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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, no sólo ha estado insultando y difamando
al hoy presidente electo de la República Argentina, Javier Milei, sino que, a día
de hoy, todavía no se ha dignado a felicitarlo por su victoria.
Veámoslo.
El presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, no sólo interfirió irresponsablemente
en la segunda vuelta de las elecciones argentinas, posicionándose clara y explícitamente a
favor del candidato peronista Sergio Massa.
Recordemos este vídeo.
El próximo día 19 de noviembre se celebrarán unos comicios decisivos en Argentina.
Los votantes argentinos no sólo van a elegir a un nuevo presidente, sino que van a decidir
algo mucho más importante que es el futuro que quieren para su país.
Los dos candidatos en Liza ofrecen opciones profundamente diferentes entre sí.
Sergio Massa representa la apuesta por la convivencia democrática, por la concordia
y ofrece un proyecto de unidad, de solidaridad, con oportunidades para todos y para todas.
Frente a la estridencia, Sergio Massa representa la tolerancia y el diálogo para construir
eso una Argentina con un desarrollo inclusivo que no deje a nadie atrás.
Por eso, querido Sergio, te envío todo mi apoyo desde España y mis más sinceros deseos
de éxito para las próximas elecciones del 19 de noviembre.
Suerte y a ganar.
Como digo, Pedro Sánchez no sólo se dedicó a apoyar explícita y claramente al candidato
peronista Sergio Massa, que bueno, hasta cierto punto podría tener un pase si efectuara esas
declaraciones como líder del Partido Socialista Obrero Español y no como presidente del gobierno
de España.
Pero aún así calificara mi ley de estridencia, cuando a los pocos días de grabar ese vídeo
podía ser, como finalmente ha sido, que mi ley saliera elegido presidente de los argentinos,
pues como digo, muy responsable y muy prudente, no era.
Pero es que Sánchez no hizo sólo esto, en su discurso de investidura a las Cortes Españolas,
y por tanto, hablando ya como presidente del gobierno o al menos como candidato a la presidencia
del gobierno, Sánchez se refirió en varias ocasiones a mi ley con un tono despreciativo.
Me refiero como es obvio a las propuestas reaccionarias que cristalizan en formaciones
políticas de ultraderecha que cuestiona la democracia y también los derechos humanos.
Cuando se cuestiona el feminismo se está cuestionando una causa que evidentemente impacta
en los derechos humanos.
Me refiero a ellas y también me refiero a esas ideas reaccionarias que acaban por parasitar
a los partidos de la derecha tradicional, al Partido Republicano en Estados Unidos colonizado
por el trumpismo, al Partido Conservador Británico arrastrado por el Brexit y que ahora acabamos
de ver vuelven a recuperar a su principal hacedor, a las corrientes del Partido Popular
y Europeo que claudican ante la ultraderecha, a la derecha tradicional argentina arrollada
por el delirante discurso reaccionario de mi ley.
Aquí Pedro Sánchez está claramente difamando a Javier Milei, no ya por decir que su discurso
es delirantemente reaccionario, sino porque previamente lo ha incluido dentro de un grupo
de políticos que cuestionan la democracia y los derechos humanos, cuando Milei es un
liberal libertario y por tanto una persona que coloca los derechos del individuo en el
centro de su filosofía política.
Es prudente, es admisible que el presidente del gobierno de España, que supuestamente
representa a todos los españoles, califique al potencial nuevo presidente de Argentina
como de ultraderecha, reaccionario o delirante, pues solo si subordinas las instituciones
españolas a tu interés privativo y personal.
Sánchez está convirtiendo su sectario discurso ideológico en el discurso del Estado español.
Está nuevamente patrimonializando las instituciones en su interés partidista, electoral e ideológico.
Solo así se entiende que Milei fuera objeto de invectiva continuada por parte de Sánchez
en su discurso de investidura. Y digo objeto de invectiva continuada porque esta no fue
la única referencia.
Y en estos días, fíjense que se han dicho muchas cosas, se han proclamado muchas cosas
en las calles de nuestro país, pero hemos escuchado decir a un líder de extrema derecha
en otra parte del mundo, en Argentina, lo siguiente, de la derecha, de la ultraderecha
argentina, por cierto, apoyada por la derecha conservadora y tradicional argentina. En fin,
hay que hacérselo mirar, señor Feijó, para que el señor Rajoy apoye al candidato Milei,
a la presidencia de Argentina.
