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Nadie sabe nada

Andreu Buenafuente y Berto Romero se sientan frente a frente, micro a micro, e improvisan. ¿Qué puede salir mal? El humor de estos dos genios es oro para tus orejas. Ábrelas bien que, en el fondo, nadie sabe nada. Andreu Buenafuente y Berto Romero se sientan frente a frente, micro a micro, e improvisan. ¿Qué puede salir mal? El humor de estos dos genios es oro para tus orejas. Ábrelas bien que, en el fondo, nadie sabe nada.

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¿Qué hizo José con la carpintería? ¿La vendió o la traspasó?
Vale, esto nos lleva a una sección de historia donde vamos a invitar a nuestro profesor y doctor,
que sirve para todo, para un roto y un descosido, José María Nódulos.
Y él está en misterio, está en divulgación, en fin.
Ya saben que le hicimos como un vale, ¿no? Como una... ¿Cómo se llama esto? Un forfe.
Un bono.
Un bono, sí. Así que, historia en la sección.
Un bono, without you.
Profesor, buenas tardes, bienvenido.
Buenas tardes.
Hoy no es el misterio el que nos une, sino la divulgación histórica, ¿no?
¿Qué pasó?
¿Qué pasó? ¿Qué misterio? ¿Qué pasó con la carpintería de Pedro?
De José, perdón.
Que el experto es usted, ¿no?
Sí.
Bueno, la verdad es que hay poca documentación histórica.
Sí, ninguna, ¿no?
¿Eh?
Ninguna.
Prácticamente ninguna.
Ya.
Pero lo que se puede inferir de toda la historia bíblica y, sobre todo, de los usos y costumbres
de la carpintería en la época, que eso sí, está documentado.
Sí, eso sí, eso sí, sí, sí, sí.
Había carpinteros, ¿eh?
Se intuye que pasó a llamarse carpintería Hijo de José y Amigos.
¿Entendido?
Pero el Hijo de José...
Hijo de José y Apóstoles, perdón.
Hijo de José y Apóstoles.
Pero será Jesús, ¿no?
Claro, pero él...
Jesús de Carglas, ¿no?
Claro, pero...
Hola, soy Jesús de Carglas, ¿no?
Pero José no quiso desprenderse del negocio.
No, porque murió.
¿Eh?
Murió.
¿Cómo José?
José también murió, ¿no?
Hombre, claro.
Ya.
Cuando hubiera muerto, estaría...
Sería un caso clínico.
Sí, sí, es verdad, sí, sí.
Jesús es el que murió, perdón, me he equivocado.
Sí.
Antes, antes.
Pero le puedo asegurar que José también.
Sí, sí, sí.
Vamos, no le puedo asegurar 100%...
No, tampoco hay un dato, tampoco hay un dato que lo corrobore.
Pero ya le digo, con toda probabilidad...
Vale, vale.
José murió.
José murió.
Sí, hombre.
¿Y esa carpintería primigenia?
Él le llamó, hijo de José y Apóstoles, pensando que el chaval...
Ah, lo cogería.
Lo cogería.
Sí.
Claro.
Que el día que acarreaba una cruz...
Dijo, bien, bien, más bien.
Sí, claro.
Pero le dijo...
Albergó una esperanza al mismo tiempo que el dolor de ver su...
Le dijo, no, hombre, no.
El transporte, que te lo lleve otro.
Así no, no, así no.
Dijo, transporte, tercerializa dolor.
No, ¿sabes?
Tú construye la cruz, pero no la lleves tú.
Claro.
Pues yo no, papá, que me están llevando a la muerte.
Ya, coño.
Claro, el disgusto.
Ya, ya, ya.
Un disgusto muy grande.
Pues profesor, para ser algo que se está inventando usted sobre la marcha...
Pero luego se quedó con el nombre y con la carpintería.
Sí.
Porque el hijo pobrecito mío no pudo cogerla.
Claro, claro, claro.
Entonces le cambió a padre de...
Dijo carpintería.
Padre nuestro.
Padre de hijo de José y Apóstoles.
Porque aprovechó el nombre...
La gente iba loca, ¿no?
Allí no sabían...
Bueno, reculó, pero dijo, no, voy a cambiar el nombre varias veces.
Lo que voy a hacer es ir adaptándolo.
Sí, sí, sí, sí.
La gente iba a la carpintería y decía, ¿a quién lleva esto?
Ya, claro.
José, el de siempre, ¿eh?
Y al final la cerró y puso un puesto de pollo asado.
Pollo abasto.