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Es un bluque de información económica, siempre hay, pero es verdad que en las últimas dos semanas
se ha multiplicado la cantidad de información económica que intenta situar el punto exacto
en el que está nuestra economía y sobre todo las grandes reformas que vienen,
muchas de las cuales están esbozadas por parte del gobierno en ese plan de recuperación,
transformación de resiliencia que se ha enviado a Bruselas y que estos días poco a poco se va desgranando.
Vamos a poner todos estos asuntos, parte de ellos, lo que nos doy tiempo, a debate,
con dos de nuestros economistas habituales en el programa, José Moisés Martín Carretera,
economista y consultor, ¿qué tal?
Qué tal, buenas noches.
Buenas noches, bienvenido.
Y Juan Ramón Rayo, profesor de Economía de la Universidad Francisco Morroquín, ¿qué tal?
Juan Ramón, buenas noches.
Eta, buenas noches, ¿cómo estamos?
Bueno, si os parece empezamos por las noticias del día y lo que nos puede dar una visión,
como veis vosotros, el momento de la economía española, hoy la Comisión Europea ha actualizado previsiones,
5,9% de crecimiento para este año, 6,8% para el que viene, está poquito por debajo de lo que prevé el gobierno,
que está en el 6 y medio para este año y el 7 para el 2022.
Parece que se recuperará con fuerza, de las economías que se pueden recuperar con más fuerza,
a José Moisés, ¿ves viable estas cifras que estamos moviendo, este 5,96% para este año?
Vamos a ver, yo creo que son viables si somos capaces, efectivamente, de controlar la pandemia.
Quiero decir, ahora mismo no es tanto la económica la que manda, sino la capacidad que tengamos
de vacunar a la población, de recuperar la actividad económica y social normalmente,
va a ser determinante el verano, como llegamos al mismo, si vamos a poder tener turismo internacional o no,
eso está todavía sin definir.
Y por lo tanto, si se cumplen todas esas condiciones, pues sí, creceremos fuerte,
también fuimos la economía que más cayó el año pasado, y eso también hay que decirlo,
creceremos fuerte este año, menos de las previsiones iniciales del gobierno,
y se crecerá fuerte en el 2022, fundamentalmente por el efecto arrastre de los fondos europeos,
que se supone que van a aportar en torno a un 2% del PIB en este periodo.
Por lo tanto, yo creo que son realistas, pero siempre y cuando las requisitos o las condiciones de base
que no son económicas, sino que son más relacionadas con el cotón de la pandemia, se puedan gestionar
de tal cómo está previsto.
¿El momento de espera hay que ubicarlo en el verano o ya o en el último trimestre?
Yo creo que en este segundo trimestre vamos a ir mejor, estamos yendo mejor que en el primero.
De hecho, el primero ha sido malo, se esperaban unas previsiones mejores, han sido un mal trimestre,
y yo creo que vamos a ver este segundo trimestre, ya esperemos que vamos a encontrar crecimiento positivo,
y el segundo tramo del año, segundo semestre, sí que vamos a despegar con fuerza respecto a lo que veníamos haciendo.
Juan Ramón, ¿cómo es este momento?
Pues coincido básicamente con lo que se ha comentado, creo que no son previsiones irreales,
siempre y cuando efectivamente consigamos controlar la pandemia, y aquí la vacunación, el ritmo de vacunación
que se ha acelerado durante las últimas semanas, va a tener una importancia capital,
también que nos surjan nuevas variantes del virus resistentes a las vacunas,
que de momento parece que no está sucediendo, y evidentemente si conseguimos normalizar la actividad económica y social,
y a eso le añadimos la influencia de los fondos europeos entre el efecto rebote
con respecto a la caída del año 2020, que no se va a recuperar ni mucho menos en su totalidad en el año 2021.
Por tanto, ese efecto rebote, ese efecto de acumulación de ahorro que ha habido durante los meses anteriores,
en parte porque no se podía gastar, si no podía ir a casi ningún lado,
y en parte también por incertidumbre, frente a lo que podía suceder en el futuro,
pues si se clarifica la incertidumbre, ese ahorro también se transformará en gasto, ya sea con sumo o inversión,
y si a eso además le añadimos los fondos europeos, pues efectivamente podemos crecer a los ritmos indicados.
Pero a este respecto también me gustaría indicar, porque yo creo que sí que es significativo,
cómo aquí se puede empezar a esbozar lo que a mi juicio es un riesgo de uso politizado de los fondos europeos.
