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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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Pues como les decía, hoy está con nosotros Don Juan Ramón Rayo.
¿Cómo estás, Juan? ¿Qué tal?
¿Qué tal? Gracias por la invitación, Jano.
Nada un placer. Ya sabes que nos gusta que te pases por aquí.
Pero antes de abordar los temas que atañen a la economía española,
hay una noticia más importante y es que, por fin,
has entregado tu libro, que saldrá el 30 de noviembre,
pero que ya está en preventa, Anti-Marx.
Un libro que te lleva años trabajando en él, ¿no?
Sí, llevo varios años.
Es verdad que no siempre con una dedicación exclusiva.
De hecho, yo creo que estuve casi un año sin tocarlo.
Pero sí, a lo mejor empecé a escribirlo hace cuatro años aproximadamente.
Sobre todo, lo más intenso ha sido el último año y medio.
Y bueno, la verdad que estoy contento con el trabajo final,
que seguro que es mejorable en muchos sentidos,
pero creo que trabajo suficientemente acabado
primero para analizar objetivamente
o todo lo objetivamente que sea posible,
porque al final siempre son interpretaciones,
pero todo lo objetivamente que sea posible,
el pensamiento de Marx y después para tratar de destrozarlo
también todo lo que sea posible.
Bueno, vamos a dejar el link, porque ya está en preventa,
en la descripción para que ustedes puedan hacer ya su reserva.
O sea, el 30 de noviembre son dos tomos,
1.700 páginas o 1.800.
Bueno, todavía no está el paginado terminado,
pero sí, rondará por ahí.
No creo que llegue a las 2.000, pero no se andará muy lejos.
Te estás dejando un poco el look de Marx, ¿eh?
Juan, estás ahí... Sí, pero eso...
Para meterte al personaje, ¿no?
Eso no, ha sido más que nada,
porque el trabajo de las últimas semanas
no me ha dejado tiempo a mucha cosa,
porque a lo mejor también Marx en parte tenía ese look por eso,
porque Marx, en contra de lo que a veces se dice,
no le gustaba trabajar, es verdad,
en trabajos que podríamos llamar alienantes,
pero sí que trabajaba muchísimo, intelectualmente,
y no hacía prácticamente otra cosa que eso.
Bueno, pues ahí tienen ustedes ese libro,
que ya podrán, supongo, que habrá mucha más información
respecto de Marx, también la teoría económica.
Sí, eso son notas a pie de páginas,
que nadie crea que esto es un libro
donde se va a atacar a Marx o las ideas de Marx...
Las ideas de la teoría económica, no, su teoría.
Claro, no se va a atacar a las ideas de Marx
en función de la vida del personaje o de la persona,
pero sí es cierto que en ocasiones Marx intenta hacer una conexión,
por ejemplo, de estilo de vida
o de condiciones materiales de vida con ideología,
o al menos algunos intentan hacer en el marxismo esa conexión,
y bueno, pues también entonces es pertinente
analizar si Marx tenía un estilo de vida proletario
que le permitía desarrollar la ciencia proletaria o no, claro.
Lo que también es pertinente a abordar
son los presupuestos ganas del Estado
que ha aprobado el gobierno español,
y ya, bueno, la autoridad fiscal ha dicho que nacen viciados,
y bueno, el gobierno ha dicho que a pesar de eso no va a hacer ningún cambio.
¿Cuál es tu opinión de unos presupuestos
que muchas veces nosotros olvidamos que es la ley más importante
que aprueba una nación?
Porque es la que va a fijar el rumbo a corto y también a medio plazo.
Puedo hacer unos presupuestos generales ruinosos.
Vale, vas a subir las consecuencias al corto,
pero también al medio plazo.
¿Cuál es tu impresión de estos presupuestos?
Bueno, en cuanto a la forma, creo que en los comentarios
que ha hecho la autoridad independiente de responsabilidad fiscal,
la AIREF son llamativos.
Es decir, que nacen viciados y con carencias importantes,
lo dice no tanto por el fondo sino por la forma,
porque el gobierno ha dificultado, ha bloqueado,
que la AIREF obtenga información
para poder evaluar adecuadamente estos presupuestos.
Y por eso dice que nacen con carencias importantes,
porque no se los ha podido someter a una evaluación
en sentido más estricto.
Entonces, bueno, si conjugamos esto con esa tensión,
la Comisión Europea, de no te doy el dinero
si no habilitas una auditoría al destino de los fondos,
lo que nos encontramos es con una resistencia numantina
de este gobierno, probablemente no sólo de este gobierno,
pero ahora sí, de manera muy clara con este gobierno,
a cualquier tipo de fiscalización, de supervisión, de su labor.
No les gusta que su...
Aunque decían que era en el gobierno de la transparencia,
no les gusta la transparencia, no les gusta que,
desde fuera, ya sea la AIREF, la Comisión Europea
o la propia ciudadanía, los fiscalicen.
Y eso es un problema muy serio en el largo plazo,
porque tener un gobierno y unas instituciones de mala calidad
que no pueden ser fiscalizadas, que no pueden ser controladas,
pues es el caldo de cultivo para la corrupción ilegal,
pero también para la corrupción legal.
Es decir, prácticas que, si bien no son ilegales,
si son moralmente corruptas, como, por ejemplo,
voy a repartir una determinada cantidad de dinero
a empresas que me son afines,
aunque formalmente superen concursos y demás,
o a gobiernos autonómicos que me son afines,
aunque esté dentro de mi discrecionalidad
como repartir los fondos.
Entonces, si todo eso es complicado de controlar,
si es complicado de controlar por qué se reparten los fondos
de una determinada manera y no de otra,
pues el gobierno se descontrola,
y un gobierno descontromado es un gobierno peligroso.
Eso en cuanto a la forma.
En cuanto al fondo, creo que la filosofía de estos presupuestos,
que es coincidente con la de los anteriores,
sobre todo con los presupuestos, bueno, los que hubo,
porque hasta entonces estaban los de Montoro,
pero con los presupuestos, pues, pandemia,
es que durante la pandemia hubo un crecimiento brutal
del tamaño del Estado, que incluso a lo mejor
se podía llegar a justificar por razones coyunturales,
hay mucho más gastos sanitarios,
hay que hacer frente a políticas de mantenimiento de ingresos
para los trabajadores que se queden forzosamente en el hogar,
bueno, uno puede decir que estamos ante una emergencia
y aumenta el gasto, no hay otra.
El problema es que ese incremento del gasto extraordinario
se ha convertido en ordinario.
El gobierno ya sacó pecho,
diciendo que no iba a reducir el nivel de gasto
con respecto a los niveles de pandemia,
que iba a cambiar los componentes donde gastaba,
pero que no iba a reducir el gasto.
Y, por tanto, tenemos lo que el economista, historiador Robert Higgs,
llamaba el efecto trinquete.
