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José Luis Escribá, hasta ahora presidente del AIREF, de la Autoridad Independiente de
Responsabilidad Fiscal, acaba de ser nombrado un ministro de Seguridad Social de Inclusión
y Migraciones dentro del gobierno socialista de Pedro Sánchez. Escribá es un economista
técnico, muy solvente, muy reputado, muy riguroso, que, sin embargo, se ha opuesto
desde la presidencia del AIREF a que las pensiones estén desindexadas del IPC, es decir, a que
las pensiones solo se incrementen un 0,25 cada año mientras la Seguridad Social tenga un
déficit estructural. Desde la presidencia del AIREF, manifestó en numerosas ocasiones
que a su juicio esta medida, que perjudicaba de una manera tan clara a los pensionistas
actuales, no era en absoluto necesaria para garantizar la sostenibilidad de la Seguridad
Social, lo cual casa perfectamente con el programa electoral de Pedro Sánchez, donde
se propone suprimir el llamado Índice de Revalorización de las Pensiones, es decir,
este corse que impide incrementar las pensiones por encima del 0,25% cada año, no digamos
ya al IPC, mientras la Seguridad Social tenga un déficit estructural. Para muchos, por
tanto, la elección de escribá, que no es un charado, no es un loco, no es un analfabeto
en materia económica, sino que, repito, es una persona muy formada, muy solvente, muy
técnica, muy rigurosa. Para algunos digo, la elección de escribá viene a dar la razón
a todos aquellos que decían que, en el fondo, el sistema de pensiones español tampoco estaba
tan mal, tampoco necesitaba de reformas tan drásticas, tampoco necesitaba de recortes
tan potentes, sino que, con unos mínimos ajustes, con unos pequeños ajustes, la Seguridad
Social pública, las pensiones públicas son perfectamente sostenibles a lo largo del tiempo.
Y, por tanto, escribá vendría a ser el técnico cualificado, el encargado de materializar
estas aspiraciones, de conseguir que la Seguridad Social sea viable, sea sostenible, sin aplicar
recortes profundos sobre los pensionistas. Bien, esta narrativa de que la elección de
escribá va a salvar a la Seguridad Social de recortes, porque escribá, que es una persona,
repito, solvente, técnica rigurosa, que tiene hechos los números, tiene hechos los cálculos,
considera que es prescindible el índice de valorización de las pensiones que podemos
volver a indexar sin grandes problemas las pensiones al IPC. Esta narrativa es una narrativa
profundamente equivocada que hay que contextualizar en los supuestos, en las presunciones que
la AIREF, bajo la presidencia de escribá, efectuó para llegar a la conclusión de que
era posible eliminar el índice de valorización de las pensiones. Una vez estudiemos esos
supuestos, veremos que la tesis de escribá, de que podemos prescindir el índice de valorización
de las pensiones, acaso pudiera ser cierta, pero solo a cambio de otros recortes que compensen
ese incremento del gasto. Empecemos pues analizando esos supuestos, bajo los que escribá considera
que podemos suprimir el índice de valorización de las pensiones y que podemos volver a indexarlas
al IPC. El primer supuesto es el optimismo demográfico de la propia AIREF. Las previsiones demográficas
que efectúa la AIREF para las próximas tres décadas son mucho más optimistas que las
que realizan otros organismos como el Instituto Nacional de Estadística o Eurostat. Más
concretamente, tanto el INE como Eurostat consideran que en el año 2050 la población
española se ubicará entre 44 y 49 millones de personas. La AIREF, por el contrario, cree
confía, estima que la población española se ubicará entre 55 y 60 millones de personas.
