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Bueno, muchísimas gracias por la opinión aquí sobre este tema de reducir a 5 o 4 días
esa cuarentena para los asintomáticos.
Es normal, gracias Pello, que en la calle no les hagan ninguna gracia porque a todos
nos preocuparía saber que tenemos un compañero al lado que hace 4 días que se diagnostico
y que bueno, que nos podría estar contagiando.
¿No hay solución buena? Juan Ramón Rayo, buenos días.
¿Qué tal, buenos días, ¿cómo estamos?
Lo decía aquí un compañero, no hay solución buena porque es verdad que si tú luego mandas
a una persona y sin saber cómo, pero sigue contagiando a los demás y se dobla el número
de bajas, pero está haciendo ya una pupa, un daño a la economía, este parón, ¿no?
Sí, sin duda, hablamos mucho de inflación y de cuello de botella, no es que la inflación
esté causando, no está causada por esta cuestión, pero esto es un cuello de botella,
además, es un parón más en la actividad que, por tanto, presiona al alza los precios.
En general, creo que tendemos a pensar en que son necesarias soluciones generales y
universales para cada caso particular y eso también puede ser un error.
Lo primero está claro que esta decisión tiene que estar informada por la mejor evidencia
científica disponible sobre la transmisibilidad del virus, pero no es lo mismo en tornos de
trabajo donde, por ejemplo, se pueda mantener la distancia de seguridad y donde, por tanto,
un asintomático, aunque contagie, no tiene riesgo o un alto riesgo de contagiar a otros
y se mantiene la distancia de seguridad, que es un entorno de trabajo donde, por necesidad,
se trabaje dentro, por ejemplo, de una oficina, codo con codo y, por tanto, donde un asintomático,
si contagia en una determinada ventana, casi seguro va a contagiar a los que tenga al lado
por muchas medidas de seguridad que se establecen. Entonces, creo que habría que ir a soluciones
más empresa por empresa, medir tiempos de baja en distintos sectores en función de la
tipología del trabajo, que no es decir, vamos a reducir en general las bajas de siete a cuatro
días sin conocer el contexto concreto de cada compañía.
La otra reivindicación de los empresas madrileños tiene que ver con esto de que ahora mismo
las bajas sean prácticamente automáticas. No hay un control médico como tal, porque
tú antes, para conseguir una baja, te tenías que encontrar realmente mal ir a un médico
y el médico te evalúa y decide, pero ahora mismo no pueden devaluar y decidir caso por
caso. Así que se ha recurrido a un sistema que agiliza lo suyo, pero quizás complica
también lo otro. Otra vez no hay solución buena, porque si lo hacemos como antes, los
médicos no pueden. Claro, efectivamente, yo creo que sí que
es necesario un sistema que agilice, que automatice las bajas. La cuestión es la baja porque se
solicita o porque se concede. En este caso no se está concediendo la baja porque el trabajador
está incapacitado físicamente para trabajar. Se concede la baja para aislarlo, para que
deje de contagiar a terceros, para que no contagia a terceros con los que compartirá
espacio cerrado. Si ese es el motivo de la baja, pues no hay mucho que evaluar más allá
de si esa persona está contagiada, es portadora del virus o no. Y, por tanto, si esa es la
premisa de la baja, creo que los sistemas más automatizados posibles que constaten
ese contagio son los que habría que articular para conceder la baja, no seguir atascando,
entorpeciendo la atención primaria, que también está para otras cuestiones, no solo para esto.
Hablemos del gran debate político que se nos avecina, que ya ha empezado a calentar motores
y que tiene que ver con, por un lado, el gobierno estudiando las fórmulas más adecuadas
para unificar impuestos entre comunidades, por otro lado, la posición que tienen algunos
gobiernos. Por ejemplo, de Madrid, que han hecho de esto su bandera, no quiere tener
que tocar ninguno de los impuestos que tiene bonificados, no quiere tener que tomar, por
ejemplo, el patrimonio, pero el gobierno tiene un grupo de expertos trabajando en ellos ahora
y la determinación es seguir adelante con esa fórmula, la de qué equilibre los impuestos
entre unos y otros. A esta hora, María, continúa esa batalla
por los impuestos. El gobierno, una y media de la tarde, continúa con la idea de llegar
a esa armonización fiscal, esa cuota mínima estatal para impuestos como sucesiones y patrimonio
que a todos los efectos obliga a Madrid a subir sus tributos, todo después de que ayer,
precisamente el gobierno de Isabel Díaz Ayuso haya aprobado esa ley de autonomía fiscal,
dicen para blindarse ante el achazo fiscal que pretende Moncloa fuentes del Ministerio
de Hacienda, aseguran que esa ley es un sin sentido, porque dicen, aunque las competencias
estén transferidas es un impuesto estatal, pero desde el gobierno de la Comunidad de
Madrid consideran totalmente justificada y han parado su legislación en la Constitución
y también en el Estatuto de Autonomía y lanzan de nuevo esa advertencia, van a utilizar
todos los mecanismos a su alcance para evitar que se meta la mano en el bolsillo de los
madrileños. ¿Por qué hay que armonizar impuestos? Bueno,
porque hay comunidades que dicen que las que los bajan demasiado les están perjudicando.