La razón por la que España va a ser la economía europea que más crezca,
de acuerdo con la Comisión Europea, aparte de lo que ya hemos mencionado,
es que España ha tomado la decisión política de concentrar el uso de los fondos este año y el año siguiente,
es decir, que la mayor parte de las inversiones se desarrollarán durante estos dos próximos ejercicios,
y desde un punto de vista técnico no parece tener mucho sentido a querer acelerar y querer concentrar mucho las inversiones
en el muy corto plazo, porque ni siquiera habrá tiempo para comprobar si son inversiones adecuadas o no,
incluso para ejecutar, no tenemos administrativamente tanta capacidad de ejecución de tantas inversiones,
y por tanto sería recomendable hacer como Italia que las ha espaciado más en el tiempo, pero claro,
si lo hacemos, pues el efecto rebote, recuperación, boom, no se sentiría tan a corto plazo en nuestras carnas.
Sí que es verdad que pasa una vez más eso que pasa en España,
que parece ser que la economía se recuperaría, pero que cuesta muchísimo a que el paro se recupera,
es decir, que la ocupación se recupera, eso es un mal de nuestra economía que se repite siempre
en todos los momentos en que el PIB sube, pero Juan Ramón no acaba de recuperarse la ocupación,
es decir, el paro sigue ahí atascado.
Sí, pero fíjate que en esta crisis yo creo que se ha dado algo bastante diferencial
con respecto a crisis anteriores, en parte debido al instrumento de los ERTE, pero no solo por eso,
y es que la ocupación ha caído bastante menos que el PIB.
Normalmente en España el empleo caía mucho más que el PIB, había una sobrereacción del empleo con respecto al PIB.
Esta ha sido la primera crisis de las últimas décadas en la que el empleo ha caído menos que el PIB,
como digo, en parte por el instrumento de los ERTE, pero también en parte porque la naturaleza de la crisis ha sido distinta.
En otras crisis había empresarios en sectores enteros que tenían muy claro que su modelo de negocio había dejado de ser viable.
En el año 2008, por los promotores inmobiliarios, lo quisieran reconocer o no, pero estaban quebrados
y que, al final, esa parte de la industria española iba a desaparecer.
Aquí más bien hemos suspendido la actividad durante un año, durante año y medio,
pero la percepción entre los empresarios no es que su modelo de negocio ha dejado de ser viable,
sino que cuando se normalice la actividad volverá a ser viable.
Y ya veremos si en muchos casos era así, porque si cambian los hábitos de consumo no tiene por qué ser en todos los casos así.
Pero sí que es un cambio, yo creo, una diferencia bastante importante a tener en cuenta.
Sí, yo coincido bastante, no quiero decir que este año hay que tener en cuenta que la subida va a crecer el PIB,
el paro va a crecer un poco los datos que tenemos honestos, pero está todo muy inmediatizado.
Efectivamente, por el ejercicio del año pasado, tenemos que tener en cuenta que en la última crisis,
la crisis financiera del 2008 al 2012, España estuvo con un paro por encima del 20%,
23 trimestres por encima del 20%. Y ahora en el punto más álgido de la crisis del coronavirus,
hemos estado en el 15,8 o 15,9, bueno, yo creo que esto es debido fundamentalmente a lo que al userte,
eso está claro, porque no estamos contabilizando a esa gente como parados,
pero también a las expectativas, que es lo que señalaba Juan Ramón,
las expectativas de los empresarios es que esto iba a ser una crisis corta
y que en la medida que los usertes les permitirán tener un conchón, no tenían que hacer un ajuste de plantilla.
De tal manera que en condiciones normales el desempleo tendría que haber crecido mucho más de lo que ha crecido.
Y ahora lo que vamos a ver es un proceso de ajuste, porque tampoco estamos creciendo a los ritmos
que nos estamos esperando que íbamos a crecer, es que en octubre tenemos una previsión de crecimiento
de cerca del 9%, nos vamos a quedar cerca del 6.
Y ahí hay todavía una bolsa de trabajadores que siguen en los usertes,
de los cuales muchos van a terminar en ajuste de plantilla.
Estamos hablando de ya de eres inmensos de grandes empresas, la banca sin ir más lejos.
Recuerdo ahora mismo también el de H&M, por ejemplo, que son sectores muy concretos,
que es verdad que como decía Juan Ramón, son sectores que también se verán condicionados por cambios de consumo,
que a lo mejor se han acelerado con la pandemia.
