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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

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Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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El nuevo presidente de Chile, Gabriel Boric, pretende estatalizar el sistema privado de
pensiones del país porque a su juicio ha fracasado a la hora de proporcionar buenos ingresos
pensionales a los chilenos. Pero, ¿realmente ese es el motivo que impulsa el líder de
izquierdas a querer nacionalizar el sistema privado de pensiones? ¿Realmente los problemas
del sistema privado de pensiones de Chile residen en su naturaleza privada? ¿Se solucionarán
esos problemas con su estatalización o, más bien, se agravarán? Veámoslo.
Uno de los grandes cambios que pretende aplicar el nuevo presidente de Chile, Gabriel Boric,
es acabar con el sistema privado de pensiones que ha prevalecido en el país durante las últimas
décadas. ¿Qué es lo que significa nuestra propuesta en pensiones? ¿Significa que se van a acabar las
FP? Sí. ¿Y por qué Gabriel Boric y la izquierda y la extrema izquierda chilena en general quieren
acabar con el sistema de pensiones privadas del país? Pues porque supuestamente ha fracasado a la hora
de proporcionar pensiones dignas, pensiones suficientes, a los ciudadanos chilenos que acceden
a la jubilación. Y, desde luego, si comparamos la tasa de sustitución del sistema de pensiones
chileno con la tasa de sustitución del sistema de pensiones de otros países desarrollados,
comprobaremos que, en efecto, la tasa de sustitución, es decir, el porcentaje de los ingresos salariales
que termina percibiendo en forma de pensión un pensionista, es mucho más bajo en Chile
que en otros países de la OCDE. En particular, la tasa de sustitución del sistema de pensiones
chileno ronda el 30% tanto para hombres como para mujeres. ¿Esto qué significa? Pues que
hombres y mujeres, cuando acceden a la jubilación, terminan recibiendo unos ingresos en forma de
pensiones que apenas equivalen al 30%, 32% hombres, 28% mujeres, alrededor del 30% de los ingresos
salariales de los que disfrutaban antes de jubilarse. En cambio, en la media de la OCDE vemos
que este dato supera el 50%, es decir, que en el conjunto de la OCDE de este club de países
ricos, cuando los ciudadanos se jubilan, perciben una pensión que ronda el 50% de sus ingresos
salariales previos. Pero es que en el caso de España, donde el sistema público, como
sabemos, es totalmente predominante, en España prácticamente no existe otra forma de obtener
ingresos en la jubilación, que no sean las pensiones públicas que otorga el Estado,
esta tasa de sustitución ronda el 73% tanto para hombres como para mujeres, más del doble
que en el sistema privado chileno. Es decir, que atendiendo a estos datos, parece claro
que el sistema público de pensiones de países como España es muy superior al sistema privado
de pensiones de Chile. A la luz de estos datos, por tanto, parecería lógico que Gabriel
Boric quiera reemplazar el fallido sistema privado de pensiones de Chile por el exitoso
sistema público de pensiones de países como España. Basta, como digo, con observar las
tasas de sustitución para comprobar que país tiene un mejor sistema de pensiones. Sin embargo,
si llegáramos a esta precipitada conclusión, nos estaríamos equivocando. ¿Y por qué razón?
Pues porque Chile, es verdad, tiene una tasa de sustitución en su sistema de pensiones
baja. Pero es que las cotizaciones de los trabajadores chilenos para preparar su futuro
previsional, su ahorro obligatorio de cara a la jubilación, también es mucho más bajo
en Chile que en el resto de países de la OCDE y, por supuesto, mucho más bajo que en España.
En particular, ¿cuáles son las cotizaciones sociales en Chile? Es decir, ¿cuánto obliga
el Estado chileno a los trabajadores chilenos a ahorrar para hacer frente a contingencias
diversas como la jubilación? Pues las podemos observar en el siguiente recuadro. La cotización
social para la jubilación para ahorrar en fondos privados de pensiones es del 10%. La
cotización para el seguro de invalidez y sobrevivencia es del 1,99%. La cotización
para el seguro de salud es del 7%. La cotización para el seguro de accidentes del trabajo y
enfermedades profesionales es del 0,95%. La cotización para cubrir el seguro de cesantía
es decir, el seguro de desempleo es del 3%. Y finalmente, los trabajadores chilenos también
han de pagarle una comisión por gestión de su ahorro a las administradoras de fondos
de pensiones que oscila entre el 0,47% y el 1,54% de su salario.
