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Nadie sabe nada

Andreu Buenafuente y Berto Romero se sientan frente a frente, micro a micro, e improvisan. ¿Qué puede salir mal? El humor de estos dos genios es oro para tus orejas. Ábrelas bien que, en el fondo, nadie sabe nada. Andreu Buenafuente y Berto Romero se sientan frente a frente, micro a micro, e improvisan. ¿Qué puede salir mal? El humor de estos dos genios es oro para tus orejas. Ábrelas bien que, en el fondo, nadie sabe nada.

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No, nada, que le estoy comentando a la gente aquí presente, ¿estáis aquí, no?
Que digo que nos pillan, que ya hemos grabado un programa anteriormente.
Que eso es bueno y es malo, las dos cosas.
Es bueno y malo, sí. Como tantas cosas de la vida.
Bueno y malo.
Bueno, en el sentido de que la máquina está caliente ya, la plancha ya ha sacado comida.
Pero también queda el gusto de la comida anterior.
Exacto.
Ese aceite.
Hay que pasar una espátula para quitar la grasa, porque todo humor lleva grasa, ¿no?
La que...
Claro.
La grasa sería la redundancia.
No te desgracias, bebé, pero tú eres un tío gracioso.
Ya, ya, ya. A mí me pasa lo mismo conmigo.
Digo, joder, tío, que cuando me analizo pienso...
¿Tienes algo que comentar en este falso inicio o no?
No, no, no.
Pues yo hoy no estoy para tonterías.
Quiero decir, si no tienes nada, vamos a empezar.
Pero eso no es la actitud para afrontar un programa de humor.
Es mi actitud hoy.
Esto es tirar minutos, es tirar mandangas.
No, no se tira nada, hombre. Este programa es como un cerdo.
Aquí se aprovecha todo. El fallo, la duda, todo.
¿Qué tal la semana?
Corta. Muy corta.
Sí, ¿eh?
Respecto al programa anterior, ¿no?
Sí, una semana muy corta.
Dime algo que te pasara.
¿Eh?
Cuando dices, es que lo quieres. Ya te conozco, ya.
Comí una hamburguesa en un sitio que se llamaba...
Bueno, que no quiero decir la marca porque me jodió la tarde.
Me jodió la tarde.
¿En serio?
Juro que hubo un momento que pensé...
Ahora, si me dejara, me cagaría encima, caminando por la calle.
Me revinto el cuerpo.
Hostia, pero ¿cómo eso, cómo es? Que entró, entró...
Estas hamburguesas, ¿qué hacen? Que son para gente que igual lleva seis meses sin comer.
Ya, ya, ya.
Puede ser una... ¿Sabes lo de carne que había dentro?
Había un par de cerdos ahí.
Sí, ¿eh?
Sí, sí, sí.
Joder, claro, tu estómago, tú que tienes...
Claro, este cuerpo así como...
Contraído, ¿no?
Que se me está quedando como de muñeco de ventrílocuo.
Sí, sí, sí. Está como contrahecho, ¿no?
Sí, bueno, ya sabes que la vejez te lleva a dos tipos de hombre.
O el señor mayor orondo, que igual vas hacia ahí.
O quedarte muñeco.
Ya.
Panzón o muñeco, son los dos caminos.
El gordo y el flaco.
Ese es nuestro futuro.
Venga, pues vamos a empezar, dale.
La Cadena Ser y el Terrat presentan Nadie Sabe Nada.
Un programa a priori de humor con Andreu Buenafuente y Berto Romero.
¡Oye!
Yo a tope con vosotros, pero a lo mejor en la Cadena Ser,
una emisora mítica, que la gente ponga la radio y diga...
Esto se ha perdido mucho en la música clásica,
que la gente corea la canción haciendo...
Pegando patadas, ¿no?
Tirando con cervezas, ¿no?
Exactamente.
Bueno, eso es en el concierto de Año Nuevo, ¿no?
Sí, pero esa gente está callada.
Hay como un respeto a la música clásica.
¿Cómo es el vals de Año Nuevo?
Y en el Año Nuevo...
No, no, el de Strauss, ese...
¿Cómo es, cómo es?
Radeski.
No, ¿cómo?
Eso es la Marcha Radeski.
Sí, sí, sí.
La Marcha Radeski.
Cada año la misma.
No, Radeski es...
Que te digo que...
Radeski, no Rareski.
Había entendido Radeski, que era el hermano de Torezki.
Había entendido que era un ruso raro.
Estamos en el Estudio Torezki, la Marcha Radeski era su enemigo.
Era su enemigo.
Pues que sepas que, bueno, todos tenemos en la cabeza,
que es una gente muy bien puesta y tal,
y de repente el director deja su púlpito, su posición de favor.
No, hoy voy de guay, hoy voy de...
Y les hace el sino como...
Ya pueden ustedes aplaudir.
Ya pueden palmear.
Y la gente...
Pues ahí metes...
Vale.
La vamos a plantear.
Bueno, no tenemos guión.
No tenemos nada.
Como siempre, nunca hemos tenido, pero alguna vez traes algo...
He pensado llamarle a mis hijos los Airpods.
Porque me he dado cuenta que me hacen la cancelación de ruido.
Me he dado cuenta que mi frecuencia la anulan y entonces no la oyen.
¿Sabes que el Airpod lo que te hace es que te cancela el ruido?
¿Sabes cómo funciona lo de los Airpods?
Sí, hombre, perfectísimamente.
¿Cómo funciona?
No, no, dime cuál es el principio acústico por el cual te cancela el ruido.
Necesito una sección de tecnología digital.
Tecnología, vamos allá.
Tecnología.
Vale.
Yo sin música no puedo trabajar.
Sí, bien, bien, bien.
Bueno, tecnología sueca un poco, ¿no?
Es un poco, ah, va esto, ¿eh?
Sí, sí, sí, tecnología sueca, va.
No, yo no voy a hacer la sección porque yo vengo a hablar.
¿A quién es el presentador?
Tú.
Ah, vale, vale.
Soy el invitado.
Hola, soy Andreu 14.
El modelo 14 Pro y sí, es un...
Es un...
Andreu 14.
Andreu 14 Pro.
Aún más tonto que el 13.
Sí, soy Andreu 14.
No has cambiado el software, aún es más tonto.
Exacto.
Y hoy vamos a hablar con uno de los mayores especialistas en Airpods de España, ¿no?
El señor Berto 13.
Que es como un papa, ¿eh?
Es como un papa.
El papa Berto 13.
Cuéntanos, cuéntanos lo que no...
Nunca hemos reparado.
Bueno, quizá...
Bueno, quizá muchos de ustedes se han preguntado por qué los Airpods, esa nueva tecnología que conviven con nosotros hace tan poco tiempo, ¿verdad?
Los Pro o los otros.
¿Eh?
Los Pro o los otros.
Todos ellos, los que tienen que...
¡Payaso!
Cuidado, ¿eh?
Cuidado que el Pro...
Los que cancelan ruido, no sé qué nombre llevan.
El Pro.
Vale, pues el Pro.
Quizá ustedes se han preguntado, ¿no?
Esta nueva tecnología que conviven con nosotros hace...
Acabo de escupir el café.
Has escupido el café.
Perdone, me he tirado el café por encima, ¿eh?
¿Sabes que yo...?
A mí me ha pasado también.
Me tengo que bajar una aplicación, que es una valleta.
A ver si...
Hostia, macho.
¿Sabes qué es esto?
La mierda de la tapa que ponen.
Ya, la mierda de la tapa.
Hostia, la mierda de la tapa ya.
Una mierda de la tapa con un agujero.