Sí, sin duda. Yo creo que hay modelos de negocio que han salido tocados de la crisis
y que ahora van a hacer este ajuste, y bueno, estos grandes seres que estamos oyendo.
Cortenglés, será recordando algunos de los que tengo en la cabeza.
Por entrar ya las reformas que están planteadas en el plan de recuperación, transformación y resiliencia.
Uno es el de la reforma laboral, el cambio en las relaciones laborales.
Parece ser que ya se han olvidado de la derogación de los aspectos más lesivos
y que se va por un modelo nuevo, con lo cual quedaría totalmente pasada ya la reforma laboral del Partido Popular.
Las cosas que quizás ahora sabemos es que se querría pasar a tres fórmulas de contrato.
Ayer sabíamos, por ejemplo, que se quede penalizar a corto plazo en los contratos muy cortos.
Esto podría ayudar de alguna manera a cambiar las relaciones laborales en nuestro país,
a consolidar un empleo más estable, menos precario.
Bueno, yo diría que sí. Lo que pasa es que no lo vamos a ver a corto plazo, cambios como la reforma laboral.
¿Y esto que la vicepresidenta que entre en vivo este año y el próximo?
Sí, pero los efectos van a ser a más largo plazo.
Los efectos de las reformas estructurales no son inmediatos, sino que se van a medir a largo plazo,
porque los agentes económicos, los empresarios, los trabajadores tienen que ajustarse al nuevo modelo
y eso puede llevar más tiempo de lo que nos pudiéramos imaginar.
O sea que una reforma laboral no va a crear empleo en cuestión de meses y eso no lo vamos a ver así.
Yo creo que sería engañarnos. Lo que sí que podemos ir con este modelo es un modelo que efectivamente
elimine parte, no voy a decir toda la dualidad, pero parte de la dualidad que se debe al mercado laboral,
porque hay otra parte de la dualidad que se debe a la estacionalidad,
hay otra parte de la dualidad que se debe a nuestro modelo empresarial.
La mayoría de las empresas muy pequeñas que no tienen capacidad de aguantar a sus empleados
cuando las cosas vienen maldadas, pero lo que tiene que ver con la institucionalidad del mercado laboral
hay una parte que se va a eliminar y esto es positivo porque llevamos muchos años
hablando de que tenemos un mercado laboral dualizado y eso está generando una injusticia tremenda,
sobre todo para los más jóvenes, y con esta reforma entendemos que una parte de esa dualidad
se va a corregir, pero no se va a corregir toda y en cualquier caso no va a ser a corto plazo.
Tenemos que pensar que estos son reformas que van a impactar en la economía española
en los próximos 10-12 años, no los próximos 10-12 meses.
Obviamente la trabajamos sobre la propuesta que tiene el gobierno,
que tenía que negociar con los agentes sociales, que supongo que no será fácil,
pero Juan Ramón, con lo que hay encima de la mesa, ¿qué te parece?
A ver, yo creo que efectivamente intentar acabar con la dualidad
es uno de los grandes retos de la economía española,
porque al final lastra nuestra productividad,
por tanto hay una motivación económica detrás de esa lucha contra la dualidad
y también luego condena a una generación, la generación joven,
a ser incapaz de, digamos, tener una previsibilidad de ingresos
que les permitan sobre esa base planificar su vida a más largo plazo.
Entonces, sí es un reto. La cuestión es cómo lo logramos
y la manera de lograrlo es reducir, estrechar el diferencial del coste de la contratación indefinida
con el coste de la contratación temporal.
Reducir las figuras contractuales a 3 por sí solo no tiene mucha relevancia,
porque al final se están reduciendo las opciones contractuales
y lo que cuenta es cada una de esas opciones contractuales
que representa que tiene detrás.
Para reducir o estrechar el diferencial entre el coste indefinido y el coste temporal,
hay dos vías, evidentemente, abaratar el coste indefinido
o encarecer el coste temporal.
Y las dos pueden servir para luchar contra la temporalidad
y el gobierno parece que apuesta por la segunda,
por encarecer el coste de la temporalidad.
El problema de eso es que si tú encareces en general el coste de la contratación,
ya sea indefinida o en este caso temporal,
te puedes encontrar con que la creación de contratos baje,
es decir, con que se contrate menos.
