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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

Primero, nos decían que la inflación no iba a llegar, luego que la inflación sería
meramente transitoria. Y ahora el argumento es que la inflación es buena, que la inflación
perjudica a los ricos y beneficia a los pobres. Pero, ¿realmente es así? Veámoslo.
La inflación en países tan diversos como Estados Unidos, España o Alemania, se encuentran
su nivel más elevado de los últimos 30 años. Ante esta situación, muchos economistas que
hace unos meses nos decían que esto era imposible que fuera a suceder, que era imposible que
la inflación aumentara, ahora están reciclando su discurso. Y su discurso es que sí, que
claro que puede haber inflación, que estamos viviendo inflación, pero que no debemos
preocuparnos por ello, porque la inflación es beneficiosa para los más pobres de la
ciudad. Por ejemplo, hace unos días, Gonzalo Bernardo en Twitter escribió lo siguiente.
¿A quién favorece y perjudica una inflación más elevada que la de la pasada década?
Principales perjudicados, los rentistas, los ricos, principales beneficiados, los parados.
Tienen más fácil encontrar un empleo si la mayor inflación es por un gran incremento
de la demanda. Asimismo, Eduardo Garzón hace unos meses, quizá colocándose la venda antes
de la herida, publicó el siguiente vídeo en el que nos intentaba explicar que si bien
la teoría monetaria moderna no generaba inflación, aunque generas inflación, tampoco sería
tan mala, porque la inflación es beneficiosa para las rentas más bajas.
Entonces, ¿por qué esa manía contratar de que la inflación sea muy baja en torno
al 2% anual? Pues hay explicaciones de todos los colores, pero una muy interesante es la
que señala a quiénes se benefician de la inflación y quienes pierden con la inflación.
Los inversores financieros y los acreedores pierden con la inflación, mientras que los
debudores salen ganando. Por eso es verosímil pensar que es la élite financiera la principal
interesada en que la inflación esté lo más baja posible, incluso aunque ello sea a costa
de lastrar el crecimiento económico.
¿Beneficia la inflación a los ricos? ¿Beneficia la inflación a los pobres? Bueno, creo que
al responder esta pregunta debemos subir de apriorismos. Los efectos de la inflación
sobre el patrimonio de una persona dependerán por un lado de la composición de sus activos,
por otro lado de la composición de sus pasivos, por otro lado de la sensibilidad de sus ingresos
a la inflación, y por último de la sensibilidad de sus gastos a la inflación. Dicho otra
manera, la inflación afecta a activos, a pasivos, a ingresos y a gastos, y por tanto
es la combinación de todos estos efectos, lo que provoca que la inflación enriquezca
o empobrezca a una persona. En concreto, si una persona tiene activos que se revalorizan
con la inflación, por ejemplo algunos tipos de acciones, por ejemplo propiedad inmobiliaria,
también podría llegar a ser el caso del oro o de las monedas digitales como bitcoin,
si una persona tiene ese tipo de activos y hay inflación, puede que la inflación no
le dañe o incluso que desde el lado del activo salga beneficiado. Si por ejemplo hay mucho
miedo a la inflación y muchas personas se refugían en el oro, el oro puede aumentar
de precio incluso más que la inflación, de modo que aquellos que estuvieran invertidos
en oro saldrían ganando como consecuencia de ese estallido inflacionista. Pero bueno,
como poco a un activo frente a la inflación se le pide no perder, es decir, que suba tanto
de precio como ha subido la inflación. En ese caso, la inflación desde el lado del
activo no te estaría perjudicando. En cambio, si tienes activos que no se revalorizan con
la inflación, básicamente renta fija, entonces la inflación te arruina. Desde el lado del
pasivo, pues tres cuartos de lo mismo. Si tienes pasivos que no suben con la inflación,
que haya inflación te beneficia. Si debes una cantidad de dinero fija, que haya inflación
te beneficia porque el valor real de esa deuda se disuelve. Ahora, si tuvieses deudas que
por ejemplo estuviesen indexadas a la inflación, pues que hubiese inflación no te beneficiaría.
