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midulive


Transcribed podcasts: 605
Time transcribed: 13d 3h 7m 36s

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Algo que siempre recomiendo no hacer es ponerse la camiseta de la empresa en la que trabajan.
Trabajar bien, buscar aprender y aportar.
Sí, pero no le des todo a una empresa que no es la tuya.
Acordate que sos un empleado y que en cualquier momento, si quieren, te desvinculan.
La tengo bloqueada, como veis, porque una vez me contestó de muy malas formas alguna tontería.
Me dijo que, no me acuerdo, ¿fue de trabajo?
Que ella decía que tenía amigos programadores que tenían tres trabajos y que no sé qué,
como que yo no tenía ni puñetera idea, lo que decía.
¿Ves? Ella me juzgó, ella me juzgó.
Bloqueada. No estoy pa' tontería.
Pero con todo mi cariño, Juanita, o sea, que te deseo lo mejor que...
Ah, Juana, perdón, que he dicho Juanita.
Es que como ponía Anita, pero que te deseo lo mejor, solo que no te quiero en mi vida, básicamente.
Borja le contesta.
Pésimo consejo. Nunca, pero nunca hagan esto.
El mejor talento es el que se pone la camiseta.
Ponerse la camiseta es un riesgo, pero siempre es lo que más beneficio trae.
Una empresa es como un equipo de fútbol
y necesita que todos los jugadores vivan la camiseta para jugar al máximo nivel.
Ejemplos de alto calibre para llevarlo al extremo y que quede claro.
¿Ustedes piensan que Tesla contrata gente que no se pone la camiseta?
SpaceX, Apple...
Y podrías seguir con las mejores empresas del mundo y la camiseta.
Si quieres llegar lejos, no se va a lograr sin ponerse la camiseta.
Ahí la camiseta.
Una camiseta limpia, ¿eh? No una camiseta asurada.
Bueno, la verdad.
La verdad es que es un tema muy interesante, ¿no?
¿Cómo tiene que ser el nivel en el que tienes que estar de comprometido con tu empresa?
¿Cuál es ese nivel?
Y aquí os podría decir, ¡buah, pues qué tontería lo que dice este, lo que dice el otro!
A ver, póngase la camiseta para ir a trabajar porque es raro ir con el pecho descubierto.
Es muy extraño.
Yo, desde luego, si veo un compañero o una compañera que va sin camiseta y van bolas,
sinceramente, se me haría raro.
En ese caso, sí, póngase camiseta, algo arriba, ¿vale?
Sobre todo ahora que hace bastante frío.
Pero aparte de eso, sobre el tema de a qué nivel hay que llegar a vivir la empresa,
yo entiendo los dos puntos, ¿eh?
Os lo voy a decir así, de claro, porque hay gente que está muy en contra de Borja,
también de Nita, que Nita la tengo bloqueada, que no tengo ningún problema en decirlo, ¿eh?
Tengo una duda muy rápida de resolver.
¿Te puedo decir CSS?
¿Eres quien da estilo a mi vida?
Un saludo, crack.
Ay, que me pongo rojo, ¿no?
Qué bonito.
Qué bonito, ¿no?
Sí, me puedes decir CSS.
Creo que es de lo más bonito que me han dicho de piropo programatil, ¿eh?
Bueno, total, que entiendo los dos puntos, ¿vale?
Entiendo los dos puntos, lo que quieren decir.
No, estoy un poco más de acuerdo con Juanita, imagínate que no con Borja,
porque os voy a decir una cosa.
A ver, mensaje para navegantes.
No hace falta, no hace falta, y esto es una cosa que es muy importante,
no hace falta que entendamos que el éxito,
que lo mejor a lo que vas a llegar a lo más lejos,
tiene que ser Tesla, SpaceX, Apple, la mejor empresa del mundo.
Por ejemplo, el éxito, ¿sabes?
El éxito no es el dónde llegas, ni cuánto cobras.
El éxito es muy relativo para cada persona.
Para una persona puede ser el tiempo libre, la felicidad,
que el producto en el que trabaja le hace feliz,
que tiene un impacto en la sociedad.
O sea, no hace falta pensar siempre que el éxito tiene que ser llegar lejos,
porque es que al final te puedes perder las cosas importantes de la vida
por esa obsesión, que la puedes tener y es súper loable,
y yo la respeto infinito.
Hay gente que dice, no, yo quiero sí o sí por encima de todo llegar a tal
y ahí será mi éxito, y está bien.
Pero no todo el mundo tiene por qué sentir eso.
Lo digo porque muchas veces parece que si no llegas a las funk
es casi un programador de mierda, y es que no tiene que ver.
Las funk o manga, como le quieras llamar, ¿no?
Es que al final ni todo el mundo cabe ahí,
ni todos los buenos programadores están ahí.
Por ejemplo, yo qué sé, es que hay un montón de ejemplos
de empresas que son muy normales y que están súper chulas
y que no tienen ningún problema.
