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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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El Partido Popular acaba de proponer introducir formación financiera para los
estudiantes españoles desde la temprana edad de los cinco años. La medida
consistiría, esencialmente, en ir instruyendo a los alumnos españoles en
que es un activo, que es un pasivo, cuáles son las distintas clases de activos que
existen, cuál es la diferencia entre las acciones, los bonos, los depósitos, la
vivienda, cuáles son y qué implicaciones tienen las distintas clases de
pasivos que existen, qué es una hipoteca, qué tipos de hipoteca hay, qué tipos de
interés pueden estar asociados a una hipoteca, fijo, variable, los distintos
índices, Euribor y RPH, qué otros tipos de pasivos existen, creídos al consumo,
prestamos empresariales, etcétera. Es decir, en definitiva ayudar a los
estudiantes a adquirir nociones que les permitan en el futuro gestionar y gestar
su propio patrimonio personal. No en vano, parte de la creciente desigualdad de
riqueza que se está experimentando en la mayoría de países occidentales se
debe, en gran medida, a la desigualdad de conocimientos financieros que tienen los
distintos ciudadanos. Los hijos de las familias ricas se aprenden en sus
hogares cultura financiera, tanto porque los propios padres la poseen si una
familia es rica normalmente a detener ciertos conocimientos financieros sobre
cómo gestionar su patrimonio, cuanto porque los padres suelen valorar, suelen
dar la importancia a estos conocimientos y tienden a transmitírselos a sus
hijos. En cambio, los hijos de familias pobres o incluso los hijos de familias
de clase media no suelen aprender demasiado en el hogar sobre cultura,
sobre formación financiera, tanto porque los padres no valoran en muchos casos la
importancia que tiene este conocimiento, esta formación, cuanto también porque
los padres pueden no poseer semejante formación. Por ejemplo, en un reciente
estudio del Banco de España donde se publicaron las conclusiones de un
experimento piloto que realiza el propio Banco de España proporcionando 10 horas
de formación financiera a 3.000 estudiantes de tercero de la ESOM de
España, lo que descubrió el Banco de España es que con apenas 10 horas de
formación financiera los estudiantes experimentaban un cambio sustancial en
sus actitudes en torno al ahorro, en torno a la inversión, en torno a la
capitalización de los intereses, pero que ese impacto fue marcadamente superior
entre los hijos procedentes de familias de entornos socioculturales más modestos,
más pobres. ¿Por qué? Pues porque gran parte de sus conocimientos ya habían
sido adquiridos por los hijos de familias de renta más alta en el propio
seno familiar, no así los de las familias más pobres o menos pudientes.
En consecuencia, proporcionar educación financiera a los españoles sería una
herramienta de promoción social de reducción de las desigualdades muy
intensa, muy potente, que permitiría a los hijos de familias más pobres invertir
de un modo relativamente similar a los hijos de las familias más ricas. No en
vano, si miramos la encuesta financiera de las familias que labora el Banco de
España, veremos cómo la estrategia inversora de la mayor parte de la
población española es sustancialmente distinta a la estrategia inversora de
aquella parte de la sociedad española relativamente más acaudalada. Y esa
diferencia de estrategia inversora no se debe esencialmente a que las familias
más acaudaladas tengan más capital que invertir, que las familias más modestas
se debe sobre todo a distintas estrategias inversoras, en particular el
75% más pobre de la sociedad española, es decir, 3 cuartas partes de la sociedad
tienen aproximadamente el 90% de su patrimonio concentrado en activos reales,
sobre todo vivienda principal, pero no sólo vivienda principal, también tienen
otros activos reales como segundas propiedades. En cambio, entre el 10% de
familias más ricas en España no es el 90% de su patrimonio en el que tienen
concentrado en activos reales sino poco más del 70%, por tanto las familias más
acaudaladas tienen un mayor porcentaje de activos financieros que las familias
menos pudientes, pero es que además ese porcentaje de activos financieros que
tienen todas las familias, en el caso del 75% de españoles de riqueza más
baja de tres cuartas partes de la sociedad española, sólo tienen un 10% de
activos financieros, en cambio el 10% de familias españolas más ricas tiene
casi el 30% en activos financieros, pues bien, dentro de ese 10% o de ese 30% de
activos financieros que tienen las familias españolas la composición
también es muy distinta, en concreto las familias menos pudientes concentran
prácticamente todos sus activos financieros en cuentas corrientes, cuentas
corrientes que proporcionan una rentabilidad negativa después de
considerar la inflación, es decir, el que ahorra en cuentas corrientes le está
regalando parte de su capital a su deudor, que en este caso es el banco, y además si
hay otro activo financiero que tiene un cierto peso dentro de la cartera