Siempre digo, ¿quieres tapa?
Digo, no quiero tapa.
Y hoy, por no quedar mal, digo, bueno, ponme tapa.
¿Qué boca tienes que tener para que te funcione esta tapa?
¡Hostia!
Una boca como el alien, ¿no?
Una boca como un coño, ¿no?
Claro, tío.
La lengua como un colibrí, hostia.
Venga, va.
Hombre, vamos a hacer tapas.
Volvamos a la sección.
Vamos a hacer tapas para seres humanos.
Venga.
Volvamos a la sección.
Por una libélula.
Hostia.
Cuéntanos, cuéntanos, cuéntanos.
Bueno, quizás se le han preguntado muchas veces, ¿no?
¿Cómo funciona...?
Hostia.
A ver.
Qué asusto.
A ver, gracias.
El público está aplaudiendo.
Lo que el público está aplaudiendo es que le acaban de decir que es una mierda de la
tapa.
Lo que el público está aplaudiendo es que le acaban de tirar un paquete de Kleenex al
Andreu.
Una cosa es...
O sea...
Límpase en su lugar, por favor, que estoy hablando.
Una cosa es que no nos tengáis...
O sea, no somos jefes de tenernos miedo.
Pero otra cosa es tirarnos cosas.
Hombre, tirarnos un paquete...
Eso a Gabilondo no se lo hacían, ¿eh?
Hombre...
Parece que estoy un poco resfriado.
Oh, en la puta cara.
Ángel Barceló.
Tíralo un paquete Kleenex, Ángel Barceló.
Se pone hecho una furia.
Te saca los ojos.
De la cabeza.
Hombre.
Airmar...
Airmar...
Airmar bretos.
Airmar bretos.
Hombre.
Sí, airmar bretos.
La puta ser, ¿eh?
Bueno, va.
Tiráis cosas.
Bueno, venga, va.
Volvamos a la sección de...
Pero, que ha sido tú.
Ha sido tú, pero...
Estás fuera de la casa, ¿eh?
Venga.
Volvamos a la sección de tecnología, ¿no?
Ahora llamar serios.
Muchas veces se habrán preguntado, ¿no?
Esta tecnología que convive con nosotros durante quizá poco tiempo, ¿no?
O sea, ¿cómo funcionan?
¿Cómo puede ocurrir?
Memoria RAM.
¿Eh?
Memoria RAM.
Memoria RAM, ¿qué?
No, voy a ir dando conceptos.
Como...
¿Sabes?
Como si fuera una pantalla de vídeo donde salen...
Pero va a ser sonora.
Memoria RAM.
Venga, venga.
No tiene nada que ver, ¿eh?
Con lo que dice usted.
Venga.
Venga.
Venga.
Quizás te hayan preguntado, como digo.
USB.
¿Cómo funcionan?
¿Cómo funcionan?
Los aparatos, ¿no?
¿Cómo puede ser?
¿Cómo se produce esta magia para que yo me ponga el iPod?
Disco de arranque.
Y me...
Y me cancele el sonido.
¿Qué está haciendo?
En realidad, lo que está haciendo el aparato es que está grabando, con unos micrófonos,
el sonido que hay alrededor de ti.
¿Qué está haciendo?
¿Qué está haciendo?
¿Qué está haciendo?
¿Qué está haciendo?
¿Qué está haciendo?
¿Qué está haciendo?
¿Qué está haciendo?
¿Qué está haciendo?
Grabando, con unos micrófonos, el sonido que hay alrededor de tu cabeza, ¿de acuerdo?
Entonces, lo que hace es...
Guau.
Graba ese sonido.
¿Un perímetro auditivo?
Sí.
Perímetro, el de...
¿Qué, hombre?
El de tus cojones, perímetro.
Está bien.
Hombre, este no es un especialista en serio, tía.
Preciso de atención.
Hombre.
Entonces, lo que hace es que te mete dentro de...
O sea, te reproduce las frecuencias inversas al sonido que se está escuchando fuera.
Porque tu cerebro tiene una frecuencia y su frecuencia inversa y lo anula.
Y por eso se produce la cancelación de sonido.
Venga, buenas tardes.
Adiós.
Bueno.
Entonces, volviendo a tus hijos...
Pues me he dado cuenta de que cuando yo hablo no responden.
Ya.
A poner la mesa.
Ah, bueno, claro, es un clásico.
¡Me voy a poner la mesa!
¿En qué nivel de llamada estás, del 1 a 5?
Yo estoy en 4 o 4 y medio.
Ah, no, yo he llegado a 10.
¿Has llegado a 10?
Sí, he llegado a 10 y 13.
Y hay tres niños, imagínate, que ninguno de los tres te escucha, ¿no?
Ya, ya, ya.
Eso es porque tienes la cancelación.
Sí que escuchan, pero ellos saben que hasta las 4 o 5 no hay que...
Su cerebro les introduce la frecuencia inversa a la de mi voz y a la de su madre también.
Trabaja a doble frecuencia.
Ah, ¿sí?
Entonces...
Sí, la voz de su madre tampoco la oyen.
Ya, ya, ya, ya.
Y entonces...
Sí, sí, sí.
Acerran.
Puedes estar tranquilamente, funcionando.
Tú vas dando órdenes.
Y los conceptos sí tienen que dormir.
Y entonces tú hablas...
¡Oh, por favor!
Claro.
Hablas más flojo.
Ya, ya.
Entonces sí, entonces desactivan el sistema.
Para lo que quieren, ¿no?
Activan y desactivan cuando les sale a ellos de sus pequeños genitales.
Sí, sí.
Genitales de niños, genitales de niños.
Genitales de niños.
Genitales de niños.
Bueno, pero muchas gracias.
Genitalia, child genitalia.
Sí, bueno, si quieres vamos a evitar este concepto.
Sí, por favor.
Sácame de aquí.
Venga, vamos a seguir.
Y comenzamos con la lectura de preguntas que han llegado a nuestra urna desde Internet.
Rocío desde Altafulla dice que, como buenas y esteras, en cuanto acabo de comer...
Ya me cae bien, ya me cae bien.
Esteras nuestros.
En cuanto acabo de comer ya me entran los nervios por acostarme.
Hombre, yo antes de comer...
No, no, no, no, los digo en serio.
Yo sí son las 12 y pico y digo venga, venga, venga, que hay que comer ya...
Sí, yo como para dormir.
Claro.
Yo te lo he dicho que yo he entrado en cama todavía masticando.
Ah, no, yo no lo sabía.
Hombre, hay quien dice, no, es que hay que esperar.
Hombre, me caes mejor, me caes mejor.
Yo he entrado masticando todavía y ya...
Sí, sí, sí.
¿Te gusta la siesta después de un arroz?
Que está toda una masa ahí como argamasa.
Tengo un problema con el arroz.
¿Qué?
No lo dijeron bien.
Me cuesta mucho.
Ni tú ni nadie.
Ni tú ni nadie, nadie.
No, no, no, no, sí, no.
Mira, mi padre, yo heredé el siestismo de mi padre, por supuesto, que era un clásico
y cuando yo acababa de comer, pero vamos, es que no había caído el tenedor, ya estaba
en la cama y siempre se levantaba después del arroz y decía, tengo la barbica llena
de grano.
Y con ese panzón se metía en la cama y tal.
Claro, eso es lo que has mamado, lo que has mamado.
Pero se hace difícil la siesta cuando la digestión está incipiente.
¿Y dónde está?
O sea, ¿por qué?
A mí esto me ocurre con arroces cocinados, paella o arroz de otro tipo.
Que sí, que sí, que sí, que sí.
