This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.
Llegan las patadas del ahogado Núñez Eijó. Después de querer derogar el
sanchismo, ahora quiere pactar con el sanchismo porque considera al PSOE de
Pedro Sánchez un partido de Estado. Veámoslo.
Uno de los grandes problemas a los que se enfrentó el Partido Popular en la
campaña electoral que condujo a su mal resultado en los comicios del 23 de
julio fue su estrategia completamente errática. Si según todas las encuestas
vas a tener que pactar con Vox para gobernar y si tú mismo estás pactando
con Vox y estás integrando a Vox a numerosos gobiernos autonómicos, lo que
no puedes decir es que no quieres gobernar con Vox, que Vox es una de tus
últimas opciones. Entonces, ¿qué pasa? ¿Que estás conformando malos gobiernos en
la Comunidad Valenciana, en Castilla y León o en Extremadura? ¿Que estás
pactando o pretendes pactar con el diablo en Baleares, en Aragón o en
Murcia? Si de verdad te creyeras que Vox es el diablo, lo que tendrías que hacer
es, como dice el Partido Socialista, no pactar con ellos en absoluto, establecer
un cordón sanitario. Y si no te lo crees, lo que no tiene sentido es que compres
ese discurso del Partido Socialista. Por tanto, una de dos. O les estás diciendo a
tus votantes y potenciales votantes que te da todo igual con tal de conseguir el
poder, incluso pactar con el diablo. O les estás diciendo a los votantes, todos
sabemos que estoy haciendo teatro, todos sabemos que no pienso eso de Vox, pero
tengo que decir que pienso eso de Vox para intentar arañar votos de la
izquierda. Pero claro, si los votantes de izquierdas tienen dos dedos de frente y
se dan cuenta de que ese es tu doble discurso, pues sentirán que los estás
tratando como niños, como estúpidos, no como personas adultas. Con lo cual es
dudoso que consigas el voto de los votantes de izquierdas y quizá sí
espantas el voto de los votantes de derechas. Los de izquierdas te huyen
porque se sienten ofendidos e insultados y los de derechas te huyen porque te
consideran no fiable. Y esa misma disyuntiva, a fruto de una estrategia
errática, también la repitió el Partido Popular respecto a su relación con el
Partido Socialista. Por un lado, el Partido Popular nos decía que su principal
objetivo, la principal razón por la que se presentaba a estas elecciones y por
la que los españoles tenían que votarlo, era para derogar el sanchismo. Y por
otro lado, Feijón nos decía que si no conseguía mayoría absoluta, intentaría
lograr la investidura no con Vox, sino con algunos diputados de ese Partido
Socialista sanchista. ¿Cómo vas a derogar el sanchismo con el sanchismo? Sería tan
absurdo como decir yo me presento a estas elecciones para eliminar el Estado
de las autonomías y recentralizar todas las competencias del Estado en Madrid. Y
para llegar a ese objetivo voy a pactar con Esquerra y con Bildu. Descabellado.
Pues bien, ¿creen que el Partido Popular ha entendido algo de todo esto y está
intentando rehacer su discurso, su narrativa, su estrategia electoral por si
hubiese una repetición de elecciones durante los próximos meses? Recordemos
que este último no es un escenario tan impensable. Como explicamos en el vídeo
de ayer, no está claro que Junts vaya a apoyar una investidura de Pedro Sánchez.
No digo que no vaya a suceder, no digo ni siquiera que no sea probable que
suceda, pero no es ni mucho menos inexorable. Es decir, la repetición
electoral es un escenario no completamente inverosímil y por eso el
Partido Popular, que no tiene opciones ahora mismo de gobernar, si tuviera dos
dedos de frente ya estaría preparándose para el caso de que se produzca
una repetición electoral. Porque o gobierna tras una repetición electoral,
que tampoco estoy diciendo que si hay repetición electoral gana el PP, ni
mucho menos, pero la opción que tiene el PP para gobernar pasa por una repetición
electoral. Por tanto, o gobierna con repetición electoral o no gobierna.