Los trinquetes son mecanismos que van hacia adelante,
pero no tienen marcha atrás.
O sea, aquí lo mismo.
Parece que una vez hemos consolidado un incremento brutal
del gasto público, ya no hay marcha atrás.
Ya no podemos volver al nivel anterior en el que estábamos.
Y estos presupuestos van en esa misma dirección.
Seguir cebando el gasto público.
Y claro, si tú cebas el gasto público,
tienes que aumentar los impuestos,
aunque sea a medio plazo.
No necesariamente me mande inmediata, pero sí a medio plazo.
Y estos presupuestos también van en la línea
de establecer nuevos impuestos que no son aún así suficientes
para todo el gasto público que se está soportando
y auguran aumentos, por tanto, fiscales todavía mayores
en el futuro, dado que no parece que este gobierno
y por desgraciadamente temo que ningún otro
vaya a querer reducir de manera significativa el gasto público.
Y aún hay otro componente del fondo de los presupuestos
que creo que merece mención.
Y es, no sólo está aumentando el gasto público,
sino qué tipo de gasto público está aumentando.
Y en concreto, el gasto público nuclear
que está aumentando es el gasto en pensiones.
Los presupuestos están siendo fagocitados
por el gasto en pensiones.
El gasto en pensiones ya supone el 43%
de todo el gasto presupuestario.
Si le añadimos los intereses de la deuda,
bueno, no es que tenga mucho que ver,
pero bueno, por hacer una cifra redonda,
estamos en gasto más o menos disponible
para lo que podríamos llamar políticas sociales,
políticas socialdemócratas del 50%.
La mitad del presupuesto se lo come automáticamente
en las pensiones y los intereses de la deuda.
Y es en la otra mitad donde se puede hacer algo
de política social, que tampoco.
Porque ¿cuánto han aumentado el gasto en becas, por ejemplo?
Por unos pocos cientos de millones de euros.
Y digo pocos, porque no porque sea una cantidad pequeña,
sino porque si lo comparamos con lo que ha aumentado
el gasto en pensiones, que son prácticamente 20.000 millones
de euros, es claro, ha aumentado el gasto en becas
en 300 millones de euros, frente a 20.000 millones de euros,
de aumento del gasto como consecuencia de la revalorización
al IPC de las pensiones, que no estoy diciendo
que gastemos en pensiones 20.000 millones,
sino que el incremento consolidado del gasto en pensiones
de este año, consolidado para todos los años a partir de ahora,
es de cerca de 20.000 millones.
Claro, 300 versus 20.000, pues no da para mucho
para cuidar a esa población joven,
que supuestamente es una de las prioridades
del partido socialista, pero en realidad la prioridad
son los votos, son los 10 millones de votantes pensionistas.
Claro está. De hecho, celebraron, presentaron los presupuestos
diciendo que había un gasto público récord, y es cierto,
un gasto público récord.
Y se hablaba también del gasto social, ya sabemos que el lenguaje
importa y entonces se reviste, ¿no?
Es un gasto social, entonces automáticamente,
pues obviamente la mayoría de la población no va a haber
en que se gasta el dinero y se pone a leer los presupuestos
grandes del Estado, parece ser que es algo positivo,
pero también hay otro componente, más allá de todo lo que has dicho,
luego lo haremos, si te parece, del sistema de pensiones
y también de las nuevas generaciones, condenadas,
precisamente, como también lo fueron nuestros abuelos,
que estamos en este círculo vicioso, en la especie de estafa piramidal,
que ahora lo comentaremos, pero el entendimiento público
también es algo fundamental, que ya también hemos asumido
que básicamente es normal tener una duda pública superior
al 10% del PIB en torno de 120, bajando al 115,
porque es verdad que en la cuestión de la inflación
también favorece al gobierno a la hora de poder pagar los intereses,
porque no le cuesta entre comillas tanto como le cuesta antes,
pero el entendimiento público es fundamental,
y llegó un momento en el que quizá, no lo sé,
podremos existir una crisis de deuda pública
que eso supondría, vamos, se la acabó, ¿se?
Sí, desde luego, es decir, un endeudamiento público
a los niveles a los que los tiene, a lo que lo tiene España actualmente,
es una bomba de relojería potencial.
Es una bomba de relojería que quizá un relojero
pueda desactivar durante un tiempo, pero se puede terminar reactivando.
Recordemos que España estuvo a punto de quebrar
y no es un término exagerado, los responsables políticos de la época,
por ejemplo, Luis de Guindos, así lo han narrado,
que estábamos en una situación de pre-quiebra,
por una deuda pública de alrededor del 90% del PIB.
Hoy estamos en el 115, y estamos en el 115 con un déficit público
que, según la IRF, no se va a reducir este año,
sino que incluso se puede incrementar.
Es decir, es un déficit público que, si bien no está en niveles
tremendamente preocupantes del 10%, por ejemplo,
como el que teníamos en el año 2011,
si es un déficit público de un torno al 4,5%
que tiene un cierto componente pegajoso,
es decir, no termina de despegarse de nuestras finanzas públicas.
Y claro, si tú tienes esa deuda pública tan alta
y ese déficit público más o menos ahí estructural,
claro, es que si los tipos de interés suben mucho,
pues el mercado se puede empezar a poner nervioso los inversores
con respecto a tu capacidad de repago de la deuda.
¿Van a subir los tipos de interés?
Bueno, están subiendo, porque la política que tiene
cartícula del Banco Central Europeo para luchar contra la inflación
es subir los tipos de interés.
Y si se suben los tipos de interés, tu deuda o paga
tipos de interés superiores o los inversores no la compran.
Es verdad que el Banco Central Europeo, precisamente
para que no se descontrole el coste de ciertas deudas públicas,
como las de Italia o la de España o la de Grecia,
ha articulado dos mecanismos.
Uno es que las reinversiones que vaya a hacer
de los bonos que van venciendo no sean reinversiones
equilibradas entre países, sino que estarán sesgadas,
concentradas hacia países como España, como Italia.
Y dos, ha habilitado un nuevo mecanismo que se hace falta
poner en marcha y es si se disparan mucho los tipos de interés
y se dan ciertas condiciones, rescataría a estos países.
Y eso ha calmado algo a los mercados, aunque ni mucho menos
estamos en los tipos de interés que teníamos a principios de año.
Estamos en tipos de interés máximos desde el año 2014.
Ahora, ¿estos mecanismos pueden aguantar
permanentemente el coste de la deuda pública española?
Yo tengo mis serias dudas.
¿Y por qué las tengo?
Primero, si la inflación no se disipa sola,
los tipos de interés van a tener que subir más.
Es verdad que hay algunos escenarios en los que la inflación,
sobre todo en Europa, podría empezar a bajar,
pero no tiene por qué ser ese el futuro.
Y si no lo es, habrá que subir más los tipos de interés.
