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Muchas gracias a todos por acompañarme en la presentación de este libro que no sé
si es mi mejor libro o el libro más importante que he escrito hasta la fecha, pero desde
luego es un libro con el que estoy muy orgulloso y espero que os guste a todos, porque trata
de llenar un hueco que a mi juicio existía dentro del liberalismo, no solo español,
sino incluso anglosajón, y es un libro que manteniéndose dentro del terreno de las ideas
y sobre todo del idealismo, porque al final desde luego querer reducir el estado al 5%
de momento, es idealista, descienda la tierra. Es decir, un libro que no lo endóseo, no
lo deje todo a el mercado, lo resolverá por sí solo, porque el mercado es una institución
fabulosa para resolver problemas. Nosotros no sabemos cómo se resolverá este problema,
no sabemos cómo se proveerá la sanidad, no sabemos cómo se proveerá exactamente la
educación, no sabemos qué pasará con los pobres, pero sabemos que el mercado, como
es un marco institucional suficiente y capacitado para ello, lo resolverá. De lo que se trata
también es de estudiar cómo se resolverá. Y desde luego hay muchos estudios, y yo veo
de ellos, básicamente no invento nada, muchos estudios de liberales y de no liberales dispersos
que afrontan esta cuestión y que tratan de dar una respuesta a esta problemática. Pero
no conozco al menos ningún otro libro que los ayune todos y que dé una visión del
conjunto, una visión del conjunto de por qué no necesitamos un estado tan gigantesco como
el que tenemos. Y quizá no necesitamos ni siquiera estado, aunque esa cuestión más
de fondo no la llego a plantear en el libro. Me quedo en cómo mucho un estado del 5%.
¿Y por qué? Pues porque seguir reduciendo desde luego es complicado, es factible probablemente
pero es complicado, pero en contra de lo que puede parecer, la evidencia y la ciencia
económica y no sólo económica apuntan en la misma dirección. Y la misma dirección
es que el 95% de lo que hoy está haciendo el estado no tiene por qué hacerlo. Quizá
haya dudas de si el estado puede prescindirse o puede prescindirse de la materia de defensa
en absolutamente en materia de justicia, es decir, ahí hay debate y ahí hay disputas
y ahí hay controversias que hay que clarificar, que hay que resolver y que hay que seguir
estudiando. Pero en general, en materia de educación, en materia de sanidad, en materia
de pensiones, en materia de asistencia social, en materia de carreteras o infraestructuras
en general, en materia de medio ambiente del mercado eléctrico tendemos a pensar que los
liberales que estamos en minoría, que nuestras propuestas son muy alocadas, que son muy
radicales y van muy contra lo que sería normal, que son muy idealistas y lo son. Pero en realidad,
si uno revisa consenso científico o si uno revisa la evidencia histórica de manera dispersa
sin que se proclamen como liberales o libertarios, pero la dirección es la misma y la dirección
es que todas las objeciones que se han planteado para que los mercados no puedan ser libres,
para que sea el estado quien intervenga, quien controle la sociedad, quien planifique la
sociedad, todos y cada uno de los argumentos que se suelen reducir son falsos o existen
alternativas dentro del mercado capaz para resolverlas. Entonces, en la medida en que
el estado es un ente coactivo, así se lo define, monopólio y sobre la coacción territorial,
parece absurdo o debería suscitar dudas entre la población que si de manera libre, de manera
voluntaria, sin controlar la vida de los demás, sin violentar a los demás, podemos llegar
a la misma dirección o incluso a una dirección más ventajosa de la que podemos llegar con
el estado, ¿por qué tenemos que meter la coacción de por medio?, ¿por qué tenemos
que hacer las cosas a través del estado?, ¿por qué tenemos que idolatrar el intervencionismo
estatal como si fuera la panacea y la solución a todos los problemas?