Pero, fíjense, hemos escuchado decir a un líder de la ultraderecha argentina lo siguiente,
y cito textualmente, la justicia social es una aberración y es injusta porque implica
un trato desigual frente a la ley. Algo que aquí en España ya estamos curados de espanto
porque no nos sorprende, si no fuese porque ya lo había dicho unos meses antes la líder
intelectual del Partido Popular, que es la señora Ayuso, cuando afirmó, señorías,
no es broma, no es broma, afirmó que la justicia social es un invento de la izquierda para
promover la cultura de la envidia.
Osánchez es muy ignorante, Osánchez ya está ampliando el espectro de la extrema derecha
hasta incluirlo prácticamente todo. La crítica a la justicia social, a la idea de la justicia
social, es una crítica que ya hace 50 años formuló el Premio Nobel de Economía, el liberal
Friedrich Hayek. El segundo volumen de su obra Derecho, Legislación y Libertad está justamente
dedicada a criticar la idea del espejismo de la justicia social. Y precisamente lo que está
haciendo Hayek en ese libro es denunciar que cuando añadimos el adjetivo social al sustantivo
justicia, lo que estamos haciendo o lo que pretendemos hacer es vaciar de contenido a ese
sustantivo justicia, porque la justicia implica un conjunto de normas generales, universales e
iguales, mientras que la justicia social viene a reclamar normas especiales para algunos.
En cualquier caso, y más allá de este ejercicio o de ignorancia, si Pedro Sánchez no conoce la
obra de Hayek o de maldad, si Pedro Sánchez la conoce, y lo que está haciendo esencialmente
Pedro Sánchez, es descalificar como extrema derecha a todo aquel que no comulgue con él,
Ayuso es de extrema derecha, Milley es de extrema derecha, Hayek es de extrema derecha,
solo porque están criticando el concepto de justicia social. Más allá de este ejercicio
de ignorancia o de maldad, lo cierto es que Sánchez vuelve a meter la pata, vuelve a mostrarse
imprudente, descalificando a Milley, candidato a la presidencia de Argentina, como de extrema
derecha desde la tribuna del Congreso de los Diputados de España. Y no pensemos que Sánchez
terminó aquí con sus críticas, con sus descalificaciones, con sus referencias negativas
hacia Javier Milley desde, repito una vez más, la tribuna del Congreso de los Diputados de España
durante la sesión de investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno de España.
Que Pedro Sánchez no estaba en un meeting peronista, jaleando a masa y criticando a Milley,
estaba en el Congreso de los Diputados de España defendiendo por qué debía ser
investido presidente del Gobierno. Y como vemos, las referencias críticas y despreciativas a Milley
fueron continuadas. Pues aquí una más.
El que vean que nuestro país se convierte en una inspiración para muchas sociedades
progresistas, para muchos partidos de izquierdas, pues en fin, que viven con muchísima zozobra y
con muchísimo pesar el avance de la derecha y la ultraderecha en sus sociedades, ¿no?
Una completa temeridad teniendo en cuenta que, pocos días después, Javier Milley se convirtió
en el presidente de la República Argentina más votado en términos absolutos en toda la historia
del país y más votado como porcentaje de votos sobre la población desde el restablecimiento de
la democracia en Argentina. No solo eso, Javier Milley también fue, con diferencia,
el candidato más votado entre los argentinos residentes en España.
Pero bueno, a veces a los políticos se les calienta la boca, no solo a Pedro Sánchez,
sino también a Javier Milley, y parte del ejercicio de la diplomacia consiste en la capacidad de
restablecer relaciones, de reconstruir puentes, una vez esos puentes se han debilitado o se han
destruido. Por ejemplo, son bien conocidas las críticas muy duras que lanzó Javier Milley contra
el Papa, pero también Javier Milley, como presidente electo de la República Argentina,
ha tenido la suficiente cintura como para disculparse ante el Papa e invitarle oficialmente
a viajar a Argentina en el año 2024. Por tanto, puedes cometer un error y luego lo
puedes rectificar. Y eso es lo que uno desearía que Pedro Sánchez hiciera. Después de haberse
posicionado con NASA, después de haber descalificado reiteradamente a Javier Milley,
una vez Javier Milley es elegido presidente de la República Argentina, pues intentar recomponer
las relaciones diplomáticas con el nuevo presidente de la República Argentina. Sucede que,
al menos hasta este momento, hasta el momento en el que estoy grabando este vídeo, mediodía del
miércoles 22 de noviembre, es decir, tres días después de ya celebradas las elecciones argentinas,
hasta este momento, Pedro Sánchez no ha felicitado oficialmente a Javier Milley por
ganar las elecciones presidenciales en la Argentina. En su cuenta de Twitter no se haya
ni rastro de un mensaje de felicitación a Javier Milley. Y el propio Javier Milley ha confirmado a
través de su cuenta de Twitter que Pedro Sánchez no lo ha felicitado. Lo ha confirmado, al menos,
indirectamente, porque Javier Milley ha escrito un tuit agradeciendo las felicitaciones de todos
aquellos líderes internacionales que le han dado la enhorabuena por ganar las elecciones presidenciales.