Y si los tipos de interés suben más,
el vanguardial europeo no tendrá mucho margen para evitar
que se incrementen, por ejemplo, de la deuda pública española.
Y aunque intentará tener ese margen,
es dudoso que los miembros del Banco Central Europeo
o los políticos del norte de Europa
vayan a permitir una intervención sin condiciones
de manera masiva en favor de la deuda pública española
o de la deuda pública italiana.
De hecho, desde el Banco Central Europeo
todavía no con mucha insistencia,
pero ya se empiezan a deslizar mensajes
de que la política fiscal tiene que acompañar
a la política monetaria en la lucha contra la inflación.
Eso significa austeridad fiscal, básicamente.
Lo dijo Lagart, señalando que, bueno,
de la misma manera que política fiscal y política monetaria
habían remado en la misma dirección durante la pandemia,
políticas expansivas,
ahora también deberían remar en la misma dirección
políticas contractivas.
Y lo dijo de Indos, también,
señalando que los gobiernos se tienen que empezar a poner las pilas
con una política fiscal expansiva.
La cuestión aquí es que me parece que ese marrón
no se lo va a comer en los gobiernos socialistas,
sino, probablemente, como ya sucedió en la anterior crisis,
el gobierno del Partido Popular, si es que, como dicen las encuestas,
gana las elecciones que todavía está por ver.
¿Y por qué?
Pues porque en el año 2023 el pacto de estabilidad y crecimiento,
que es el instrumento formal a través del cual se les puede imponer
a los países que recorten el déficit,
que suban impuestos o que bajen el gasto,
todavía está suspendido y se reactivará.
Yo creo que ya con total seguridad en el año 2024,
es decir, después de las siguientes elecciones canales en España.
Sí, porque es verdad que eso es otro del pacto de estabilización económica
que no se cumple, básicamente, desde hace muchos años.
Porque hay que recordar que también uno de los puntos es que el déficit
no puede ser superior al 3% y la deuda pública no puede ser superior
al 60% del PIB.
Sí, no, es otro escenario.
De hecho, ahora están diciendo...
Y no por la pandemia, ¿eh? O sea, que conste que en esto no es que se incumpla...
¿Es que es por la pandemia? No, no, antes de la pandemia es incumplida.
Sí, de hecho, ahora están diciendo que habrá que renegociar esto.
Probablemente leven el umbral de deuda.
El de déficit no creo que lo toquen mucho, pero incluirán a lo mejor...
Calcularán el déficit de otra manera,
para a lo mejor excluir ciertos gastos sociales o algo así.
Pero bueno, aún así, está claro que si tenemos una deuda pública
como la que tenemos, el pacto de estabilidad y crecimiento
no lo va a convalidar,
aunque aumente en el límite al 80%, al 85%, al 90%,
seguimos estando por encima
y, por tanto, será necesario algún tipo de política fiscal contractiva.
Tanto más, y está yo creo que es la auténtica clave de todo,
tanto más, cuanto más alta sea la inflación.
Si la inflación ha regresado a límites o a niveles,
mejor dicho, moderados,
pues, bueno, el Banco Centro Europeo relajará las subidas de tipos
y no habrá mucha tensión dentro de los gobiernos europeos
para forzar reducciones del déficit.
Ahora, si la inflación sigue...
No necesariamente a los niveles actuales del 9, del 10%,
pero si sigue en el 5 o en el 6,
ahí sí que nos encontraremos con una lucha interna muy importante
en la dirección de cuadrar las cuentas,
porque sin cuadrarlas no se logrará acabar con esa inflación
que ya se habrá vuelto estructural en nuestras economías.
Y si eso ocurre, hay un término que se...
En fin, produce cierto temor que es la estanflación.
El Fondo Monetario Internacional ha descartado
que España vaya a entrar en recesión en el año que viene,
siendo Fondo Monetario Internacional, es lo que dice.
Luego lo que dice, lo que pasa, es bien distinto.
Pero, realmente, si España entras en la recesión económica,
no sé si tú ves que esa posibilidad se puede dar o no,
al corto ya, a corto o medio plazo,
y si estamos en la situación estaríamos en el escenario de la estanflación,
que es una cosa bastante terrible para una economía
ya golpeada de por sí como es la española.
¿Qué escenario previstúo al respecto?
Sí, a ver, yo no descarto en absoluto,
ni mucho menos que haya recesión en España,
yo creo que es un escenario bastante base,
no solo en España, sino en Estados Unidos y en la Eurozona.
Es verdad que puede que no entremos, no tenemos una bola de cristal,
pero al ritmo al que se están subiendo los tipos de interés
y dada también la restricción energética con la que nos encontramos,
creo que es complicado que evitemos la recesión.
Quizá podríamos evitarlo si tuviéramos una temporada turística muy buena,
que en parte puede ser independiente de los términos anteriores,
pero en parte también es dependiente,
porque si el resto del mundo entre en recesión,
probablemente viaje menos.
Por tanto, es difícil, obviamente, saber qué va a pasar,
pero esto de descartar España entre en recesión,
creo que es mucho decir otros analistas, otros organismos,
sí esperan, por ejemplo, recesión durante el próximo año.
Pero yo más que la cuestión de la recesión,
me preocuparía la magnitud y el contexto de la recesión,
porque si al final lo que tenemos es un cierto decrecimiento del PIB,
un decrecimiento del PIB donde, por decirlo gráficamente,
no se rompa nada, pues bueno, sí, el PIB habrá decrecido un poco,
lo hizo también el PIB de Alemania el año pasado,
pero luego podemos volver a crecer.
Bueno, si fuera eso, no es dramático o más allá de que se frenaría
la creación de empleo, ya se está frenando, de hecho,
o incluso habría destrucción de empleo,
pero no llegaría verdaderamente la sangre al río.
El problema es que siempre que nos encontramos en un escenario
como el actual, los mercados financieros empiecen a tensionar,
son mercados financieros muy frágiles,
que operan con mucho palancamiento
y que, por tanto, a poco que empiecen a salir más de algunas operaciones
o a poco que cambien de precio,
a poco o a bastante en estos últimos meses,
el precio de algunos activos,
pues empezamos a ver margin calls,
empezamos a ver liquidaciones de activos para amortizar deuda
y eso puede generar una crisis financiera.
Y eso es, creo que sería el escenario más preocupante,
es decir, no tanto que la economía real
entre en una cierta recesión transitoria,
sino que en ese proceso de entrar en recesión
se rompan otras cosas en el sistema financiero
y entonces asistamos a una crisis financiera
como la que estuvo a punto de tener Reino Unido hace unas semanas
o como la que probablemente sufrirán muchos países emergentes
ante el durísimo encarecimiento que está experimentando el dólar.
Entonces, ese es el escenario que a mí más me preocuparía,
el que entremos a una crisis financiera derivada de la recesión.