Y si lo hacemos es porque durante décadas ha habido una campaña muy intensa de propaganda
tanto desde intelectuales que veían el socialismo o el estatismo en términos más generales
porque no solo el socialismo, como el destino inevitable e inexorable de la sociedad hacia
el que teníamos que avanzar y luego por los grupos de presión de los que hablaba Carlos,
es decir, porque el estado se ha convertido en un ente que parasita a la sociedad y se
ha convertido en un experto en parasitar a la sociedad, es decir, en vivir a costa de
la sociedad. No ya solo los políticos, sino todos los que se acercan al estado y de alguna
manera lo usan en ocasiones para su propio beneficio. Y ese es el consenso estatista,
es esa casi unanimidad en que el estado es indispensable lo que intento desmontar en
el libro. Algunos dicen, y yo lo repito, que el libro
es idealista y lo es, pero es que tener ideales y tener horizontes no es malo. De hecho, es
que si no los tenemos no podemos avanzar en ninguna dirección. También es idealista
que no haya crímenes en la sociedad, que no haya asesinatos en la sociedad, que no haya
robos en la sociedad. Claro que eso es idealista, siempre va a haber crimen. Pero no porque
sea idealista tenemos que intentar o tenemos que descuidar su minimización, no porque
sea idealista que no haya ni un solo crimen, tenemos que olvidarnos de que hay crímenes
y tenemos que combatirlos. Precisamente si el horizonte es minimizar el crimen, y quien
dice el crimen dice la violencia, dice la coacción, dice el estado, obviamente tenemos
que remar en esa dirección. Y el idealismo es necesario para eso, para
juzgar si nos estamos alejando, nos estamos acercando hacia ese objetivo. Por supuesto,
el idealismo nos debe servir como excusa, y esto es algo que he intentado evitar para
pensar que mi reino no es de este mundo. La sociedad libre o funciona en este mundo
o no funciona, y si no funciona en este mundo se debe descartar. Y precisamente en el libro
intento estudiar, intento analizar, intento probar cómo sí podría funcionar una sociedad
libre. Ahora bien, no es un libro pensado, porque a veces leyendo el título a algunos
se confunden, no es un libro pensado para que llegue Montoro a la Moncloa como presidente
del gobierno, y lo aplique de manera íntegra. No es un libro pensado para los políticos,
los políticos no lo van a aplicar porque los políticos son de alguna manera los clientes
parásitos de la ciudadanía y de las ideas sociales que son mayoritarias en un determinado
momento en la sociedad. Por tanto, no es una revolución que tenga
que hacerse de arriba abajo, no es eso lo que busco, y en ningún momento se me ha pasado
por la cabeza que algo de lo que está ahí escrito lo van a aplicar políticos que estén
actualmente ejerciendo o que puedan estar ejerciendo en los próximos años. El propósito
es que sea una revolución de las conciencias y de las ideas de los ciudadanos, que los
ciudadanos piensen, las personas piensen. Si todo lo que se está diciendo aquí es relativamente
verosímil, por supuesto podremos pensar que a lo mejor no todas las soluciones son perfectas,
que a lo mejor en algunos ámbitos el Estado puede mejorar algo del mercado, que no está
claro que el mercado lo perfeccione todo con respecto al Estado, podremos en algunos momentos
pensar eso, pero desde luego en general la sociedad libre tiene solución y tiene una
solución razonablemente buena para todos los problemas que hoy justifican el intervencionismo
gubernamental para prácticamente todos. Y si eso es así, si podemos organizarnos y
cooperar de manera voluntaria y de manera libre, ¿por qué el Estado está ahí copando
el 50% de nuestra renta y el 50% de nuestras libertades? ¿Por qué si podemos vivir sin
Estado o prácticamente sin Estado, sin ningún género de dudas, sin inventarse nada absolutamente
fantasioso, sin unicornios, sin nada similar? Si ya hemos vivido con un Estado del 5% siendo
mucho más pobres, si hemos prosperado con un Estado del 5% en otros momentos históricos,
si con un Estado del 5% hemos vivido uno de los periodos más prósperos de la historia
de la humanidad, ¿por qué ahora que somos mucho más ricos, que tenemos muchos más
medios, que nos podemos organizar mucho mejor sin necesidad de que alguien desde arriba
nos coordine? ¿Por qué el Estado copa en estos momentos el 50% de la economía o de
la sociedad, bueno, de la sociedad mucho más del 50%? Y si eso es así, si hay una alternativa
clara en el sector prioriado capaz de hacer todo lo que hoy hace el Estado, al menos también