Pero no con el sushi.
Ah, hostia.
En cambio, el sushi lleva arroz.
Qué ligero, poco.
Poco arroz lleva.
Un póquer.
Un póquer baúl.
¡Venga, Ferran Adrià!
Aquí está.
Aquí está Ferran Adrià.
¿Qué tal, cómo está?
Tengo una cajón preparada para mí mismo.
Adelante, cántela.
No, me tienen que tocar desde el inicio.
Venga, desde el inicio póngansela.
Onda estrella.
Aquí viene Ferran.
¿Vale o no?
Con su pollacita cocinera.
Ya está, joder, en esta parte.
Muy bien, muy bien, perfecto.
No, no, no.
¿Vale o no?
Vale.
Gracias, gracias.
¿Por qué?
¿Habéis tocado el sushi?
Cuéntenos.
Que para mí es el, bueno, es el lo máximo de acogimiento.
¿Ah, sí?
El sushi.
El sushi es lo máximo de la cocina mundial.
Ah, no, en serio.
Yo cuando llegué a Japón, la primera vez que fui a Japón,
que me recibieron, no por nada, como jefe de Estado.
Sí.
No, no, no, como jefe de Estado.
Sí.
No, no, no, sí.
Es que como metes no, no, no.
Sí, sí.
Yo no sé si es no, no, no.
Me recibieron como jefe de Estado.
No, no, no.
Ah, no.
Sí.
Pero luego es sí.
No, no, no.
Yo les voy a explicar uno de mis viajes a Japón y esto es real,
a pesar de que lo hago desde el payasito cocinero.
Esto es un anécdota real de Fernándia que ahora cuenta
una imitación de Fernándia.
Me gusta este juego de muñecas rusas.
Yo que estoy detrás, yo estoy detrás con las manos adentro,
yo digo que sí.
O sea, creo que sé lo que va a decir.
Vale.
Tú qué sabes, payaso.
Bueno, a ver, bueno, a ver.
Yo llevo a Japón, ¿vale?
Ya era bastante conocido y me encuentro...
¿De qué año estamos hablando?
1999.
Vale.
Año arriba, año abajo.
Años arriba, años abajo quizá.
Año, sí, sí.
Muy bien.
Y me encontré...
¿No me vas a bajar del avión?
Sí.
Bueno, que estaban retransmitiendo en directo por la televisión.
¿Qué es eso?
La madre que lo parió.
¿Qué?
La tapa esta de mierda.
Ahí está.
Esta tapa es un error.
Ya lo habías hablado, ¿no?
Sí.
Sí, sí, lo estábamos hablando porque se nos cae todo encima.
Y los de Central Lechera Asturiana inventan una tapa buena para eso.
Venga.
Bueno, ¿estáis para mí anécdotas o estéis tirando el café por encima?
No, estoy, estoy.
Coño, es que, vamos a ver.
Entonces, la televisión japonesa...
¿A qué huelen estos?
Tienen olor estos clíneos.
¿A qué huelen?
¿A qué huelen?
Vale, vale.
Dígame.
Dígame, Ferran, dígame.
Ferran, no se enfade.
No se enfade, por favor.
Venga, ya está.
Que se ha enfadado.
Está como apartado del micro porque está enfadado.
Ferran, Ferran, por favor.
¿Eh?
Por favor.
Vale.
La televisión japonesa...
¿Qué rápido se desenfada?
Sí, sí, sí.
Me desconstruyo, me construyo.
La televisión japonesa retransmitiendo en directo las 24 horas del día...
Bueno...
Todo lo que hacíamos.
Le hicieron un canal para usted entero.
¿Un canal?
¿O ya estaba hecho?
¿O qué?
Sí, sí.
Y dije, hostia, ¿qué pasa aquí?
¿24 horas, Ferran Adrià?
¿24 horas?
Eso es para verlo.
Sí, sí.
Iba a visitar un monasterio, a comer unos huevos podridos...
Bueno, podridos, una técnica milenaria que...
Hay unos huevos que...
Eso como es.
Hostia, entierran unos huevos en el suelo.
Como en Pascua.
No, no, no.
Vale o no, vale o no, sí.
Sí, eso es cierto.
Hostia.
Entierran unos huevos, una técnica milenaria, sólo escogida para los más importantes.
Y es un gran honor que te sirva en eso.
Sí.
Y tienen un huevo como cuatro meses debajo de tierra.
Uy, uy.
Uy, qué asco.
Y te lo ponen.
Y entonces, todas las cámaras enfocándonos en Japón, ¿eh?
Sí.
Y viene un señor muy ceremonial y dice, toma, el huevo para ti.
Sí.
Iba yo y otro.
Un huevo zombi, ¿no?
Lo hemos desenterrado.
Hostia, ¿eh?
Cuando yo me pongo a nada, a dos palmos el huevo, ese huevo fermentado, dije, aquí nos
vamos a morir.
Sí, sí.
Te lo juro, sí.
Y yo dije, de tripas, corazón.
Y se comió usted el huevo.
Hostia, para dentro.
Pero vamos, como un pelícano.
Es que ni los jabores.
¿Y cómo salió el huevo ese?
¿Salió bien?
Hubo que llamar al ojeo.
No, hay un momento.
Yo solo trabajo en la parte de ingesta.
La evacuación no la trabajo.
Muy bien.
¿Qué queríais?
Ah, sí.
Porque el arroz cuesta más digerirlo cuando está cocinado con un sofrito, tipo una paella
o parecido.
Y, en cambio, cuando viene en sushi no cuesta tanto digerirlo.
El almidón.
No engañas, ¿no?
El almidón no engañas.
Es en los almidones que lleva el arroz, entre muchos otros, cuando...
Te almidona en el estómago y claro.
Depende del proceso que tú le aplicas de cocción.
Es el la bomba.
¿Arroz bomba?
Es que no lo sé.
Vale, vale.
No lo estoy inventando.
Bueno, pues muchas gracias y hasta la próxima.
Venga, hasta la próxima.
¿Dónde va ahora?
Pues enoje, porque como no tengo el buey abierto ni nada...
Yo voy espajeando, voy experimentando.
Mira, estaba en la Plaza de Catalunya, veo una paloma y digo, ¿esa paloma?
Y su alajillo.
¿Esa paloma?
¡Joder, vuelve el peligro!
He pensado con un plato con paloma y pluma procesada.
¡Buenísimo, buenísimo!
Que ya se tiene que ir.
Sí, váyate, váyate.
Venga, hasta luego.
¡Adiós!
¡Madre mía!
¡Madre mía!
Mira, Ricardo Warhol desde Twitter dice...
Hola, Andrés Humberto.
Os propongo hacer una nueva sección.
La gente está muy proactiva, ¿no?
Claro, como no tienen que hacer ellos.
Claro.
Ellos van proponiendo mierdas.
Dicen...
¿Qué sabe nadie?
Se llamaría.
¿Qué es?
Elijéis un tema del que no tengáis ni idea y que cada uno exponga su argumento contrario
al otro con voto del público cárrico para saber quién es el ganador.
Es como un concurso.
Tendría que entenderla para hacerla, esa sección.
A ver, sí, coño, que elijamos un tema del que no tengamos ni idea.
De que no tengamos ni idea.
Cada uno defiende posturas...
¿Y no es lo que hacemos siempre?
Bueno, no, hombre.
Y el voto público, la gente dice quién ha ganado.
Es como un concurso.
Vale, pues un tema del que no sepamos nada.
Bueno...
Pero proponéislo vosotros.
Sí, a ver.
¿Cómo?
Radiadores.
Radiadores.
