aplicar sanciones energéticas muy duras contra Rusia, pues entonces la oferta efectiva de
petróleo para algunas de las economías más importantes del planeta sí se vería efectivamente
reducida y, por tanto, los precios del petróleo, al menos en Estados Unidos y en Europa,
sí volverían a dispararse. Además, también hay que tener en cuenta que,
durante los próximos meses, probablemente sufriremos una reducción de la oferta rusa de petróleo,
no necesariamente porque el Kremlin así lo haya decidido, sino porque la desinversión de las
compañías occidentales en Rusia y la de Bakle, que puede experimentar la economía rusa, llevarán
a que esa economía rusa no tenga tanta capacidad como para extraer tanto petróleo como el que
venía extrayendo en el pasado. Y todos estos factores, según cómo se terminen alineando en
el futuro, perfectamente pueden conducir a nuevas elevaciones del precio global del petróleo.
Sin embargo, de momento y a pesar de la guerra en Ucrania, los precios internacionales del
petróleo han regresado a niveles más contenidos. En última instancia, la oferta global efectiva
de petróleo no se ha reducido de manera muy significativa y, en cambio, la demanda sí ha
caído en el margen. Misma oferta o prácticamente misma oferta y menor demanda o prácticamente la
misma demanda significa precios más bajos o prácticamente los mismos precios.