Esto es relevante porque también implica que el número de personas en edad de trabajar,
es decir, los potenciales cotizantes a la seguridad social, no se van a reducir tanto
como esperan el INE y Eurostat. En concreto, el INE y Eurostat creen que el número de
personas en edad de trabajar caerá de los actuales 31 millones de personas a una horquilla
entre 24 y 26 millones de personas. En cambio, la AIREF piensa que en el año 2050 el número
de personas en edad de trabajar se ubicará entre 29 y 32 millones de personas, es decir,
que apenas caerá con respecto a sus niveles actuales o que incluso se incrementará. Por
tanto, más personas en edad de trabajar son más cotizantes y son más ingresos a la seguridad
social y también son, por cierto, menos pensiones a pagar. De ahí que las cuentas parezcan más
sostenibles de lo que, si seguimos las expectativas, si seguimos las previsiones, las estimaciones
de INE o de Eurostat parecerían. Pero de dónde viene esta discrepancia entre las previsiones
optimistas en materia demográfica de la AIREF y las previsiones de INE o de Eurostat? Pues
esencialmente debido a los supuestos que a su vez cada uno de estos organismos efectúa
en materia por un lado de tasa de fecundidad de las mujeres, del número de hijos que tienen
las mujeres en edad fértil cada año y por otro en materia de inmigración. Por un lado,
de acuerdo con el INE, la tasa de fecundidad, que actualmente se ubica en 1,3 hijos por
mujer en edad fértil, se incrementará en el año 2050 hasta casi 1,5 hijos por mujer
en edad fértil. Por tanto, tenemos una mejoría, pero no es una mejoría demasiado intensa.
En cambio, la AIREF estima considera que la tasa de fecundidad de las mujeres se incrementará
hasta 1,9 hijos por mujer en edad fértil, de manera que durante los próximos años asistiremos
a un incremento muy sustancial de los nacimientos que en parte proporcionará nueva mano de obra
nuevos cotizantes en el futuro. Por otro lado, y de manera aún más relevante, tanto el INE
como el INE consideran que durante las próximas tres décadas entrarán en España entre 4
y 6 millones de nuevos inmigrantes. Sin embargo, la AIREF eleva esta expectativa hasta los
9 millones de nuevos inmigrantes. De hecho, la AIREF cree que pasaremos de un 10% de la
población española de origen inmigrante a un 15% de la población española de origen
inmigrante. Por tanto, mucha más migración, mucha más de la que esperan el INE y EUROSTAT
significa también mucha más mano de obra, muchos más cotizantes que podrán proporcionar
nuevos ingresos a la seguridad social sin que esta entre abruptamente en déficit y sin
que esta entre abruptamente en un ciclo de endeudamiento insostenible.
Por consiguiente, repito, el primer supuesto bajo el cual escriba considera que se puede
suprimir el índice de revalorización de las pensiones y se pueden volver a indexar
las pensiones al IPC es el de un cierto optimismo sobre la evolución demográfica de nuestro
país. Vaste decir, como resumen, a modo de resumen, que el escenario más pesimista de
la AIREF sobre nuestra evolución demográfica futura, es más optimista que el escenario
central de EUROSTAT y mucho más optimista que el escenario central del Instituto Nacional
de Estadística. Esto ya pone de manifiesto un cierto sesgo que facilita, que favorece
sobre el papel, ya veremos y sobre la realidad, que las cuentas de la seguridad social no
estén tan desquadradas. Pero este es solo uno de los supuestos. Hay otros tres supuestos
que también conviene considerar. El segundo es que escriba piensa que la reforma de las
pensiones del año 2011, mediante la cual se eleva la edad de jubilación a los 67 años
y se incrementa el periodo de cálculo de la pensión hasta tomar los últimos 25 años
trabajados esa reforma. Y una parte de la reforma de las pensiones del año 2013, por
la que se establece el índice de revalorización de las pensiones, y el factor de equidad intergeneracional,
este último lo que hace es reducir la pensión de los nuevos pensionistas conforme se incrementa
la esperanza de vida, decía toda la reforma de las pensiones del año 2011 y una parte
de la reforma del año 2013, en concreto, el factor de equidad intergeneracional tienen
que mantenerse en vigor. Es decir, de toda la reforma del sistema de pensiones, de todos
los recortes del sistema de pensiones que aprobaron PESOE en el año 2011 y PEP en el año 2013,
escriba, solo cree, solo piensa que podemos eliminar el índice de revalorización de las
pensiones, la desindexación de las pensiones del IPC, pero no las condiciones de acceso
a la jubilación empeoradas, de acuerdo con la reforma de las pensiones del año 2011,