De ahí que desde ya mismo debería estar rearmando su discurso, rectificando
errores y perfilando mejor la estrategia por si acaso llega a haber repetición
electoral y tiene una segunda oportunidad de no volver a meter la
pata. Pues no, el PP se empeña en seguir metiendo la pata. Después de haber
fundamentado toda su campaña en que quería derogar el sanchismo, ahora Fijó
nos dice que busca una especie de gran coalición con el Partido Socialista
Obrero Español, porque el Partido Socialista Obrero Español de Pedro Sánchez
es un partido de Estado, como el Partido Popular, y los partidos de Estado tienen
que entenderse. Y en consecuencia vienen tiempos en los que se necesita
estabilidad, mucho europeísmo y mucha centralidad. Y creo que sería un error, un
inmenso error, que en España gobernasen los independentistas, porque han perdido
escaños, porque han pedido apoyo, porque han pedido votos y, sin embargo, los
partidos de Estado han ganado en apoyos, han ganado en votos y tenemos un
resultado muy importante.
¿De derogar el sanchismo a buscar repartirte el poder con el
sanchismo? ¿Pero existe algún principio ideológico sólido en el Partido
Popular o solo existe mera voluntad de poder? Porque, oye, si tú crees que tienes
muchos puntos en común con el Partido Socialista Obrero Español, que los
tienes, bastaba con comparar el programa electoral del PP y el programa electoral
del PSOE para comprobar que no eran tan distintos. Al fin y al cabo, los dos se
tienen que ajustar grosso modo con las directrices que les vienen marcadas desde
Bruselas. Y en Bruselas el Partido Popular Europeo co-gobierna con el
Partido Socialista Europeo. Por tanto, aunque tengan diferencias en
matices, aunque tengan incluso alguna diferencia importante en algunos
aspectos, en lo fundamental, en lo crucial, en lo nuclear, ambos partidos
están de acuerdo. Ni el PP es una alternativa al PSOE, ni el PSOE es una
alternativa al PP. Otra cosa es que el PSOE se escore a la izquierda presionado
por sumar, y entonces conforme a un programa de gobierno que sí se aleje de
ese núcleo consensuado entre PP y PSOE, o que el PP gobierne con Vox y se escore
a la derecha por Vox, y por tanto también se aleje de esa especie de
pensamiento único consensuado entre PP y PSOE. Pero como tal, el PP y el PSOE
son muy similares. Entonces, si tú crees esto, y tiene sentido que lo creas porque
es así, ¿por qué planteas una campaña dirigida a derogar el sanchismo? Lo que
deberías haber dicho es, mire, muchas de las decisiones que ha tomado este
gobierno PSOE podemos me gustan porque son decisiones inspiradas en el programa
del Partido Socialista, y yo coincido, grosso modo, con el programa del Partido
Socialista. A lo que aspiro en la siguiente legislatura es o a gobernar en
solitario para aplicar un programa muy parecido al del PSOE, aunque no totalmente
idéntico, o a que PSOE y PP nos entendamos y no dependamos de los extremos,
no dependamos ni de Podemos sumar ni de Vox. Ese podría haber sido un discurso de
campaña, no sé cuán eficaz hubiese resultado, pero desde luego sería un
discurso coherente con querer pactar con el PSOE. Luego que el PSOE quiera
pactar contigo o no, ya es otro asunto, pero al menos tú expones que tus
principios ideológicos y programáticos son perfectamente compatibles con un
pacto con Pedro Sánchez. Pero si tú basas tu discurso en que todo lo que ha
hecho este gobierno, o prácticamente todo lo que ha hecho este gobierno, está mal y
lo quiero derogar y voy a llegar aquí para hacer una tabla rasa, que también es
muy legítimo que lo digas. Yo de hecho en gran medida lo pienso. Pues si basas
tu campaña en eso, luego tendrás que ser coherente y consecuente con el
discurso que estás articulando. Y ese discurso que estás articulando te lleva
a que ahora mismo no puedas pactar con el sanchismo. Porque si les has dicho a los
españoles, votadme para derogar el sanchismo, no tienes en realidad, no
tienes en el fondo mandato para pactar con ese sanchismo que los españoles te
han pedido derogar. Todavía peor, si ahora estás diciendo que el PSOE es un
partido de estado con el que te tienes que entender, con el que tienes incluso
que cogobernar, ¿qué sucederá si se plantean unas nuevas elecciones? ¿Cuál va a
ser tu discurso de cara a esas nuevas elecciones? ¿Vas a repetir lo de derogar
el sanchismo o ahora acudirás a esas nuevas elecciones buscando una hermandad
con el sanchismo? Hagas lo que hagas no va a resultar demasiado creíble. Si
apuestas por derogar el sanchismo después de haber calificado al PSOE como
partido de estado y su programa como un programa electoral con el que te puedes
entender y con el que puedes gobernar, pues evidentemente toda esa ánimatversión
impostada hacia el sanchismo no calará. Y si en cambio ahora acudes a las urnas
diciendo que te quieres hermanar con el sanchismo, que aspiras a una gran
coalición con el PSOE, a que gobierne la fuerza política más votada pero siempre
de la mano del PSOE, pues parecerás completamente una veleta, aparte de que
creo la mayor parte de los votantes del Partido Popular no buscan eso. Al final
todo esto ilustra un problema más de fondo. El problema de fondo es que los
partidos políticos se han convertido en agencias de marketing para crear
narrativas electorales. Narrativas electorales cuyo único objetivo es
engañar a la población para que la población te vote y te eleve al poder.