Muy bien.
Muy bueno, muy bueno.
Yo sé algo, pero bueno.
Radiadores.
Vale, venga, vamos allá.
Con la sección argumentos contrapuestos.
Radiadores.
El radiador es una tecnología obsoleta.
Para nada.
El radiador es eterno.
Sí.
Y va a estar radiando hasta el último día de la extrema humanidad.
Estoy absolutamente seguro de ello.
Ya no se está dando muestras el radiador.
Y respétenme, porque yo le he respetado a usted.
No, no, sí, claro.
Respétenme, porque yo cuando estoy hablado yo he callado.
¿Pero de qué debate viene usted?
Si yo no estoy interrumpiendo.
Ah, bueno, no, perdón, que vengo de otro.
Es que había un hijo de puta que no todo el rato...
Ya, ya, ya.
Ya le conozco.
Escúchame, sí.
El radiador ya te da muestras.
Sí.
Ya te da muestras de su obsolescencia.
Cuando, por ejemplo, hay que purgar.
¿Eso qué mierda es?
Uy, es que no van bien.
Es que hay que purgarlos.
Por favor.
Pero qué mierda de argumento es ese.
O sea, el radiador...
Pues uno que se ha acabado ahora.
El radiador necesita purgar como necesita mantenimiento,
como todo el mundo y todo el objeto necesita mantenimiento.
O es que usted no caga después de comer.
Mire, mire.
No se purga usted.
Yo le pido que no entre en temas personales, porque yo no he entrado.
Yo no entro en temas personales.
Ah, vale, vale.
Yo no entro en temas personales.
Vale.
Yo simplemente estoy señalando lo pobre de su argumento.
Bueno, sí.
¿Y el suyo cuál es?
Que es eterno.
¿Eso qué es?
A ver, el radiador.
A ver, el radiador.
Sí.
Usted puede comprar estufa catalítica, puede usted comprar lo que sea.
Catalítica, dice.
¿Pero qué viene usted?
¿El siglo pasado?
Ay, le vengo.
Butano.
¿Quiere que hablemos del butano?
La forma más eficiente es el radiador.
Sí, hombre.
Y además, un radiador.
Fíjese usted lo bonito que es.
Que viene replegado en sí mismo, porque si usted lo estira, no le queda sitio en la casa
para nada.
Ya, ya.
Porque hay tubo por todas partes.
¿Pero qué hace el tubo?
Se repliega.
Gracias.
Gracias.
Y tiene en un hueco pequeño tubo para aburrir.
Sí, gracias.
Le voy a dar un dato que a lo mejor usted lo sabe.
Eso es economía de tubo, coño.
Sí.
Que vive usted en el pasado, economía de tubo.
Sí, el tubo ya.
Vivo usted en el pasado.
Le voy a dar un concepto que a lo mejor ha habido de hablar.
De melo, de melo.
Aerotermia.
¿Aerotermia?
Mira, coge la aerotermia, hago un rulo y se la mete por el culo.
No, no, no.
¿Qué es la aerotermia?
No, no, no.
¿Cómo sí?
Mire qué aplauso.
No, no.
Mire qué aplauso.
Escuche cómo celebra el público.
El aplauso fácil.
Cuando viene un buen argumentador.
Sí, sí, sí.
El aplauso fácil.
Para usted la perra gorda.
Sí, para mí la perra gorda.
A ver, si usted se apudra ahí, o si usted se florezca ahí con la humedad del radiador.
Vamos a publicidad.
Pero antes de publicidad.
Aplausos a favor de Andreu.
Radiador obsoleto.
Radiador eterno.
Aplausos.
Bueno, mira.
Vamos a publicidad porque hay que hacer algo.
Nadie sabe nada.
Con Andreu Buenafuente y Berto Romero, la gran apoteosis de la ignorancia.
También en Podcast.
Bueno, pues ya hemos hecho una pausa.
A mí se me ha pasado volando.
La verdad es que...
Sí, sí, sí.
¿Qué pasa, Berto?
Rocío desde Altafuya.
Bienvenido de nuevo al programa.
Bienvenido.
Segunda parte del programa.
Sí, bienvenido.
Rocío desde Altafuya.
¿Que no has leído la pregunta?
Ah, vale.
Me la ha venido a decir.
¿De la otra, de toda la movida anterior?
Me la ha dicho Bero, que es muy ordenada.
Hostia, muy bien.
He dicho que no has leído la pregunta.
Que tiene un toque, ¿no?
He dicho Berto que no has leído la pregunta.
Ya, ya, ya.
No puede quedar así, ¿no?
He dicho con esa voz que es muy bonita, ¿eh?
Sí.
He dicho Berto, no puedo...
No has leído la pregunta.
Ya.
No puedo vivir.
Ya.
He dicho yo te daré paz.
Ya, muy bien.
Con la lectura.
Vale, bien.
Como buena siestera...
Ah, coño, ¿la siesta todavía?
¿Qué dices?
¿En serio?
Hostia, la siesta.
Como buena siestera, en cuanto acabo de comer, ya me entran los nervios por acostarme.
A mí antes de comer.
La siesta.
A mí antes de comer.
A mí antes de comer.
A mí antes de comer.
A mí antes de comer.
A mí antes de comer.
Soy la mujer rayo lavando los platos, recogiendo la mesa, lavando los dientes.
¿Y tu marido qué hace?
Puto patriarcado.
Puto patriarcado.
¡Eh!
¡Eh!
¡Eh!
¡Eh!
¿Qué está, durmiendo ya?
Este hijo de puta.
No, vivo sola.
Ah, perdón.
Bueno, bueno.
Te has precipitado, ¿no?
No especifica.
Ya, ya.
Ya, ya.
Ya, ya.
Ya, ya.
Ya, ya.
Ya, ya.
Ya, ya.
Ya, ya.
Ya, ya.
Ya, ya.
Ya, ya.
No especifica.
Ya, ya.
No especifica.
He hecho mí a una lucha que en realidad no debería hacer.
Claro.
Claro.
Solo soy una liade.
Ya.
Puedo opinar ya sobre...
¿Eh?
Puedo dar opinión ya.
¿Sobre qué?
He venido como especialista en siestas.
Espera que acabe la pregunta.
Ah, bueno, vale.
Soy la mujer rayo...
¿De esa prisa que me está entrando el sueño?
Soy la mujer rayo haciendo todas estas tareas del hogar que debemos hacer entre todos.
Rayo mancuí.
Porque no me corresponden a mí por género.
Sí.
Lavando los dientes, dice.
No dice lavándome los dientes, dice lavando los dientes.
Bueno.
Creo que tiene dientes en casa.
Ella tiene una gran colección de dientes.
Sí.
Tiene vitrinas llenas de dientes.
Bueno, claro, claro.
Y entonces antes de dormir cada día tiene que lavar los dientes.
Sí.
Lavo los dientes.
Dientes usados de personas.
Dientes.
Dentaduras.
Para practicar.
Puta psicópata.
Ya, ya, ya.
Entonces dice, quiero echarme a dormir.
¿Qué nombre le pondréis a esa gincana que se hace antes de echar la siesta?
Voy a hacer tres puntos.
Pero en serio, esto era la pregunta que tenía que leer.
Bueno, pues muchas gracias por invitarme al programa sobre la siesta.
¿Quién eres?
¿Eh?
Un especialista.
¿Eres el de antes?
No, ahora soy un especialista en siesta.
Ah, vale, vale.
Vamos allá.
Vamos con la sintonía.
La siesta.
Es que...
Ah, es que yo...
A mí se me afloja todo con la siesta.