Es así, Juan Ramón. Bueno, a ver, primero, vivimos en un estado
de las autonomías. El estado de las autonomías significa que para determinadas áreas y son
áreas en muchos casos muy extensas, como educación o sanidad, existe autonomía a
la hora de gestionar esas partes de la administración. Una parte en la que también existe autonomía
es autonomía en los impuestos, en determinados impuestos, no en todos los impuestos, y por
tanto, en esos impuestos en los que existe autonomía, cada autonomía decide si quiere
un modelo fiscal o otro modelo fiscal. Hay autonomías que escogen modelos fiscales más
agresivos porque consideran que así recaudan más y que prestan mejores servicios a sus
ciudadanos. Bueno, y hay otras, como Madrid, que han apostado por modelos fiscales distintos
con impuestos más bajos, especialmente en algunas figuras tributarias, y a costa de
ello, pues, a lo mejor, los servicios públicos no gastan tanto como podrían gastar si se
subieran los impuestos. Bueno, eso lo validan cada cuatro años los votantes en las urnas.
¿Qué pasa? Que ahora algunos gobiernos autonómicos dicen, como esta autonomía me está haciendo
competencia fiscal y parte de mis contribuyentes se van a esta autonomía que tiene unos impuestos
más bajos, yo quiero que esa autonomía deje de ser autónoma. Y casualmente, quienes
están pidiendo esta recentalización fiscal son partidos que en su programa de máximos
abogan por secesionarse de España, del Estado español. Entonces, si tú te quieres marchar
y puedes ser legítimo que te quieras marchar, lo que no es legítimo es de luego es que
te quieras marchar, pero metiendo el cazo e impidiendo que otros desarrollen su autonomía
fiscal. La evidencia que tenemos sobre la recaudación que están perdiendo otras autonomías
como consecuencia de Madrid es una evidencia muy, muy modesta. En el impuesto de patrimonio,
por ejemplo, el conjunto de autonomías de España podrían estar perdiendo en torno
a 70, 80 millones de euros, es decir, prácticamente nada, para que nos hagamos una idea.
Ese es el patrimonio que se viene a Madrid. Unos 70, 80 millones es el patrimonio que
se viene a Madrid buscando ese beneficio de otros sitios.
La recaudación que se pierde por los patrimonios que se vienen a Madrid. El patrimonio es más,
pero la recaudación que se pierde entre 17 autonomías o 16 es de 70, 80 millones
de euros. Pero es que no olvidemos que los madrileños, a través del sistema de financiación
autonómico, les distribuimos al resto de españoles en torno a 20 mil millones de euros
cada año. Entonces, claro, es que 70 millones por aquí, a lo mejor sucesiones no hay una
estimación muy cidadina, pero pueden ser 400, 500 y RPF son 500. En total estamos hablando
de unos mil millones de euros. Es decir, no, es que se pierde la recaudación de mil millones,
ya hay los otros 20 mil que cada año se entregan al resto de España. Esos nos los devuelven
para que podamos bajar más otros impuestos. Creo que es un debate absolutamente tramposo,
obiciado y que atenta contra el mismo esto de las autonomías que algunos dicen defender
tanto, pero es solo para lo que les interesa. Hablemos también de eso que cita bastante
desde la inflación de cómo suben las cosas. Lo estamos notando mucho en los especios de
energía, la luz que sigue muy alta, a pesar de que se ha aliviado un poco estos días,
pero donde se nota en el día a día es cuando uno va a hacer la compra, se nota mucho en
los productos frescos y ahora particularmente en productos de temporada. Por ejemplo, en
las aranjas o las mandarinas, según estudio que ha elaborado la organización que reúne
a ganaderos y agricultores que coagan, ahí en mandarinas y naranjas se dispara muchísimo,
más el precio de la hora. Bueno, pues hoy lo estamos comprobando y
amos fe de que esos últimos estudios que hacen los agricultores no se van tanto de
lo que estamos viendo, precios disparados en el caso de los alimentos frescos que se
multiplican por cinco del campo a la mesa, en especial en las frutas y verduras, por
un lado, pero tres veces más a este otro lado, en el caso de los productos procedentes
de la ganadería, en especial y en general los cítricos, son los que mayores diferencias
registran entre origen y destino, hablamos de mandarinas, hablamos de naranjas, también
de limones, ¿cuánto se lleva un agricultor por un kilo, por ejemplo, de naranjas? Pues
nada más que 10 centimos cuando nosotros aquí en el mercado, por ejemplo, lo vemos