y más importante, el factor de equidad intergeneracional de la reforma de las pensiones del año 2013,
digo más importante porque el PESOE lleva en su programa suprimir este factor de equidad
intergeneracional, de manera que el ministro de Seguridad Social, o tendrá que hacer
caso a sus propios cálculos, a sus propias estimaciones, a sus propias recomendaciones
como presidente de la IRF, o tendrá que hacer caso al mucho más de Magogo, programa electoral
del Partido Socialista, que sin echar una sola cuenta proponía eliminar este factor
de equidad intergeneracional que contribuye a garantizar la sostenibilidad financiera
de las pensiones públicas. Pero en todo caso parecería que, bueno, que al menos escriba,
verá que podemos suprimir, sin consecuencias, impunemente, una lacra, un recorte muy importante
aprobado por el Partido Popular en el año 2013, como es el índice de revalorización
de las pensiones, la desindexación de las pensiones del IPC. Y esto, como digo, es cierto,
escriba, echa los números, echa los cálculos, y dice sí, podemos prescindir de él. Pero
podemos prescindir de él, no de manera gratuita. Prescindir del índice de revalorización de
las pensiones tiene dos costes, y estos son los dos otros supuestos que no se suelen
mentar en las noticias cuando se alaba el trabajo de escriba, razonablemente, por haber
descubierto una manera de equilibrar el sistema de pensiones sin recurrir a desindexar las
pensiones del IPC. ¿Y cuáles son esos otros dos supuestos? Primero, se tienen que producir
recortes alternativos que sustituyan al índice de revalorización de las pensiones. ¿Qué
recortes alternativos propugna escriba profundizar en la reforma de las pensiones del año 2011?
Por un lado, elevar la edad efectiva de jubilación. La edad legal de jubilación ya se está
incrementando de manera progresiva hasta el año 2027. ¿Qué sucede? Que no todo el mundo
se jubila cuando cumple la edad legal de jubilación. Hay mucha gente que se jubila antes, de hecho
en la actualidad casi la mitad de los jubilados se jubilan antes de los 65 años. Por tanto,
lo que dice escriba es, dificultemos el acceso a la jubilación anticipada, dificultemos
que la gente pueda jubilarse antes para que la edad efectiva de jubilación no la legal,
la legal ya se ha incrementado, sino la efectiva, pase de los 62,5 años en la actualidad a
65,5 años en el año 2050. Sin ninguna medida adicional, solo por el incremento de la edad
legal de jubilación, la AIREF estima que en el año 2050 la edad de jubilación efectiva
se da de 64,5 años. Y escriba quiere adoptar medidas, ya digo, restringir, dificultar el
acceso a la jubilación anticipada para elevarla un año adicional. Con ese año adicional,
el número de pensionistas en el año 2050 será de 600.000 pensionistas menos que si
no se tocará nada, que si se dejará el régimen de jubilación anticipada como lo está ahora
mismo. Por tanto, sí, suprinimos el índice de revalorización de las pensiones, pero a
cambio de que en el año 2050 600.000 personas menos cobren pensión de las que alternativamente
la habrían cobrado. Segundo recorte que plantea escriba, elevar el periodo de cálculo de
la pensión desde los últimos 25 años cotizados a los últimos 35 años o incluso a toda la
vida laboral. Algunas personas, desde luego quizás salgan beneficiadas por este cambio,
si esas personas han estado por ejemplo desempleadas durante los años previos a la jubilación
o han estado super empleadas a salarios muy bajos, tomar toda la vida laboral les puede
beneficiar. Pero en general, tomar toda la vida laboral perjudica, ya digo en términos
medios, a los pensionistas. ¿Por qué? Porque lo normal es que una persona los primeros
años de su vida cobre muy poco y luego vaya adquiriendo un salario mayor. De hecho, el
propio escriba estima que si tomamos los últimos 35 años cotizados para calcular
la pensión, la tasa de sustitución calculada como la pensión que estoy cobrando en relación
con el último salario que he percibido, bajará en 4 puntos, bajará del 56 al 52%, ya digo
del último salario. He dicho de otra manera, si se alarga el número de años para calcular
la pensión media, se hace no con el propósito de aumentar las pensiones, sino con el propósito
de recortarlas. Por tanto, ya tenemos dos recortes, 600.000 personas menos van a cobrar
pensión en el año 2050 y además todos aquellos que la cobren van a cobrar una cantidad menor
de la que cobrarían si no se aprobarán reformas alternativas sustitutivas al índice de revalorización
de las pensiones. Nos recortamos vía índice de revalorización de las pensiones, pero sí recortamos
el número de pensionistas que cobrarán pensión y en cuantía de la pensión que cobrarán.