Pero yo no había visto un presentador que se tirara un cuesco en mitad.
Quien bien caga...
Terrible esto.
Quien bien come y pee fuerte le enseña los cojones a la muerte.
Muy bien, muy bien.
Muy bien.
Muy bien.
Muy bien.
Muy bien.
Muy bien.
Muy bien.
Muy bien.
Muy bien.
Muy bien.
Muy bien.
Muy bien.
Muy bien.
Muy bien.
Muy bien.
Muy bien.
Muy bien.
Muy bien.
Muy bien.
Tenemos con nosotros a...
Esteban Meroño.
No quiero rimas.
No, no tiene mérito rimar con Esteban.
Yo sufri bullying, eh.
¿Eh?
Sufri bullying de pequeño, mucha rima con Meroño y...
Ya, ya, ya.
Pero bueno, a mí me la apelaba porque estaba durmiendo siempre.
Esteban Meroño...
Sí, dígame.
Especialista en siesta por la Universidad de Oxford.
Sí, probador de colchones.
Probador de colchones en Palacio...
No te rías.
En Palacio del Mueble.
Sí, sí, sí.
Bueno, estoy en Picolín, Zaragoza.
Yo tengo una ruta por España.
Cada vez que saca uno una cama, me llaman.
Vale.
Yo les digo, cuando me levante de la siesta.
¿Ha ido alguna vez a Mónaco, el paraíso de los colchones?
Lo Mónaco.
Lo Mónaco.
La gente de Tarragona le llaman Lo Mónaco.
Sí, bueno, yo les he dicho más de una vez a la fábrica
que tenéis mal el artículo, ¿sabes?
Es el Mónaco, que es lo Mónaco.
No, pero es que es así.
Bueno, es fin.
¿Dónde está el colchón?
¿Me tiro en plancha?
Podría haber sido...
Parecía un comentario gracioso, pero no.
Murió al nacer.
No funciona.
¿Está usted aquí como experto en siesta?
Sí, sí, sí.
La pregunta es...
Sí, sí, sí, sí, sí.
Sí, siesta.
Es como lo han pillado.
Es que mi empresa se llama así.
Sí, sí, sí, sí, siesta.
Dígame, dígame.
Dígame.
Me que trece.
La pregunta es...
Sí, no, no, no hay pregunta.
He estado escuchando con los auriculares.
Sí.
Sí que había pregunta.
¿Ah, sí?
¿Qué nombre le pondrías a esa gincana
que se hace antes de estar a siesta?
Estupidez.
Estupidez absoluta.
¿Por qué?
¿Por qué?
Esta chica, creo que es una chica, ¿no?
Rocío.
Rocío, está cayendo en unos errores
pero vamos, acojonantes.
¿Qué es eso de limpiar los platos
antes de la siesta?
Efectivamente.
Ahí está el error.
Ahí está el error.
Eso es de la persona que tiene ansia viva
o algún toc también.
Ahí está el error.
Conforme se levanta una de las mesas...
Ahí está el error, sí.
No me de tanto la razón que me despista.
Quiero decir, solo hay una excepción.
¿Adelante?
Tú tienes que levantarte de la mesa
con la mesa puesta, las migas de pan,
todo...
Todo, todo, todo.
Todo, a la gaseosa abierta.
Ahí no se toca nada.
Como la escena de un crimen.
Es más, hay que poner esa cinta amarilla
alrededor
y dejarlo todo como está.
Solo hay una salvedad,
que tengas gato o gallina en casa.
Si es gallina, puede ir a tu favor
porque va comiendo las migas.
Lo ideal, permítame que introduzca una cuña
en su razonamiento,
es tener gato y gallina
porque así ya se entretienen solos.
El gato intenta cazar a la gallina
y ya no va por las obras, ¿verdad que sí?
Sí, sí, sí.
Pero...
La jungla en casa.
Exacto.
Jumanji, ¿no?
Pero lo que...
Jumanji, que yo pensaba que se llamaba Juanmi,
lo sabías, ¿no?
¿Qué dice, hombre?
No sé si era yo
o Rafael, mi amigo guionista.
Ah, sí, ¿eh?
Uno de los dos.
Mis anécdotas nunca sé si son mías o de él.
Claro.
Pero de ver los carteles
y como salía la cara de él
y ponía Jumanji
y de decir, mira, la peli es esa,
a pasar el autobús rápido,
Juanmi.
Bueno, pues también hubiera funcionado, ¿no?
Juan Miguel.
Por el caso que uno cuando acaba de comer,
nada de platos
y por supuesto los dientes
ya se lavarán.
Claro, claro, claro.
Ya se lavarán.
Es que no estaríamos...
No estaríamos hablando
casi de una ofensa a la siesta.
Por supuesto.
¿Verdad que sí?
Una falta de respeto.
¿Qué poco te importa la siesta?
Sí.
Si pones por delante de ella
tener que arreglar la casa.
Sí.
No hay que arreglar la casa.
Hay que arreglar tu organismo
como a través de la siesta.
Es verdad.
No, no.
Ah.
Ah.
Ah.
Es verdad.
A ver, yo pollaco.
Sí, es verdad
que esto es una inversión luego en mala folla.
Mala folla que tienes ya de serie
cuando te levantas de la siesta.
Y ahí se añade tener que recoger la casa.
Exacto.
Ese problema lo...
¿Cruzaremos ese puente
cuando lleguemos ahí?
Muy...
¿Usted es un especialista o soy yo?
No, pero me he venido arriba.
Me he empatizado mucho.
Ah, vale, vale, vale.
Es que lo veo muy puesto en eso.
Sí.
Y si quiere la compra,
oferta de sí, sí, sí.
Siesta.
Por favor.
¿Qué vende usted?
Colchones.
No.
Colchas.
¿Y por qué se llama siesta?
¿Eh?
¿Por qué se llama siesta la empresa?
Pues porque me gusta la siesta.
¿Y dormir por la noche?
¿Qué sucede para siesta?
¿Sus colchones?
Es que tengo un problema,
que es que duermo poco por la noche.
¿Ah?
Porque me he hecho unas siestas tan largas
que computan como noche.
De ocho horas.
Bueno, cinco horas, cuatro.
Ah, claro.
Luego no puede dormir.
Sí, sí.
O sea, rozando la depresión, sí, sí.
Y llega un momento...
Coqueteando.
Coqueteando.
Coqueteando.
Y luego, claro, el organismo también.
Claro.
Llega un momento que a las dos me dice,
mira, eso yo no tengo.
Claro.
Y yo lo respeto.
Sí, sí.
Y yo lo respeto.
Sí, sí.
Y yo lo respeto.
Sí, sí.
Entonces lavo los platos.
Bueno.
Pues durante toda la noche.
Sí, se cajan los vecinos,
pero digo, oye, mira...
Hombre, sí que haces ruido usted
lavando platos.
Sí, yo sí.
Es que los tira con toda la pared.
No, no, es que los tengo como metálicos,
de excursionista, ¿sabes?
Lo trabajo una bajilla metálica.
Eso es una batería, ¿vale?
Bueno, pues mire...
Yo me tengo que ir porque...
Ahora me entra una bajona...
Sí, sí.
Celebro que se tenga que ir
porque se acaba el programa.
¿Qué dice?
Sí, sí, coinciden las dos cosas.
Hostia.
No, no, la sección.
Ah, vale, vale, vale.
Muchas gracias por venir.
Venga.
Y no quiero que se marche
sin darle una última precisión.
Me ha parecido usted un imbécil.
Se lo respeto, se lo respeto.
Bueno, pero...
No quería que se marchara así.