Luego, pues eso, el escenario de esta inflación es preocupante,
pero es preocupante más que nada por la difícil gestión
de ese escenario por parte de las autoridades monetarias y fiscalos.
¿Por qué? Pues porque para combatir la inflación necesitamos,
ya lo he mencionado antes,
una política fiscal y monetaria contractiva.
Y esa política fiscal y monetaria contractiva
es fácil, poco costoso de adoptar
cuando la economía está creciendo,
porque lo que hace es que crezca un poquito menos,
pero bueno, se sigue creando empleo y demás, las cosas están muy bien.
Por eso Estados Unidos y la Reseda Federal
están subiendo tanto los tipos de interés,
porque la economía sigue más o menos decente, más debilitada,
pero sigue creciendo, sigue creando empleo,
entonces, bueno, la Reseda Federal va subiendo tipos de interés
y aquí no sufre aparentemente nadie.
Pero claro, si entramos en recesión y se empieza a destruir empleo
y la economía está estancada, las expectativas se empeoran,
en ese contexto, seguir subiendo tipos de interés
o subir impuestos o recortar el gasto es mucho más complicado,
pero si la inflación te mandata que tienes que hacer eso
y no lo haces, precisamente por la coyuntura de la economía real,
pues se te puede consolidar un escenario inflacionista
que solo puedas curar en el futuro
con mucho más daño del que tendrías que haber aplicado hoy,
que es lo que pasó en los años 70, básicamente.
Entonces, claro, el escenario estancionista
también me preocupa más por eso que por el hecho de decir
tenemos circunstancialmente inflación
y la economía circunstancialmente está decreciendo.
Si me dijeras, mira, entramos en esta inflación
a mediados de 2023 y en 2024 ya ha desaparecido la inflación
y volvemos a crecer.
Bueno, anecdótico, mucho empobrecimiento y demás,
pero circunscrito temporalmente.
El problema son las dinámicas que todo eso puede desatar.
Y eso también podría desatar estallidos sociales,
porque estamos hablando que esas políticas que se tendrían que adoptar
para combatir esa estancalación serían enormemente impopulares
y además muy costosas para, sobretodo, los ciudadanos
que ya, como decíamos, la economía española no es que esté bollante.
O sea, la economía española del año 2019
todavía no ha llegado a recuperarlo.
Eso es lo que sí que han hecho otros tantos países.
Al final, dices, la situación es paña
y luego, también comentando, vamos a dejar de lado
las reformas que debemos adoptar,
porque hacemos unos presupuestos generales
pensando en unas elecciones autonómicas municipales
y también en generales, en 2023.
El que venga, que no sabemos si será Sánchez, Feijó o el que sea,
la realidad que se va a encontrar es un país
con un déficit desvocado, una deuda pública desvocada,
un gasto público elevadísimo y a partir de ahí que hacemos.
Porque tu comentabas subir impuestos,
pero hasta qué punto puedes subir impuestos?
El impuesto a la gran desfortuna es un impuesto ideológico,
o sea, ni efectos recaudatorios, no va a solventar absolutamente nada.
Y esto cualquiera que haga los números lo puede ver.
Entonces, claro, a la clase media española
que ya está siendo enormemente perjudicada y empobrecida
también a través de los impuestos, ¿qué es que haces?
Sí, aparte, comentabas la conflictividad social...
Claro, la sociedad española ya viene aguantando mucho
un empobrecimiento bastante duradero.
Yo diría, desde la anterior crisis financiera...
Sí, absolutamente.
La renda per cápita está estancada desde entonces.
Y eso es lo que te mide el estándar de vida a medio de un país.
Por tanto, en 15 años el estándar de vida no ha aumentado nada
y sí que ha bajado bastante durante algún momento de esos años,
o algunos momentos, no solo uno.
Entonces, viene aguantando o viene soportando mucho,
especialmente durante los últimos dos años
en los que el trabajador que ha conservado el empleo,
que más o menos es la mayoría, porque se ha creado netamente empleo,
pero el que ha conservado el empleo
ha sufrido la devaluación salarial más importante en 40 años.
Si uno ve el gráfico de cuánto han bajado los salarios reales en España,
teniendo en cuenta la inflación,
ve que el empobrecimiento que hemos experimentado,
los que tienen empleo, claro, uno puede decir,
yo en 2012 perdí el empleo y mi salario real fue cero, vale, bien.
Pero los que mantienen el empleo
han sufrido el mayor empobrecimiento en los últimos 40 años.
Yo me planteo si ese empobrecimiento tan brutal
se hubiese dado con un gobierno no de PSOE y de Podemos,
¿cómo estarían ahora mismo las calles?
Porque una cosa es que la gente esté hastiada,
esté cansada, esté enfadada,
y otra que haya una organización política de ese descontento
para instrumentarla o instrumentalizarla electoralmente.
Como ahora gobiernan los buenos, digámoslo así,
la calle está más o menos tranquila,
porque la derecha no organiza políticamente el descontento.
Pero, claro, si hay un cambio de gobierno,
si con todo lo que venimos arrastrando
se le añaden medidas como las que comentábamos antes
de subidas de impuestos o no bajadas,
porque el feijo dice que va a bajar impuestos y ya veremos
que impuestos bajan. Bueno, bueno.
Recortes de gasto y demás,
pero si mezclas todo eso
con la capacidad de organización social o popular
o de grupos, ya digo, afines a determinados partidos políticos,
que además estarán deseosos si han tenido un mal resultado electoral
de reconquistar la calle para, bueno,
darse un baño de masas y alegrarse el día,
pero además también como estrategia para recuperar el poder,
pues sí, creo que podemos tener una conflictividad social
si no se calma la inflación,
si no se calman los mercados financieros,
si no regresa al crecimiento,
que puede ser similar a la que tuvimos hace una década.
¿Has dicho bajar impuestos?
Y, bueno, Leeds Trust en el Río Unido
anunció una rebaja impositiva,
que luego va finalmente de marcha atrás,
se marchó el ministro de Finanzas.
Dica a mucha gente de, ah, Ben, porque la excusa es bajar impuestos,
no es bueno.
Claro, es que cualquiera que leyes el anuncio dice muy bien,
usted está aquí anunciando bajadas impositivas,
¿por qué pasa con el gasto?
Porque parece que el gasto es una cosa que es inocable,
nadie habla del gasto, pero da igual,
hago el ejercicio en España,
escuchar a alguien decir al gasto público,
y cuando se habla del gasto se ha dado una forma superficial
y muy populista, y es que los coches oficiales
o es que los diputados cobran tanto, que muy bien,
me parece fundamental recortar todo lo que sea gasto político,
eso no soluciona el problema en España.
Claro, cuando hablás de feijo,
y también cuando escucho decir, voy a bajar impuestos,
sobre la cuota autónoma no ha dicho nada,
que esto es otro tema, ¿no?
De hecho, votarán a favor, o sea...