Entonces, lo digo para que pongamos un poco en perspectiva
de esto de ponerse la camiseta.
Bueno, pues ahora hay gente que a lo mejor su felicidad es
ponerse, no la camiseta, pero a lo mejor un calcetín, tío.
Y sí que vive su empresa de cierta forma, pero tampoco tan bestia.
O sea, que no hay que compararse con la gente que trabaja con Tesla,
¿sabes?
Que está bien, que sí, que la gente de Tesla, pues, lo vive mucho.
Perfecto.
Hay gente que lo querrá vivir mucho y hay gente que no.
Entonces, quiero decir, porque muchas veces cuando hacemos consejos,
siempre son como consejos muy totalistas, ¿no?
Que tienen que ser a por todas.
Tienen que ser de cien euros a cien, ¿no?
Tienen que ser, tienes que hacerlo todo.
Yo, por ejemplo, yo hay veces que me he puesto la camisa,
a veces me la he quitado.
Depende.
También hay veces que he tenido ganas, otras que no.
Yo creo que eso va un poco con los tiempos.
Que va con cómo lo queramos vivir, el tiempo que tenemos,
cómo nos sentimos, qué es lo que queremos.
Y es eso, ¿no?
No penséis que si no os ponéis la camisa...
Al final, cada persona elige sus prioridades.
Por ejemplo, tú tienes la máxima prioridad en mi lista de procesos.
Qué bonito, Junquito.
Muchas gracias, ¿no?
A ver, de hecho, yo por eso digo que estoy un poquito más de acuerdo con Juanita.
Porque yo creo que en general es mejor de partida, de partida,
yo creo que es mejor tener cuidado.
Cuidado de ponérsela.
De partida, en general.
Ya digo que hay gente que desde primeras a saco y tal.
¿Pero por qué?
Es obvio que al principio la relación que tenemos con la empresa es de empleado.
Y lo dice Juanita.
Le llamo, bueno, Nita.
Nita, ¿no?
Porque sí, hay que ser profesional, eso ante todo.
Hay que cumplir.
Pero a veces el ponerse la camiseta es muy peligroso.
Porque puedes tener una relación muy tóxica con la empresa.
Te puede frustrar mucho.
Porque dices, ostras, yo que me he puesto la camiseta.
Que he echado horas extra gratis aquí.
Que vamos, me he desvivido y tal.
Y luego me echan.
O no me suben el sueldo o no sé qué.
Porque hay que tener una relación profesional y depende de cómo sea la relación, a partir de ahí cada uno ya ver las prioridades que tenga.
Pero no os sintáis mal por el hecho de, es que no usar camiseta.
A mí este tipo de cosas de cómo tienes que ser como un lobo, un tiburón ahí que lo tengas que dar todo.
Pero creo que también depende del nivel de valoración que la empresa tiene por vos.
Claro, exacto, Pablo.
Por eso digo, ¿no?
Que a priori tú, oye, tú tienes que ser profesional.
Y vamos a ver, ¿no?
Igual, pues hay veces que bien.
Pero fíjate X.
Fíjate X, ¿no?
Bueno, yo creo que definir qué es ponerse la camiseta.
Yo creo que ponerse la camiseta, para mí, lo que quiere decir, más que ser profesional, para mí, ponerse la camiseta, básicamente, lo que entiendo en el contexto y esto,
sería como ir a por todas con la empresa.
Y que si un día te dicen, no, te tienes que quedar, pues hay que, o sea, hay que estar a full por la empresa.
Hay que vivir por la empresa.
Hay que darlo todo por la empresa, ¿vale?
O sea, es como, no voy a decir que hagas a todas horas horas extras, ¿no?
Pero es como ser uno más, no ser uno más, ser parte de la empresa a un nivel que la defiendes fuera de horas de trabajo,
de sangrarte por otros.
Pues, bueno, me gusta esa...
¿Someterse a la empresa?
No, es básicamente someterse.
Bueno, puede ser, ¿no?
O sea, puede ser.
Estar apoyando constantemente a la empresa por encima de todo, ¿no?
Ser su esclavo.
A lo mejor tampoco hace falta llegar a tanto, ¿no?
De ser su esclavo.
Pero es como sobreesforzarse, o sea, llevar al límite.
O sea, no solo ser profesional, sino incluso, yo qué sé, te puedes quedar media hora.
Yo por la empresa hago lo que haga falta.
Puede venir un sábado a las 12 de la noche, claro que sí, lo que haga falta por mi empresa.
Estar hablando en Twitter de tu empresa, hablar a todas horas tu empresa, vamos con...
O sea, eso sería un poco la idea, ¿no?
Vivir por la empresa, pero tampoco desvivirse.
Ahí está, ¿no?
En Argentina se le dice achupamientos.
Tengo entendido que ponerse la camiseta es desvivirte por la empresa y hacer horas extra y defenderla a escudo y espada e incluso ser esclavo de la empresa así como yo soy esclavo de tus ojos, guapo.