En España las cotizaciones sociales que soportan los trabajadores no siguen exactamente esta
clasificación de modo que no es posible compararlas directamente. Por ejemplo, en España la sanidad
pública no se paga con cotizaciones sociales, se paga con impuestos generales. A su vez,
la cotización por seguro de desempleo no es del 3% como en el caso de Chile sino de
más del 7%. Pero lo que nos interesa es comparar las cotizaciones sociales de cara a la jubilación.
En España la cotización social por contingencias comunes que cubriría lo que en Chile son
las cotizaciones sociales para pensiones, para seguro de invalidez y sobrevivencia y para
seguro de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales. En España la cotización social
por contingencias comunes es del 28,3%. En Chile la suma de las cotizaciones sociales
de pensiones, de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales y de seguro de invalidez y sobrevivencia
es del 12,94%. Dicho de otra manera, el trabajador español cotiza para su jubilación y para conceptos
aledaños a la jubilación 2,18 veces más que el trabajador chileno. De hecho, el gobierno de
España, precisamente porque ni siquiera con esta excesiva cotización social, consigue cubrir todos
los enormes gastos del sistema público de pensiones. El gobierno de España ya ha anunciado que a partir
de 2023 la cotización por contingencias comunes no será del 28,3%, sino del 28,9%. De modo que el
trabajador español para poderse permitir las prestaciones que hoy está abonando el sistema
público de pensiones tendrá que cotizar 2,23 veces más de lo que cotiza un trabajador chileno.
Si los trabajadores y las trabajadoras de Chile cotizaran tanto para su jubilación como cotizan
los trabajadores y las trabajadoras españolas, ¿cuál sería la tasa de sustitución en Chile? Pues
en el caso de los hombres, en el caso de los trabajadores sería de prácticamente el 70%. Es
decir, que el jubilado chileno recibiría unos ingresos en forma de pensión que equivaldrían al 70%
de sus ingresos salariales promedio durante su época de trabajador. Y a su vez las mujeres al
jubilarse recibirían una tasa de sustitución cercana al 65% de sus ingresos salariales previos a la
jubilación. 70% de tasa de sustitución para los hombres, 65% para las mujeres. Muy cerca ya de la
tasa de sustitución del 73% que proporciona el sistema público de pensiones español y en todo
caso por encima del 50% que proporciona la OCDE. Pero es que además las pensiones públicas en
España no son sostenibles ni siquiera tras las últimas reformas del gobierno de España por las
cuales los trabajadores españoles están obligados a cotizar más de lo que ya cotizaban. Se estima
que a lo largo de las próximas tres décadas la tasa de sustitución en España caerá como poco un
10% de manera que terminaría siendo una tasa de sustitución de entorno al 65% en el mejor de los
casos. Dicho de otra manera, si los trabajadores chilenos cotizaran dentro de su sistema privado
de pensiones, lo mismo que cotizan hoy los trabajadores españoles recibirían una tasa de
sustitución, en el caso de los hombres, que sería superior a la que pueden recibir de manera
sostenible dentro del sistema público de pensiones español. 70% de tasa de sustitución entre los
hombres chilenos 65% entre los hombres españoles y en el caso de las mujeres recibirían aproximadamente
la misma en torno al 65%. Por tanto, el problema de las pensiones chilenas no es que su sistema
privado sea muy ineficiente a la hora de transformar ahorro de los trabajadores en forma de ingresos
pensionales futuros. El problema del sistema de pensiones chilenos ha sido doble. Por un lado,
las bajas tasas de cotización. Ahorrando apenas un 10% del salario mensualmente para la jubilación
no se pueden conseguir altísimos ingresos pensionales en el futuro. En España, repito,
ahorramos casi el 30% de nuestro salario mensual para la jubilación. Y en segundo lugar,
durante muchos años la economía chilena ha estado caracterizada por unas altas tasas de
informalidad. Es decir, que muchos trabajadores no trabajaban con un contrato de trabajo formal
donde existiera la obligación de cotizar para las administradoras de fondos de pensiones.