Eso sabes que ya te lo comes,
a partir de ahí sabes que la subida de cuota autónoma
te vas a comer, que están tolgando con deflactar el IRPF,
y dices, bueno, a ver, deflactar no es bajar el IRPF.
Y es importante esto,
feijo no defiende de deflactar todos los tramos del IRPF.
Y esa es otra, solo a partir de cierta cantidad.
O sea, al final, vivimos en un mundo en el que escuchamos
bajar impuestos constantemente,
que incluso hay gente que acepta que deflactar el IRPF
en ciertos tramos es bajar impuestos cuando realmente no lo son.
Entonces, dices, bueno, ¿cómo es posible que todo el mundo hable eso
y no del gasto? ¿Qué pasa con el gasto?
Es lo que le pasó a Listras.
Se ha convertido en una especie de dogma intocable,
¿no?, al gasto público.
Claro, es que al final,
el presupuesto te da una descripción de qué votos están comprando,
y claro, si tú empiezas a recortar gasto,
estás destruyendo redes clientelares.
Es decir, gente que te puede votar o que te puede dejar de votar
si ya te estaba votando.
Ese es el drama, por ejemplo, que tiene Argentina.
Argentina tiene un problema de déficit público estructural,
gigantesco, que es lo que le provoca la altísima inflación
igualmente estructural y es lo que le provoca, además,
la necesidad de adoptar una política proteccionista
y de control de cambios derivado de todo lo anterior,
que es lo que empobrece el país.
Es un desastre absoluto durante 70 años como consecuencia
de ese déficit que se ha vuelto estructural
y que nadie quiere tocar.
Y pese a que la culpa del desastre es el déficit
y creo que todo el mundo más o menos lo sabe,
nadie se atreve a tocarlo.
A lo mejor los peronistas no lo saben, que ya me extrañaría.
Pero desde luego, Macri lo sabe.
Lo sabía, lo sabía.
No toco algo, no toco nada.
Ya veremos si mi ley, en caso de que llegue al poder,
él, si quiere tocarlo,
pero ya veremos si tiene la capacidad política para tocarlo.
Entonces, si caemos en la trampa y estamos, yo creo,
que ya en ella o muy cerca de caer,
de que el apoyo electoral que pierdes por recortar
es muy superior al que ganas por recortar,
muy superior, no un poquito, sino muy superior,
es decir, que cualquiera que haga las reformas necesarias
netamente pierde las elecciones,
yo creo que entramos en la trampa de la argentinización.
Con la salud de que quizá Europa nos pudiese imponer esas reformas,
como se las impuso Zapatero,
tú pierdes las elecciones, pero lo haces.
Pero Europa mismo también ha ido cambiando
y hoy tiene una actitud que no es la que tenía hace 10 o 12 años.
Por lo tanto, tampoco habría que confiar demasiado en Europa
más allá de para las cosas más grotescas.
Eso probablemente sí lo ofrene.
Pero el rigor presupuestario que imponía Europa hace 12 años
no es el actual.
Veremos también hasta cuando Europa puede mantener esa postura,
es decir, la población alemana hasta que punto de ir a hoy
y yo estoy sufriendo una inflación del 10%,
me suben a lo mejor los impuestos o me recortan el gasto
y los españoles los financian el banco entre Europeo.
Veremos todo eso, pero desde luego sí es complicado.
En el caso de Livtrash, se ha visto,
tenía un ministro de Economía que claramente tenía un discurso liberal,
él hablaba de la necesidad de reducir el peso del Estado,
en la sociedad civil, de desregular, etcétera.
Pero, claro, baja impuestos ya no manteniendo el gasto,
sino disparando el gasto.
Es mayor deuda.
Si bajas el gasto, el impuesto, si bajas impuestos,
disparando el gasto más deuda en un país que ya estaba muy endeudado.
Y eso es lo que te tumban los mercados financieros, evidentemente.
Si es que esto lo venimos diciendo algunos desde el anterior,
que es financiera, cuando decíamos, nos atacan los mercados,
los mercados se defienden, se defienden porque los estás inundando de deuda
y no te la quieren comprar, no te quieren comprar la mercancía averiada
de unos pasivos que vas a impagar si no cambias de rumbo.
Y ese ataque de los mercados es lo mismo que le ha sucedido atrás.
Algunos ahora, claro, intentan instrumentalizar
este fracaso de la bajada de impuestos detrás
para hacer un ataque ideológico a las bajadas de impuestos.
Bueno, no sé, está Mónica García diciendo,
esto es lo mismo que hace Ayuso en Madrid, nos va a conducir al desastre.
Hombre, pues no estoy viendo ningún ataque de los mercados
contra la deuda autonómica madrileña,
como la que sí hubo contra la deuda pública británica.
¿Por qué? Pues porque el problema, insisto,
era el exceso de endeudamiento y el déficit al que esto abocaba.
Tampoco están diciendo ahora que ha rectificado
el nuevo ministro de economía detrás,
tampoco están diciendo que se ha recortado el gasto.
O sea, el ministro de economía detrás
no solo ha anunciado que se da marcha atrás en la bajada de impuestos,
sino que también el gasto aumentará
bastante menos de lo que había prometido inicialmente.
Por lo tanto, también deberíamos decir que las políticas de aumento de gasto
que promueve Pedro Sánchez son insostenibles
como ha mostrado el gobierno de traspero.
Eso, evidentemente, no lo dicen,
porque no se hace un análisis riguroso del caso,
como el que algunos, por cierto, intentamos hacer.
Yo el mismo día, 23 de septiembre,
en el que se anunció la bajada de impuestos,
dije que esto era una locura.
Y por qué era una locura?
No solo por el endeudamiento, que también,
sino porque en una coyuntura altamente inflacionista,
como la que está metido Reino Unido,
lo que no puedes hacer es bajar impuestos sin recortar el gasto.
Puedes bajar impuestos si recortes el gasto.
Es decir, puedes recalentar la economía bajando impuestos
si la enfrias recortando el gasto,
pero no puedes recalentar la economía bajando impuestos
y recalentar la economía subiendo el gasto,
porque entonces se va a amar la inflación.
Bueno, algunos lo dijimos el mismo día, 23 de septiembre,
por mucho que nos guste ideológicamente
que se bajen impuestos recortando gasto.
Pero...
No intentamos decir que bueno el nuevo ministro de economía ingles
que está bajando impuestos, esto es lo que hay que hacer en España,
en la terra marca el rumbo.
No, aunque a mí me gustaba en abstracto bajar impuestos,
dije, esto está mal hecho.
Claro.
Y ahora, claro, en cambio,
muchos otros que no hacen ese análisis mínimamente riguroso,
sino que intentan arrimar simplemente las cosas de Ardina,
cuando ha fracasado, evidentemente, esa política,
porque nos han dado otras circunstancias,
se callan, ha fracasado porque nos han dado otras circunstancias
y se quedan con el mensaje propagandístico
de que bajar impuestos arruina las economías,
una absoluta estupidez.