No te perjudicaría, pero desde luego no te beneficiaría en la medida en que el importe
nominal que tendrías que devolver se incrementaría conforme aumenta la inflación. A su vez,
si no tienes deudas, desde el lado del pasivo, la inflación tampoco te beneficia. La inflación
beneficia en términos generales al deudor, al deudor que a deuda cantidades fijas de
dinero. Quienes no tienen deudas o tienen deudas, tienen pasivos indexados a la inflación,
porque no son beneficiados por la inflación. Desde el lado de los ingresos, si tienes ingresos
que son sensibles a la inflación, es decir, si por ejemplo tienes buena capacidad para
renegociar tus ingresos al alza, si tienes un cierto poder de renegociación de tus ingresos
al alza en caso de que haya inflación, pues la inflación como poco no te perjudica.
Ahora, si tus ingresos son relativamente fijos, constantes y no tienes mucha capacidad de renegociación
al alza de esos ingresos, la inflación reducirá tus ingresos reales y, por tanto, te empobrecerá.
Lo mismo con respecto a los gastos. Si tus gastos, si tu cesta típica de la compra, se
encarece al mismo ritmo o incluso a mayor ritmo que la inflación, es decir, si compras
productos que están subiendo de precio y no tienes margen para dejar de comprar esos
productos, entonces la inflación estará aumentando tus gastos. Imaginemos que una
persona no puede elevar sus ingresos al alza porque no tiene capacidad para renegociar
sus ingresos, su salario al alza si hay inflación y, en cambio, su cesta de la compra si se
está encareciendo y son productos tan básicos que no puede dejar de comprar, pues esa persona
se empobrecerá muy notablemente. Ahora, si puedes dejar de comprar aquellos productos
que se han encarecido más con la inflación o tu cesta de la compra está compuesta por
productos que no se están encareciendo por la inflación, entonces, desde el lado de
los gastos, la inflación no te tiene por qué perjudicar, de manera que si, por ejemplo,
tienes capacidad de renegociación al alza de tus ingresos por inflación, acudes a
tu jefe y le dices, mira, los precios están subiendo un 4%, subeme el salario un 4% para
acompasar mis ingresos a la inflación. Pues por ese lado, por el lado de los ingresos
cobras más, pero si por el lado de los gastos tienes la fortuna, tienes la suerte de que
aquello que típicamente consumes no se ha encarecido, pues ahí no tendrás que hacer
un sobre esfuerzo en forma de gasto nominal. Cobrarás más en términos nominales, pero
no gastarás más en términos nominales, de manera que por este lado, por el lado de
los ingresos y de los gastos, te estarías enriqueciendo gracias a la inflación. En resumen, la inflación
beneficia a aquellos que tengan activos que se revaloricen con la inflación y a aquellos
que tengan pasivos que no se revaloricen con la inflación. También beneficia a aquellos
que tengan ingresos que se revaloricen con la inflación y a aquellos que tengan gastos
que no se revaloricen con la inflación. En cambio, la inflación perjudica a quienes
tengan activos que no se revaloricen con la inflación y a quienes tengan pasivos que
sí se revaloricen con la inflación, y perjudica también a aquellos que tengan ingresos que
no se revaloricen con la inflación y a aquellos que tengan gastos que sí se revaloricen
con la inflación. Por tanto, antes de decir si los ricos o sí los pobres salen en términos
generales, universales, atemporales, beneficiados o perjudicados por la inflación, lo que tenemos
que analizar es cuál es la composición del activo y del pasivo, de ricos y pobres, cuál
es la estructura de ingresos y gastos de ricos y pobres. Si no hacemos esto, todo lo demás
es hablar por hablar. Bien, pues empecemos analizando cuál es la estructura del activo
en España por niveles de renta. Para ver si, en función de la estructura del activo,
hay que pensar que la inflación beneficiera más a las rentas más altas o a las rentas
más bajas. En primer lugar, ¿cuáles son los activos reales que poseen las familias
de renta baja o de renta alta? Los activos reales son activos que se tienden a revalorizar
con la inflación. Por tanto, contar con esos activos reales es una forma de protegerte
frente a la inflación. Pues bien, como podemos observar, el porcentaje de familias que tienen
vivienda principal en propiedad, que es una buena forma de protegerte frente a la inflación,
es decreciente con el nivel de renta. A menor renta, menor porcentaje de vivienda en propiedad.