Y creo que en este caso habría que haber apostado por la primera vía,
es decir, por la vía de reducir el coste de la contratación indefinida,
que es la vía europea, es decir, en general en Europa
la indemnización por despido de los contratos indefinidos
es bastante inferior a la de España
y, por tanto, se estrecharía el diferencial indefinido temporal
no volviendo tan oneroso y complementándolo con otras medidas
como la mochila austríaca, pero no volviendo tan oneroso
o tan onerosa la contratación temporal.
Por cierto, ya que estamos hablando de mercado laboral,
hemos conocido esa propuesta para los autónomos,
esa propuesta de 13 tramos ajustables en función de la previsión de ingresos.
Es una buena opción.
Hoy las asociaciones estaban un poco, sobre todo, enfadadas
porque se habían enterado casi por los periódicos.
Para empezar, eso, a partir de aquí
no les acaba de gustar tampoco la propuesta, pero es una opción.
Bueno, yo os quiero la pregunta que me hago,
es cómo es posible que no sea así desde siempre.
Quiero decir que hay una cuenta sola y que cares lo que ganes.
Creo que la gente cotice por lo que gana,
quiere decir, los trabajadores laborales de nuestras empresas
cotizamos y las empresas cotizan por nosotros por lo que ganamos.
Tenemos tramos tan pequeños, ¿no?
Y esto, al final, tiene en general dos problemas.
En primer lugar, genera un problema de tesorería de la pobreza de seguridad social,
porque tiene menos ingresos a corto plazo
y luego genera un problema de desplotación social,
que se planta y hemos estado escuchando
que un autónomo tiene una pensión
que es un 43% más baja que la pensión de una persona,
digamos, la pensión media de un empleado de régimen general.
Yo creo que habría que evitarlo.
Esta es la mejor madera. Es una de las que podría haber.
Al final los agentes económicos
normalmente descontamos el futuro
y no nos damos cuenta de lo que nos va a pasar cuando somos mayores.
Es lo que queremos es tener el dinero ahora, lo preferimos tener ahora
antes que tenerlo dentro de 20 años,
cuando nos vayamos a jubilar.
Y no nos olvidemos de que esto es un mecanismo de ahorro, en realidad.
Estamos ayudando a la gente o incentivando a la gente
para que ahorre para que el día de mañana tengan una jubilación justa.
Me parece que está muy bien la medida que han tomado.
Juan Ramón, ¿qué te parece esta propuesta?
Aquí no vamos a coincidir.
Yo creo que el principio de pagar impuestos
en función de la capacidad económica
es un principio que puede tener sentido, pero es que aquí no estamos
hablando de impuestos, estamos hablando de cotidaciones sociales.
De un vehículo, como decía José Moisés, de ahorro.
Por tanto, un vehículo de ahorro se tiene que ajustar
si uno quiere recibir en el futuro. Tenemos un sistema contributivo.
Es decir, tanto cotizas, tanto recibes en el futuro.
Si yo cotizo más, recibo más.
Si cotizo menos, recibo menos. No veo por tanto por qué motivo
si tenemos un sistema contributivo, que está por tanto
desligado de la capacidad económica,
hay que obligar a los autónomos a que coticen.
A través del sistema específico de seguridad social
unas determinadas cantidades de dinero.
Sí, si cotizan poco, recibirán poco. Pero esa es su responsabilidad.
Es verdad que están cobrando menos
que en pensión que los trabajadores por cuenta ajena.
Pero tampoco estamos contabilizando los activos privados
que han podido acumular gracias a que han podido ahorrar más
porque han cotizado menos a través de la seguridad social.
Y si, en todo caso, existiera un problema, como decía José Moisés
de descuento hiperbólico, es decir, de que no estemos
teniendo en cuenta adecuadamente el futuro cuando planificamos
el presente, pues no tendríamos por qué obligar a los autónomos
a que ahorren específicamente a través de la seguridad social.
Podríamos pedirles que ahorren una determinada cantidad
de dinero cada año, pero ya sea a través de la seguridad social
o de cuentas de ahorro privadas.
Mucho me temo que aquí, ante lo que estamos,
es ante un desequilibrio de ingresos y gastos en la seguridad
social que en parte se quiere corregir a corto plazo,
porque claro, a corto plazo no se pueden recortar las pensiones,
ningún gobierno lo va a hacer, no quiere perder esos votos,
se quiere corregir a corto plazo, subiéndoles,
normalmente, las cotizaciones sociales a los autónomos
y en el futuro, si hay recortes de las pensiones
que probablemente los habrá, también se los comerán los autónomos,
que pagarán más, también, no solo, también,
que pagarán más para no recibir tanto más en el futuro.