inversora de las familias españolas relativamente menos pudientes del 75% de
las familias españolas son los planes de pensiones, que en España son una
calamidad en términos de rentabilidad, son esencialmente herramientas para sacar
comisiones por parte de los bancos a la sociedad española, en suma los dos activos
que tienen cuentas corrientes y planes de pensiones son activos financieros
horrorosos para construir un capital financiero de cara al futuro, en cambio
cuáles son los principales activos financieros que tienen el 10% de familias
españolas más ricas, no es sólo que tengan dentro de su patrimonio total un
mayor volumen, un mayor peso de activos financieros sobre el total, casi el 30%
sino que además dentro de esos activos financieros cobran especial
importancia más allá de las cuentas corrientes, cobran especial importancia
las acciones y los fondos de inversión, dos tipos de activos financieros en los
que el resto de familias prácticamente no invierten, obviamente si las acciones y
los fondos de inversión, normalmente fondos de inversión en renta
variable proporcionan una rentabilidad que en términos históricos ha sido del
5,5% después de inflación, aquí encontramos una razón por la que la
diferencia en las tenencias de riqueza lejos de estrecharse se perpetúa, si
los ricos saben cómo invertir e invierten en activos más rentables de los que
pueden invertir los menos ricos debido a que no obtienen conocimientos y
cultura financiera para ello, el 75% de familias españolas con patrimonio
financiero va viendo como su patrimonio financiero cada vez vale menos debido a
la inflación, en cambio el 10% de familias españolas con cultura
financiera va viendo como su patrimonio financiero se revaloriza, incluso por
encima de la inflación, por eso si alguien está
genuinamente preocupado por la igualdad de oportunidades y por reducir la
brecha en la distribución de la riqueza, una medida fundamental que habría que
tomar es la que ha propuesto, en este caso con acierto, el partido popular, es
decir, ir introduciendo conceptos, ideas, modelos, argumentos de cultura
financiera, de formación financiera dentro de los planes de estudio de
nuestros alumnos, de nuestros menores, desde edades muy tempranas que les
permitan familiarizarse con aquella parte de la realidad con la que
inevitablemente van a tener que interactuar en el futuro, aun así los
liberales, entre los que por supuesto me incluyo, defendemos la absoluta libertad
de enseñanza, la absoluta autonomía de los tutores legales de los niños, de los
menores, para que decidan si quieren aprender cultura financiera o no, desde
posiciones de extrema izquierda, como las de Podemos, en ocasiones se ha acusado a
la asignatura de cultura financiera de contener una carga ideológica que
predispone a los alumnos a defender en última instancia o a entender o a
justificar o a legitimar el sistema capitalista, y por tanto ellos
consideran que este tipo de asignaturas con fuerte carga ideológica debería
estar excluida de los planes de estudio. Como digo, es un argumento que es
plenamente legítimo, que puedan hacer unos padres de cada sus hijos, y si
verdaderamente la extrema izquierda de Podemos, los padres de extrema izquierda
de Podemos, se niegan, se quieren negar a que sus hijos aprendan cultura
financiera, lo único que deberían hacer al respecto es defender la propuesta de
pimparental de Vox para que puedan aplicar ese pimparental a la hora de
vetar que sus hijos cursen la asignatura de educación financiera. Lo que no
debería hacer la extrema izquierda, ni Podemos, ni más Madrid, ni cuántos grupos
se asocien a esta ideología, es impedirles al resto de padres que sí
están muy preocupados por la movilidad social de sus hijos, por facilitar que
sus hijos adquieran nociones básicas de cultura financiera para que puedan
capear con el mundo que se van a encontrar en la vida adulta, no deberían
impedirles que en el sistema educativo al que el Estado forzosamente les obliga
a acudir, esos niños puedan aprovechar ese tiempo para formarse
financieramente. Es decir, tienen derecho a mantener a sus hijos en el
analfabetismo financiero, pero desde luego no tienen derecho a condenar al resto de
niños al analfabetismo financiero, y muy especialmente no tienen derecho a
condenar al analfabetismo financiero a los hijos de aquellas familias más
pobres que sí entienden la importancia de la cultura y de la educación
financiera, que precisamente porque están pagando impuestos no tienen
alternativa propia para costearse una educación en el sector privado, dado que
sus salarios ya han sido jibarizados con la presión fiscal que están soportando,
por tanto no tienen alternativa a llevar a sus hijos a la escuela pública y
además no tienen la capacidad de proporcionarles en su hogar cultura
financiera a sus hijos, porque ellos, esos padres, no tienen la cultura
financiera necesaria. La extrema izquierda, repito, tiene derecho a
mantener en el analfabetismo financiero a sus hijos, pero no a obligar a que el
resto de hijos de padres que sí valoran la educación financiera sean
condenados al analfabetismo financiero.