El 20% más pobre, el 20% de familias más pobres de España, en un 60% o 61% es propietaria
de vivienda. Pero el 10% con rentas más altas de España lo es en un 86%. Y lo mismo pasa
con otros activos reales como otras propiedades inmobiliarias. El 20% con menor renta apenas
posee otras propiedades inmobiliarias en un 27%. El 10% más rico en un 72%. Con joyas,
obras de arte o antigüedades, el 20% más pobre posee algo de esto en un 16%. El 10% más
rico en casi un 40%. Es decir, hay más activos reales entre las familias de renta alta que
entre las familias de renta baja. Por tanto, en esta rúbrica, la inflación perjudica
más claramente a las rentas bajas que a las rentas altas, porque las rentas altas tienen
formas vía activos reales de protegerse frente a esa inflación. Pero los activos reales
no son el único tipo de activos que poseen las familias españolas. Las familias españolas
también poseen activos financieros. Un 13% de su activo total son activos financieros
entre las familias más pobres y un 26% de su activo total son activos financieros para
las familias de renta más alta. Pero lo que cuenta es la composición de esos activos
financieros. Como sabemos, activos financieros que se revaloricen con la inflación, fundamentalmente
acciones, tendrán a protegerte frente a la inflación. Activos con un valor fijo te
tendrán a perjudicar, te tendrás a empobrecer con la inflación porque no se van a revalorizar
aunque suban los precios. Veamos cuál es la composición de los activos financieros
de las familias españolas. Como podemos observar, el 40% de familias con renta más baja posee
alrededor del 50% de su activo financiero en algún tipo de cuenta corriente, el 35%
en cuentas y depósitos utilizables para realizar pagos, el 13% en cuentas no utilizables para
realizar pagos y cuentas viviendas. En cualquier caso, 50% en un activo que es renta fija. En
cambio, el 10% de familias con mayor renta apenas tiene el 20% de su activo financiero
en este tipo de cuentas. ¿Y dónde tienen, por tanto, los activos financieros las familias
de renta más elevada? Un 17% lo tienen en acciones cotizadas en bolsa, frente a menos
del 5% entre las familias más relativamente pobres. A su vez, y como podemos observar,
las familias de renta más alta también tienen el 23% de todos sus activos financieros en
acciones no cotizadas y participaciones, las cuales también tienden a revalorizarse con
la inflación, dependiendo del negocio, pero al menos hay opción de que se revaloricen.
En cambio, las familias de renta más baja apenas tienen en esta rúbrica el 0,6%. Por
tanto, también en este caso parece que las familias de renta más alta disponen de una
tipología de activos que son más conducentes a conservar el poder adquisitivo de tu patrimonio
si hay inflación. Repito, la mitad de los activos financieros de las familias de renta
más baja son cuentas corrientes que no se revalorizan con la inflación, y buena parte
del otro 50% que están compuestos por planes de pensiones y demás también son, previsivamente,
en gran medida activos vinculados a productos de renta fija que tampoco se revalorizan
con la inflación, de tal manera que al final la sensibilidad del activo financiero de las
familias más pobres de la inflación es bastante escasa.