como el Estado y probablemente mejor, y pese a ello, el Estado lo copa casi todo, es que
alguien nos está engañando, alguien nos está tomando el pelo, alguien está recurriendo
a la mentira, a la propaganda, a los memes ruinosos para, para citarnos, para vivir a
nuestra costa, para que nos mantengamos en ese síndrome de esto colmo de justificar
a nuestro carcelero. Porque el libro no es una revolución al uso, no es una revolución
que pretenda derribar mañana todas las estructuras que tenemos en vigor, lo comentaba María
antes, y a más revolución a algo que se plantea con un horizonte de 50 años, pues
es una revolución un tanto lenta, ¿de acuerdo? Pero hay que plantear, y hay un capítulo
dedicado a ello justamente, hay que plantear una transición razonable para visualizar
que no solo las propuestas de cómo funcionaría la sanidad en un mercado libre, cómo funcionaría
la educación en un mercado libre, cómo funcionarían las pensiones, cómo funcionaría el mercado
eléctrico, cómo funcionaría el medio ambiente, cómo funcionarían las infraestructuras, cómo
funcionarían las ciudades si fueran privadas y no organismos estatales, cómo funcionaría
la asistencia social, cómo funcionaría el mercado de trabajo, cómo funcionaría la
moneda, cómo funcionaría o cómo se podrían desarrollar las empresas sin prevendas, subsidios,
anceles estatales. No solo se trata de visualizar que un mercado y una sociedad libre funcionaría
mejor en todo, sino que hoy, cuando el Estado ya se ha metido hasta el fondo en todas partes,
que hoy podemos librarnos del Estado, y librarnos del Estado es costoso y es lento. ¿Por qué?
Porque hay una serie de obligaciones que han sumido el Estado y que, hombre sí, podrían
impagarlas, pero si abocamos al impago de esas obligaciones estatales y no me estoy refiriendo
especialmente la deuda pública, sino me estoy refiriendo a pensiones y a sanidad, pues obviamente
dejarías a gran parte de la población absolutamente desamparada y ahí si tendrías una revolución
pero para volver a instalar el Estado. Porque, por desgracia, el Estado ha estado saqueando,
nos ha estado saqueando, pero más a quienes tienen más años durante muchos años, a
cambio de qué, a cambio de prestar unos servicios futuros, pensiones, seguro sanitario, etcétera.
Si no hemos dado la posibilidad de esas personas de que se capitalicen porque el Estado se
la ha rebatado, cambiar a mitad de juego, es decir, han sido víctimas del expolio, cambiar
a mitad de juego radicalmente en la partida sería tremendamente injusto, pero eso no
significa que no haya que empezar a hacer desde ya si la gente lo quisiera, que por
desgracia no lo quiere y para eso se publica el libro para que empiece a quererlo, desde
ya la transición, significa que hay que hacer una transición a largo plazo para poco a
poco ir erradicando el Estado. El libro efectivamente trata, como digo, yo creo que todos los sectores
o al menos los principales, luego podremos encontrar alguno que a lo mejor no esté
incluido, pero los grandes sectores de cualquier sociedad están estudiados con relativo detalle
para explicar cómo funcionarían mediante acuerdos voluntarios y mediante una sociedad
libre. Y aquí, en cierta medida, también intentó que muchos liberales que tienen una
perspectiva un tanto ingenua de cómo se solucionan los problemas sociales y que tienen una perspectiva
ingenua en el sentido de hay ciertos problemas que como yo no sé cómo se solucionan con
el estrecho paradigma que proponga el liberalismo de ABCD, simplemente digo que no existen. Hay
problemas que no se quieren ver porque el liberalismo no tiene aparentemente solución,
con lo cual antes de asumir que el liberalismo no tiene solución, mejor negar que exista
el problema. Pero muchos de esos problemas que básicamente se refieren a medioambientes,
refieren a gestión de ciudades, el caso muy típico. ¿Cómo se privatizarían las calles?
Claro, muchos liberales llegan al extremo de decir no, cada uno tendría un metro cuadrado
de calle. Eso no es una solución viable ni es una solución realista ni es una solución
que tenga sentido. Entonces hay que plantear alternativas a esto y alternativas dentro
del liberalismo si existen. Y ahí creo que es una de las aportaciones, no aportaciones
al conocimiento científico porque eso ya está desarrollado, la desarrollada de Lino Rostrom,
la primera novel de Economía y en general toda la escuela institucional. Pero sí espero
que sea una aportación que se introduzca dentro del acervo del liberalismo español
que está ausente y que es muy necesaria para dar la batalla intelectual contra el intervencionismo.