De esta manera, aquellos trabajadores que han trabajado en la economía informal no han cotizado
oficialmente en el sistema privado de pensiones. Y, por tanto, esos trabajadores que no han cotizado
o que han cotizado muy poco o que han cotizado intermitentemente en las estadísticas oficiales
figuran como trabajadores que reciben del sistema privado de pensiones una pensión muy escasa porque,
efectivamente, no han ahorrado ni siquiera el 10% mensualmente de su salario para la jubilación,
sino un porcentaje muy inferior. Repito, en España se cotiza casi el 30% del salario para
preparar la jubilación y las tasas de informalidad en la economía son mucho más bajas. Es decir,
que la mayoría de los que están trabajando están cotizando, están ahorrando para su jubilación
en esos porcentajes. De ahí que las tasas de sustitución entre Chile y España no sean comparables,
pero no por su sistema público o privado de pensiones, sino porque en España la tasa de
cotización es mucho más alta que en Chile y porque en España prácticamente todo el mundo
que trabaja ha cotizado. Por eso, la mera estatalización del sistema privado de pensiones en
Chile no va a solucionar los problemas de fondo de ese sistema de pensiones, no va a permitir,
per se, pagar pensiones más altas de las que actualmente está pagando. Y eso es algo que
Gabriel Boric lo sabe. ¿Y por qué sabemos que lo sabe? Pues porque en su programa electoral,
Gabriel Boric lleva además de la estatalización del sistema privado de pensiones dos medidas
adicionales. La primera es establecer una pensión básica universal que no se pagaría con cargo a
las cotizaciones sociales, sino con cargo a los impuestos generales que abonan todos los
chilenos, no solo los que trabajan, sino todos. De esa manera, un porcentaje base de las pensiones
que reciben todos los chilenos no saldrá de sus cotizaciones sociales, no saldrá de su ahorro.
Y en segundo lugar, porque Gabriel Boric también lleva en su programa subir las cotizaciones sociales
para las pensiones en 6 puntos. Recordemos que actualmente están en el 10%. Estamos hablando
de un incremento de la cotización para las pensiones del 60%. ¿Y por qué Gabriel Boric quiere
incrementar en 6 puntos las cotizaciones sociales para la jubilación? ¿Por qué sabe que son
insuficientes? Y el problema es ese. El problema no es que el sistema de pensiones sea privado,
el problema es que las tasas de ahorro para la jubilación son demasiado bajas y el sistema
público con las actuales tasas de ahorro tampoco permitiría pagar pensiones más altas. Para que
el sistema público pueda pagar pensiones más altas, necesita obligar a los chilenos a ahorrar
más de lo que están ahorrando. Pero si bajo el sistema privado se hubiese ahorrado un 60% más de
lo que se ha ahorrado, el sistema privado de pensiones también habría proporcionado pensiones
mucho más elevadas que ahora. Entonces, si la solución a los problemas del sistema de pensiones
chileno no es cambiar su naturaleza, no es estatalizar el sistema privado de pensiones,
sino en todo caso fomentar un mayor nivel de ahorro entre los chilenos. Y si Gabriel Boric,
además, lo sabe y se demuestra que lo sabe en las propuestas que hace de subir las cotizaciones
sociales, porque es consciente de que con las actuales cotizaciones sociales el sistema público
tampoco puede abonar buenas pensiones, entonces si la solución no está en estatalizar el sistema
privado de pensiones y si además Gabriel Boric lo sabe porque Gabriel Boric quiere estatalizar el
sistema privado de pensiones, pues muy sencillo para incrementar su control sobre la ciudadanía.
Actualmente, dentro del sistema privado de pensiones, los chilenos son dueños de ese 10%
de su salario que el Estado les obliga a ahorrar. Los chilenos son titulares de ese dinero y de las
inversiones que se efectúan con ese dinero. Dentro de un sistema público de pensiones,
los chilenos dejarán de ser dueños de ese porcentaje del salario que les arrebatará el
Estado para financiar un sistema público de pensiones a conveniencia del Estado y no a
conveniencia de cada ciudadano. Se estataliza el sistema privado de pensiones no para mejorarlo,
sino para incrementar el control que el Estado ejerce sobre los ciudadanos para que los gobernantes
puedan montar redes clientelares, transferencias estatales a determinados grupos de pensionistas
con el objetivo de comprar su voto. Esa es la práctica habitual en España y esa pasará
a ser la práctica habitual en Chile si Gabriel Boric consigue su objetivo de estatalizar el
sistema privado de pensiones. No se hace pensando en los ciudadanos chilenos, se hace pensando en la
nueva casta política chilena.