Vayamos ahora con las deudas. Recordemos que cuanto más endeudada esté una persona en
deudas que no se revalorizan con la inflación, tanto más beneficiada sale por la inflación,
dado que el valor real de esas deudas se diluirá. En este sentido, las familias pobres
están más endeudadas relativamente que las familias ricas, pues no están ni mucho menos
tan claro. Como podemos observar, la deuda como porcentaje de los activos totales de
una familia entre las familias más pobres representa la deuda sobre los activos totales
el 10,4% y entre las familias más ricas, las familias en el top 10 de ingresos, esas
deudas representan el 9,3% de sus activos totales, es decir, si las familias más ricas
están relativamente algo menos endeudadas que las familias pobres, pero no es un abismo
de diferencia. Y además, el grueso de la deuda se concentra en familias más bien
de renta media, casi casi de renta alta. Por consiguiente, aquí no existe, como en
el caso de la vivienda o como en el caso de la distribución de la tipología de activos
financieros, diferencias muy abruptas entre la cantidad de deuda que poseen los ricos
y la cantidad de deuda que poseen los pobres. Si hay inflación más o menos, todos se
verán beneficiados de una manera relativamente similar. En términos relativos, ahora bien,
nos olvidemos que la deuda que en términos absolutos poseen las familias más ricas es
muy superior a la deuda que en términos absolutos poseen las familias más pobres. Dicho otra
manera, es mucha más deuda el 9,3% de los activos de las familias ricas que el 10,4%
de los activos de las familias pobres. Por tanto, la inflación desde el lado de la deuda
en términos absolutos, que no en términos relativos, en términos absolutos beneficiaría
mucho más a las familias ricas, porque son ellas las que en términos absolutos cargan
con más deuda dentro del conjunto de la economía. En definitiva, desde el punto de vista del
balance contable, la inflación parece que va a tender a beneficiar bastante más a los
ricos que a los pobres. ¿Por qué? Porque los ricos tienen activos que se revalorizan
con la inflación, los pobres no, y en términos relativos están más o menos igual de endeudados
los ricos que los pobres, y en términos absolutos mucho más endeudados los ricos que los pobres.
Por tanto, ya digo, desde el punto de vista del balance contable de las familias, la inflación
perjudicará especialmente a los pobres, o perjudicará más a los pobres que a los ricos.
¿Y qué decir desde el punto de vista de la cuenta de resultados? Es decir, qué decir
con respecto a los ingresos y a los gastos. En primer lugar, no conozco ningún tipo de
estudio o de estadística, probablemente existan, pero no los conozco, que mida la capacidad
de renegociación al alza de los salarios por niveles de renta. Sin embargo, y a falta
de evidencia que lo confirme, creo que intuitivamente todos entenderemos que las familias de renta
más alta serán aquellas que tengan mayor margen para renegociar sus ingresos al alza
si hay inflación. Básicamente porque los trabajadores bien remunerados suelen tener
mayor poder de negociación, que los trabajadores supe empleados, que los trabajadores en ocupaciones
de bajo valor añadido y, por tanto, los ingresos de ese grupo de trabajadores supe empleados,
precarios, mal remunerados, que alternan muchas veces empleo con desempleo, los ingresos
de ese grupo de trabajadores probablemente no se revaloricen tanto como la inflación.
Aunque aquí también tendrá mucho que ver las políticas públicas que se apliquen y
la negociación colectiva. Por tanto, no quiero hablar en términos apodícticos, pero sí
diría que, en términos generales, los trabajadores con salarios más elevados van a tener un
mayor poder para renegociar esos salarios al alza, ajustándolos a la inflación, que
los trabajadores con rentas más bajas.
Pero vayamos ahora con los gastos. En este gráfico del BBVA Research podemos observar
la diferencia porcentual entre la inflación general, entre el IPC, y la inflación particular
que sufre cada familia en función de su renta.
Y como podemos ver, las familias de renta más baja, los quintiles 1, 2 y 3, tienen unos
diferenciales positivos con respecto a la inflación general, es decir, que los precios
de aquellos productos que compran suben relativamente más que el IPC general, que el IPC promedio,
la inflación promedio. En cambio, las familias de renta más alta, los quintiles 4 y 5, tienen
diferenciales negativos con respecto a la inflación general, es decir, que los precios
de los productos que ellas compran suben menos que la inflación general.