Concretamente ha escrito Javier Milley,
para felicitar a nuestro equipo y manifestarme sus buenos deseos para el futuro de la Argentina.
Y entre esos líderes, por cierto, se encuentra Gabriel Boric, presidente de Chile, que puede que
Gabriel Boric sea un presidente de izquierdas o de extrema izquierda, pero al menos tiene cierto
decoro institucional que le falta a nuestro presidente del gobierno, a Pedro Sánchez,
porque, recuerdo una vez más, Pedro Sánchez no ha felicitado a Javier Milley. Y no porque Pedro
Sánchez no suela utilizar su cuenta de Twitter para felicitar a mandatarios extranjeros que han
ganado las elecciones, sino porque está haciendo caso omiso de la victoria de Javier Milley.
Por ejemplo, cuando Gabriel Boric ganó las elecciones presidenciales en Chile,
Pedro Sánchez escribió, enhorabuena, Gabriel Boric, por tu victoria en las elecciones
presidenciales de Chile. El pueblo chileno avanza con esperanza hacia un futuro más justo, feminista
y ecologista. Nuestros países seguirán reforzando sus relaciones, fortaleciendo los lazos entre
Latinoamérica y la Unión Europea. Asimismo, cuando Gustavo Petro ganó las elecciones presidenciales
en Colombia, también Pedro Sánchez escribió, Colombia ha elegido nuevo presidente, ha elegido
igualdad, justicia social y ambiental. Felicidades Gustavo Petro y Francia Márquez por esta histórica
victoria y los mejores deseos de España para la nueva etapa que inicia el país. Seguiremos reforzando
los lazos que nos unen. O también, cuando Lula ganó las elecciones presidenciales en Brasil,
Pedro Sánchez publicó, mis mejores deseos para esta nueva etapa llena de esperanza para Brasil,
juntos por una agenda de justicia social. Para Benz, Lula presidente. Incluso cuando el golpista
Pedro Castillo fue proclamado presidente de la República de Perú, Pedro Sánchez publicó la
siguiente felicitación. Felicitamos a Pedro Castillo por su proclamación como presidente de
Perú y a la ciudadanía e instituciones peruanas por el desarrollo del proceso electoral. Estamos
preparados para trabajar con el nuevo presidente y su equipo en el marco de la relación estratégica
España-Perú. Bueno, pues con Javier Milei, nada de nada. Después de haberte pasado días y días
refiriéndote a él para descalificarlo, una vez gana las elecciones, silencio absoluto sobre Argentina
y sobre Javier Milei, y mucho menos, claro, la felicitación que sería institucionalmente de
rigor. Tiene suerte, Pedro Sánchez, o tenemos suerte más bien los españoles, que Javier Milei no
es un político autoritario que subordine a su país y a los flujos comerciales de su país a sus
intereses personales. Javier Milei ha marcado distancias con otros estados, como el estado
chino o como el estado ruso, pero siempre ha defendido que los ciudadanos argentinos han
de poder comerciar con China y con Rusia como consideren pertinente que el estado no se ha
de meter en los intercambios comerciales internacionales entre agentes privados. Porque
si no fuera así, si Javier Milei subordinara la política comercial de Argentina en función de
sus afinidades o de sus desafectos con políticos internacionales, desde luego este desplante
continuado del presidente del Gobierno de España contra el presidente electo de la República de
Argentina les saldría muy caro a todos los españoles con intereses en Argentina. Pero
como Javier Milei es liberal libertario, no de extrema derecha, como dice mendazmente Pedro Sánchez,
sino liberal libertario, Javier Milei no se plantea cortar, restringir, penalizar los
flujos comerciales entre España y Argentina, por mucho que el presidente del Gobierno de
España haya insultado en reiteradas ocasiones al presidente electo de la República Argentina.
Lo cual no obstaclaro para que los españoles denunciemos la actitud que está teniendo el
presidente del Gobierno de España con respecto al presidente electo de la República Argentina,
parece que Pedro Sánchez solo quiere relacionarse con los líderes políticos de extrema izquierda en
Hispanoamérica. Dime con quién andas y te diré quién eres, y en este caso Pedro Sánchez claramente
está escogiendo andar con líderes políticos hispanoamericanos, liberticidas y pauperizadores.