José Moisés, bueno, es que el sistema de pensión
que tenemos en España, que es público, es un sistema contributivo,
pero también es un sistema de reparto. Quiero decir que no se trata solamente
de saber cuál es lo que va a la pensión que va a recibir,
porque no son planes de pensiones individualizados,
sino que tenemos una caja común que es sobre la que todos aportamos,
y por lo tanto, lo que tenemos que pedir a gente que está ganando
por encima de 50.000 euros, es que aporte también
a la caja común de la seguridad social en función de sus capacidades,
pero lo que estamos haciendo es lo que estamos en el régimen general.
O sea, que hay un componente de incentivo al ahorro forzado,
si lo quiere llamar así, obligatorio, en el cual, por supuesto,
pero también hay un elemento de solidaridad entre el general,
que es decir, aquellos que ahora mismo están ganando más
contribuyan también al sostenimiento de las pensiones
de sus propios clientes, en muchos casos.
Por lo tanto, yo creo que la medida es acertada,
y la pregunta que yo me hacía es cómo es posible
que hayamos tardado tanto en ponerla, ¿no?
Dime, Dime, Juan Ramón.
Si el argumento es ese,
entonces estamos admitiendo que estamos cambiando
por la puerta de atrás la naturaleza del sistema
y estamos pasando de un sistema contributivo a un sistema asistencial.
¿Por qué? Porque queremos que la cotización en parte
se dirija a redistribuir la renta.
Pero es que tiene un efecto redistributivo, Juan Ramón,
aunque sea el contributivo.
Porque si no, los estaremos financiando por impuestos todos.
Claro, pero es que el efecto redistributivo,
si es puramente contributivo, no lo tiene.
Quiero decir, si yo cotizo más,
debengo un derecho mayor frente al estado en el futuro.
Por tanto, si cotizo menos,
le estoy ahorrando al estado una obligación frente al futuro.
Y tiene menos ingresos. Nuestro sistema es misto.
Es contributivo y es redistributivo.
Ese es el que tenemos.
La parte de redistribución, en teoría,
habría que canalizarla a través de impuestos,
no a través de cotizaciones sociales.
Y se intenta retorcer la cotización social
para que cumpla fines que originalmente no cumplía,
con lo cual los autónomos estamos admitiendo
que van a cotizar más y no van a recibir
proporcionalmente tanto más en forma de prestación.
Ya que estamos hablando de pensiones,
vamos a hablar de la otra.
Hoy también venimos contando el complemento
a este documento del Ministerio de Seguridad Social,
que es lo primero que se va a hacer de forma inmediata
para intentar ir avanzando en la reforma
del sistema de pensiones,
que es que la actualización se irá con el IPC.
Es algo que ya veríamos sospechando,
pero ya esta es la propuesta final.
Y también una penalización bastante fuerte
a las prejubilaciones,
a la gran mayoría de las prejubilaciones.
¿Esto es necesario? ¿Es lo que necesita ahora mismo
el sistema de pensiones para empezar a avanzar
en su reforma, Juan Ramón?
A ver, creo que son pasos en la buena dirección,
pero pasos muy insuficientes,
para que nos hagamos una idea de lo que esto implica.
En el caso de que las medidas que está planteando el ministro
cumplan con todos los efectos
que el ministro quiere que terminen cumpliendo,
de acuerdo con la AIREF,
en el año 2050 dejaremos de gastar,
hemos ahorrado en términos de gasto
el equivalente al 0,8% del PIB.
La supresión del factor de sostenibilidad
de las pensiones aprobado en el año 2013,
y que debería entrar en vigor en 2023,
por el cual se va recortando las nuevas pensiones
en función del alargamiento de la esperanza de vida,
eliminar ese factor de sostenibilidad
que parece que se elimina, aunque no está del todo claro,
pero parece que sí, va a incrementar el gasto
en pensiones en el año 2050, según la AIREF,
en el 0,9% del PIB.
Que el efecto neto de esta reforma
en el año 2050 es incrementar el gasto
un 0,1% del PIB.
No supone un ajuste,
y de acuerdo con la AIREF también,
todo ello implicará que,
aquí, al año 2050,
la deuda pública, específicamente vinculada
al sistema de seguridad social,
aumentará entre 50 y 60 puntos de PIB.