Y la aportación básicamente es no solo considerar como herramienta de coordinación social esencial
la propiedad privada individual sino también la propiedad privada comunal. Porque la propiedad
privada comunal resuelve muchísimos problemas de acción colectiva que no tienen solución
desde un punto de vista exclusivamente individual o robinsoniano. Y eso está en el libro, está
en el libro aplicado especialmente a ciudades y a medio ambiente, es decir, a zonas comunes,
pero no solo a ciudades y medio ambiente. Por ejemplo también las redes eléctricas
en gran medida necesitan un gobierno comunal de diversas empresas dedicadas a la provisión
de electricidad. Y hay que plantear también, y en el libro se plantea, como por ejemplo
el mercado eléctrico se organizaría. Porque de nuevo decir que el mercado los solventaría
hay una serie de problemas dentro del mercado eléctrico que son problemas muy serios para
que el mercado los pueda solucionar, pero los puede solucionar. Ahora hay que explicar
cómo, no hay que decir simplemente el mercado como Dios proveera. Y eso espero que sea una
aportación en el sentido de volver un poco más realista el movimiento liberal, porque
las ideas y los principios yo creo que están bien asentados, los principios últimos de
defensa de la libertad, defensa de la propiedad están bien asentados, pero cómo esos principios
casan con la realidad no tanto. No digo que el estatismo lo tenga mejor casado, no digo
que quienes propunan la coacción como piedra angular de la organización de una sociedad,
como tengan todas las piezas perfectamente encajadas que no lo tienen, no lo tienen.
El estado tiene muchísimos problemas, muchísimos más serios que muchos de los que los liberales
decimos pues a lo mejor no tiene solución, pues a lo mejor no tiene solución ni en el
mercado ni en el estado. Pero los estatistas en general esto no lo reconocen porque reconocer
una debilidad en el estado es abrir la puerta a que el estado retroceda, reconocer que no
es omnipotente, que no lo puede todo y que por tanto si no lo puede todo para que está
haciéndolo todo. Pero los liberales precisamente porque somos una minoría y me temo que durante
mucho tiempo lo seguiremos siendo, aunque cada vez menos, pero lo seguiremos siendo, tenemos
que ser mejores que nuestros rivales intelectuales, tenemos que ser más honestos conociendo
cuáles son los problemas de las ideas que propongamos y tenemos que conocer las ideas
con las que nos están atacando, con las que nos están manipulando para que aceptemos
que estén restringiendo nuestras libertades y manipulando a los ciudadanos para que ellos
acepten que los están quitando el 50% o más de lo que ganan cada mes por su bien.
Esto espero que quede bien elaborado en el libro, espero que tras su lectura os guste
y os dé nuevas ideas, nuevos argumentos, nuevas razones con las que salir diariamente
a afrontar la batalla de las ideas, que es la gran batalla que tenemos pendiente y es
una batalla que no se gana nunca, a mí hay una frase que me gusta muchísimo de Thomas
Jefferson que dice que el precio de la libertad es la vigilancia perpetua, vigilancia perpetua
no sólo frente a nuevas amenazas organizadas del estado o de cualquier mafia que pueda
surgir y restringir nuestras libertades sino también frente a cualquier mala idea que
surja para erradicar el liberalismo, porque el liberalismo ya perdió la batalla de las
ideas, en el siglo XIX era dominante y hoy no lo es y se trata de que vuelva a serlo,
porque sin ese clima social mayoritario aceptando la libertad como el elemento central de una
sociedad, sin ese clima social es imposible que la sociedad sea o adopte una organización
libre, porque a menos que nos queramos ir de la sociedad, que nos queramos montar como
algunos el Free State Project que básicamente era una comuna hippie liberal, a lo que tenemos
que aspirar es a que las ideas vigentes dentro de la sociedad cambien y sean receptivas
hacia el liberalismo y hacia el respeto hacia los demás, que vean con desagrado la coacción
y que no justifiquen la coacción de los demás en beneficio propio y esto es algo muy duro
por lo que comentaba Carlos porque lo interesante es hacerlo, lo interesante no es comerciar
con el vecino sino robarle y robarle además diciéndole que lo hacemos por su bien, pero
hace falta que esos valores y esos principios estén en sociedad y para que lo estén hace
falta probar que son viables, es decir que no solo nos quedamos en maximalismos éticos