Y en tercer lugar, la AIREF también recomienda, aunque en este caso no de manera muy clara,
no hace ninguna propuesta muy específica al respecto, pero sí lo coloca encima de la
mesa, que hay que racionalizar las pensiones por incapacidad. De manera, dice que se aproveche
mejor el potencial laboral de los discapacitados. Se trata de una frase sin mayor desarrollo,
pero que claramente está indicando, claramente está orientando a la necesidad de restringir,
de recortar, de dificultar el acceso a las pensiones por discapacidad. Por tanto, más
gasto reindexando las pensiones al IPC, pero menos gasto reduciendo el número de personas
que van a cobrar pensión, reduciendo la pensión que van a cobrar y limitando el acceso a determinadas
clases de pensión como la pensión por incapacidad. Pero incluso así, restableciendo la indexación
de las pensiones al IPC y adoptando recortes sustitutivos que compensen en parte el incremento
del gasto debido a la indexación de las pensiones al IPC, la AIREF considera, y este es el cuarto
supuesto que no se suele explicitar en la prensa cuando se nos dice que escriba, ha encontrado
la fórmula mágica para reindexar las pensiones al IPC sin grandes recortes dentro del sistema,
digo la AIREF considera que, con estas condiciones, la deuda pública aumentará de aquí, al
año 2050, como consecuencia de los déficits de la seguridad social, en 23 puntos. Es
decir, que el plan de escriba, en parte, se basa en endeudar a los españoles. Es verdad
que no en endeudarlos de una manera brutal, insostenible y responsable, 23 puntos del
PIB no nos van a llevar al default, pero que una economía que tiene una deuda cercana
al 100% del PIB, asuma 23 puntos más de deuda, aparte de toda la que pueda venir si llega
a otra crisis, etcétera, 23 puntos de deuda más, porque nos empeñamos en indexar las
pensiones al IPC, pues hombre, no digo que nos vaya a llevar al default, pero a lo mejor
tampoco es lo más prudente ni lo más recomendable que deba hacerse. No te sé de hecho la diferencia
con respecto a la propia previsión de la AIREF, sino reindexamos las pensiones al IPC.
Si mantenemos el régimen actual, reforma de 2011 y reforma de 2013, la deuda pública
no aumentará en 23 puntos, sino en 7. Es decir, que el propio escriba reconoce que
el índice de revalorización de las pensiones, que limita la subida de las pensiones a un
0,25% al año, es un mecanismo más efectivo para reequilibrar las cuentas de la seguridad
social que las fórmulas alternativas que él propugna. De hecho, y ya para terminar,
comparemos los dos modelos. El modelo en vigor es un modelo que reconoce la necesidad
de recortes y que intenta distribuir esos recortes entre las generaciones presentes
y las generaciones futuras de pensionistas. ¿Por qué? Pues porque a las generaciones
presentes se les castiga desindexando sus pensiones del IPC, pero a las generaciones futuras
se las castiga jubilándose más tarde y con una menor pensión, tanto por una alteración
de las reglas de cálculo de la pensión, cuanto por la introducción del factor de
equidad intergeneracional, que como hemos dicho, reduce la pensión de los nuevos pensionistas
en función de la elevación de la esperanza de vida. La propuesta del nuevo ministro de
Seguridad Social, que es una propuesta que técnicamente también es viable, se basa
en cambio en reconocer la necesidad de recortes, pero en concentrar todos esos recortes en
las generaciones futuras. En lugar de desindexar las pensiones del IPC, lo que hacemos es retrasar
todavía más la edad de jubilación, empeorar todavía más las condiciones de cálculo
de la pensión, restringir el acceso a determinadas clases de pensiones a los potenciales pensionistas
futuros, en concreto a las pensiones de incapacidad, y no lo olvidemos en deudar bastante más
al conjunto de los contribuyentes y también de los pensionistas futuros. Más deuda pública