Sí, pero lo que decía es la rigurosidad en economía
que ciertamente no se da.
Y más en este mundo del eslo gambarato y el populismo democrático,
claro, bajar impuestos, depende como bien dices.
Cuando bajas impuestos, ¿en qué situación?
Igual que decir, subir el gasto siempre está bien,
y el nombre pues no.
O sea, también depende, ¿no?
Entonces, claro, es verdad que también eso se nota en el día a día
y hablabas de Argentina, la situación de Argentina,
que es un problema que, de forma democrática,
es prácticamente yo desde mi opinión.
En mi opinión, es imposible, pero literalmente,
o sea, de forma democrática,
es imposible que Argentina salga de esa gran trampa
en la que entraron, porque aquí es el gobernante que llega
y es usted, que es un kamikaze,
que entre sabiendo que primero sí consigue llegar hasta el final,
que no lo decapitan antes en la plaza,
que sabe que no va a ganar ni de broma,
o sea, que va a perder todos los votos.
Entonces, claro, al final,
tras esa gran trampa que comentabas…
Sí, o sea, tiene que ser alguien que esté dispuesto,
si hace falta, a perder las elecciones,
y se tiene que dar una coyuntura donde la población,
a lo mejor, esté dispuesta a sacrificarse.
Es decir, si están en medio de una crisis muy fuerte,
pues, claro, si llega uno que dice,
oye, yo voy a hacer esto y lo voy a hacer,
porque es la única forma de solucionar lo que tenemos,
y todos los demás están desacreditados,
a lo mejor, esa persona,
estoy pensando, por ejemplo, en mi ley,
si llegara a la presidencia
en un contexto de altísima inflación,
bueno, ya la tienes, dos días más,
y con empobrecimiento creciente de la población,
y además llega con un discurso
claramente partidario del recorte del gasto,
pues sí tiene, yo creo, una ventana, a lo mejor, de medio año,
de un año para hacer reformas muy…
Incluso brutales, ¿no?
Tienes la legitimidad democrática de que te han votado diciendo
que vas a hacer eso, y además es que todos los demás
son un fracaso y han llevado al país al desastre.
Esa es la coyuntura que tenía, además, Rajoy en el año 2012,
y por eso es tan detestable
que Rajoy no aprovechara ese momento
para hacer las reformas que había que hacer,
más allá de una reforma laboral que no estaba mal,
pero que desde luego ni siquiera iba
todos los lejos que tenía que ir,
pero es que aprovechó el momento para subir impuestos,
no para bajar el gasto sino para subir impuestos.
Es decir, el Partido Popular queda absolutamente deslegitimado
para articular cualquier discurso mínimamente liberal
desde el momento en el que Rajoy hizo lo que hizo,
he dicho en 2012, bueno, en diciembre de 2002.
Sí, de hecho, había dos vías, no la había irlandesa,
que es la que se podía haber adoptado, y es la que se negó,
y además es una coyuntura que es, cierto,
mayoría absoluta, congreso, senado,
la mayoría de comunidades autónomas,
los sindicatos desactivados, porque era la época de…
Que empezaban a salir las corruptelas de los sindicatos,
y además el peso de polvo, peso de muerto, literalmente.
El peso de muerto, porque zapatero todo el mundo
reconocía que había sido un desastre,
que había que cambiar radicalmente de rumbo,
y lo que hicieron, pues fue, vale,
sí, la reforma laboral más o menos bien hecha,
pero subir impuestos, recortar muy poco el gasto público,
y rescatar bancos, y rescatar, bueno, he dicho bancos,
cajas e indirectamente bancos, y eso es lo que hicieron
en última instancia.
Me enteró la duda pública, el 17 es verdad que bajó,
porque estaba en el 11%,
pero tampoco llegó a hacer todas las reformas,
que sí que es cierto que necesitaba España,
y que además, con esto…
También bajo con zapatero, no nos olvidemos,
quiero decir que a veces parece que,
en Rajoy dio un giro de volante total,
el déficit público en 2009 llegó a estar en el 11%,
lo bajó al 9, y Montoro lo llevó al 6 y medio,
y luego sí, bajó un poco, pero vamos,
que hay cierta inercia de reducción.
Claro que ya venía… Igual que también el desempleo,
la reforma laboral, que fue, para mí,
lo mejorcito que hizo ese gobierno,
ayudó a que el desempleo se reducido,
pero también esto que era una inercia,
o sea, que va más o menos clavando tú.
Hablabas, y aquí estamos hablando de votos,
de partidos políticos, de cómo los problemas económicos
se juntan con los sistemas, la forma democrática,
de cómo se tiene el poder,
quién va a presentarse unas elecciones en España,
y decir, voy a reformar el sistema de pensiones,
porque has dado un dato que 43%, 41,8, 42,
bueno, cada uno, ahí ya, es más complicado de decir
cuánto es exactamente lo que se gasta,
pero en torno al 41 y al 43%,
es decir, prácticamente uno de cada dos euros
se va destinado a pagar pensiones.
Un sistema de pensiones, que ya hemos explicado en este podcast,
y también en tu canal, en un número de ocasiones,
cómo funciona, y creo que ya los que nos escuchan
saben cómo funciona, no es que estén guardándote tu dinerito a ti,
pero claro, ahora mismo el gran problema es ese,
y todavía, todavía falta porque el grueso de la prima de poblacional
se sume, que será en breve, a ese sistema de pensiones.
Entonces, claro, es una bomba de relajería absoluta,
pero que nadie, absolutamente nadie en este país habla de eso.
¿Qué harías tú, Juan?
A ver, la reforma que aprobó el PP,
que esa vez es otra reforma que estuvo bien,
porque se la hicieron, no porque la hizo él,
como la reforma laboral, que también se la hizo Bruselas,
la reforma que aprobó el PP en el año 2013,
era una reforma que solucionaba el problema de la sostenibilidad
del sistema de pensiones.
Quizá mejorable, pero en general era una buena reforma.
¿Por qué? Porque automatizaba la congelación o el recorteno,
pero sí la congelación del gasto en pensiones,
mientras hubiese desequilibrio,
con lo cual, con el tiempo, necesariamente,
se tenía que corregir el desequilibrio.
Aunque no hicieran nada a los políticos.
Luego, hombre, los políticos podían decir,
yo no quiero que se recorten tanto las pensiones,
voy a recortar otras partidas de gasto,
y voy a hacer una transferencia al sistema de pensiones
para que no se recorten tanto.
Pero entonces, ya es política con la que tienes que cuadrar las cuentas.
Pero si tú no haces nada,
como no está haciendo nada a este gobierno,
pues automáticamente ya se establecían recortes
para que se cuadraran.
Ese automatismo se lo cargó escriba.
Se lo cargó escriba porque escriba cree
que en el sistema de pensiones no hay ningún problema serio.