sino que además con esos maximalismos éticos se puede vivir bien y se puede prosperar porque
evidentemente si todos somos muy liberales pero terminamos como en Zimbabwe pues sería
un sistema que a lo mejor sería muy digno pero sería un sistema que muchos no querrían
adoptar, por tanto si como decía Popper que es una feliz coincidencia que el liberalismo
aún en la prosperidad y la libertad tenemos desde luego que aprovecharlo, simplemente
por resumir la desistental del libro y termino muy rápidamente, el libro a lo que plantea
es reemplazar el estado que tenemos ahora que es un estado que como digo copa el 50%
de la renta que generamos anualmente y la otra mitad la hiperregula, es casi una cuestión
soviética lo que tenemos encima, pasar de eso, pasar de ese estatismo rampante a como
mucho un estado del 5%, ya en el anterior libro en una alternativa liberal para salir
de la crisis donde proponía un estado del 30% del VIP ya dije que ese no era mi modelo
ni mucho menos pero era un plan de choque para superar la crisis tomando medidas que
no fueran lesivas contra la libertad, un 5% del VIP tampoco es mi modelo pero al menos
se acerca más, se acerca más al cero, simplemente lo planteo como una forma de evitar entrar
en ciertos debates que son muy complicados y en los cuales no hay todavía consenso
y humildemente lo digo no tengo una respuesta y como no la tengo ahí simplemente planteo
seguir como estamos que es básicamente en defensa, en algunas cuestiones de seguridad
y en algunas cuestiones de justicia y para aquellos que quieran una red de seguridad
última que también es algo relativamente razonable, también un poquito de asistencia
social subsidiaria en todo caso del estado pero para todo lo demás no y no hay ningún
motivo para que el estado copie todo lo demás y para que nos controle, nos expolie y nos
regule para todo lo demás y el libro lo que planteas es, es decir que el trabajador típico
de España el que está ganando un salario de 15.000 euros el milaurista, el del jajaja
solo cobra esto en verdad es más, es dos milaurista porque el estado le quita casi
10.000 euros en impuestos y se los quita, le dice para que haya igualdad de oportunidades
es un argumento que me lo han reprochado en algunas entrevistas que he hecho estos últimos
días bastante dice en su sistema solo podrían estudiar o los ricos accederían a la mejor
educación y los pobres se quedarían con una educación muy mala, es que ese es el sistema
que tenemos ahora, es que el sistema donde las clases medias están condenadas a ir a
un sistema educativo o un sistema sanitario comparativamente malo con respecto a los ricos
es el de ahora porque porque a las clases medias están expoliadas tributariamente y por tanto
no les queda renta disponible para nada, para algo pero desde luego no para pagarse otro
colegio, no para pagarse otro hospital, no para pagarse otro plan de pensiones todo ese
dinero que si generan no es que se lo quiten a los ricos y lo tengan ellos, es que lo generan
ellos y el estado lo gasta por ellos diciendo que lo hace por su bien, es decir no es una
redistribución vertical de la renta, no es que los ricos nos paguen los servicios a
las clases medias o a los pobres sino que soy yo metiéndole la mano en el bolsillo a
mi vecino para que él me la meta, somos todos robándonos a todos creyéndonos que así
estamos generando riqueza en el proceso y no, lo que estamos es consolidando un estado
que es como si fuera un proveedor de salida, de educación de pensiones monopolístico
que tiene el poder de decirnos usted viene a comprar aquí porque es lo mejor que usted
puede hacer, cuando lo lógico sería oiga que yo quiero ir a este otro, no, no, no puede
y es por su bien que venga aquí y además le voy a cobrar un precio creciente por un
servicio cada vez peor pero es por su bien y esto es el sistema estatal que ahora mismo
tenemos y es el que hay que desmontar, es decir, que un trabajador insisto el típico
de España esté pagando más de 9000 euros en impuestos es un expólio que un trabajador
de medio 22000 euros a año esté pagando más de 15000 euros en impuestos es un expólio
porque con ese ahorro podría acceder a colegios que les cogiera a clínicas y hospitales
que les cogiera a planes y fondos de inversión de pensiones que él escogiera podría donar
el dinero para ayudar a los demás donde él escogiera podría juntarse comunitariamente
en mutualidades en sociedades de ayuda mutua esto mira comunitaria hoy no hay nada el estado
ha matado toda vida comunitaria el siglo 19 una vida comunitaria enorme porque porque