futura significa o más impuestos futuros o menos servicios públicos futuros, más
recortes de otras partidas de gasto en el futuro. Por tanto, menos pensionistas, menos
pensiones y más deuda pública, más impuestos o menos servicios públicos para las generaciones
futuras, de lo que habría si simplemente se mantuvieran plenamente en vigor la reforma
de 2011 y la reforma de 2013 actual. Desde luego no parece lo más equitativo intergeneracionalmente
que un problema de viabilidad del sistema público de pensiones se descargue completamente
sobre las generaciones venideras en lugar de distribuirlo entre las generaciones presentes
y las generaciones futuras. Es cierto que la IRF, en el documento en el que efectúa
todos estos análisis, proporciona un motivo bastante razonable para preferir que los
recortes se concentren en las generaciones de pensionistas futuras en lugar de que se dispersen
entre las presentes y las futuras. Y este motivo es que las generaciones futuras tienen
margen para reaccionar. Si se les comunica, si se les anuncia, que van a cobrar menos
pensión de la que hasta la fecha esperaban que iban a cobrar, tienen tiempo, pues, por
ejemplo, para ahorrar y tratar de compensar ese tijer de tazo futuro en sus pensiones.
En cambio, las generaciones presentes de pensionistas ya no tienen ese margen para trabajar más
horas, reducir su consumo presente y ahorrar para tener más renta en el futuro, etcétera.
De ahí que sea preferible imputar y asignar los recortes, el agujero a las generaciones
de pensionistas futuros y a las generaciones de pensionistas presentes. Como digo, no es
un mal motivo, de hecho, en ocasiones para determinados asuntos yo mismo he utilizado
este argumento, por ejemplo, para la necesidad de comunicar ya mismo cuál es la situación
real de la seguridad social a los trabajadores actuales para que intenten reaccionar lo antes
posible a los recortes que vienen en el futuro, pero mucho me temo que el motivo principal
por el cual se prefiere concentrar los recortes del sistema de pensiones en las generaciones
futuras en lugar de distribuirlos entre las generaciones presentes y las generaciones
futuras no es el motivo anterior. El motivo real por el cual se pretenden concentrar
los recortes, los ajustes, los agujeros en las generaciones de pensionistas futuras es
que las generaciones de pensionistas presentes votan a los políticos presentes y las generaciones
de pensionistas futuros votan a los políticos futuros. En la medida en que un político,
y escribá desde que ha abandonado la AIREF y se ha convertido en ministro de la seguridad
social es un político, en la medida en que un político puede, tiene cierto margen para
escoger si pretende castigar tanto a sus electores presentes como a sus no electores futuros
o en cambio castigar solo a sus no electores futuros parece mucho más razonable desde
su interés personal que es la reelección y seguir a corto plazo en el poder que opte
por concentrar los recortes entre sus no electores futuros porque los no electores futuros
serán electores de los políticos que hay en el futuro que no serán los mismos que
los políticos que hay en el presente. Por tanto y en definitiva muchos de nosotros,
muchos de los que estáis viendo este vídeo y que os vais a jubilar en el año 2050, 2055
o 2060 vais a sufrir recortes mucho mayores de los que ya ahí vais a sufrir para que
los pensionistas actuales no sufran ningún recorte hoy y por tanto sigan votando a los
políticos que les han salvado de esos recortes. Esto como ya he dicho muchas veces no tiene
nada de solidaridad intergeneracional de lo que tiene es de un profundísimo egoísmo
intrageneracional. Los votantes actuales viven a costa de los votantes futuros que hoy todavía
no tienen suficiente voz ni voto.
Gracias por ver este vídeo, nos vemos en el próximo vídeo y nos vemos en el próximo vídeo.