Bueno, ahí dice que escriba lo sabe que es lo peor,
pero escriba no es tonto.
Escriba no es garzón,
no es garzón que se caer es tonto.
Escriba sabe de lo que habla, lo cual es todavía peor,
porque él sabe que está haciendo lo normal.
Sí, y no, es decir,
yo creo que él concibe,
no puede ser de otro modo que pueda haber un problema muy serio
en el sistema de pensiones futuro,
pero creo que también ha llegado a un punto de autoengañarse,
porque si tú manipulas los numeritos que metes en el modelo
suficientemente,
pues el modelo te da un resultado que a lo mejor no está malo.
Y es verdad que si tú dices,
hombre, pues yo creo que todo esto va a salir bien,
pues al final a lo mejor el desastre no es tan grande.
Y escriba cree que todo va a salir a pedir de boca,
a pesar de que los numeritos
tenían que empezar a evolucionar de una manera
en la que no están evolucionando.
Por ejemplo,
en la tasa de natalidad en España,
según escriba ya tendría que estar remontando,
y si no recuerdo mal, en torno a 1,4 hijos por mujer.
Bueno, estamos, sigue cayendo y está en mínimos.
Mínimos fue 2021, pero está prácticamente al mismo nivel
que en 2021, mínimos históricos.
Entonces, bueno, según escriba,
va a llegar casi a dos hijos por mujer en el año 2050.
A ver si es verdad, pero claro, si eso no pasa,
pues ya los numeritos del modelo no cuadran.
Y luego, pues otra hipótesis, es que van a entrar
en nuestro país 10 millones de inmigrantes
durante los próximos 30 años,
es decir, 300.000 nuevos inmigrantes de media cada año.
Yo soy muy pro-immigración.
La cuestión de tuar jamás es
vamos a poder digerir en tan poco tiempo,
vamos hacia una situación de sostenibilidad social.
Si entran 10 millones de inmigrantes y con qué cualificación.
No es todo tan sencillo como decir
entran 10 millones de inmigrantes y el problema está solucional.
Dependerá a lo mejor de qué tipo de inmigrantes,
de cómo se integren, de qué cualificación tengan,
que no digo que solo tengan que entrar en inmigrantes cualificados,
que esto muchas veces se entiende mal,
necesitamos inmigrantes de todo tipo,
porque si solo entran cualificados,
hay muchas ocupaciones básicas que se quedan desatendidas
y con las que no se genera riqueza.
Pero claro, si solo entran no cualificados,
pues tampoco la productividad por ahí va a aumentar mucho,
los salarios no van a crecer mucho,
las bases de cotización tampoco.
Si todo eso no pasa,
los cálculos que hace escriba no valen absolutamente para nada
y perfectamente pueden no pasar o no pasar tanto
como está pronosticando escriba.
Y por tanto, podemos ir perfectamente,
creo que es el escenario base hacia esa bomba de relojería
de la que hablabas,
sin tener ningún mecanismo automatizado que aplique recortes,
porque uno puede decir como escriba,
yo soy muy optimista sobre el futuro,
creo que no va a llegar a sangre al río.
Bueno, pues si no llega a sangre al río,
tú tienes un sistema que en caso de que haya desequilibrio
recorta automáticamente,
pero si no hay desequilibrio, no se recorta.
Claro, pero si tú te cargas el mecanismo que ejecuta
recortes automáticos si hay desequilibrio,
porque dices que no lo va a haber,
o bien, como decías, no te crees que no va a haber desequilibrio
y te lo cargas para que no haya recortes,
o simplemente no te gusta el mecanismo
y te estás jugando todo a una carta y es si salen las cosas bien,
pues fantástico, si salen mal, nos hundimos.
Parece que en eso Europa ahora sí le está presionando algo
para que introduzca algún automatismo en los recortes.
Escriba habla de semiautomático,
porque dice semiautomático porque los políticos se comprometen
a que si no hay cuadratura de las cuentas que recorterán,
claro, que depende de la voluntad política, de la arbitraria política,
de semiautomático, eso no tiene nada.
Bruselas quiere que esté automatizado porque sabe muy bien
cuál es el percal de la política y de la política española,
pero ya veremos, porque también la política de Bruselas es política
y al final para no llegar a un choque de trenes
igual ceden donde no deberían ceder.
Esto se lo va a comer el próximo gobierno.
Lo de las pensiones los próximos.
Sí, es un problema que nunca han querido abordar,
porque es algo que es evidente.
Cada vez la gente vive más y además tu pirámide de población
es la que es, esto es valente del sistema y usted no puede pagar.
A mí me gustaría ahora que lo dices,
que escriba fuera ministro de Seguridad Social en 2035 o 2036.
A ver qué pasa por eso.
No, el ya. Esto como los políticos, no es el problema.
No, ya bueno, pero como supongo que a lo mejor en la década de los 30,
durante algunos años volverá a gobernar el PSOE,
a ver si le nombran ministro de Seguridad Social en esas fechas,
a ver qué hace y qué dice.
El sistema de pensiones, realmente las nuevas generaciones,
estamos condenados a pagar más impuestos para sostenerlo
en gran medida ese sistema de pensiones.
Claro, es un tema complicado porque la gente mayor
la han estafado, dice no, usted paga, no se preocupe,
que cuando usted se jubile, yo le voy a dar el dinero.
Y claro, está en ese círculo, que nosotros también estamos
ahora metidos, nuestros hijos estarán metidos y así constantemente,
hasta que alguien diga, esto se acabó.
Porque aquí también hay veces que hablo con economistas
que podemos denominar liberales,
que defienden el sistema de pensiones actual, diciendo
que bueno, que en realidad si conseguiésemos tener pleno empleo,
cosa que no hemos conseguido nunca en democracia,
entonces sí que se podría sostener, pero todo es dicho,
también otro lado, que es muy interesante,
cuando hablamos de los inmigrantes,
que sueldos tienen esos inmigrantes,
porque claro, si la base de cotización, como bien decías,
es muy baja, tampoco te soluciona el problema.
Entonces, a partir de ahí, ¿qué es lo que tú harías,
que desde mi punto de vista es el problema fundamental que tiene España,
es el sistema de pensiones, aunque sea un tema tabú,
qué es lo que tú harías para la reforma?
Yo volvería a la reforma de 2013,
es decir, un índice de revalorización de las pensiones de 0,25%,
quizá exceptuando o con cierta flexibilidad para las pensiones más bajas,
pero una revalorización máxima del 0,25%
mientras el sistema siga en desequilibrio
y el factor de sostenibilidad que el gobierno también se ha cargado.
Yo creo que con la reforma de 2013, de verdad, en vigor,
el sistema más o menos aguanta.
Eso sí, siendo conscientes de que va a haber recortes
de las pensiones importantes a través de ese sistema
y que, por tanto, quienes se jubilen,
pues en 2045 o 2050, tienen que ahorrar,
tienen que ahorrar por su cuenta.