Sí, pero acabo de hacer esa pregunta.
Todo esto que he vivido,
que ha vivido usted,
¿es real o lo ha soñado en una siesta?
Venga, hasta luego.
Adiós.
Manuel.
Manuel es de Cartagena.
Si Yoda hablase euskera,
¿hablaría ordenado?
Pues seguramente sí, tío.
Bueno, ya que sabe el tema Yoda,
buscate en YouTube un vídeo
que es de los que más gracias
nos ha hecho Andrés y a mí
desde hace tiempo,
que es el de Yoda
que le dice a...
A Luke.
A Luke.
Es un doblaje.
¿Cómo lo pueden buscar?
Que es un video,
que es un video,
que es un video,
que es un video,
que es un video,
que es un video,
que es un video,
que es un video,
que es un video,
que es un video,
que es un video,
que es un video,
que es un video,
¿cómo lo pueden buscar?
Que busquen...
Yoda, moto, a lo mejor, sabe.
O Yoda, peluquitas.
Yoda le dice...
Sí.
Le dice...
Mi moto no hace pi.
Mi moto hace brrrrr.
Sí.
Y es la mejor que hay.
Tenta la peluque.
Sí.
Maravilloso.
Y se va Yoda cantando...
Era un domingo,
la tarde y todo.
Se hace muchísima gente.
Todo eso sobre una escena
culminante de Star Wars,
no podemos dejar de verlo.
Sí, no es culminante,
es en Dagobah
cuando está el que habla con él.
¿Dagobah qué es Dagobah?
Dagobah es el programa,
el...
¿Dagobah es el programa
el planeta...
Ah, es un planeta.
Planeta selvático.
¿Cuántos planetas hay
en Star Wars?
¡Uy!
Muchos, ¿no?
Muchísimos.
Cada vez más.
Claro, era muy fácil
por narrativamente por un planeta, ¿no?
Bueno, entra...
Ya, ya.
Para ellos son como barrios
los planetas.
Claro, claro.
Bueno, no sé qué...
Es como Mandalorian,
¿no?
Que van con esa moto
que lleva...
que parece una moto
va de planeta en planeta
pero en cinco minutos, ¿no?
¿Qué moto?
¿La nave de...
Sí.
A ti tú la escoges rabia,
la nave de Mandalorian,
la nave...
No me gusta, no me gusta.
Sí, como...
Es cromada.
Está cromada, no.
Es como una...
Nave cromada.
Como una chopper.
No me gusta, no me gusta.
Bueno, en fin, planetas.
Pablo Jiménez desde Guadalajara
dice, pregunta para el presentador
del Nadie, entre paréntesis
Andrés Buenafuente.
Claro, claro.
No, todavía queda público listo.
Sí, sí, sí.
Dice, ¿por qué los presentadores
de concursos en televisión
tienen que ser tan dinámicos?
A ver, entiendo que tienen que
dar emoción al juego,
pero estaría bien
que no dieras la impresión
de ir hasta las cejas
de sustancias estimulantes.
No, no es así.
Bueno, bienvenidos a concursos.
Sí, sí, sí.
Cuenta en el culo, ¿no?
Yo no podría, ¿eh?
Bueno, alguna vez lo he probado.
Es...
Perdón.
Coño, que me han tablatos.
No, esto lo cortas, esto lo cortas.
Alguna vez lo he probado.
¿El qué?
Lo de hacer concursos.
¿Ah, tú has hecho concursos?
Coño, no en nuestro programa,
que no...
No, pero, a ver...
Que no me sabía las normas.
Nunca se ha entendido la mecánica
de hacer concursos.
Es terrible.
Pero él se refiere más
no a la imposibilidad
de aprender mecánicas,
que eso sería una cosa tuya,
sino a ese exceso de energía, ¿no?
Ya, ya, ya.
Venga, va, que ruede la ruleta
y todo...
Ay...
Sí, sí, sí.
Ese tío llega a casa.
Venga bien, ¿cómo estáis, familia?
¡Familia, bienvenidos!
Os quiero, os quiero,
te quiero a ti y a ti
y a ti y a ti y a ti y a ti y a ti.
¿No?
No, no, no, no.
No, no, no, no.
No, no, no, no.
No, no, no, no.
No, no, no, no.
¿Cómo estáis, familia?
¡Venga!
¡Familia, bienvenidos!
Os quiero, os quiero, te quiero
a ti y a ti y a ti y a ti y a ti y a ti.
Sí, sí, sí.
¿No?
Y al perro también.
¡Venga!
Perrito bueno, perrito bueno,
perrito bueno.
Va así, ¿no?
Sí, sí, sí.
Todo el rato, ¿no?
¿Por qué?
Vamos a querernos, queriño,
vamos a querernos.
Sí.
¡Taca, taca, taca, taca, taca!
¡Muy bien!
Estoy intentando...
Del uno al diez.
¡Ache medio!
Y ahora a Cigarrito
y a dormir.
Hostia.
Hostia.
Qué pesadilla de pavo, ¿eh?
Estoy imaginándolo, ¿eh?
Pero un concurso con poca sangre.
¿Desmotivado?
Sí.
No está bien.
Bueno, vamos a...
Vamos a repartir...
¿Quieres que lo hagamos?
Hagamos el anticoncurso,
el desmotivado.
Tenemos una música
que sea hasta las antípodas,
porque todas son
para papá, para bebé,
todo muy brillante, ¿no?
¿Cómo quieres que se llame el concurso?
Eh...
Yo tengo un título, ¿eh?
Ojalá...
Ojalá ganes algo.
Yo había pensado...
Si no aciertas, no pasa nada.
Pero...
Me gusta más.
No, va por ahí.
Si no aciertas, no pasa nada.
¿No?
Sí.
Lo importante es participar.
Mira.
Buenas tardes.
Tardes, noches, tal.
Bienvenidos a...
Si no aciertas, pues no pasará tampoco.
Bueno, bueno, bueno.
Estamos con Manuel de Sevilla.
Sí.
¿Qué tal?
Muy bien, la verdad.
¿Acento que llegó?
Sí, he pensado por hacer la broma.
Ya, va.
Si no ríen, no pasa nada.
No, pero lo quito, lo quito.
Va.
Sin acento.
Hola.
Vale.
Hola, hola.
¿Qué tema...
te gustaría?
Literatura rusa,
de siglo XIX.
Es que no tenemos nada de eso.
Vale, pues el parchís.
Vale.
Parchís.
¿Literatura rusa y rusa del siglo XIX o parchís?
Va.
Son mis dos temas.
Bueno, bueno, bueno.
Parchís.
Vamos a ver.
Manuel de Sevilla.
Juega...
por parchís.
¿Hay premio?
¿Eh?
¿Hay premio?
Sí, habrá, habrá.
¿No lo va a decir?
Es que no lo sé.
Vale.
No, pero aquí la gente no viene por el premio,
viene para pasarlo bien.
Sí, yo he venido a disfrutar.
Sí.
A coño, pues ya está.
Y encima le hemos pagado el tren.
¿Qué más quieres, valdo mero?
No me han pagado el tren.
¿Ah, no?
Vale, pues ya...
Pero he buscado uno barato.
¿Cuándo te comes una ficha?
¿Cuándo te comes una ficha?
Ah, pensé que era la pregunta.
Es pregunta.
¿Cuándo te comes una ficha?
¿Cuándo te comes una ficha?
Cuando caigo encima...
Espere, que no acaba la pregunta, hombre.
Que no conoce el programa.
Aquí no hay prisa.
Es que no lo he visto.
Ya, ni yo.
¿Cuándo te comes una ficha?