Estamos en el 120.
Añadele 50, 60 puntos de PIB,
más el déficit que se pueda acumular
durante los próximos dos o tres años,
y creo que, sin más reformas,
estamos abocados a una situación financiera
bastante difícil, bastante complicada.
Bueno, decía que estas son las dos primeras que sabemos,
que supongo que habrá...
Entiendo, no sé, alguna más.
Bueno, yo creo que está bien la reforma que se ha planteado,
y yo creo que está bien que haya eliminado
el factor de sostenibilidad,
que era un factor que introducía muchísima incertidumbre,
incluso lo que vamos a cobrar,
porque no sabíamos qué pensiones íbamos a tener.
Así de claro, porque dependía de factores
que nos generan muchísima inseguridad,
y por lo tanto creo que es un acierto haberlo quitado.
Efectivamente, se tiene que compensar de alguna manera,
quitar ese factor de sostenibilidad.
Y yo creo que la manera que se encuentra es una manera positiva.
Estamos viendo en un país, en un continente,
donde la esperanza de vida y la esperanza de vida útil,
y la esperanza de vida laboral,
se está incrementando y no tiene sentido
que estemos incentivando o de alguna manera,
o no castigando lo suficiente
a la gente que se quiere prejubilar de manera injustificada.
Yo creo que es una buena medida.
Efectivamente, ahorra dinero
y ahorra un dinero que nos permite, por ejemplo,
eliminar el factor de sostenibilidad.
Yo coincido con Juan Ramon en que al final,
el debate gordo sobre las pensiones lo tenemos que tener todavía.
Estos son como retoques que estamos teniendo
sobre un modelo que todavía no tenemos bien asentado
y que tenemos que terminar de concretar.
Pero si yo tuviera que elegir entre factor de sostenibilidad
y el ajuste de incentivos para retrasar la desjubilación,
no me quedo con los incentivos para retrasar la desjubilación
y que la gente sepa a ciencia cierta que es lo que va a cobrar
cuando llegue a la hora de la desjubilación.
Aunque probablemente haya que hacerlo todo.
Claro, no, no.
Sí, eso es muy complejo.
Nos queda una que es la reforma fiscal, pero no nos va a dar tiempo.
O sea, que la tendremos que aplazar para otro día,
pero lo más importante, José Moisés,
es de la reforma fiscal,
¿cuál es para tu perspectiva?
Lo más necesario.
Lo más necesario para mí,
y aquí no vamos a estar desde luego.
Yo creo que hay que grabar mal las rentas altas,
tenemos que meter impuestos ecológicos,
tenemos que tener impuestos vinculados al cambio de modelo productivo,
que ahora mismo no tenemos.
Y yo creo que va a ser una reforma muy complicada,
que va a ser muy difícil de sacar adelante.
Yo creo que va a ser probablemente la reforma más complicada
que voy a hacer esto.
En 30 segundos también con Ramón, por favor.
Sí, yo puedo estar de acuerdo en que pueden ser necesarios
impuestos contra las externalidades negativas,
impuestos ecológicos,
pero tengamos en cuenta que esto no son necesariamente impuestos
sobre las rentas altas, el propio gobierno ya ha dicho
que estos impuestos afectan a todo el mundo,
porque se trata de cambiar comportamientos.
Y creo que lo peor de esta reforma fiscal
es que sobre la base razonable de que, por ejemplo,
hacen falta este tipo de impuestos,
nos están colando un incremento agregado
de la presión fiscal, porque podríamos aumentar
los impuestos medioambientales
y con la recaudación obtenida, bajar otros impuestos.
Pero no, se mantienen los que hay
en otros con el pretexto más o menos justificado
medioambiental.
Bueno, es que yo creo que efectivamente lo que queremos
es subir los ingresos públicos.
Algunos lo querrán, otros no.
Claro, pero ahora la mayoría social
parece que es lo que quieren.
Las mayorías sociales son muy indefinidas y volubles.
Bueno, pues le hemos dado un repasito
a la situación actual y sobre todo
a la que tiene que venir, a las reformas pendientes
que ahora es lo más importante.
Mira al futuro para hacer esto más sostenible
y en todos los sentidos.
Sostenible y económicamente y también ecológicamente.
José Moisés Martín Carretero, gracias.
Muchas gracias.
Juan Ramon Rayo, gracias, como siempre.
Hasta la próxima.
Un abrazo a la otra.