Espera, esperaste, cámese.
Espera, espera, espera.
Ay, ay, ay, ay, ay, ay, ay.
¡Venga, venga, venga!
¡Hola!
¡Hola, mongolí!
¡Hola, de ves!
No hay nada.
¿Hay más?
¡Qué waddo!
¿Hay, hay, hay uno más?
¿Vale, pues ya está?
Luego está este.
Ah, sí, bueno.
Ah, muy, muy soparido.
¿Es este un poquito más finito?
Ya es un poquito más finito.
Esa tecula calidad de sonido, y de vez que tampoco la costó mucho de dedo.
¿Está el sonido muy comprimido?
Sí, está muy comprimidito.
Bueno, pero está bien, está bien.
Y este último, que es, bueno, pico un poco de la vida.
Al venir las ardillas.
Al venir las ardillas.
No se va a aguantar, no me apetea la cabeza.
Es lo único que le he prohibido a mi hija.
No pongas más las putas ardillas.
No, no pongas más.
¿Con qué tienes problemas con el guión?
No, con esta voz.
Ah, la voz.
Las ardillas.
¿Y cuándo cantas?
¿Y cuándo cantan?
A ti, a ti.
Todo el rato, todo el rato.
¿Y cuándo cantas de matarlas?
Ya putas.
¿Y cuándo cantas que se pueden a cantar?
Yo no entiendo nada.
No entiendo nada, no entiendo nada, no entiendo nada.
Es verdad, es verdad.
Y acá lo sabe y no lo puedo.
Claro, claro.
Muy bien.
Este es el aparato.
Ahora ya soy otra vez.
Pues ya está.
A mí no me ha gustado mucho tampoco.
No.
Es una pena que se ha gastado.
¿Visto, no?
Si lo quieren, me volveré a recoger, pues lo quieres usar tú.
No, no, no.
Oye, y...
Lo traemos aquí por acá.
¿Y si lo vendemos en Gualapú?
¿Eh?
¿Dónde hablamos?