¿Cuántas casillas cuentas tú?
Creo que veinte.
Bueno, vale.
Es que no lo sé.
No me viene...
Fíjese, la ficha, la tarjetita que llevo,
no me lleva ni la respuesta.
Lo que les importará arriba esto.
Bueno, pues me voy marchando,
que me sale el tren dentro de una hora.
Entre que llego a la estación y no llego...
Yo creo que sí.
...me tomo un café...
Sí.
Le regalaría el juego del programa.
Pero para qué, ¿no?
Más mierda en casa, ¿no?
Nada, nada.
Nada, nada.
Está bien.
Hasta luego, adiós.
Cuando éramos jóvenes,
había...
¿Te acuerdas lo de la tienda en casa?
Que tenía una sintonía que era
la tienda en casa.
Sí, sí, sí.
Y se metió la cabeza que fuera
más mierda en casa.
No, lo llegamos a hacer
en el programa de tele.
¿Ah, sí?
Sí.
Ah, pues igual la idea era
que ellos lo vi.
No, hicimos un espacio de teletienda,
creo, y al final se cantaba eso.
Más mierda en casa.
Ah, vale, vale.
Tienes ya tu nuevo fax o se qué.
Oye, dice Marta desde Brooklyn,
¿por qué se caducan las tarjetas de crédito?
Me parece bastante interesante esta pregunta.
Es verdad.
¿Alguien lo sabe que trabaja
en el sector bancario?
¿Por qué se caducan?
Total, si la cuidas...
Claro.
Si la cuidas...
Ya.
Pues a lo que durará, ¿no?
Sí.
Yo entiendo que si te has roto...
Y si no tienes dinero,
pues no te lo pagan y punto, ¿no?
Ya está.
¿Por qué se caducan?
Bueno, pues poner algo.
¿Por qué traen una fecha
que pone hasta tal día?
No.
Para joder.
A las personas.
Para cobrar mantenimiento.
Luego.
Oye, oye.
Mira, lo voy a contar.
No se lo contaba a nadie
ni a mi mujer.
Bueno, hombre, hombre, hombre.
No, porque me daba vergüenza.
Es vivegota, ¿no?
Es vivegota.
Vale, vale.
Dime.
Está relacionada con la infracción
que cometí en moto.
Así vamos a recordarlo.
Sí, sí.
¿Os acordáis que cometí
una infracción?
Bueno, he cometido otra.
¿Era reincidente?
He cometido otra.
Hostia.
Reincidente, colega.
Me encontré con un atasco.
Me encontré con un atasco.
Y vi que al lado
había una parte por la que mi moto
podría circular.
Sí.
Y pensé, ¿por qué no ir yo por aquí?
Hombre, como hacen miles
de motoristas cada día.
Pensé, ¿por qué no ir yo por aquí?
Claro.
Y pensé, y así me quito de medio.
O sea, soy uno menos
que va a ir bien para el tráfico.
Eres un tropezón en el tráfico, ¿no?
Entonces empecé a ir por ahí.
Y doy una curva y allí estaban.
Oh.
The policemen.
Oh.
The policemen.
The cops.
Apare usted aquí.
Apare usted aquí.
Sí.
Entonces paro.
Puso la sirena,
la puntica de la sirena,
que es...
No.
No te puso el...
Hizo así con la mano
y dijo...
Hizo el gesto internacional
de...
A mí me encanta.
A mí me encanta.
Entonces yo paré.
Que es la inicio de...
Pero tiene una posición
que es...
Sí, en serio, en serio.
Para ahorrar.
Para ahorrar, para ahorrar, para ahorrar.
Entonces yo con el casco puesto
y el tráfico.
Y el tráfico.
Para ahorrar.
Para ahorrar.
Para ahorrar.
Para ahorrar.
Para ahorrar.
Y él me dice...
Azan Demore.
Dice...
Te mataré en agosto.
Sabe usted...
Sabe usted por qué.
Y digo sí.
Sí que lo sé.
Y entonces me da su carné de conducir y tal.
Me doy carné de conducir.
Va hacia el coche.
Y entonces yo digo...
¿Juego la carta famosa o no la juego?
Pienso, pienso, pienso.
Yo pienso.
Yo pienso.
Yo pienso.
¿Juego la carta?
O no la juego.
Yo tengo la carta.
Sé que si me quito el casco
se va a producir un efecto.
Ese efecto puede ser contraproducente
o puede ser positivo.
Pero me la voy a jugar.
A 50, a 50.
Hombre, ya que llevas esa cara puesta.
Ya, ya, ya.
No, es verdad.
Pueden pasar dos cosas.
¿Qué más te da?
Pueden pasar dos cosas.
El policía dice...
Anda.
Encima el mierda de...
Que no me hace puta gracia.
Le voy a poner más epígrafes todavía.
Claro.
O puede ser la otra.
Digo...
Voy a hacer.
Me la quito.
Y entonces cuando él vuelve,
viene con el carné en la mano.
Viene con el carné en la mano.
Me mira.
Reconocimiento facial.
Que tienen este sistema, los policías.
Los seres humanos en general.
Los seres humanos, sí, sí.
Reconocimiento facial.
Y ahí se juega todo.
Ahí está el juego.
Cada segundo.
Cada segundo cuenta.
En ese momento yo voy a ver...
Primero el plano de un reloj.
En ese momento se está jugando todo.
Ahí voy a ver ya por la expresión
si me va a caer una muy gorda
o va a ser suave.
Veo que me mira.
De repente cara quieta, cara serena,
cara de policía.
Empieza a construirse una sonrisa.
Y dice...
Ni una broma.
Yo muy serio.
No le hiciste...
Adelante.
Cómo para confirmar que eras tú.
Yo que había cometido una infracción.
Yo qué sé, pero eso siempre...
Y viene y me dice con descendiente
como se le habla a un cómico.
Como si fuera un niño tonto.
Me dice...
¿Y yo qué tengo que hacer ahora contigo?
¿Cuál es la respuesta?
Lo que usted considere.
Sé que lo he hecho mal.
Adelante.
Haga lo que te haga hacer.
Muy bien, tío.
Qué cívico, ¿no?
Yo hubiera dicho perdonarme.
No, hombre.
No, hombre.
No, hombre.
Tú juegas fuerte siempre.
Yo no lo hago.
Si sugieres, pues coño, dale, ayúdalo.
Cógale de la mano.
No.
Digo, haga lo que te haga hacer.
Haga lo que te haga hacer.
Sé que lo he hecho mal.
Y dice una de las frases más maravillosas que ha dicho.
Dice, mira,
tira,
tira.
Dice, porque me gusta
lo payaso que eres.
Y quiero que siga la gracia del payaso.
Como intuyendo que a lo mejor una multa me quitaba las ganas de vivir.
O me quitaba la gracia durante unos días.
Pero, oye, bien.
Y no le preguntaste, gracias, pero
en el caso de que me lo hubiera puesto,
¿qué me hubiera puesto?
Que no le hago bromas yo a las fuerzas de mi cuerpo y superior del Estado.
Yo no le hago bromas a la gente que me puede meter en una cárcel.
No lo hago.
No lo hago.
Bueno, bromas, comentario irónico.
Ni una broma.
Yo serio como un cagarro.
Muchas gracias.
Muchas gracias.
Sí.
Me volví a subir a la moto.
Me dejó marchar.
Y seguí mi día.
Hostia.
Y lo he confesado aquí.
Muy bien, muy bien.
No me había atrevido a decir.
A mi mujer, por supuesto, no se lo dije.
Se va a enterar por esto porque me he pegado una bronca luego.
Con razón, y con razón.