Y uno dirá, bueno, eso es muy insolidario, ¿no?
Es que si no van a llegar y volvente los recortes,
pero a lo mejor incluso en mayor medida,
porque no habrán sido compartidos entre generaciones,
sino concentrados cuando ya estalle todo,
y además nadie te habrá advertido de que tienes que ahorrar por tu cuenta.
Con lo cual, será el peor de los escenarios.
En ese momento, diremos que injusto es todo.
Sí, pero la injusticia de ese momento se empieza a gestar hoy
y no estamos solucionando hoy las bases de esa injusticia futura.
Yo haría eso.
Luego, claro, idealmente, si se puede cambiar el sistema,
que no es sencillo, avanzará hacia un sistema de capitalización.
Eso desde luego sería muy...
Es complicado el proceso, el sistema de capitalización,
para el que seguro que los que nos escuchan lo saben,
es básicamente que tú te gestionas, el Estado no te quita nada
y tú te gestionas tu propia pensión, para entendernos.
Claro, incluso la podría gestionar el propio Estado si no quiere...
Sí, también puede hacerlo.
Imaginemos que el Estado crea una gestora de pensiones
porque no se fía uno de las empresas privadas avariciosas,
y dice, no, yo quiero que me lo gestionen los políticos,
que son seres de luz, nada avariciosos.
Bueno, pues se lo entregas a los políticos para que te lo gestionen,
sino es que haya que darle necesariamente el dinero al BBVA o no.
Claro, sí, no, no, no.
El dinero te lo quedas tú,
y tú luego lo administras como consideres.
Y si el Estado quiere crear una gestora, que la cree, me parece bien.
Mucho mejor eso que no tener una gestora monopolística
como la que tenemos hoy, que además no gestiona,
sino que simplemente transfiere entre generaciones.
Y luego, el sistema mixto, quizá deberíamos empezar,
porque para llegar al sistema de capitalización,
quizá tendría que pasar primero por una época de sistema mixto
para posteriormente acabar en capitalización.
Sí, ahí se puede combinar el sistema de cuentas nacionales de Suecia,
que es un buen sistema,
donde básicamente lo que te quita el Estado
te reconoce como que tienes ese dinero en una cuenta,
que no lo tienes, pero al menos visibiliza las aportaciones que has hecho,
calcula un rendimiento teórico de esas aportaciones que tú has hecho,
como si ese dinero te estuviese rentabilizando,
y a partir de ahí, pues tú tienes un capital ficticio,
pero tienes un capital virtual, más que ficticio virtual,
y puedes decidir cuándo jubilarte.
Imaginemos que tienes acumulado por aportaciones
y por la rentabilización teórica 300.000 euros,
y el Estado te dice, bueno, con un capital de 300.000 euros,
te sale una pensión de 600, 650 euros al mes, 700.
¿Te quieres jubilar ahora?
Me jubilo, aunque sean a los 62 años o a los 60,
si yo ya tengo ese capital acumulado
y me contento con la pensión que se deriva de ese capital acumulado,
pues ya me puedo jubilar.
Que digo, no, quiero más.
Llego a los 70 y me sale una pensión,
un capital a lo mejor de 600.000 y me sale una pensión de 1.500.
Digo, no, quiero todavía un poco más.
Puedes seguir trabajando, que no, pues me jubilo ya.
Da mucha más autonomía a la persona,
aparte de volver al sistema más transparente
de cuánto ha aportado cada uno
y qué relación hay entre lo aportado y lo recibido.
Entonces, eso sería una base más o menos buena
para complementándola con el ahorro privado.
Yo tengo ahorro público, que no es ahorro, porque no está ahí,
pero bueno, la ficción de ahorro público,
claramente delimitada, más ahorro privado que sí está ahí
y con los dos me compongo mi pensión.
En la medida en que vaya ganando peso, el ahorro privado
y perdiendolo, no necesariamente porque baje,
sino porque pierda peso relativo frente al privado,
pues el sistema público se podría ir desmantelando,
podría ir muriendo por sí mismo, sin necesidad de cerrarlo,
simplemente porque si, imaginemos que ahora la pensión es
70% pública, 30% privada,
y luego en 20 años es 50 pública, 50 privada,
y luego en 60 años 30 pública y 70 privada,
y luego 10 pública y 90 privada.
Bueno, pues claro, cuando ya te quede un 10% pública,
pues es irrelevante o puede cerrarlo,
pero claro, ahora mismo, ¿no?
Sí, pero con esos reformas que se tienen que adoptar ya...
Bueno, sí, claro.
... para salvar a los que están haciendo ahora.
Sobre todo, los de las pensiones es que sonan muy largo plazo.
Claro, y no hay, es que ni siquiera se comenta,
es el gran tematabú, y pasarán las elecciones, lo veremos,
nadie dirá nada, todo el mundo dirá así,
bajamos impuestos, que es una fenomenal,
recortamos el gasto político y del gasto real
y el problema estructural, nadie lo abordará,
porque son votos, y al final, pues esto es lo que hay en democracia.
Bueno, Juan Ramón, oye, cuando salga tu libro,
si tienes a bien, te pasas por aquí,
y cortamos y nos centramos en esa obra,
que repito, dejo el enlace en la descripción,
porque está ya en preventa, sale el 30 de noviembre,
anti-Marx, es la crítica de Juan Ramón Rayo al...
no a la persona, que esto también conviene aclararlo,
sino a sus teorías económicas, principalmente.
Sí, porque además el título puede parecer que es contra la persona.
Sí, puede ser que sea y no lo es, no lo es.
El título está inspirado en el anti-during,
que es una obra de Engels contra un teórico socialdemocrata alemán
de la época que criticaba Marx,
y es una crítica a la obra de Durin,
aunque se lo conoce como el anti-during, anti-Marx,
es ese guiño contra la obra intelectual de Marx,
que aún así más diría que es también una crítica a la persona,
porque la obra forma parte de la persona,
pero bueno, no es a la persona tal como lo solemos entender.
Sí, bueno, pues te invitaremos
para que hablemos solo exclusivamente de esa obra,
que, bueno, seguro que tiene muchísimo éxito.
Y ya vuelves con los vídeos, ¿no?
Porque es esta semana... Sí, sí, ya...
...que estabas ahí, que subías entrevistas y tal,
pero no estabas con tu, veámoslo...
Ya volvemos al hábito de al menos intentar un vídeo diario.
Que no es sencillo, ¿eh?
No, no, no, pero bueno, sí, se intenta y muchas veces se consigue.
Sí, la voluntad, la voluntad, muchas veces hace estos milagros.
Pero, Juan, muchísimas gracias y un placer tenerte aquí,
y nos vemos pronto.
Fantástico, un placer, Hano, hasta otra.
Un abrazo.