Pero se trata de narrativas electorales que, para ser lo suficientemente flexibles,
para poder apelar a muchas masas de votantes muy distintos y, por tanto, para
ser capaz de atraer a bolsas de electores muy grandes, se trata de narrativas
electorales desprovistas de principios. Los principios son los que te atan a
tierra, los que te dicen tú de aquí no te mueves. Tienes un cierto círculo, una
cierta frontera dentro de la que puedes deambular, un círculo, una frontera que
viene marcada por los principios y esos principios los puedes aplicar de una
manera o de otra, pero no te puedes salir de esa frontera o de ese círculo sin
traicionar a los principios. Y, por tanto, si tú no quieres traicionar a esos
principios, que serán correctos o incorrectos, pero son tus principios,
entonces te mantienes dentro de ese círculo. Pero, claro, los principios de
cara al marketing, de cara a la seducción del votante, te vuelven
inflexible. Si sólo te puedes mover dentro del círculo y ese círculo es muy
estrecho, habrá muchos votantes a los que nunca puedas llegar a apelar. Salvo,
claro, que eres la batalla ideológica, la batalla cultural y que con el tiempo
esos mismos votantes, que a día de hoy no se plantean apoyar tus principios,
terminen ellos mismos cambiando de principios, de marco ideológico y te
terminen votando. Pero, claro, esa es una tarea de largo plazo, no de corto plazo, y
el político es corto placista, quiere llegar ya al poder. Y si quiere llegar ya
al poder y se coloca una camisa de fuerza de unos principios muy sólidos
que le impiden, por tanto, apelar a aquellos votantes que no comparten esos
principios, pues tener principios limitan en mucho el marketing político
electoral que puedas llegar a hacer. Y, por eso, muchos políticos no tienen
principios, renuncian a ellos o sólo abrazan unos principios muy genéricos,
muy amplios, muy indefinidos, donde cabe prácticamente todo. Pero, claro, el no
tener firmes principios, el que valga prácticamente todo, también es
arriesgado. Porque si confeccionas una determinada campaña de marketing
político electoral que no funciona, que ha sido un desastre y luego intentas
reinventarla desde cero, pues los votantes se dan cuenta de que eres un
cascarón vacío. Te tildan, lógicamente, de veleta, que vas cambiando de rumbo
según sope el viento. Ese es un problema que un político con
principios nunca puede tener, porque correcto o incorrecto estará siempre en
el mismo lugar. Quizá no llegue a muchos votantes, pero los votantes sí
podrán identificar qué es aquello que defiende y sí podrán pensar que ese
político cree en aquello que defiende. Pedro Sánchez, por ejemplo, es un
político sin ningún principio. Todo lo que le sirva para llegar al poder,
bienvenido sea. ¿Qué he de pactar con Ciudadanos? Pues pacto con Ciudadanos. ¿Qué
he de pactar con Podemos? Pues pacto con Podemos. ¿Qué he de apuñalar a Podemos y
pactar con su mar? Pues apuñalo a Podemos y pacto con su mar. Da igual. Ahora bien,
Pedro Sánchez ha diseñado una campaña de marketing electoral que, como hemos
visto, ha resultado exitosa. Por tanto, aunque no tenga principios, sí ha
conseguido seducir al votante. Feijó no. Feijó se ha desprovisto de principios, lo
mismo me da el sanchismo que el antisanchismo, y además tu campaña de
marketing ha sido muy mala. Con lo cual, si ahora la tienes que reinventar, la
tienes que redirigir, pues a todas luces contemplaremos lo que algunos ya sabíamos,
que no tienes principios, que te vale prácticamente todo. Si finalmente,
dentro de unos meses volvemos a las urnas, ¿con qué cara nos vais a pedir el voto para
derogar un sanchismo al que ahora le estáis rogando pactar?