Bueno, ya que estamos en la sección diálogos con policías,
aprovecho la música y te cuento otra.
Venga.
Moto, Barcelona, 11 de la mañana.
Voy por la moto, con la moto, perdón, y...
¿Por la carretera?
Calle.
¿Cómo?
Calle.
¿Calle?
Sí.
¿Asfalto?
Asfalto, asfalto.
Llevo un cigarro.
Ya lo sé, ya lo sé.
¿Pero llevas casco?
No, hombre, llevo un casco abierto.
Ah, no es casco integral.
Ah, no es casco integral.
No, no, no.
O por abajo.
No me he construido un tubo para fumar.
Como una pitillera de plástico.
Es que salía de un semáforo, iba a cigarro y tal.
Y entonces se para un coche al lado.
No puso el pau, sino que me mira.
Iban dos.
Me mira uno, el que está al lado hace un poquito más de amago
para mirarme también, para coger ángulo.
Ahí ves la cara entera, cara de cómico.
¿Ves la cara de cómico?
Ves la cara de cómico.
Y me dice muy serio el que quedaba a mi lado
y conducía al mismo tiempo.
¿Qué vas a hacer con el cigarro?
¿Hiciste lo de tragártelo de...
Pienso que se lo ponía en el labio.
Y dice, ¿qué cigarro?
¡Qué cigarrro!
¡Qué cigarrro!
¡Qué cigarrro!
Quemándome la amígdala, ¿no?
No, digo, ¿cómo?
Porque yo no me esperaba esa pregunta, tío.
¿Qué vas a hacer con el cigarro?
¿Tú te esperarías una pregunta así de un policía?
Digo, ¿cómo?
Poniendole la cara para que me viera.
Y dice...
El cara de póster, ¿no?
Sí.
Y dice, ¿qué vas a hacer con el cigarro?
Y el compañero de al lado, y esto no me lo invento,
que estaba como desenfilado para poder verme,
hace con las cejas...
Como en plan...
A ver cómo contestas, graciosillo.
No, no, yo lo leí como, voy con Don Tickismickis.
¡Ah, uh!
Sí, sí, se puso de mi parte.
Yo lo leía así.
Poli bueno, poli malo.
Sí.
Digo...
Me va a hacer así con las cejitas, como diciendo...
Hueso duro.
El jefe te está esperando.
Como lo explicó los americanos, ¿no?
Y digo...
Y me vuelvo a preguntar, ¿qué vas a hacer con el cigarro?
Y yo digo, cuando se acabe, me lo guardan en el bolsillo.
Te lo juro que dije eso.
Dice...
Como en las pelis, no contesto.
¿Sabes en las pelis que los diálogos hacen y se van?
Que tú piensas...
Contéstame, coño.
No. Y hizo...
Vale, y subió la ventana.
Y se quedó detrás.
Y yo delante.
Y ahí empezó otro partido.
Que es...
Hostia, ahora ya iba.
Que me costaba conducir.
El cigarro atal.
Y digo...
Este tío va a ir detrás mío.
Me sentía como Ray Liotta en uno de los Nuestros.
Digo, este va detrás.
Esperando y a la que vea que salta una colilla.
Va a hacer...
Entonces sí que...
Y no, no.
Iba detrás mío durante bastante tramo.
El cigarro se agotó.
Se quedó ya la pava, la pava y ardiendo.
Me cago en la madre, que me parió.
Y luego ya le quité un poquito el capullito de Alelí.
Pero caer capullo también...
No, hombre, caer capullo yo...
El capullo está tibificado también.
Yo, aunque ya no veía al policía, cogí la colilla y me la puse en el bolsillo.
Te lo juro.
Porque dije...
Si me parara y diría...
Aquí está.
Nunca me esperé.
Es que tú juegas fuerte con los policías.
No, bueno...
Pero apretas.
Yo te he visto apretar.
Sí.
Como vacilando un poco.
No vacilando, pero un poquito.
Bueno, no quiero ser un...
No puedo, no puedo.
No puedes?
No puedo.
Me da una vergüenza cuando lo haces.
Ya...
Cállate, no ves que eres un policía.
Bueno, una vez un policía...
Yo tengo mucho miedo.
Mira, policía es una...
Como Pitchcock.
Tercer capítulo.
Uno me pone una multa un día que yo no estaba de acuerdo.
Que había pisado una línea.
Es que yo no estaba de acuerdo.
Bueno, coño, pero no quieres ser el incivico.
Cuidado.
Si lo has hecho mal, pues te pringas y la tomas por saco.
Pero yo creo que hilo muy, muy fino.
Yo pisé una línea y entonces el tío...
Me para.
Ha pisado la línea en otro carril.
Digo...
Bueno...
No, primero le dije, primero que nada buenas tardes.
Lo dije.
¿Ves eso?
Bueno...
¿Esas cosas que haces?
Bueno, y...
Primero que nada buenas tardes.
Yo soy el policía y digo, ahora mismo, esta bolsita de cocaína que tengo en el bolsillo...
Va, va, va.
De un...
No, no, no.
De un arresto anterior.
Hago así, al gémere, te la dejo en el coche y...
Son profesionales, hombre.
No, no.
Solo llegamos a...
Claro que son profesionales, pero ¿por qué tienes que decirle lo primero buenas tardes?
Ya.
El caso es que yo me calenté un poquito, pero no quería tampoco pasarme de cuñado.
Dije, yo creo que usted está hilando muy fino porque realmente me empujaba el otro y
he pisado.
Ha superado el carril el caballero.
Y dije, si puede ser, no me llame caballero.
Ya estamos.
Bueno...
Perdone, perdone.
Digo, no.
Dice, cálmese un poquito, ¿eh?
Me dice él.
Cálmese un poquito.
¿Ves?
Claro.
Bueno, ya empezó la brega.
Digo, no.
Vamos a hacer una cosa.
Digo, yo puedo hacer lo que me dé la gana.
Y usted me...
No, y usted me multa.
Pago mis impuestos.
Digo...
Yo puedo estarlo, ¿no?
Y entramos en ese debate que era interesante, ¿eh?
Sí, sí, hombre, la verdad.
Y el tío...
Para clase de ética.
Dices, ¿mientras le falta el respeto?
Sí.
Digo, no, no falta el respeto.
Digo, pero lo que no estoy es ahora feliz, no voy a comer un helado, ¿sabe?
Me está usted multando con una multa que no estoy de acuerdo.
Y supongo un debate interesante allí.
¿Y cómo acabo con multa, no?
Multa, sí.
Por cierto...
Bueno.
Gracias.
Dijimos en el programa pasado que llamaríamos cada semana a Tamayo a hacer una broma.
A un cómico, sí.
No sé, ahí tenemos tiempo.
Uy, vamos...
Venga.
Mientras él va preparándolo.
Es el tuyo, tío.
Yo le llamé una vez a...
Me hizo una broma a un chico que se llama Carlos Tamayo.
Sí.
Entonces yo lo bloqueé.
Ahora me ha desbloqueado.
Digo, yo lo he desbloqueado.
Bueno, el caso es que a Andrés le quiere hacer una broma a él.
Sí, yo quiero que, al mismo que le hizo la broma hace 15 años, hacesla nosotros.
Escucháis el programa de la semana pasada y lo entenderéis mejor.
Ahora igual estáis flipando.
Bueno, la semana pasada la llamamos y no cogió el teléfono.
Vamos a ver esta.
Hola.
Hola, Carlos Tamayo.
Hola.
Sí, una mierda para ti.
Venga.
Gracias.
Hasta mañana.
Adiós.
Adiós.