Es verdad que este análisis empírico concluye en 2014, es decir, quizá la naturaleza actual
de la inflación se distribuya de manera distinta entre las distintas familias con diferentes
niveles de renta, pero si la inflación afectara de un modo similar a como afectó entre 2007
y 2014 a las familias españolas, tendríamos que los gastos de las familias de renta más
bajas son más sensibles a la inflación, es decir, suben tanto o más que la inflación
general, mientras que los gastos de las familias de renta más altas son menos sensibles a
la inflación, es decir, suben menos que la inflación general.
Por consiguiente, desde el punto de vista de la cuenta de resultados, tampoco parece
que las rentas altas, que los ricos, sean los más perjudicados por la inflación.
Probablemente sus ingresos sean relativamente más sencillos de indexada la inflación,
que los de las rentas bajas, y como vemos, su estructura de gastos es menos sensible,
está menos dañada, perjudicada por la inflación, que la estructura de gastos de las rentas
bajas.
Las rentas bajas les puede costar más que sus ingresos aumenten con la inflación,
y sus gastos, en cambio, sí aumentan tanto o más que la inflación, y en ese caso,
su ahorro real se reduciría.
En definitiva, entre los pobres, el ahorro que ya hayan acumulado hasta el momento,
su patrimonio neto, la diferencia entre sus activos y sus pasivos, tenderá a reducirse
más, que en el caso de los ricos, con la inflación.
¿Por qué?
Porque sus activos son activos que los protegen menos frente a la inflación, y sus deudas,
en términos relativos, no son muy distintas, y en términos absolutos, las deudas de los
ricos son mucho mayores que las de los pobres, de modo que la inflación, desde el lado
de las deudas, en términos absolutos, beneficiaría más a los ricos que a los pobres.
Y desde el punto de vista de la generación de nuevo ahorro real, de su capacidad para
incrementar el ahorro, el volumen de ahorro que ya tienen acumulado, como ya hemos visto,
la generación de nuevo ahorro real, tenderá a caer más, entre los pobres, que entre los
ricos, como consecuencia de la inflación, porque los pobres no pueden aumentar tanto
sus ingresos nominales en reacción a la inflación, como los ricos, previsiblemente no tienen
esa capacidad, y a su vez, sus gastos, se aumentan más que los gastos de los ricos,
como reacción a la inflación.
Como vemos, el análisis de a quién beneficia y a quién perjudica la inflación, es un
análisis bastante complejo, de hecho, estamos dejando otras variables fuera del análisis,
simplemente estamos viendo de manera estática a quién beneficia y a quién perjudica la
inflación.
Y no es un análisis, por tanto, que quepa despacharlo con conspiranoías, como que los ricos se
perjudican, salen perjudicados con la inflación, y por tanto, están moviendo sus hilos tramposamente
para manipular a los ciudadanos y que también se opongan a la inflación.
Los desos ciudadanos ya están empezando a sentir en sus propias carnes cómo la inflación
los está empogreciendo.
No necesitan de ningún rico que les lave la cabeza para posicionarse en contra de esa
inflación, que está haciendo aumentar sus gastos y que no se está traduciendo en mayores
ingresos, o que está diluyendo el valor del dinero que tienen en la cuenta corriente,
del escaso dinero que han logrado ahorrar a lo largo de años, y que es devorado por
ese impuesto inflacionista que algunos defienden porque dicen que perjudica a los ricos.
En realidad, siguiendo vuestra misma lógica, cabría pensar que vosotros defendéis la
inflación porque beneficia a una gente al que vosotros si rendís pleites y ideológica,
como es el Estado.
La inflación es la salud del Estado, porque la inflación le proporciona ingresos nominales
adicionales al Estado y porque la inflación diluye el valor real de las deudas del Estado.
Todos los estatistas adoran la inflación porque es uno de los principales combustibles
que utiliza el Estado para crecer.
Por tanto, si algunos economistas dicen que otros critican la inflación porque supuestamente
perjudica a los ricos, a lo mejor es que ellos sí defienden la inflación porque ciertamente
beneficia al Estado aún perjudicando a muchísimas personas de renta alta, de renta media y también
y mayormente de renta baja.