ya a 12, 35, en algunos casos de algo menos de 1,65. En el caso de los limones, los tenemos
a este otro lado, dicen, el agricultor se lleva por cada kilo unos 20 centimos, en algunas
ocasiones los hemos encontrado por encima de los 2, 40, aquí lo vemos unos 50 y sin
duda el producto que mayor es diferencia registra entre la mesa y el campo es la mandarina,
que nos sale a nosotros por algo más de 3 euros en muchos casos, aquí la vemos a unos
50, bastante menos, pero al agricultor le pagan poco más de 25 centimos, claro, yo no
sé si esto lo han notado los clientes, muy buenas, ¿qué tal? Han notado si se ha encarecido
al determinado producto, es todo, hablamos de un producto, por ejemplo, las judías verdes
valían a 3, 80 o 3, 90 horas, 8, 10, los limones igual han subido, de valían a 1, 10,
valían a 2 o 1, 90 también, las judías verdes, ya te lo he dicho, con lo que valían
también las naranjas, los kiwis, antes valían a 4, 50, ahora a 8. Bácticamente todos los
alimentos frescos, y claro, muchos clientes lo que nos están diciendo es, ¿dónde va
nuestro diner? No, no, pero a mí me da pena que el que lo trabaja no gande nada y los
que ganan son los que lo venden, esto no puede ser, el gobierno tendría a poner un poco
de atención, porque el señor que está pasando frío, calor todos los días, se levanta hasta
la hora, hasta la hora, venga, y luego los traen aquí los productos, le pago una mierda
y los demás, ¿qué? Esa es la denuncia que hacen al final los consumidores, gracias por
atendernos, claro, ahora la denuncia que hacen los agricultores en este caso, también los
ganaderos, es que esto dicen es derivado de la competencia desleal, fundamentalmente
por las importaciones a terceros países, bueno, dicen que no solo por eso, sino también,
porque hay muchos intermediarios en esas cadenas, hablamos de cooperativas, hablamos de mayoristas,
de minoristas, de transporte, ahora también debido al encarcimiento de los suministros
y a los elevados costes de producción, al final, todo eso contribuye a que encontremos
mayores diferencias entre origen y destino de precios de muchos alimentos frescos.
Bueno, vamos a ver si Juan Ramón Rayo nos lo aclara, que hay un problema derivado de la
subida de los costes, por ejemplo, de todo lo que tiene que ver con las producciones,
o sea, ya por ejemplo el coste del transporte, también por los carburantes, o hay un problema
añadido de mercados internacionales que se cuelen, porque no es normal que haya tantísima
diferencia entre lo que le dan al que lo cosecha, a lo que se cobran al punto de venta.
Bueno, habría que ver si hay alguna parte de la cadena de valor que tiene beneficios
extraordinarios, porque por ejemplo, la señora de manera muy coloquial, claro, la ganancia
se las lleva a quien vende, hombre, no creo que el señor que esté ahí vendiendo en
este... El frutero tampoco se forra, ¿no?
El frutero se esté forrando, no lo creo. Entonces, ¿se está forrando alguien?
Pues tampoco creo que el camionero, el transportista, se esté forrando, tampoco el que tiene un
puesto en Mercamadrid se está forrando. Entonces, ¿realmente se está forrando alguien?
O es que simplemente desde que se coge el producto, desde que se cultiva y se recoge el producto
en el campo, hasta que nos lo colocan al lado de casa, a cinco minutos de casa, pues ahí
hay toda una cadena de valor que se ha encarecido por lo que comentabas, el transporte, el petróleo,
la gasolina, se ha disparado, no solo el transporte, también los embalajes, también cartones
plásticos, se están subiendo más del 20-25%. Y todos esos costes, claro, repercuten sobre
el precio final. Pero esto, el problema no es que a veces se piensa no, es que mercadona
o las grandes superficies se están forrando porque venden muy caro y el productor no recibe
nada. Y hemos visto que el frutero del mercado también está vendiendo a precios parecidos
y tampoco se está forrando. Es decir, que hay muchos tramos de la cadena de valor que
prestan servicios con costes, costes que se han disparado y eso repercute sobre el precio
final. Si hubiese costes tan inflados, si el precio estuviese tan desalineado con lo que
realmente el servicio que se está proporcionando, la gente se buscaría a las vueltas para ir
al campo a comprar las rodarinas, las naranjas, pero claro, es que eso nos saldría mucho
más caro ir al supermercado y pagar esos precios.
Bueno, pues muchísimas gracias por el análisis esta mañana, Juan Ramon Rayo. Muchas gracias.
Muchas gracias a vosotros, esta otra.