Eso sería, Junquito.
Joder, cómo estamos, ¿eh?
O sea, es como creer que la empresa te pertenece una parte, ¿vale?
Es como que te pertenece una parte y que todo lo que vas a hacer te va...
Es como que estás apoyando para que crezca la empresa, para que vaya mejor, para lo que sé, y por lo tanto, pues, estás dispuesto a hacer horas extra y tal.
Por eso yo creo que al final esto es un mensaje que puede ser bastante tóxico y hay que tener un poquito de cuidado.
Que sí, que si quieres llegar a Tesla a lo mejor tienes que ser así de tóxico, pues sí, seguramente.
Pero que todo el mundo tiene que llegar a Tesla o SpaceX.
Yo conozco a dos personas que trabajan en Apple y no son así, ¿eh?
Y trabajan en Apple.
Quiero decir que poner ejemplos de alto calibre, oye, pues sí, a lo mejor si quieres llegar a Apple a uno de los puestos más arriba, pues sí, tienes que ponerte la camiseta y estar ahí a saco y no sé qué.
Pero también hay gente que trabaja en Apple que está bastante relajada, ¿eh?
Y que de hecho hablas con ellos y te dicen, ah, pues, la verdad es que no me gusta el producto este que han hecho.
Y que son menos fanboys que mucha gente que hay para de suelta.
Las empresas importantes no te valoran por las horas que haces, sino como las aprovechas.
Anda, anda.
Interesante eso, ¿eh?
Sí, eso es verdad, eso es verdad.
No sé, hay que tener cuidado porque además muchas veces hay gente que se pone la camiseta, y esto es muy interesante, hay gente que se pone la camiseta,
pero son muy mediocres, tío.
O sea, son gente que aportando ese sobresfuerzo que hacen con la empresa realmente es para suplir unas carencias propias.
Y ojo, porque hay mucha gente de ese estilo, que luego lo ves, que es la típica gente que en lugar de ayudar, ayuda a la gente y entonces se pone rápidamente flores,
se va al chat de Slack y lo publican tres o cuatro canales diferentes.
Gente, yo he hecho esto porque yo hago por la empresa y es una de las personas más pesadas o mejor que fuera en las redes sociales.
Te habla de su empresa, qué buena es mi empresa, qué bien esto de la empresa.
Y luego realmente el aporte real que tiene dentro de la empresa es regular, es regulinchis.
Entonces, ojo, cuidado con eso, ¿eh?
Que sí, es más un lamebotas que es para suplir la mediocridad que tiene.
Vale, entonces, yo la verdad estoy más pornita.
Puedo entender si alguien como alguien que dice, no, yo quiero subir a costa de todo y quiero ser el próximo CTO de Apple.
Claro, llegados a su punto vas a tener que ponerte la camiseta y muchas cosas te van a tener que poner porque hay una hipercompetividad ahí que parecen los juegos del hambre, tío.
O sea, tienes que ser ahí canis. Vas a tener que matar gente casi, tío. Y es normal.
Pero no todo el mundo tiene que ser así. Y a mí estos mensajes en los que todo el mundo tiene que llegar a eso como si eso fuese el éxito, pues no me gusta, la verdad.
Y yo creo que el mejor ejemplo de esto para que nos hagamos una idea es este hombre de aquí, Sam Allman.
Sam Allman, ¿quién nos ha puesto? Si este hombre, si este hombre, este hombre más camiseta no se podía poner, tío.
Más camiseta no se podía poner. Mira, aquí está jurando lealtad, aquí está jurando lealtad.
Y era el CEO, era la parte más arriba de la empresa.
Y este hombre estaba trabajando 28 horas al día y se puso la camisa.
Pues mira, a tomar por saco. Ahora ha vuelto.
Pero bueno, que es verdad, porque sea un buen líder, porque se habrá puesto mucho la camiseta y tal.
Pero que nada, nada, nada te asegura el éxito.
Así que ten cuidado con esto porque luego llegan las frustraciones.
Tú te pones la camiseta porque justamente esperas una contraprestación.
Y esto lo he visto yo con mis ojos.
Yo he visto gente, compañeros míos, que encima de esto lo que hacen es quedar mal a otros compañeros,
que se ponían la camiseta, que se quedaban más horas extras, que había una presión de competitividad y tal.
Y luego, claro, ellos esperaban algo a cambio.
Esperaban una subida de sueldo, esperaban un mejor puesto y a veces no lo conseguían.
Y se creaba y se generaba un ambiente hipertóxico porque esta gente era, joder, yo me he puesto aquí la camiseta.
Lo he dado todo por la empresa.
Yo estaba aquí haciendo mil millones de cosas y luego no me están contribuyendo como yo esperaba.
O sea que, tened cuidado.
Tened cuidado con esto, ¿eh?
Uno debe ponerse la camiseta cuando la empresa sea propia.
Bueno, claro, cuando es propia es que no tienes otra, ¿eh?