tú dependías del vecino y el vecino dependía de ti y por tanto os ayudabais mutuamente
y os prestabais ayuda mutuamente hoy el estado esto lo ha erradicado completamente y tenemos
una sociedad de automatas que lo que están haciendo es trabajar para el estado para
alimentar a la bestia no están trabajando marginalmente sí para su propio bienestar
pero desde luego no están trabajando para el bien estado de la comunidad porque la comunidad
no interesa la comunidad ha sido reemplazada por el estado en su totalidad y ahora es una
dimensión del liberalismo que también evidentemente se tiene en cuenta en este libro y que es esencial
por tanto sustituir estado del 50 por ciento por uno de como mucho el 5 por ciento un impuesto
y por eso algunos no nos gusta los estados sustituir todo el sistema tributario por de
nuevo como mucho un impuesto único todo por un impuesto único ya sea sobre la renta del
6 por ciento o sobre el consumo sobre el indirectos del 6 por ciento uno u otro no los dos por
tanto digamos que a Montoro no le gustaría demasiado creo yo y con eso con el ahorro
que conseguiríamos financiar los servicios que hoy monopoliza el estado que a nosotros
más nos satisfacen o que mejor encajan con nuestras necesidades y por supuesto de regular
de regular para que haya competencia de verdad en el sentido austríaco no que haya muchos
proveedores haciendo todo exactamente lo mismo sino que pueda surgir un empresario
disruptivo que se cargue todo el sector que hay porque sale con una idea mejor y se carga
todo lo que haya sentado porque eso es lo que falta básicamente en casi todos los sectores
en educación en sanidad impresiones en educación por ejemplo muchas veces se dice bueno es
que la publica y la privada son iguales claro porque el estado los corta todos por el mismo
por ser luego no digo que sean iguales porque aún así en general tiene una mejor gestión
y una mayor profesionalidad en la privada pero desde luego no hay una diferencia radical
en el modelo de negocio y por qué no la hay porque no puede haberla porque las dos se
someten a directrices estatales y por tanto no se puede innovar tenemos un sistema educativo
del siglo diecinueve adaptado a las necesidades del siglo diecinueve que produce manufactura
fracaso escolar fracaso educativo graduados sin capacidad de poner en valor años y años
de formación con un coste ingente para el contribuyente y creemos que ese es el mejor
sistema posible.
Por tanto recortar el estado en impuestos pero también en regulaciones intervenciones
en planificación en ordenación coactiva de la sociedad y permitir que la sociedad
sea autoorganice sin nadie que le diga a nadie de manera utilizando la violencia como a
vivir en su vida y esa es la revolución liberal que me gustaría que se produjera no tanto
una revolución en los hechos que ojalá evidentemente pero la revolución en los hechos en todo caso
seguirá de la revolución en las ideas y la revolución en las ideas es a la que espero
contribuir marginalmente a desplazar un poco como decía Walter Castro la línea del intervencionismo
a desplazar un poquito la frontera del intervencionismo más allá para que haya algunos menos intervencionistas
algunos menos estatistas en los próximos meses y en los próximos años y haya algunos más
o muchos más o muchísimos más liberales que planteen resistencia energica a cualquier
intento del estado por recortar nuestras libertades o incluso que planteen resistencia y oposición
al estado que tenemos ahora mismo porque no estén conformes con él y quieren avanzar
hacia un estado parecido al que propongo en el libro que insisto el que propongo en el
libro tampoco es que sea ninguna verdad revelada es un posible estado como podría haber muchos
otros de ese tamaño cuando yo digo por ejemplo en los funcionarios que serían 400 mil puede
ser 400 mil o 300 o 200 o 415 mil de lo que se trata es lo que trata en el libro es de
visualizar que hay alternativas viables que todo el mundo puede aceptar con todo el mundo
con una mente ligeramente abierta puede aceptar como viables y que si no las tenemos no es
por nuestro bien es por el bien de otros por el bien de quienes nos parasitan de los grupos
de presión que han sabido también aprovechar el estado para canalizar sus intereses y en
grupos de presión entra todo no sólo los bisespesariales también los bisfuncionariales
y en general todos los que se convocan alrededor del estado para intentar extraer rentas a quienes
no intentamos extraer solo a los demás. Muchas gracias.